Los autos ingresaron a la misma casa donde estuve luego del ataque en la fiesta. Era un punto olvidado y oculto, el mejor sitio para refugiarnos y reagruparnos. No dejaba de pensar en Ema y Greg y en si podrían salir o no de la casona. Necesitaba ayudarlos y seguramente lo tendría terminantemente prohibido.Robert abrió la puerta y los que estábamos conscientes llevamos a los heridos a las camas. Se tuvo que hacer una redistribución orquestada por el y por Tania. En las tres habitaciones de los hermanos tuvieron que poner más camas. Era como un campamento y el lugar era estrecho para tantos.En un cuarto se ubicó a Charlie, Abigail y Kal. En el otro estuvieron Connie (la hermana), la cual todavía no me acostumbraba a nombrarla porque tenía muchos apodos, y también Zhang. En la última estábamos Iker y yo, parecía una broma, pero era lo que se dispuso y no podía haber objeciones.Se encontraban recostados tratando de sanar y los que estábamos bien debíamos atenderlos. Zhang me habló cua
(Narra Ema)Mi cuarto asignado era prácticamente un ropero de ropa sucia, lo supe por el olor a humedad que me inundó las fosas nasales la primera vez que entré. Allí me permitían dormir un poco después de mis largas e interminables jornadas de trabajo. Ese era el peor empleo que tuve y tendría en mi vida.Las órdenes del lobo de cobre eran severas, aunque no peores que las de Kat, que siempre tenía una nueva exigencia. Las noches de tortura, eran un veneno amargo. Aprendí que negarme y resistirme a trabajar era inútil, el dolor me obligaba al día siguiente y pelear no lograba tener ni el menor de los sentidos.Ese día la jornada transcurría muy diferente. La atmosfera auguraba muchos nervios, lo podía ver en el aire a pesar de que era solo una humana. La paliza que me dio Kat el día anterior hacía que mis sentidos fueran más débiles, mis ojos estaban cansados de esa concentración que debía forzarme a mí misma.Cada hora debía entregar más armas fabricadas y que funcionaran perfectame
Al saltar por la ventana me topé con la realidad absoluta. En un principio, tenía la certeza de poder volar a último segundo, que mi transformación saliera bajo presión. Es que había volado tanto en el ataque y la sensación había sido tan fantástica que necesitaba esa adrenalina nuevamente. Entonces quería obedecer a mi instinto que me pedía que volviera a salir a cazar, para rescatar a mis amigos de las garras de esa bruja de Kat.Al estrellarme contra el suelo y golpearme todo el cuerpo, me di cuenta que no funcionaba así de fácil. No salieron mis alas, por lo que parte de mi plan había fracaso rotundamente. El cemento hizo que los golpes de dolieran más y si tan solo me hubiera arrojado a unos metros hubiera caído sobre unos arbustos. De igual manera ya era tarde y desde el suelo meditaba sobre qué haría, después de haber fallado.Divisé uno de los autos de Robert estacionados. Él tenía confianza con todos nosotros, seguramente la llave estaría puesta y podría arrancar el vehículo
(Narra Kat)Atrapar a esos dos ingenuos enamorados fue más sencillo de lo que pude esperar. Mi sueño reparador se cortó cuando Nat despertó, y para la mayor de mis sorpresas, no estaba enojado ni nada. Esa bipolaridad suya al fin me ayudó en algo. Había pensado que todos huyeron cuando uno de los lobos que custodiaba el jardín llegó con la premisa de que Ema intentaba escapar. Los tiempos cambiaban y mientras Nat buscaba el control nuevamente de las manadas, yo me aventuré a recuperar a nuestra fabricante de armas perdida.Tuve la fortuna de que los dos fueran muy lentos a causa de su deterioro físico, ambos no estaban con las fuerzas necesarias para huir con facilidad y cada manada que los perseguía había hecho que su escape se demorara. Era una fiesta para mí, que debía desquitar un poco esa frustración de lo sucedido en el ataque de Robert y su familia. Esos lobos antiguos eran una molestia recurrente y pronto lo serían más. Necesitaba sacármelos de encima o Nat se pondría furioso
Lo último que recordé, que sería lo que me quedaría en la mente por mucho tiempo, era el sonido de los gruñidos. Era un ruido de muerte, los colmillos se cerraban apretando mi piel, me estaban mordiendo, sus garras querían cortarme como cuchillos y sus ojos, ansiaban devorarme del todo.No podía hacer mucho para defenderme, los lobos eran tan fuertes que no lograba siquiera poder moverlos o intentar escapar. Comenzaron asfixiándome, el dolor de los cortes era grande y mi cuerpo empezó a sangrar.El sabor de la sangre estaba presente en mi boca, al intentar cubrirme con ambas manos lastimadas. Era un agónico final para mí, después de haber intentado seguir por mi cuenta a pesar de no lograr transformarme. Cerré los ojos con la resignación que me traía perder. Suponía estar lista para morir siendo despedazada por mis enemigos, porque de lo contrario hubiera tenido más oportunidad. Recordé la mirada de auxilio de Ema, que intentaba acercarse a su moribundo esposo.Kat debía estar disfru
La ruta se extendía y logré ver los campos que camuflaban la casa secreta de Robert y su familia. El miedo se multiplicaba en mi al ver que los dos seguían sin reaccionar ni moverse. Greg podía recuperarse estando al borde de la muerte, los lobos a veces tenían esa capacidad. Ema era una humana, si el daño era irreparable no podríamos hacer mucho para salvarla.Me abstuve de detener el auto hasta que llegué a la casa, entrando con la mayor de las velocidades. Seguía de noche, el cielo oscuro revelaba que me marché sin avisarle a nadie ni llamar la atención. El primero en salir fue Zhang, que tenía el olfato agudizado. Luego, Kal se aproximó, reconociendo el rastro de su hermano.Yo intentaba reanimarlos a ambos. Ema tenía pulso aún, diferente de Greg.—¿Está respirando? —pregunté, cuando Kal se acercó con los ojos plagados de pánico, ver a su hermano en esas condiciones no era sencillo en lo absoluto, debía ser el dolor más grande del mundo.Se quedó en silencio mientras estaba a su l
(Narra Kat)La impresión que me dio ver la daga introducida en mi vientre no se quitaba cerrando los ojos. Ni siquiera pude sacarla, porque al intentarlo por poco me desmayo. Así me encontró Nat, en el suelo y llorando desconsolada.—¿Eres tan tonta? Por favor. —puso los ojos en blanco y se arrodilló junto a mí.En un movimiento con su mano, extrajo el puñal que estaba bañado en sangre.El dolor era muy agudo, como si tuviera vidrios dentro de mi estómago y eso hacía que la impresión subiera a límites terribles. Me esforzaba por no desvanecerme.—Levántate ahora si no quieres que vuelva a meter eso en ti. —dijo Nat, ordenándolo con su voz rígida y cruel.—¿Es en serio? —rogué, por un poco de tiempo de comprensión de su parte.Era ingenuo de mi parte creer que empatizaría conmigo y entonces, al volver a mirar la daga con la sangre chorreante, caí al suelo con mi panorama oscureciéndose, aproximándome al desmayo. Ahí vi como Nat me cargaba en sus hombros y me llevaba hacia el interior d
Lavé mi rostro con agua fría para despertarme, necesitaba seguir atendiendo a los heridos. Ema estaba mejorando, respiraba con más normalidad, aunque sus heridas estuvieran allí. Greg, todavía tenía que pelear bastante para estar fuera de peligro. Su hermano lo acompañaba día y noche, vigilando su recuperación.Estaba preparando los medicamentos cuando lo encontré, en la sala. Kal llevaba un temple serio, no había hablado casi nada desde que llegó a la casa, después de huir de la casona de Jayden el día que atacamos.—¿Eso le hará bien? —pregunté, mirándolo con atención.Asintió con la cabeza.—Supongo que es una pregunta retórica para dar charla. —puso un tono más irónico, siempre hacía el mismo cuando algo le fastidiaba. —Claro que le hará bien, es mi hermano, quiero que se recupere.—No seas grosero. —reproché, el asintió. —¿Tú estás bien?—Sí, no fui gravemente golpeado como mis hermanos. Se que Iker está bien y estará mejor, pero Greg me preocupa, él fue sometido a más torturas.