Briana practicaba con su padre con las espadas, esta vez estaba cerca de poder vencerlo y la alegría de poder contra el fuerte Alfa era embriagadora.
—Ríndete padre —expresó con dientes apretados y su padre sonrió con la espada contra la suya, se agachó y dio la vuelta para sorprenderla, pero ella logró defenderse y frenar el ataque.
—Has aprendido hija, eres una poderosa Alfa, mejor que yo a tu corta edad.
Briana se sintió orgullosa y abrazó a su padre.
—Aprendí del mejor —expresó orgullosa de él.
En ese momento el viento cambió de dirección y sintió el ligero, pero inequívoco efluvio, su pareja destinada, estaba cerca, por fin.
—¡¿Briana a dónde vas?! —gritó su padre cuando la vio saltando desde la terraza en dirección al bosque.
—Mi mate… —fue la única declaración de Brianna y no le importó las indicaciones de no adentrarse en el bosque.
Briana escuchó los llamados preocupados de su padre, pero no le importó, necesitaba alcanzar a su pareja.
«¿Dónde estás?, siento que te alejas» —dijo dentro de ella ya que ahora ha permitido que su loba Kila tome el control, recorre muy rápido afincando sus grandes patas para impulsarse a ir más rápido, pero el dulce aroma cada vez está más lejos sin importar sus esfuerzos.
«Ya no lo alcanzaremos» —se lamentó su loba y dio un aullido lastimero.
En ese instante Briana fue consciente de su padre pasando por su lado para ponerse delante de ella y del repugnante aroma apestoso de lobos Rogues.
«Maldición, Kila, son Rogues»
«Y es más de uno» —le respondió su loba tensando los músculos detrás de su padre que es más alto que ella.
«Mantente detrás de mí, pase lo que pase» —le indicó su padre por el link de conexión entre ambos.
«También pelearé padre»
Cinco lobos aparecieron, grandes, corpulentos y con las fauces llenas de saliva.
Los Rogues eran lobos renegados, sin manada ni ley, forajidos que perdían los dones de la luna como la felicidad de encontrar a un mate, por desobedecer las reglas que debe seguir un lobo en la manada.
El Alfa Albert gruñó y saltó en dirección a los primeros tres lobos, Briana fue por los últimos dos.
Briana alcanzó el cuello de un Rogue, ella era una loba Alfa, era más fuerte que una loba promedio.
Pero estos lobos eran brutales y estaban acostumbrados al combate.
Ella apretaba con todas sus fuerzas el cuello del lobo y el otro se montó encima de ella.
Clavó sus colmillos en su costado haciendo que ella soltara su presa y diera vueltas con el otro lobo mientras el primero se recuperaba.
«Kila en guardia, no nos podemos dejar vencer» —espetó Briana a su loba.
Con el incentivo que da su determinación se puso en pie y se movió como un rayo.
Cayó encima del lobo que la tumbó y controló con sus enormes patas.
Él lanzaba mordiscos, pero estaba dominado por la Alfa que mordió ahora el cuello en el ángulo preciso dejándolo muerto.
Volteó para ir por el siguiente y no estaba, corrió y lo buscó, pero entonces miró hacía donde su padre peleaba con tres lobos y ya lobos de su ejército se escuchaban cerca.
Kila corrió hacia su padre y vio algo que nunca olvidaría en su vida.
El lobo Alfa fue vencido. Uno de ellos alcanzó a su padre con sus garras y ella vio su pecho abierto y cercenado, sin corazón, la sangre roja brillante fluyendo de él.
«¡¡¡Papá!!!»
Sintió que era su propio corazón y gritó, furiosa y fuera de sí mordiendo sin descanso hasta que llegaron los rescatadores, pero tres de los cinco lobos escaparon.
Briana poco a poco se fue materializando, su loba Kila gimoteaba dentro y ella no podía dejar de sollozar.
—Lo siento, lo siento papá, todo es culpa mía....
New York
Un día después
Kevin Taylor estaba en su lujosa oficina, esperando que llegara su padre que por teléfono le había ordenado una tarea imposible y absurda.
Se asomó por la pared de cristal y afincó el puño cerrado viendo los edificios aglomerados de New York.
—Kevin, ya están aquí —le dijo su asistente con una mueca de resignación desde la entrada de la oficina y le hizo un asentimiento con la cabeza dándole ánimo.
—Hazlos pasar, al menos debo escucharlos —espetó Kevin de mala gana.
Kevin caminó hacia la sala de reuniones que daba con una puerta divisoria de su oficina y esperó de pie.
El primero en entrar fue su padre, Ryan, lo miró y a través de la conexión telepática que comparten le pidió calma.
«Por favor primero escucha lo que venimos a decirte»
—Kevin tengo el grato honor de presentarte a Thalia, Luna de la manada Luna de hielo —Ryan el padre de Kevin la presentó con toda la pompa ceremonial que merece un acto protocolar entre Alfas.
Kevin hizo una genuflexión en señal de sumo respeto, a pesar de que Kevin es un alfa heredero, Thalia es ahora una Luna gobernante, algo ya extraño para empezar.
—Es un verdadero placer —exclamó con voz dulce la mujer elegante y que no aparenta más de 40 años y la acompaña una mujer mayor que no era humana del todo.
Kevin detectó en su aroma que era hechicera y no le gustó, le tiene desconfianza a los hechiceros, la mala cara de la anciana al mirarlo no ayudaba.
—El placer es nuestro al recibirlas, siéntense por favor.
—Muchas gracias, mi acompañante es Zulma, hechicera de mi manada —contestó Thalia con educación, pero muy seria.
—Pensé que la acompañaría su hija —expresó Kevin desconfiado—, no me gustan los hechiceros, perdón señora, no es personal —expresó con falsa educación.
Ryan se tensó y Thalia apenas sonrió.
—No es mi problema cuáles son sus gustos, yo gobierno en mi manada, así como Ryan la de él, se hará lo que nosotros dispongamos, no tiene importancia si mi hija no está presente —respondió la mujer con la nariz en alto.
—Touche —respondió Kevin sonriendo y se sentó en el lugar de quién preside la reunión—. Mi padre es Alfa de la manada Celeste, pero yo manejo los negocios y usted lo que vino a plantear fue una negociación, así que depende de mí, luna Thalia.
Thalia ajustó su posición en su asiento, no quería dejarse intimidar por el joven Alfa.
—Mi planteamiento es provechoso para ambas manadas —expresó con voz sosegada—, lo que ofrezco es el derecho a la explotación del 50% de mis minas, mi territorio es rico en diamantes como bien lo saben, a cambio quiero la protección de ustedes, es algo conciso y directo…
—Ni tanto señora, si es conmigo como Alfa —completó Kevin, pero la mujer no se dejó intimidar.
—Planteo una transacción netamente comercial humana, mi manada tiene a mi hija que es la Alfa, quiero que usted sea su consorte, como no has encontrado tu pareja destinada es viable, así que deberán casarse, pero no podrás marcarla ni ella a ti, al encontrar su camino destinado podremos separar la alianza con un simple divorcio humano.
Kevin se echó a reír.
—Lo que me proponen es que sea el hazme reír de nuestros adversarios, defender una manada a la que no tendré plenos derechos con una cachorra como esposa.
—Es la solución temporaria a nuestros problemas —objetó Ryan—, debemos unir nuestras manadas para protegernos, ahora que se han unido facciones de Rogues, es cuestión de tiempo para que nos invadan, Luna de hielo está al sur de nuestra manada, si es invadida tendremos a los enemigos a un paso de nuestro territorio.
—Entonces los enfrentaremos, me hago responsable de mi manada y de su protección, nosotros no necesitamos de sus diamantes ni de que me embalen a una cachorra malcriada que ni siquiera tuvo la delicadeza de presentarse en esta reunión ya que sabe que es del todo ridícula.
—Alfa Ryan, me retiro, estaré en New York solo hasta mañana en la mañana, ya expuse lo que vine a decir.
Padre e hijo quedaron solos.
—Necesitamos está alianza Kevin.
—Padre ¿es que acaso quieres castigarme por revelarme?, es cierto que reniego de que no tengamos libre albedrío como hombres normales y podamos escoger nosotros a nuestra mujer y no la magia, pero...
—¡No somos solo hombres, somos licántropos! —gritó Alfa Ryan—, nos debemos a nuestra luna y a nuestra manada, esto que te pido no es algo que disfrutemos la luna Thalia y yo, es lo necesario, en la manada está tu madre, tus hermanas.
—¿Por qué viene ella y no el Alfa de su manada?
—Está muerto, ya Rogues los atacaron, es una decisión desesperada.
Kevin bajó el tono viendo que en realidad había urgencia, esos Rogues regresarán y con más de ellos.
—Bueno, pero si dividimos al ejército, igual puedo ayudar a cubrir las fronteras.
—Por cuánto tiempo, quieres que le pida a mis guerreros que ya son pocos que abandonen a sus familias por un territorio ajeno, debemos mantener la armonía, Luna de Hielo no pide caridad, plantean un acuerdo, pero no te diré nada más ¿de verdad consideras exponer tu pueblo a guerras internas con tal de conservar el orgullo? ¿Qué clase de Alfa serás para cuando tengas tu propia manada?
—Seré un Alfa que no se vende…
Alaska. —¡¿Que mi madre me está ofreciendo en matrimonio?! —Exclamó Briana escandalizada. —Es lo que entendí —le informó Emma, abogada y administradora, también mejor amiga de Briana rehuyendo su mirada. —Pero yo soy la Alfa de la manada, no debo casarme con nadie, solo necesitamos ayuda para luchar. —Amiga, tu madre apenas se mantiene en pie, acaba de perder a su mate, lo hace por sus hijas y manada, ella no puede soportar que tú pelees contra la jauría de Rogues que vendrá ahora que mataron a tu padre. —Pero eso no explica el por qué debo casarme. —Puede que yo haya sugerido la idea, en realidad —reveló Emma con voz entrecortada. —¡¿Qué?! —Es el único vínculo legal viable, no podemos darle sociedad en nuestras tierras. —Pero sí pueden venderme a mí —Briana caminó de un extremo al otro del salón—. ¿Con quién mi madre y tú planearon que me case? ¿Si se puede saber?… —Amiga, ¿crees que hubiera propuesto la idea si hubiera sido alguien asqueroso? —Emma puso los ojos e
Briana escapó de su casa en cuanto sabía que el cambio de guardia en las fronteras le daría unos minutos. Justo antes del amanecer, corrió dando libertad a Kila y no paró hasta que supo que su aroma estaba muy lejos. Emma apenas se levantó fue a buscarla y no la encontró en su habitación, solo una escueta nota que decía: “Yo sola arreglaré mis problemas”. En New York, Kevin despertó en guardia al sentir la presencia de alguien distinto en su casa, se tranquilizó al ver que era su padre. —¿Qué has decidido? —preguntó Ryan con las manos en la cintura. —Padre que invadas mi casa no me hará aceptar casarme con esa chica —en eso se dio cuenta que no detectaba la presencia de Ava— ¿viste a Ava cuando llegaste? —Me obligas a ser duro contigo, porque no te conformas con sencillamente seguir mi orden. —¿Qué hiciste padre? —Lo que debí hacer desde hace tiempo, Ava debe estar llegando a Alaska, permanecerá en los calabozos de la manada, a menos que cumplas con tu d
Kevin cargó a Briana como un saco al hombro, poco le importó los golpes que la chica le daba en la espalda. —Silencio niña, no eres capaz de hacerme daño, solo irritarme más de lo que estoy. —No puedes tratarme de esta manera, es indignante, ¿acaso no te enseñaron la manera correcta de dirigirse a una Alfa? —Estoy a punto de devolverte al río y espero que solo seas una loca y no quien dices ser. Jamás he escuchado de un lobo que pierda sus poderes, la cosa es que si en Luna de Hielo tienen humanos como mascotas es mucho peor ¿qué clase de manada es Luna de Hielo? —masculló Kevin. Pero a Briana no le importaban sus cavilaciones, estaba ya bastante preocupada por su situación. «Kila ¿dónde estás?» Repetía en su fuero interno, sin obtener respuestas. Kevin corrió a velocidad sobrenatural hasta su manada y la metió en un jeep. Mucho más desconcertada quedó Briana al sentir náuseas por la hiper velocidad que ella siempre ha disfrutado. Kevin no se dio cuenta d
Briana quería regresar a su recamara, pero Kevin no se lo permitió. —Quita esa cara, no quiero que se enfrenten nuestras manadas y nos matemos antes que lleguen los Rogues. Ryan pidió un aplauso para los novios y Emma se encargó de poner música y que se diera mucha comida, para que las dos manadas comiencen a convivir en armonía. Después de un rato, Thalia se acercó a los novios. —Briana ven conmigo —su hija la miró esperanzada en que hubiera entrado en razón—. Les recuerdo que deben comportarse con propiedad, ya que es evidente que su unión no es destinada por nuestra magia —ahora se dirigió a Kevin—, dentro de un rato despidete, les he asignado una habitación para ustedes, vengo a recordarle que no debe marcar a Briana. —¿Tanto me odias por ser la culpable de la muerte de mi padre? —murmuró Briana a su madre, Kevin las miró asqueado, pensando lo peor de Briana. «Si fue capaz de llevar a su padre a la muerte quizás por eso le quitaron sus poderes» Esta nueva
—Kevin, me haces daño —dijo Briana sin poder evitar llorar de dolor, su carne está a su merced ya que toda la ropa yace echa girones en el piso, el Alfa gruñé y existe una sola manera de que le demuestre que ella debe estar a su merced, se metió entre sus piernas, embistió su carne inocente de un tirón haciendola gritar y en su vida ni siquiera al recibir su loba por primera vez sintió un dolor semejante, siente como si hubieran puesto un soplete en su cavidad, no conforme entró y salió furioso una y otra vez y ella siente tanto dolor que desea desmayarse, pero lamentablemente no tiene tanta suerte, él está bufando y gruñendo desesperado. —Por favor, me haces daño, para, por favor, para —suplicaba ella. Pero ya no tiene fuerzas para gritar y ha optado por quedarse suave como una muñeca de trapo para evitar que la mate, porque sus heridas no sanaban rápido como siempre… Él llegó a la liberación y salió de ella, está desconcertado, pero la voz de súplica, la escuchó Kevin di
Ryan con toda su manada tuvieron que regresar a sus tierras, el ejército de Luna de Hielo le pidió respetuosamente, pero de manera tajante que solo seguirán órdenes de su Alfa Briana, y pues ella no colaboró y le pidió a los invitados irse en paz. Ahora Ryan en compañía de su propio ejército busca a Kevin en terrenos de nadie, allí es más difícil, pues no solo pueden haber humanos, también pueden encontrar a los Rogues. Briana iba en la camioneta de la familia, conducía un integrante de su ejército y su madre y hermana junto a ella en la parte trasera. Zulma iba adelante en el puesto de copiloto, detrás y delante de ellos van dos jeep cubriendolos por si acaso, irían hasta el aeropuerto. Emma les había conseguido pasajes directos a Rusia, luego irían al reino de los lobos, una ciudad escondida a la que llaman “la corte”. —Es increíble lo que puede lograr Emma cuando se lo propone —musitó Briana enfurruñada. —Afortunadamente, porque tú no mides las consecuencias
Briana sintió mucha rabia, por sentirse vulnerable ante este lobo que no conocía y que la iba a matar. —Adelante, ¡mátame de una vez! El lobo se acercó a ella en segundos y Briana solo cerró los ojos esperando su inminente final, pero no pasó nada. Se atrevió a abrir los ojos segundos después y vio al lobo examinando el entorno, sacó la enorme cabeza de la camioneta y olfateó con desagrado a Zulma. Sacó su cuerpo sin vida utilizando su hocico y la acostó fuera, luego sacó el asiento que aprisionaba a Briana, ella gritó de dolor y más lobos llegaron. El lobo color chocolate se detuvo frente a ellos con todo el pelaje erizado y gruñendo. El lobo que encabezaba los nuevos integrantes era un poco más claro y se transformó en hombre. —¿Cómo estás viejo amigo? —le preguntó al lobo color chocolate, Briana vio que era el Alfa Ryan—, sé que no estás muy bien que se diga con Kevin, pero si lo dejas salir, te prometo que te ayudaré. El lobo color chocolate mostró sus e
Briana llegó en un jeep de su manada a la Manada Celeste. Kevin estaba inconsciente y su padre lo llevó a su propia manada, Briana no lo siguió de inmediato, quería ir sola, habían cosas que debía averiguar. En la entrada le permitieron la entrada con el respeto y cortesía dados a una Alfa, aunque solo fuera humana; en la entrada de la casa estaba una mujer atractiva de cabello castaño oscuro muy erguida discutiendo con una chica. —No entrarás Ava, muchas gracias por preocuparte por mi hijo, pero a mi casa y mi cara la respetan, ahora vete a hacer tus obligaciones. Ava miró a Briana y pasó por su lado gruñendo. Briana entendió que era la loba que vio con Kevin, pero por su actitud, porque por la lejanía y oscuridad no podía estar segura. —Buenos días, perdone, supongo es usted la Luna. —Así es, mi nombre es Carrie, es un placer conocerla hoy, no pude el otro día. —Luna Carrie, perdone, pero… —No, ni se te ocurra disculparte, pasa adelante. Debes querer ver