(Nat)El color del cobre se mezcló con las vetas de la plata, ese color encandilaba. Esa fuerza brotó por todo mi cuerpo y no disminuyó al arrodillarme ante mi enemigo. Yo había jurado que los mataría a los dos, sirviendo solo a mi manada. Lejos había quedado el tiempo de mi alianza con Kat y Abi. Kat había desaparecido y el cadáver de Abi ahora descansaba en la tierra de aquel predio que vio como un demonio moría. Ella significó mucho para mí, las dos en realidad, fueron el equipo que nunca tuve en la soledad. La muerte de Abigail sería recordada, al menos por mí, por el resto de mi vida.El ritual que Kat intentó hacer se llevó a cabo y también la habría afectado a ella, por lo cual, podía ser una amenaza en algún momento. Pero estaba sola, eso la detendría por algún buen tiempo, o eso quería pensar al menos.Miré como los demás limpiaban y tomé un trapeador para intentar quitar los restos de refresco pegados al suelo.—Iker es un cerdo, mira como ha dejado la casa. —dijo Kal, al ti
(Keira)Esa mañana, desperté como la mujer más feliz que pisara la tierra. Mi corazón estaba en llamas, por el deseo y la pasión que liberaba al estar despertando al lado del hombre que amaba.El no llevaba puesta camiseta, pasé mis dedos por sus nuevos tatuajes. Al cederle el poder que tenía en mi interior, subieron por su cuerpo delicados hilos de plata, que se mezclaron con los tatuajes de tinta complementándose a la perfección. Sus músculos habían aumentado, su piel se había curtido por la guerra haciéndose todavía más atractivo. Mi cabello se enredó entre sus brazos. Él dormía aún, estaba tan agotado a pesar de que habían pasado dos días desde que la guerra terminó. Solía quedarse dormido hasta las diez y luego, retomaba sus energías a la perfección. Aunque yo también estaba cansada, no podía pasar de las nueve, suponía que era la ansiedad. Nuestra boda se llevaría a cabo en unos días, faltaba tan poco y había tanto que hacer. Sumado a que el pequeño que se gestaba en mi interior
(Zhang)Debía ser sincero, en realidad no tenía ni las más mínimas ganas de ir a buscar a Robert y Tania. Pero Ema necesitaba hacerlo y eso era lo único que yo necesitaba para convencerme. Volví a mi cuarto para cambiarme y buscar un abrigo, porque no sabía de cuantas horas sería el viaje. Me detuve en el pasillo para llamar, así anunciaba que necesitaba un auto lo antes posible. Quería uno cómodo para ella. El muchacho dijo que en una hora estaría aquí afuera, por lo que tenía tiempo libre aún.Un escalofrío me recorrió los huesos y quedé paralizado en el medio del pasillo. Quise enfocar mi vista en el perchero y contemplé, que la fotografía situada anteriormente allí tenía un cambio. En ella se veía a la familia de Iker. Pero la madre ya no tenía cabeza, estaba había sido recortada.Miré hacia el frente y contemplé a la pequeña Gala con la tijera en sus manos.—No debes romper cosas, te regañaran. —dije, tratando de no sonar muy severo.Ella no lo entendió y sus ojos se llenaron de
(Ema)Tomé la mano de Zhang al bajar del auto, a pesar de que no sabíamos a ciencia cierta si allí estaban viviendo. Pero la certeza fue probada a medida que nos acercábamos. Pude ver como estaban las ventanas tapadas por cortinas negras. Al estar a unos escasos metros, divisé una bandera de luto más grande, con un emblema de un antiguo apellido de manadas. Así era la manada de Robert, su vejez en este mundo les dio un poder grande. Yo había oído cientos de historias sobre ellos.—Lo que te imaginas es cierto. —dije, con temor. —No sé cómo lo tomarán, en especial si ellos creen que…El cubrió mi boca suavemente, debía de haber escuchado que se aproximaban. Solo Tania salió a la puerta a recibirnos. Llevaba el rostro enrojecido, como si tuviera alguna clase de alergia. Supuse que podía ser algún tipo de brote por estrés a algo semejante. Esta situación debió afectarla negativamente. Llevaba un sueter de lana violeta, con flecos desaliñados, para nada correspondiente con el estilo que s
(Keira)La decoración estaba increíble, no podía creer que el día al fin había llegado después de haber esperado por tanto tiempo. La alianza brillaba en mi dedo, estaba tan hermosa como él día en que lo recibí. No había visto a Iker, no podía verlo hasta que fuera el momento indicado, como lo mandaban las tradiciones.Estaban arreglándome, un recuerdo invadió mi mente. Me recordó al primer día en que esta locura comenzó, cuando Marcus me preparó para esa subasta en la cual podría al fin saldar mis deudas. Eso pareció una historia pasada, tan lejana que no podía visualizarla a la perfección. En ese momento creí que fue lo mejor que le pasó a mi vida, porque era la oportunidad de pagar todo ese dinero que debía. Recuerdo que era una cantidad abrumadora, no imaginaba como una chica como yo podría alcanzar a pagarlas. Tenía sueños pequeños y fuertes, una casa para que mi sobrina viviera, poder tener su custodia.Ahora, parecía que el mundo se había dado vuelta enteramente. Ema estaba a m
(Iker)La vi llegar caminando con una ligereza sutil, estaba más bella que nunca. El vestido remarcaba sus formas femeninas, las curvas que yo tanto amaba. Mi corazón latía con una intensidad terrible, creí que me daría un ataque. Estaba nervioso, porque a pesar de ahora ser el alfa líder, tenía miedo de que mi propia boda no saliera bien.Cuando sentí la suavidad de su piel al rozar nuestras manos, la felicidad me colmó de pies a cabeza. El hormigueo en mis pies desapareció para dejar solo la alegría del momento, porque estaba viendo a la mujer más bella de la tierra a mis ojos aceptar ser mía para siempre.La vi como la primera vez, como la mujer más seductora que había observado. Su aroma me volvía completamente loco, ahí supe que no podría jamás fijarme en nadie que no fuera ella. Solo Keira era perfecta para mí.El hombre dio las palabras que nos casarían para siempre, frente a la multitud de personas que habían asistido, los lobos y mafiosos que me debían plena lealtad. Mis tatu
(Nat)La boda en aquel momento, terminó con una gran fiesta, de la cual no me retiré temprano como hubiera querido, sino que me quedé hasta casi el final e incluso, me divertí. El sentirme parte de una manada era nuevo para mí y eso me hacía sentir bien. Nunca antes quise reconocer a un alfa, por el rencor que sentía a causa de mi titulo de omega. Pero ahora, las cosas habían cambiado.Después de la boda los años pasaron demasiado rápido. Este era uno de mis departamentos en los cuales guardaba papeles, porque Kal no daba abasto con los números y ahora éramos varios los que debíamos encargarnos de ello. Habían pasado cuatro años y medio desde que Iker y Keira se casaron. Todos seguíamos viviendo en la mansión, que sufrió muchas reformas a causa de los nuevos integrantes.Debía volver antes del almuerzo, porque los fines de semana se acostumbraba a que estuviéramos todos y le prometí a Lukken que estaría allí para jugar con el balón. Me apresuré en conducir de vuelta hacia la mansión c
Tomé aire mientras me colocaban las esposas, el hombre que me inmovilizaba era mucho más fuerte que yo, por lo que era inútil intentar liberarme. Yo me había buscado los problemas supongo, era esa clase de chica. Sonreí, porque incluso en ese momento, cuando estaba siendo aprisionada, estaba siendo yo misma.—¿Estás contenta, Keira? —preguntó con desdén el otro hombre que se acercaba.Claro que lo conocía, era mi proveedor y mi jefe, él se encargaba de darme el dinero que usaba para mantenerme. Debía haberle pagado hacía tres meses, supuse que mi plazo de deuda había culminado.—Anda, perdóname, no volveré a tardarme. —dije, sonriendo, enredando mi cabello lacio y azabache entre mis dedos.—Cállate, no te será tan fácil seguir engañándome. —gruñó Marcus, era mi jefe y tarde o temprano iba a cansarse de mi comportamiento. —Me has timado muchas veces, escúchame, no has pagado todo lo que te llevaste y al parecer, cada vez tienes menos oportunidades.—¿A qué te refieres? —pregunté, enfoc