El aire me daba una ventaja que era adictiva, el bajar los pies a la tierra no me tentaba en lo absoluto. Podía moverme con una ligereza tan habitual, como si tuviera un entrenamiento de toda la vida. Los lobos no podían contra el vuelo, eso los asustaba y los tomaba por sorpresa. No mataba a nadie, no obstante, no iba a convertirme en una asesina porque esa no era mi naturaleza.El fuego que brotaba de mi pecho era tan intenso que el poder salía sin problema. Liberarlos era el primer paso y la estrategia de Robert estaba dando frutos, el era bueno planeando y lo estaba demostrando.—Abran los ojos para ver los engaños a los cuales los forzaron a asimilar. —empezó a decir Robert, el llevaba su armadura, la más antigua de todos los presentes y refulgía con la luz de la luna.La voz de Robert intentaba retumbar y sacar el bullicio de los gruñidos y gritos de guerra. El intentaría salvar a los que pudiera del control del lobo de cobre, era su principal objetivo.Kal puso a salvo a Iker y
Las ruinas donde mantenían a Greg y a los moribundos estaba bajo ataque y fui allí cuando recuperé mi mente y consciencia. Pero Greg ya no estaba, se había marchado y Kal estaba furioso.—Se ha ido a buscar a Ema. —empezó a decir, maldiciendo. —No nos ha permitido seguirlo. Dijo que era su misión y su responsabilidad.—Iré a ayudarlo. —declaré, no podía dejar que los dos estuvieran muertos porque nadie pudo hacer nada para apoyarlos. Kal me detuvo, haciendo que no pudiera empezar el vuelo.—Hay que irse ahora o moriremos todos. Se levantará. —señaló hacia donde Nat estaba desplomado en el suelo. —Si quieres morir puedes quedarte.—Es tu manada, joder, no puedes dejarlos. —dije, con el enojo aflorando en mi interior. Eso no era lógico, abandonar a dos miembros de una manada era una terrible falta de moral.Iker regresó a nuestro lado, dejando el escombro tirado en el piso y cojeando para avanzar. Tenía todo el rostro lastimado, era impresionante mirarlo en ese estado y aun así sonreía
(Narra Kat)Corrí hacia Nat apenas pude ver lo que sucedía, me salvé de que el somnífero me atrapara, pero Abigail cayó, lo que me dio la ventaja para escapar de su ataque. La muy desgraciada sabía pelear y estaba dándome muchos problemas. Sus garras habían alcanzado mi cara y me dejaron un rasguño ardiente en la frente y la nariz. Yo también le hice daño, su vientre fue alcanzado por una de mis armas y eso hace que por poco debe de respirar por unos segundos. El ataque de Keira abrió mis ojos para poder acelerar las cosas, necesitaba que estuviera muerta lo antes posible, de lo contrario las consecuencias serían abrasivas.Los lobos alrededor de Nat habían estado tratando de reanimarlo, Iker los había sorprendido de un modo tan absurdo que pagarían por no haberlo protegido.—¿Qué se supone que sucedió? —pregunté, con los ojos llenos del deseo inagotable de venganza.—No pudimos verlo, estábamos atacando con los somníferos en ese momento. —empezó a decir uno de los lobos, con la cabez
Los autos ingresaron a la misma casa donde estuve luego del ataque en la fiesta. Era un punto olvidado y oculto, el mejor sitio para refugiarnos y reagruparnos. No dejaba de pensar en Ema y Greg y en si podrían salir o no de la casona. Necesitaba ayudarlos y seguramente lo tendría terminantemente prohibido.Robert abrió la puerta y los que estábamos conscientes llevamos a los heridos a las camas. Se tuvo que hacer una redistribución orquestada por el y por Tania. En las tres habitaciones de los hermanos tuvieron que poner más camas. Era como un campamento y el lugar era estrecho para tantos.En un cuarto se ubicó a Charlie, Abigail y Kal. En el otro estuvieron Connie (la hermana), la cual todavía no me acostumbraba a nombrarla porque tenía muchos apodos, y también Zhang. En la última estábamos Iker y yo, parecía una broma, pero era lo que se dispuso y no podía haber objeciones.Se encontraban recostados tratando de sanar y los que estábamos bien debíamos atenderlos. Zhang me habló cua
(Narra Ema)Mi cuarto asignado era prácticamente un ropero de ropa sucia, lo supe por el olor a humedad que me inundó las fosas nasales la primera vez que entré. Allí me permitían dormir un poco después de mis largas e interminables jornadas de trabajo. Ese era el peor empleo que tuve y tendría en mi vida.Las órdenes del lobo de cobre eran severas, aunque no peores que las de Kat, que siempre tenía una nueva exigencia. Las noches de tortura, eran un veneno amargo. Aprendí que negarme y resistirme a trabajar era inútil, el dolor me obligaba al día siguiente y pelear no lograba tener ni el menor de los sentidos.Ese día la jornada transcurría muy diferente. La atmosfera auguraba muchos nervios, lo podía ver en el aire a pesar de que era solo una humana. La paliza que me dio Kat el día anterior hacía que mis sentidos fueran más débiles, mis ojos estaban cansados de esa concentración que debía forzarme a mí misma.Cada hora debía entregar más armas fabricadas y que funcionaran perfectame
Al saltar por la ventana me topé con la realidad absoluta. En un principio, tenía la certeza de poder volar a último segundo, que mi transformación saliera bajo presión. Es que había volado tanto en el ataque y la sensación había sido tan fantástica que necesitaba esa adrenalina nuevamente. Entonces quería obedecer a mi instinto que me pedía que volviera a salir a cazar, para rescatar a mis amigos de las garras de esa bruja de Kat.Al estrellarme contra el suelo y golpearme todo el cuerpo, me di cuenta que no funcionaba así de fácil. No salieron mis alas, por lo que parte de mi plan había fracaso rotundamente. El cemento hizo que los golpes de dolieran más y si tan solo me hubiera arrojado a unos metros hubiera caído sobre unos arbustos. De igual manera ya era tarde y desde el suelo meditaba sobre qué haría, después de haber fallado.Divisé uno de los autos de Robert estacionados. Él tenía confianza con todos nosotros, seguramente la llave estaría puesta y podría arrancar el vehículo
(Narra Kat)Atrapar a esos dos ingenuos enamorados fue más sencillo de lo que pude esperar. Mi sueño reparador se cortó cuando Nat despertó, y para la mayor de mis sorpresas, no estaba enojado ni nada. Esa bipolaridad suya al fin me ayudó en algo. Había pensado que todos huyeron cuando uno de los lobos que custodiaba el jardín llegó con la premisa de que Ema intentaba escapar. Los tiempos cambiaban y mientras Nat buscaba el control nuevamente de las manadas, yo me aventuré a recuperar a nuestra fabricante de armas perdida.Tuve la fortuna de que los dos fueran muy lentos a causa de su deterioro físico, ambos no estaban con las fuerzas necesarias para huir con facilidad y cada manada que los perseguía había hecho que su escape se demorara. Era una fiesta para mí, que debía desquitar un poco esa frustración de lo sucedido en el ataque de Robert y su familia. Esos lobos antiguos eran una molestia recurrente y pronto lo serían más. Necesitaba sacármelos de encima o Nat se pondría furioso
Lo último que recordé, que sería lo que me quedaría en la mente por mucho tiempo, era el sonido de los gruñidos. Era un ruido de muerte, los colmillos se cerraban apretando mi piel, me estaban mordiendo, sus garras querían cortarme como cuchillos y sus ojos, ansiaban devorarme del todo.No podía hacer mucho para defenderme, los lobos eran tan fuertes que no lograba siquiera poder moverlos o intentar escapar. Comenzaron asfixiándome, el dolor de los cortes era grande y mi cuerpo empezó a sangrar.El sabor de la sangre estaba presente en mi boca, al intentar cubrirme con ambas manos lastimadas. Era un agónico final para mí, después de haber intentado seguir por mi cuenta a pesar de no lograr transformarme. Cerré los ojos con la resignación que me traía perder. Suponía estar lista para morir siendo despedazada por mis enemigos, porque de lo contrario hubiera tenido más oportunidad. Recordé la mirada de auxilio de Ema, que intentaba acercarse a su moribundo esposo.Kat debía estar disfru