Briana quería regresar a su recamara, pero Kevin no se lo permitió.
—Quita esa cara, no quiero que se enfrenten nuestras manadas y nos matemos antes que lleguen los Rogues.
Ryan pidió un aplauso para los novios y Emma se encargó de poner música y que se diera mucha comida, para que las dos manadas comiencen a convivir en armonía.
Después de un rato, Thalia se acercó a los novios.
—Briana ven conmigo —su hija la miró esperanzada en que hubiera entrado en razón—. Les recuerdo que deben comportarse con propiedad, ya que es evidente que su unión no es destinada por nuestra magia —ahora se dirigió a Kevin—, dentro de un rato despidete, les he asignado una habitación para ustedes, vengo a recordarle que no debe marcar a Briana.
—¿Tanto me odias por ser la culpable de la muerte de mi padre? —murmuró Briana a su madre, Kevin las miró asqueado, pensando lo peor de Briana.
«Si fue capaz de llevar a su padre a la muerte quizás por eso le quitaron sus poderes»
Esta nueva teoría era peor de lo que antes pensaba.
—Esta manada es de víboras —musitó cuando Thalia se llevó a Briana tomándola por el codo cuando se dio cuenta que ella iba a formar un escándalo frente a todos.
Kevin disgustado caminó en dirección al río y entonces vio la loba color gris de cola blanca y su alegría fue inmensa.
—¡Ava! —exclamó y su amada se materializó en el lugar de su loba.
—Kevin, amor mío —expresó con su dulce voz de soprano—, tu padre me encarceló —corrió hacía él y lo abrazó desesperada.
—Ya estás conmigo, no permitiré que mi padre vuelva a dañarte.
—Fue horrible Kevin, vine por el río para limpiarme, pero me liberaron, ¿quiere decir que te casaste?
—Tuve que hacerlo Ava, pero lo hice por ti, para que te liberaran, pero vámonos de una vez, seamos libres, renunciemos a las manadas, nosotros nacimos para ser libres de amarnos.
Ava abrió mucho los ojos.
—Qué más quisiera yo —Ava se concentró en sentir tristeza, sabía que él podía detectarlo si lo fingía—, no me imagino vivir huyendo, tendríamos que entregarnos a nuestras bestias por un largo tiempo, sabes que detesto alimentarme siendo una loba.
—Ava, es nuestra naturaleza, somos lobos, creí que preferirías que huyeramos a perderme.
—Pero no tengo que perderte, seguramente esa heredera tiene amantes, es una Alfa, solo debe pedir a un macho para que de rodillas estén a sus pies —Ava se sentía triste, pero por no ser ella una Alfa y gozar de ese poder de hacer lo que le venga en gana.
—Dices que no te importa —inquirió Kevin con duda—, es mi esposa ahora, Ava, compartiremos cama, vendré a ti oliendo a ella.
Ava apretó los puños y siente celos, ella a su manera quiere a Kevin, o quiere la forma de él quererla, sin magia, sin designios de la diosa, solo por ella, pero la heredera tiene una fortuna en diamantes que también anhela.
—Me encerraron para castigarte, si huyes conmigo y te capturan te echarán de la manada y a mí me matarán.
—¿Dudas de mi capacidad para cuidarte?
—La manada te necesita, a mí ya me tienes.
Ava lo besó y luego se echó atrás.
—No puedo, alejate, tu esposa sentirá mi aroma y tendrás problemas.
—Ella es humana, no sabrá nada.
Para Ava fue una sorpresa, esperaba que Kevin le dijera que no le importaba que lo supiera, ella quería sentirse más importante que una Alfa, no que ella fuera la amante escondida y una simple humana la dueña de su macho.
—¿Qué quieres decir?
—No lo sé, por una extraña razón mi esposa no tiene sus poderes licántropos.
—Pues mejor para ti —le recriminó Ava—, no quieres que se entere, como siempre soy tu puta.
—No seas ridícula Ava, te he ofrecido largarnos muy lejos.
Ava se arrepintió, no quería hacerlo enojar, últimamente está muy cascarrabia.
—Solo no olvides que te amo, cumple con tu deber, te esperaré aquí, regresa a la medianoche y yo te daré la despedida de soltero, Alfa —Ava lo abrazó y mordió el cuello como a él le gusta.
—¿Quién dijo que yo quiero una despedida?, tú eres mi mujer, mi única loba.
—¡Vaya, vaya, pero que tenemos aquí! —ambos vieron hacia arriba, era Briana quien les gritaba desde la elevación rocosa a la altura de la casa—. No se ha secado la tinta en el acta matrimonial y el contrato y ya haces promesas de amor a otra.
Kevin soltó a Ava y estuvo al lado de Briana en dos segundos subiendo a hiper velocidad.
—No te permito que me hables así, no es tu problema a quien veo, tú y yo no somos nada realmente.
—¿Por qué si tienes pareja aceptaste esta boda?
—¿Por eso no tienes tus poderes?, renunciaste a ellos para poder casarte conmigo y ponerme a mí en riesgo y no a tu pareja. Dime quien es el cobarde que teme enfrentar a los Rogues
—No es tu problema —le dijo Briana con el mismo tono empleado por él antes.
—Camina a la casa, deberías estar esperándome, no andar de entrometida.
—Es mi manada, esa mujerzuela no pertenece aquí, es ella la que está donde no debe.
—Ella es mía y estará donde yo esté, me compraron para defender a tu manada, pues ella viene conmigo.
—Pues largate con ella, no me importa, si la cosa es comprar a un Alfa, pues entonces compro a otro y problema resuelto.
—Te enseñaré a respetar a tu Alfa.
—Tú no eres mi Alfa.
—Pues hay un papel que dice lo contrario, no podrás buscar a otro, porque ya me aceptaste a mí.
Kevin la cargó de nuevo en su hombro, entró a la casa por una puerta paralela y Briana escuchó que preguntó:
—¿Cúal es nuestra habitación?
—Pues sigue el camino de pétalos, genio —contestó Sophia sarcástica, Kevin le pasó por un lado a la muchacha de 15 años.
—Sophia, llama a mi mamá —le suplicó Briana con un nudo en la garganta encaramada en el hombro de Kevin, sentía mucho miedo, pero su orgullo le impedía reconocerlo.
—Es tu esposo, tanta tontería por pasar una noche follando con un macizo como este Alfa, eres una m*****a egocentrica que disfruta ser el puto trofeo.
Kevin volteó y miró a la niña, masticaba chicle y usaba sombra, ropa negra y maquillaje oscuro.
—Qué boquita, ya veo que saben mucho de follar ustedes dos —Sophia puso los ojos en blanco y siguió su camino.
Kevin siguió el rastro de pétalos de flores, abrió la puerta y encontró una cama enorme llena de más pétalos, tiró a Briana sin miramientos.
—Aléjate de mí —exclamó Briana con altivez pegándose al cabecero con las rodillas al pecho.
—Tú y yo vamos a tener las cosas muy en claro —dictaminó Kevin, mirándola a los ojos en voz baja—, vas bajando esas ínfulas, eres una patética humana que no puede ni compararse conmigo, acepta que soy tu Alfa, tu dueño...
—Yo no soy una esclava…
—Pues lo hubieras pensado antes de faltarme el respeto a mí y a mi mujer.
—Esa loba no es tu pareja, nadie puede ser tan abominable como para aceptar estar lejos de su pareja destinada.
Kevin siente como la ira asciende y es que Briana sin darse cuenta da justo en el clavo, su lobo brama en su pecho sintiendo como la ira de Kevin es como gasolina para el fuego de su propia ira, el balance entre Kevin y su lobo está más inestable que nunca.
—Callate, no te permito hablar de ella, limítate a no estorbar, y yo mataré a los malditos Rogues que amenazan tu manada.
—Eres tú quién debe respetarme, soy yo la Alfa y quien te ordena a ti, porque si yo ordeno a mi gente que no te sigan no lo harán y te matarán los Rogues sin que nadie mueva un dedo por ayudarte.
Los ojos de Kevin cambiaron y Briana se sorprendió, pensó que si el hombre se transformaba iba a aplastarla, pero no lo hizo, quedó a media fase, dejó de ser un hombre racional, se convirtió en una bestia y Briana hubiera preferido que se transformará en lobo por completo y la masticara, antes de que hubiera hecho lo que hizo.
Kevin con sus pupilas dilatadas y brillantes de lobo gruñía con las garras afiladas en sus dedos desgarrando su ropa y llevando parte de su carne en el proceso, era imposible para Briana quitárselo de encima, mucho menos razonar con él.
—Kevin, me haces daño —dijo Briana sin poder evitar llorar de dolor, su carne está a su merced ya que toda la ropa yace echa girones en el piso, el Alfa gruñé y existe una sola manera de que le demuestre que ella debe estar a su merced, se metió entre sus piernas, embistió su carne inocente de un tirón haciendola gritar y en su vida ni siquiera al recibir su loba por primera vez sintió un dolor semejante, siente como si hubieran puesto un soplete en su cavidad, no conforme entró y salió furioso una y otra vez y ella siente tanto dolor que desea desmayarse, pero lamentablemente no tiene tanta suerte, él está bufando y gruñendo desesperado. —Por favor, me haces daño, para, por favor, para —suplicaba ella. Pero ya no tiene fuerzas para gritar y ha optado por quedarse suave como una muñeca de trapo para evitar que la mate, porque sus heridas no sanaban rápido como siempre… Él llegó a la liberación y salió de ella, está desconcertado, pero la voz de súplica, la escuchó Kevin di
Ryan con toda su manada tuvieron que regresar a sus tierras, el ejército de Luna de Hielo le pidió respetuosamente, pero de manera tajante que solo seguirán órdenes de su Alfa Briana, y pues ella no colaboró y le pidió a los invitados irse en paz. Ahora Ryan en compañía de su propio ejército busca a Kevin en terrenos de nadie, allí es más difícil, pues no solo pueden haber humanos, también pueden encontrar a los Rogues. Briana iba en la camioneta de la familia, conducía un integrante de su ejército y su madre y hermana junto a ella en la parte trasera. Zulma iba adelante en el puesto de copiloto, detrás y delante de ellos van dos jeep cubriendolos por si acaso, irían hasta el aeropuerto. Emma les había conseguido pasajes directos a Rusia, luego irían al reino de los lobos, una ciudad escondida a la que llaman “la corte”. —Es increíble lo que puede lograr Emma cuando se lo propone —musitó Briana enfurruñada. —Afortunadamente, porque tú no mides las consecuencias
Briana sintió mucha rabia, por sentirse vulnerable ante este lobo que no conocía y que la iba a matar. —Adelante, ¡mátame de una vez! El lobo se acercó a ella en segundos y Briana solo cerró los ojos esperando su inminente final, pero no pasó nada. Se atrevió a abrir los ojos segundos después y vio al lobo examinando el entorno, sacó la enorme cabeza de la camioneta y olfateó con desagrado a Zulma. Sacó su cuerpo sin vida utilizando su hocico y la acostó fuera, luego sacó el asiento que aprisionaba a Briana, ella gritó de dolor y más lobos llegaron. El lobo color chocolate se detuvo frente a ellos con todo el pelaje erizado y gruñendo. El lobo que encabezaba los nuevos integrantes era un poco más claro y se transformó en hombre. —¿Cómo estás viejo amigo? —le preguntó al lobo color chocolate, Briana vio que era el Alfa Ryan—, sé que no estás muy bien que se diga con Kevin, pero si lo dejas salir, te prometo que te ayudaré. El lobo color chocolate mostró sus e
Briana llegó en un jeep de su manada a la Manada Celeste. Kevin estaba inconsciente y su padre lo llevó a su propia manada, Briana no lo siguió de inmediato, quería ir sola, habían cosas que debía averiguar. En la entrada le permitieron la entrada con el respeto y cortesía dados a una Alfa, aunque solo fuera humana; en la entrada de la casa estaba una mujer atractiva de cabello castaño oscuro muy erguida discutiendo con una chica. —No entrarás Ava, muchas gracias por preocuparte por mi hijo, pero a mi casa y mi cara la respetan, ahora vete a hacer tus obligaciones. Ava miró a Briana y pasó por su lado gruñendo. Briana entendió que era la loba que vio con Kevin, pero por su actitud, porque por la lejanía y oscuridad no podía estar segura. —Buenos días, perdone, supongo es usted la Luna. —Así es, mi nombre es Carrie, es un placer conocerla hoy, no pude el otro día. —Luna Carrie, perdone, pero… —No, ni se te ocurra disculparte, pasa adelante. Debes querer ver
Briana salía de la habitación de Zulma con su grimorio en sus manos. —Alfa Briana, en la sala la espera el Alfa Kevin —indicó una joven del servicio de la casa. —Gracias, iré de inmediato —Briana pensaba ir ella a la Manada Celeste para conversar con Kevin, pensó que él se había acercado a pedirle perdón. Sin embargo la actitud de Kevin no demuestra humildad, todo lo contrario, la espera de pie; incluso con las manos en la cadera, llenando el espacio con su porte de Alfa. —Alfa Kevin, pensaba ir a Manada Celeste a hablar con usted —inquirió ella con la misma actitud que él. Kevin observó el libro con portada de cuero con el símbolo de los hechiceros antiguos en las manos de Briana. —¿Qué demonios fue lo que me hiciste? —preguntó Kevin indignado y seguro de su culpabilidad. —¿Perdón? —contestó Briana impactada, cruzó los brazos y dejó salir una risa burlona. —No te hagas la inocente, después de hablar contigo no me siento bien, ¡tú me hechizaste! —¿Acaso eres
Kevin se sintió vacío en cuanto escuchó las frías palabras de Briana, la soltó, pero no se separó sintiéndose aún aturdido. —¿Qué tendrás que me fascinas? Briana seguía contra la pared y las palabras de Kevin la tomaron por sorpresa, sintió una extraña descarga explotar en su pecho y sus mejillas se coloraron. Kevin sonrió con suficiencia e inhaló fuerte por la nariz, y ahora ella no tiene miedo, pero sí una terrible vergüenza, él es lobo y sabe exactamente lo que ella acaba de sentir ante sus simples palabras, quiere patearse a sí misma. Caminó junto a él. —Sígueme, te presentaré a mi ejército. —¡Su atención, por favor! —gritó Briana, todos los hombres hicieron formación delante de ella. —Son muy pocos —interrumpió Kevin antes que Briana le diera permiso de hablar, ella lo miró con un perfecto mohín de desaprobación—. ¿Qué?, ah, por favor, no me veas así, no estamos para protocolos absurdos. —No es un protocolo absurdo —pronunció ella con los puños apretad
«Es deseo…, debo estar loca, ¿cómo puedo ver atractivo al hombre que me agredió y al cual aún le temo?, es decir, me puede matar si pierde de nuevo el control» Kevin sonrió satisfecho por la mirada que Briana le dedicaba, solo le faltó poner una pose, ella se aclaró la garganta. —¿Acaso no sabes de historia? —le preguntó y es que ya lo había reflexionado, no siguió mirando el hermoso torso desarrollado del hombre ni esa V que se marca debajo del ombligo. «Calmáte Briana, me moriría de vergüenza si detecta que me gusta, me creerá loca, yo creo que estoy loca» Kevin sonrió y negó con la cabeza. —La historia no es lo mío. Briana tardó un instante en poner sus ideas en orden. —Los Alfas no tienen otros Alfas como parejas destinadas, tener un mate es una bendición de la diosa Luna, la idea es que se complementen, no que peleen por el mando. Kevin movió los hombros. —Pues tiene sentido, la verdad nunca he prestado atención a ese asunto de las parejas destinadas.
—Emma puedo hablar contigo. Pidió Briana en voz baja en la puerta de la oficina de Emma, ella la miró extrañada porque Briana no pregunta, cuando necesita algo solo entra y comienza a hablar. —Claro, pasa; ¿por qué la seriedad? Briana cerró la puerta. —Es que anoche pasó algo —susurró apenas Briana. —No lo que esperaba —respondió Emma percibiendo solo a Briana y no el aroma de Kevin en ella. Briana puso un dedo en su boca pidiendo silencio. —Casi pasan cosas, pero Kevin terminó durmiendo en el suelo. —¡Qué! —Emma se echó a reír y Briana desesperada le indicaba callarse—. Briana, vi a Kevin entrenando, primero con sus hombres y ahora con los nuestros—, le indicó Emma moviendo la persiana que tenía vista al área de entrenamiento—. A estás alturas todos saben que entre ustedes no hay más que antipatía. —Es de eso que quiero platicarte, la cosa es que siento más que antipatía. —Ah sí, cuenta —Emma se levantó y la llevó a un sillón. —No hay nada que contar