Bennett En mi niñez siempre me vi solo, las salas eran grandes, pero no había más que un sirviente dispuesto a lamer mis pies si se lo pedía. Nadie más. Al morir mi madre, Joseph se hundió en su despacho ignorándome por días en los que solo coincidíamos por mera casualidad. Las pocas veces que nos encontramos se le iba la lengua de más hasta quedar dormido, mientras regresaba a mi dormitorio a lo mismo, soledad.Con su muerte me dejó peor. Ni siquiera tenía a un fantasma cerca. Mis tres marcas son un gran incentivo de no ser así con ellos. Por más que quiera dejar de verlos no puedo, son tan magistrales que le genera un cierto peso a mis hombros cada vez que estoy frente a ellos. Sumado a eso vienen consigo la familia extensa que tienen, no dejan de estar pendientes de ellos por cualquier cosa. Lo que me indica que no estarán solos si les llego a faltar, esa es una de las razones por las que tolero a todos. No está en mis planes pero todo puede pasar. Sobre todo con las nuevas am
Bennett. —Soy más de invertir en bienes raíces que en las compañías en picada. —comento. —Se corre riesgo de invertir en algo que inevitablemente se vaya al piso y las pérdidas no se puedan recuperar. —En cuestiones de compañías es más habitual invertir en las que tuvieron éxito en un intervalo de un año, se pueden recuperar. —me dice Damien. —Buen ojo. —Tú siempre apuestas por negocios muy riesgosos. —le dice Zarya. —No sé cómo encuentras tantos desesperados en busca de inversores. —Se hallan más en clubes. —escucho al escorpión. —Son los que más apuestan, piden alcohol del barato y se ven con aspecto de no dormir durante días. —O su mal actuar, endeudándose con dinero que saben no podrán recuperar. —añado. Ni siquiera sé cómo demonios la conversación sigue en la que se incluyen otros, perdiendo totalmente la noción del tiempo en el que las preguntas sobre unos cuantos empresarios surgen. A algunos los conozco y doy mi opinión sobre lo que podría servir, mientras el escor
Narrador Omnisciente En un mundo donde el peligro y la lealtad se entrelazan como hilos de acero, el comandante del comando Alfa desciende en un helicóptero con la autoridad de un dios vengador. Su presencia es una sentencia para aquellos que se atrevan a cruzar su camino. Temen y admiran al mismo nivel al hombre por el cual fueron citados en esa pista. La central está en caos, los pasillos llenos de oficiales que tiemblan ante su llegada. Algunos lo admiran en silencio, mientras que otros lo temen como al mismísimo diablo. Nadie se atreve a hablar, a preguntar cuándo llegará, porque el simple rumor de su nombre hace vibrar sus piernas. Las aspas del helicóptero zumban en el aire, y todos se posicionan como piezas de ajedrez en un tablero mortal. El prisionero de la última misión se escapa, y los oficiales corren tras él. Pero la misión es atraparlo vivo, y el fugitivo salta por una rejilla, deslizándose hacia la parte trasera del edificio. La alarma suena, y los oficiales d
Zarya. Intento mantenerme serena mientras me toman del brazo para ponerme en pie casi por la fuerza. —Cuidado, imbécil. Es una chica no emplees más fuerza de la autorizada. ¡George, controla a ese idiota! —el agarre en mi mano se suaviza cuando con voz autoritaria lo reprende una chica que ya me cayó bien solo por mantener en regla a su compañero, porque la jefa se ve claramente que no es. Miro al que ella mencionó y evito torcer los ojos al ver al tipo con traje militar oscuro. Me hacen caminar saliendo de la sala bajando al primer piso donde algunos tipos de seguridad están en un mismo lugar separados de los meseros, las chicas de compañía y los que pudieron atrapar. Con una mirada les indico que se deben abstener de hablar. —¡Jefe! — otro de los sujetos llama a un hombre que habla a gritos con no sé quién por teléfono. Claramente se ve que lo es, por el porte, los músculos aunque esté cubierto casi en su totalidad. La máscara que le esconde el rostro me impide saber s
Bennett.“Mis manos aprietan sus caderas ensartando a la mujer con mi p0lla que palpita dentro suyo, el éxtasis recorre cada músculo y ella comienza a balancearse dificultando mi respiración con la intensidad que su interior me provee. Me aprieta y mi miembro quiere explotar pero la dejo inmóvil. Nunca había sentido el placer que estoy sintiendo y no quiero parar. Su abdomen tiene gotas de sudor y comienzo a recorrer los ojos por su piel marfileña hasta que en su costado veo esa marca en forma de serpiente, en lugar de quitarla por ser la posible asesina de un agente infiltrado, más me aferro a sus caderas, sus manos me acarician los pectorales sosteniéndose de ahí para brincar descontrolada sobre mí. Abrazo su cintura con una mano y la risa que baila en sus labios me pone más. Es jodidamente delicioso sentir como sus paredes me quieren ahogar la p0lla pero resisto. No la voy a dejar ir tan fácil. —Mierd@— siseo inhalando aire para llenar mis pulmones. Hebras de su cabello caen cu
Narrador Omnisciente. En el departamento está el comandante con problemas. El ministro se enteró que pensaba asistir al evento y aunque le prohibió ir, él tiene una corazonada que debe estar en el lugar por lo que se da un baño llamando a Kelly para que se prepare de todos modos. —¿Estás loco? —se ríe la pelirroja que está sentada frente al televisor con un tazón repleto de palomitas y una soda que pensaba degustar, pero el que su jefe la llame le echa a perder los planes . —Solo prepárate , iremos solo los dos. Nadie me puede prohibir que vaya a un lugar a apostar mi dinero. —Te juro que te odio , Evans —Kelly se levanta de mala gana acatando la orden ya que le deja claro que no es un favor lo que hará. —Igual tienes que venir. Así que, date prisa. Refunfuñando se mete a la ducha a empezar a prepararse. Bennett continúa en lo que estaba. No va usar corbata porque no le gusta. Opta por ir completamente de negro, le gusta el estilo. Por su parte, Zarya ya está con
Narrador Omnisciente.Zarya se levanta dejando anonadado al tipo por el que vino, ganó cada racha que jugó y su mirada la recorre al ver el monumento que lo deja escéptico. Es una mujer única, hermosa, buena para el juego y tan sensual que pone a todos a alucinar con tenerla. La sigue cuando nota a dónde se dirige, haciendo justo lo que Zarya quiere; yendo al lugar donde antes esperaba a que llegara, ahora segura de que sí está ahí. Al topo le espera la mejor de sus alianzas o la muerte. Aunque con el comandante ahí, deberá ser cuidadosa. Se para frente a la misma ventana de cristal, esperando a que abra la puerta. Cuando lo hace la chica que les sirve un trago se va, dándole privacidad. —¿Te conozco? —El leve coqueteo no pasa desapercibido para Zarya, pero ninguno le interesa. Nadie tiene lo que ella busca o casi nadie. Menos El topo. __ Deja las tonterías para el resto de mujeres y dime si aceptas la unión que se te propuso hace días. —bebe de su copa con la delicadeza que
Narrador Omnisciente. .—¿Qué tiene que ver una marca tonta a que nos puedan matar? —le cuestiona Zarya cerrando los dedos en el anillo de la hoja filosa que carga consigo. —No evadas. Contesta. —el pensamiento tiene falencias, pero no puede descartar nada cuando sabe lo sigiloso que puede ser el engaño. Lo ha visto tantas veces que una vez más no es de sorprender. Aunque…—¿Discutimos eso, mi comandante? —la rusa alza la mirada, sus pestañas se mueven como un hechizo creado para destruir mentalidades fuertes y para el comandante no es la excepción. —Deja de hacer eso. —presiona su cuello. —¿Hacer qué cosa? —se ríe sin dejar de verlo. —Lo único que quiero es que me deje respirar porque me está ahogando. Su pecho se mueve con tanta fuerza que el aroma que desprende su piel lo hace apretar la mandíbula. ¿Qué demonios tiene esa mujer para hacerlo trastabillar? —Puedo dispararle en la cabeza. —le avisa Damien a su hermana con el ojo puesto en el hombre que sostiene a su hermana.