Hola a todos! Espero que les haya gustado el final de Dalila y Lucas :) pueden dejar comentarios en el primer capitulo o donde se presenta la novela, en los 3 puntos a la derecha y dar click en "sobre este libro". Les recuerdo que pueden ver otras de mis historias terminadas: Curvas para el CEO, Una esposa para el Doctor Wagner y Un salvaje para la Duquesa. Gracias por leer! Bso Kika
DalilaHabía tenido un accidente horrible, eso lo recuerdo perfectamente. Había sido estrepitoso, el auto estaba destrozado y volteado, había visto luces fuertes y estaba lloviendo. Escuchaba voces de personas que comentaban que yo había sobrevivido, casi por un milagro. Me habían sacado por una ventana, prácticamente arrastrada. Todo el cuerpo me dolía, pero especialmente mi cabeza, y no podía hablar bien. En un momento estaba acostada en una camilla y sentía como me llevaban por un pasillo, yo observando las luces en el techo de lo que parece ser un hospital. —Doctor… parece estar embarazada— —Ha perdido mucha sangre, no sé si va a poder sobrevivir el bebé— Yo los escuchaba lejos, muy lejos, y solo veía borrones. —No tiene identificación, ni número de contacto— Yo no entendía nada de lo que ocurría, ni que pasó antes de ese accidente. Tampoco recordaba nada más. Luego de que me operaron estuve en coma varios días y cuando me desperté, era simplemente una mujer con
Mi esposo. La sola idea hace que se me ponga la piel de gallina.Tengo la garganta tan seca que no creo que pueda pronunciar una palabra.—¿Cómo... cómo que casada?— pregunto mientras Ernest tiene apariencia de querer salir corriendo de aquí. —Sí, quien notificó su desaparición fue su esposo, Lucas Dantes. Si no me equivoco es uno de los grandes empresarios de New York— ¿Por qué estuve alejada de él por un año? ¿Por qué no me buscó? ¿Quién demonios es Lucas Dantes? ¿Me dejó embarazada y abandonada?—Ernest… ¿Qué es esto? ¿Qué sucede? ¿Tú lo sabías?— le pregunto. Ahora… todo tenía sentido. Estaba embarazada… y me dejó. —Mi amor… por ahora necesito que confíes en mí. Vendré a explicarte. Te lo prometo— dice y sin más, se va por la puerta dejándome sola.Esa noche me acuesto angustiada. Tengo un sueño inquieto, y empiezo a tener pesadillas. De repente me despierto y... hay alguien en mi cuarto. Es un hombre alto, de piel bronceada y cabello negro como la noche.Sus ojos son brillant
Pareciera que cruzamos toda la ciudad, vamos por las avenidas y de repente entramos a un área bastante exclusiva.El chofer me abre la puerta y cuando observo donde nos hemos detenido es una casa magnífica, tiene varios pisos.No bromeaban cuando dijeron que mi esposo era un hombre con dinero. Hay algo de esta casa que me hace sentir... bien.Como no puedo confiar en mi mente... desde hace un tiempo decidí que voy a confiar en mi intuición.Lucas sigue adelante como si yo no fuera nada.La casa por dentro es tan magnífica como por fuera. Muebles claros, elegantes, pinturas fantásticas y esculturas.Veo a las personas que trabajan, que evitan verme. —Señora Dantes... yo soy Victoria, la esposa del señor Octavio y ama de casa de esta propiedad. No puedo explicarle, lo contenta que estoy de verla— dice y me lleva a mi habitación.La habitación es fantástica, la cama gigante, los closets llenos de ropa, una peinadora, un escritorio, todo el máximo lujo.De repente escuchamos unos ladrid
—Yo… no iré contigo a ninguna parte— le contesto titubeando. Él me mira con odio y tengo terror. Yo quiero decirle tantas cosas, que me dejó como si fuera basura, que estaba embarazada y no le importó… pero me contengo. No quiero que me vea como una tonta víctima. Y, sin embargo, doy varios pasos hacia atrás. —No aceptaré un no por respuesta. Vas a venir, fin de la discusión— dice y yo tengo una mezcla de temor, odio y rabia.—Tú... no puedes decirme que hacer…——Lamentablemente si... la doctora dijo que no podías estar sola, y eres mi esposa— dice cual dictador.—Yo… no te importo en lo más mínimo— le digo.—Tú ya tuviste tu momento de jugar a la casita feliz… pero estás en este matrimonio, quieras o no. Tenemos un contrato que tienes que cumplir— dice firme y se acerca a mí. Sus ojos azules centellean, su cicatriz se ve tensa.—Tu… ¿Por qué nunca me buscaste? Me abandonaste…— digo y él parece ofendido. ¿Es broma? Lo que digo es cierto. Sus ojos se pasean por mi rostro, se detienen
En el auto me doy cuenta de que no sé qué esperar al llegar allá. Lo veo de reojo que observa la abertura de mi vestido por donde se cuela mi pierna.—Las personas que estarán allá... ¿Me conocen?...— pregunto. —Sí, la mayoría te conoce. Los Ferrero eran una familia importante en la ciudad. Y si no te conocen por eso… me conocen a mí y saben que eres mi esposa— dice, pero nada más. Yo me quedé observando la ciudad de noche y llegamos a un edificio magnífico, ya hay muchas personas afuera que van entrando, todas ataviadas en sus mejores galas. —Dalila… es mejor que no digas nada. Déjame a mí toda la conversación. Nos represento a ambos ¿Entendido?— me dice a modo de orden. Yo solo quiero hablar con mi hermana y obtener información… así que, lo dejo pasar.Desde el momento en que entramos al lugar observo las miradas de las personas sobre mí y Lucas. Literalmente hay una especie de silencio cuando entramos. No sé si es por mí… o si es que se fijan en él. Es una especie de encuentro e
Lucas ¡Dalila, Dalila! Le grito, mientras corro a tomarla en mis brazos antes de que caiga al suelo. Veo que está inconsciente, mientras el señor Owens le toma el pulso, yo me levanto y voy a Ernest, lo sujeto por la chaqueta, golpeándole la cabeza contra la pared y luego, le doy un golpe directo con mi puño a su nariz. —¡Maldito parásito!— le grito. Lo veo con la nariz sangrando, mirándome con odio—¡Eres un desperdicio de oxígeno, basura!— grito y él se ríe. La poca gente que hay cerca, nos observa con miedo. —Pero si es el señor Dantes… el hombre que perdió a su esposa… ¿Realmente la recuperaste?— dice él de forma burlona. —Aléjate de ella Ernest, si sabes lo que te conviene…—lo amenazo, y me contengo para no caerle a patadas. —Ohhh créeme que sé lo que me conviene, tú eres el que no terminas de entender este juego ¿Solo porque ahora eres rico, crees saber como se maneja este mundo?— me dice entre susurros. —Siempre serás un jardinero…— dice y le golpeo ahora el pómulo y él
Dalila Me levanto con el peor dolor de cabeza de la historia y me cuesta enfocar la vista. Había tenido un sueño donde caminaba en un jardín con lirios, me sentía feliz, paseando, sintiendo el césped bajo mis pies. Quisiera quedarme en ese sueño. Estoy en mi cuarto, sola. Veo que mis zapatos están al costado de mi cama y mis joyas en la mesita de noche. Cuando me paro y me asomo a la ventana, escucho a la señora Victoria exclamar con felicidad. —¡Señora! Qué alegría que ya esté bien, estábamos realmente preocupados por usted— dice y se acerca a mí. Me ayuda, tomándome de la mano, busca un poco de ropa y me prepara un baño. Luego insiste en traerme el desayuno a la cama, y al poco tiempo me encuentro como una princesa, sentada en la cama, con el desayuno en una bandeja. —Señora Victoria... ¿Podría contarme un poco de qué fue lo que sucedió anoche?— —Usted fue con el señor a ese evento ¡Se veía magnífica! Y pareciera que… el ambiente o la situación… quizás la fiesta… le generó e
Dalila — Entonces... ¿Nos conocemos desde hace tiempo? — le pregunto a Celeste. Parece ser una chica sencilla, se viste de forma simple, tiene el cabello un poco corto y castaño, algunas pecas sobre su nariz y los ojos oscuros. Algo de ella me recuerda a mí. A mi vida como Nadia, feliz y sin preocupaciones, una vida sencilla. Luce algo nerviosa, pero realmente contenta de verme. Me pregunto cómo pasó el estricto control de mi esposo. —Ohhh en realidad sí fue hace mucho tiempo, en las empresas Ferrero. Tenía tiempo sin verte y después perdí el contacto contigo cuando...— —¿Cuándo me casé?— pregunto, ella toma su café en sorbitos mientras me responde. —Sí, sí, exactamente a partir de ese momento supe muy poco de ti. Me pareció bastante extraño, ya que por un buen tiempo estuvimos muy unidas— me indica. —¿Sabes algo de mi matrimonio, que quería o pensaba hacer en esa época?— ella parece extrañada. Lo sé… una mujer debería saber de su esposo, por contrato o no. A estas alturas