Kevin cargó a Briana como un saco al hombro, poco le importó los golpes que la chica le daba en la espalda.
—Silencio niña, no eres capaz de hacerme daño, solo irritarme más de lo que estoy.
—No puedes tratarme de esta manera, es indignante, ¿acaso no te enseñaron la manera correcta de dirigirse a una Alfa?
—Estoy a punto de devolverte al río y espero que solo seas una loca y no quien dices ser. Jamás he escuchado de un lobo que pierda sus poderes, la cosa es que si en Luna de Hielo tienen humanos como mascotas es mucho peor ¿qué clase de manada es Luna de Hielo? —masculló Kevin.
Pero a Briana no le importaban sus cavilaciones, estaba ya bastante preocupada por su situación.
«Kila ¿dónde estás?»
Repetía en su fuero interno, sin obtener respuestas.
Kevin corrió a velocidad sobrenatural hasta su manada y la metió en un jeep.
Mucho más desconcertada quedó Briana al sentir náuseas por la hiper velocidad que ella siempre ha disfrutado.
Kevin no se dio cuenta de esto, ya que le dió la espalda y buscó en una caja metálica detrás de los asientos.
Sacó un suéter de manga larga y se lo dio a ella.
Briana se lo puso y le quedaba enorme, pero le daba algo de calor que la hizo sentir alivio.
Kevin se puso un pantalón de mezclilla con agilidad, se montó en el jeep y su rostro estaba serio.
Tenía barba delgada y el cabello que creyó negro, se veía más claro al secarse con la brisa, el sonido de castañeo de los dientes de Briana era lo único que se oía.
Pronto estuvieron en la entrada de la manada Luna de Hielo y Briana pidió que le dieran acceso.
Los guardias de inmediato obedecieron, haciendo un asentimiento sin mirar a la cara de Briana en señal de respeto.
Kevin se dio cuenta que ella era en verdad la Alfa de esta manada, entró a toda velocidad y en la entrada de la casa estaba Thalia que fue por Briana y la abrazó.
—¡Ahora usted me va a explicar que clase de broma es esta!, ¿cómo es posible que la Alfa de esta manada sea humana? —espetó muy furioso Kevin a la luna Thalia.
—Dale gracias a la diosa que no mando a que te azoten por gritarle a la luna de la manada Luna de Hielo —decretó Briana con toda la altivez de Alfa—, será mi muestra de agradecimiento por salvarme del río y la única falta que te permitiré.
—Alfa Kevin, no tengo porque dar explicaciones de temas concernientes a nuestra manada, a partir de que usted se una a mi hija en matrimonio tendrá acceso a esta manada, no mientras tanto.
Kevin se montó de nuevo en el jeep y se fue furioso.
—Ni en sueños me casaré con él…
—Hija estás tiritando de frío…
—Así es mamá, necesito a Zulma, algo le pasó a Kila, no la encuentro dentro de mí.
Su madre quitó la mirada de ella.
—Tú te fuiste a buscar peligro, sola en el bosque, yo no puedo permitir que tú también mueras.
—¿De qué hablas madre? yo solo fui al bosque porque…
—Briana, te casarás con el Alfa Kevin, él enfrentará a los Rogues cuando vengan por nosotros y es todo.
—¡No!, yo soy la Alfa de esta manada, aquí yo dicto las normas.
—No hicimos la ceremonia, así que sigo siendo quien dicta las órdenes.
En ese momento llegó Zulma.
—¡Tú me hechizaste! —Briana se le fue encima a Zulma a la que adora, pero ahora mismo es su enemiga—. Mataste a Kila —la acusó.
Zulma detuvo las manos de Briana sin inconveniente.
—Kila solo está dormida…
—Yo se lo pedí, y lo volvería hacer, así que es suficiente Briana —dictaminó Thalia con lágrimas en los ojos—, Briana se limpió sus propias lágrimas de impotencia y caminó hasta su habitación.
Kevin llegó a Manada Celeste muy furioso buscando a su padre, sus amigos Bradley y Arthur se dieron cuenta de su estado.
Entraron con él al despacho del Alfa, temen por lo que sea capaz Kevin ahora, ya que tiene muy mal temperamento, sobre todo de un tiempo a la fecha.
—¡Acabo de conocer a mi futura esposa! —gritó furioso a su padre abriendo sin haber tocado antes—, es una humana, ¿tú lo sabías?
—¿Pero qué tontería has dicho?, estás confundido, eso es imposible.
—Pues no lo es, cuando vi a esa hechicera con la Luna Thalia, ella me dio mala espina, esa manada es peligrosa.
—Pues alguna explicación lógica ha de haber, ya mismo voy a averiguar.
—No te preocupes, es obvio, esas mujeres le tienen miedo a los Rogues y duermen sus poderes para inspirar lástima mientras otro arriesga el pellejo por ellas. No me interesa escuchar una absurda historia de estrés postraumático por la muerte del padre, cumpliré mi palabra porque necesito que tu cumplas la tuya y liberes a Ava, ella es lo único que me importa…
Kevin se fue dejando a sus amigos frente a su padre.
—Mi Alfa, realmente no encuentro sentido en que un licántropo abandone sus poderes —inquirió Bradley.
—Pues una loba despreció a su pareja por Kevin —inquirió Arthur—, quizás en Luna de Hielo se enteraron de Ava, y la Alfa quiere inspirar lástima, como dijo Kevin, una treta para manejarlo y que sea solo nuestra manada la que arriesgue el pellejo.
—Pues con eso lograron lo contrario, nunca lo vi tan furioso, sus ojos cambiaban estaba a media fase —exclamó atónito Bradley— ¿usted había visto algo así, mi Alfa?
—Kevin tiene 570 años, su lobo necesita a su verdadera mate, se está volviendo salvaje, apuesto a que la armonía de él y Kevin está muy mal —reflexionó Ryan—, por supuesto que noté que su lobo y él quedaban a media fase, Bradley, Arthur, deben cuidarlo, me preocupa, no lo hiciera hacer esto si no fuera por proteger a la manada.
El día planeado llegó, Emma emocionada hablaba como loro de las flores y el vestido, pero Briana seguía en la misma posición, sentada con las rodillas al pecho mirando desde su ventana hacía el bosque.
Se había negado a comer y a beber, se sentía abandonada sin Kila y su padre.
Su hermana la odiaba y al parecer su madre también, porque no conseguía razón para tanta crueldad.
—Llegó la hora Briana, debes vestirte.
—No lo haré —le dijo con resentimiento a Emma, su mejor amiga que tuvo la delicadeza de bajar el rostro.
—Briana colabora y te devolverán tus poderes.
—Mi madre me ha despojado del orgullo y el respeto de mi manada, ¿para qué?
—Un paso a la vez, Briana, ya están llegando de la Manada Celeste, son gente educada y tus suegros se ven agradables.
—¿Él no ha llegado? —preguntó Briana con esperanza—, quizás no venga, él no puede estar de acuerdo con esto, estamos a puertas de una guerra y yo no puedo ayudarlo.
Sophia abrió la puerta, apretó los labios y negó con la cabeza cuando vio a Briana con la misma camiseta de hace dos días.
—Madre dice que Briana debe salir, que llegó Alfa Kevin.
Briana se soltó a llorar, sentía miedo, desesperación y mucha impotencia.
—Emma, ayúdame a escapar por favor —suplicó Briana.
—Egoísta, desvergonzada, es que no descansarás hasta acabar con la familia —la acusó Sophia—, mi padre dio la vida por ti, no puedes tú hacer una simple transacción por tu manada.
—Tú no entiendes Sophia, me arrancaron a mi padre y también a Kila y me entregan a un hombre que no es mi pareja destinada.
—Yo perdí a mi padre y adivina, no conozco a mi loba aún y no ando dando pena, y además madre no te pide que olvides a tu pareja, es solo algo temporal.
—El contrato exige que él no podrá marcarte, Briana —murmuró Emma.
—Mejor es que te vistas —espetó Sophia—, estás asquerosa y te casarás con él de cualquier forma, mejor que sea con un bonito vestido.
Sophia se fue con un sonoro portazo, afuera Kevin tenía el ceño fruncido y las manos en los bolsillos llevaba un smoking de gala, su padre se acercó a él.
—¿Todo bien? —le preguntó, en estos dos días, Kevin no le había dirigido la palabra.
—Espero que tan pronto quede este asunto zanjado liberes a Ava.
Kevin esperó frente a un altar llenos de flores en un claro del bosque y un representante del rey de los todos los lobos oficiará la ceremonia.
Briana caminó llevada por su madre del brazo en medio de todos, en lugar de su padre.
Kevin la esperaba imperturbable, pero cuando la tuvo a su lado miró sus ojos verdes y cabello oscuro pensó que era muy bonita.
Tomó un mechón errante de su peinado y lo puso detrás de su oreja.
Briana se le erizó la piel donde los dedos cálidos de Kevin la tocaron, ambos se veían a los ojos en el momento que el representante del rey pidió atención.
Briana escuchó las palabras de unión, compartimiento de las responsabilidades y deberes y quiso huir, pero Kevin tomó su brazo con rabia.
A él lo compraban como un perro guardián y esta Alfa que seguía siendo humana por una razón incomprensible para él, era una malagradecida.
Además que él necesita que Ava salga del calabozo donde está injustamente.
Briana quería llorar, pero el orgullo se lo impedía, así que a la acostumbrada pregunta qué Kevin aceptó de manera fuerte y clara.
Ella escupió el “sí acepto” mirando a su madre y a Emma con resentimiento.
Briana quería regresar a su recamara, pero Kevin no se lo permitió. —Quita esa cara, no quiero que se enfrenten nuestras manadas y nos matemos antes que lleguen los Rogues. Ryan pidió un aplauso para los novios y Emma se encargó de poner música y que se diera mucha comida, para que las dos manadas comiencen a convivir en armonía. Después de un rato, Thalia se acercó a los novios. —Briana ven conmigo —su hija la miró esperanzada en que hubiera entrado en razón—. Les recuerdo que deben comportarse con propiedad, ya que es evidente que su unión no es destinada por nuestra magia —ahora se dirigió a Kevin—, dentro de un rato despidete, les he asignado una habitación para ustedes, vengo a recordarle que no debe marcar a Briana. —¿Tanto me odias por ser la culpable de la muerte de mi padre? —murmuró Briana a su madre, Kevin las miró asqueado, pensando lo peor de Briana. «Si fue capaz de llevar a su padre a la muerte quizás por eso le quitaron sus poderes» Esta nueva
—Kevin, me haces daño —dijo Briana sin poder evitar llorar de dolor, su carne está a su merced ya que toda la ropa yace echa girones en el piso, el Alfa gruñé y existe una sola manera de que le demuestre que ella debe estar a su merced, se metió entre sus piernas, embistió su carne inocente de un tirón haciendola gritar y en su vida ni siquiera al recibir su loba por primera vez sintió un dolor semejante, siente como si hubieran puesto un soplete en su cavidad, no conforme entró y salió furioso una y otra vez y ella siente tanto dolor que desea desmayarse, pero lamentablemente no tiene tanta suerte, él está bufando y gruñendo desesperado. —Por favor, me haces daño, para, por favor, para —suplicaba ella. Pero ya no tiene fuerzas para gritar y ha optado por quedarse suave como una muñeca de trapo para evitar que la mate, porque sus heridas no sanaban rápido como siempre… Él llegó a la liberación y salió de ella, está desconcertado, pero la voz de súplica, la escuchó Kevin di
Ryan con toda su manada tuvieron que regresar a sus tierras, el ejército de Luna de Hielo le pidió respetuosamente, pero de manera tajante que solo seguirán órdenes de su Alfa Briana, y pues ella no colaboró y le pidió a los invitados irse en paz. Ahora Ryan en compañía de su propio ejército busca a Kevin en terrenos de nadie, allí es más difícil, pues no solo pueden haber humanos, también pueden encontrar a los Rogues. Briana iba en la camioneta de la familia, conducía un integrante de su ejército y su madre y hermana junto a ella en la parte trasera. Zulma iba adelante en el puesto de copiloto, detrás y delante de ellos van dos jeep cubriendolos por si acaso, irían hasta el aeropuerto. Emma les había conseguido pasajes directos a Rusia, luego irían al reino de los lobos, una ciudad escondida a la que llaman “la corte”. —Es increíble lo que puede lograr Emma cuando se lo propone —musitó Briana enfurruñada. —Afortunadamente, porque tú no mides las consecuencias
Briana sintió mucha rabia, por sentirse vulnerable ante este lobo que no conocía y que la iba a matar. —Adelante, ¡mátame de una vez! El lobo se acercó a ella en segundos y Briana solo cerró los ojos esperando su inminente final, pero no pasó nada. Se atrevió a abrir los ojos segundos después y vio al lobo examinando el entorno, sacó la enorme cabeza de la camioneta y olfateó con desagrado a Zulma. Sacó su cuerpo sin vida utilizando su hocico y la acostó fuera, luego sacó el asiento que aprisionaba a Briana, ella gritó de dolor y más lobos llegaron. El lobo color chocolate se detuvo frente a ellos con todo el pelaje erizado y gruñendo. El lobo que encabezaba los nuevos integrantes era un poco más claro y se transformó en hombre. —¿Cómo estás viejo amigo? —le preguntó al lobo color chocolate, Briana vio que era el Alfa Ryan—, sé que no estás muy bien que se diga con Kevin, pero si lo dejas salir, te prometo que te ayudaré. El lobo color chocolate mostró sus e
Briana llegó en un jeep de su manada a la Manada Celeste. Kevin estaba inconsciente y su padre lo llevó a su propia manada, Briana no lo siguió de inmediato, quería ir sola, habían cosas que debía averiguar. En la entrada le permitieron la entrada con el respeto y cortesía dados a una Alfa, aunque solo fuera humana; en la entrada de la casa estaba una mujer atractiva de cabello castaño oscuro muy erguida discutiendo con una chica. —No entrarás Ava, muchas gracias por preocuparte por mi hijo, pero a mi casa y mi cara la respetan, ahora vete a hacer tus obligaciones. Ava miró a Briana y pasó por su lado gruñendo. Briana entendió que era la loba que vio con Kevin, pero por su actitud, porque por la lejanía y oscuridad no podía estar segura. —Buenos días, perdone, supongo es usted la Luna. —Así es, mi nombre es Carrie, es un placer conocerla hoy, no pude el otro día. —Luna Carrie, perdone, pero… —No, ni se te ocurra disculparte, pasa adelante. Debes querer ver
Briana salía de la habitación de Zulma con su grimorio en sus manos. —Alfa Briana, en la sala la espera el Alfa Kevin —indicó una joven del servicio de la casa. —Gracias, iré de inmediato —Briana pensaba ir ella a la Manada Celeste para conversar con Kevin, pensó que él se había acercado a pedirle perdón. Sin embargo la actitud de Kevin no demuestra humildad, todo lo contrario, la espera de pie; incluso con las manos en la cadera, llenando el espacio con su porte de Alfa. —Alfa Kevin, pensaba ir a Manada Celeste a hablar con usted —inquirió ella con la misma actitud que él. Kevin observó el libro con portada de cuero con el símbolo de los hechiceros antiguos en las manos de Briana. —¿Qué demonios fue lo que me hiciste? —preguntó Kevin indignado y seguro de su culpabilidad. —¿Perdón? —contestó Briana impactada, cruzó los brazos y dejó salir una risa burlona. —No te hagas la inocente, después de hablar contigo no me siento bien, ¡tú me hechizaste! —¿Acaso eres
Kevin se sintió vacío en cuanto escuchó las frías palabras de Briana, la soltó, pero no se separó sintiéndose aún aturdido. —¿Qué tendrás que me fascinas? Briana seguía contra la pared y las palabras de Kevin la tomaron por sorpresa, sintió una extraña descarga explotar en su pecho y sus mejillas se coloraron. Kevin sonrió con suficiencia e inhaló fuerte por la nariz, y ahora ella no tiene miedo, pero sí una terrible vergüenza, él es lobo y sabe exactamente lo que ella acaba de sentir ante sus simples palabras, quiere patearse a sí misma. Caminó junto a él. —Sígueme, te presentaré a mi ejército. —¡Su atención, por favor! —gritó Briana, todos los hombres hicieron formación delante de ella. —Son muy pocos —interrumpió Kevin antes que Briana le diera permiso de hablar, ella lo miró con un perfecto mohín de desaprobación—. ¿Qué?, ah, por favor, no me veas así, no estamos para protocolos absurdos. —No es un protocolo absurdo —pronunció ella con los puños apretad
«Es deseo…, debo estar loca, ¿cómo puedo ver atractivo al hombre que me agredió y al cual aún le temo?, es decir, me puede matar si pierde de nuevo el control» Kevin sonrió satisfecho por la mirada que Briana le dedicaba, solo le faltó poner una pose, ella se aclaró la garganta. —¿Acaso no sabes de historia? —le preguntó y es que ya lo había reflexionado, no siguió mirando el hermoso torso desarrollado del hombre ni esa V que se marca debajo del ombligo. «Calmáte Briana, me moriría de vergüenza si detecta que me gusta, me creerá loca, yo creo que estoy loca» Kevin sonrió y negó con la cabeza. —La historia no es lo mío. Briana tardó un instante en poner sus ideas en orden. —Los Alfas no tienen otros Alfas como parejas destinadas, tener un mate es una bendición de la diosa Luna, la idea es que se complementen, no que peleen por el mando. Kevin movió los hombros. —Pues tiene sentido, la verdad nunca he prestado atención a ese asunto de las parejas destinadas.