Una confesión culposa

(Ema)

Tomé la mano de Zhang al bajar del auto, a pesar de que no sabíamos a ciencia cierta si allí estaban viviendo. Pero la certeza fue probada a medida que nos acercábamos. Pude ver como estaban las ventanas tapadas por cortinas negras. Al estar a unos escasos metros, divisé una bandera de luto más grande, con un emblema de un antiguo apellido de manadas. Así era la manada de Robert, su vejez en este mundo les dio un poder grande. Yo había oído cientos de historias sobre ellos.

—Lo que te imaginas es cierto. —dije, con temor. —No sé cómo lo tomarán, en especial si ellos creen que…

El cubrió mi boca suavemente, debía de haber escuchado que se aproximaban. Solo Tania salió a la puerta a recibirnos. Llevaba el rostro enrojecido, como si tuviera alguna clase de alergia. Supuse que podía ser algún tipo de brote por estrés a algo semejante. Esta situación debió afectarla negativamente. Llevaba un sueter de lana violeta, con flecos desaliñados, para nada correspondiente con el estilo que s
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