penas entro al hospital empezó a preguntar por Madison sin embargo la gran mancha roja en su espalda provoco que un grupo de enfermeras se le acercara.–No tengo tiempo para eso –musitó al ser jalado hacia los adentros del edificio –¡Escuche!–Lo que sea que busque puede esperar a que curemos su herida –respondió la enfermera por delante –está perdiendo mucha sangre y si no se atiende puede provocarle una infección. Además no puede entrar a ver a ningún paciente interno porque contaminaría el área, nadie en este hospital le dará el permiso que necesita sino viene adecuadamente.–¿Qué quiere decir con eso?–Que va a necesitar una camisa limpia.Aceptó sin reprochar porque si era lo que necesitaba para verla, lo haría. Se dejó quitar la camisa y tomo asiento en la camilla.–Voy a tocar alrededor de la herida, necesito que me diga si le duele –el moreno asintió.–¿Duele aquí? –él negó –¿Y aquí?–¡KYYYAAAA! –grito de repente –¡TENGA MÁS CUIDADO!–Shhhhh… que sea guapo no le permite ser gr
Ezra tomo aire antes de comenzar a platicar todo. Creando expresiones de sorpresa en Armand y Carla pero no mucha en sus hermanos quienes seriamente escuchaban.–¿Qué acaso no conoces algo llamado condones? –pregunto irónicamente Anthony.–No empieces con tus mamadas –amenazo el moreno.–¡Ya! –silencio Armand –mejor ver a verlo. Anda, tú hijo te espera.Cuando la enfermera le termino de colocar la bata azul y le coloco en brazos al niño su corazón se detuvo.–Cárguelo firme –dijo la muchacha antes de salir –no tenga miedo.Y por segunda ocasión sintió un amor desmedido hacia otro ser, era tan pequeño y frágil que le daba miedo incluso sostenerlo; le sonrió cuando el niño entre abrió sus ojos mostrándole un azul celeste, el pequeño también había heredado el azul de su madre y eso le gustaba. Se convenció de que por nada del mundo los perdería, no ahora, ni nunca.Después de su primer encuentro con su hijo, casi tuvo que obligar a Adrien a que le permitirá a entrar a ver Madison quien a
Se alquila departamento en el quinto piso del edificio del bulevar, vista al mar, dos recamaras, un baño, sala comedor y cocina; SOLO PAREJASEl cerrojo se destrabo abriendo la puerta de par en par, mostrando la amplia sala con un gigantesco ventanal que ocupada en su totalidad el espacio de la sala comedor, justo a un lado de la entrada de la casa estaba la cocina y un largo pasillo, al frente de la puerta mostraba dos puertas abiertas, esas sin duda eran las dos recamaras.– El lugar es bastante amplio – dijo la mujer que con un ligero abultado vientre, entró primero, seguida de una muchacha y un chico que cargaba unas cajas hasta el tope – Al fondo podrán ver las recamaras, una de ellas con vista al mar y la otra tiene solo una ventana con vista al edificio vecino – la mujer no era muy mayor, apenas unos veinticinco, castaña y ojos a juego, se movió hasta
–Sugiero que tú te encargues de la despensa –los ojos ambarinos vieron a su amiga con una ceja arqueada, ella le sonrió de lado –tú comes más. Yo sobreviviría con té y galletas durante todo un año.–Hecho –acepto escribiendo a la vez –entonces tú ocúpate del gas –está vez la mirada fue contraria, pero Asher sin verla se rio aún atento a su teléfono –tardas casi dos horas en el baño, Madi.–¡Eso no es verdad! –se quejó.–Claro que sí, te he tomado el tiempo.–Bien… me ocuparé del gas, pero pagarás la luz –Asher rodo los ojos mientras su amiga se burlaba –eres el que más ocupa la televisión por tus videojuegos.–Trató; pagarás el agua &
–Tengo un maldito horario del infierno –le dijo Asher al dejar caer su mochila en la entrada, quitarse los zapatos y caminar hasta el sillón para dejarse caer boca abajo –mis maestros la mayoría son hombres y todos son unos cabrones.–No exageres –Madison escribía en su libreta sin prestarle mucha atención.–¿Y tú?–¿Yo que?–¿Hiciste algún amigo o amiga? –la pregunta de su amigo la hizo dejar su lápiz a un lado, acomodarse las gafas y tomar las pocas de sus cosas de la mesa.–Te compre la cortina de tu habitación –le dijo antes de marcharse –la deje en tu cama.–Si… gracias –se levantó y entonces al verla se frotó las manos en la cara –Madison… esa era nueva –s
Cruzo los pasillos de la escuela y cada vez miraba en los interiores de cada salón, pero nada, la mujer sensual no estaba por ninguna parte y es que hasta aquel punto comenzaba a soñar con esas curvas perfectas, tenía que tenerla.–Ezra –le llamó el entrenador a sus espaldas, este giro con el ceño fruncido –hoy vamos a tener práctica, te quiero a ti y al resto del equipo en la cancha a las 9 de la noche.–¿Por qué a las 9? Las prácticas siempre han sido a las 8 –el entrenador que escribía algo en su tabla de deportes dejó de hacerlo para verlo a la cara.–Porque la maestra de gimnasia ocupará el lugar a las ocho –los ojos azules de Ezra brillaron –el salón que ocupaba está en remodelación y nosotros le prestaremos por unas semanas el nuestro.–
–¿Solo el jugo? –le preguntó el tipo de ojos negros y cabello a juego, Asher asintió.El hombre pasó el jugo por el láser marcando el precio en la caja registradora e Asher buscó su cartera para paga, en eso la campanilla de la tienda sonó.–Hola Killian –saludó la voz de una mujer justo a un lado de él.–Buenas noches señorita Naomi –contestó el sujeto –¿cigarrillos?–Me conoces bien.–En un momento.Entonces Asher dejó de ver su cartera y vio a la hermosa mujer que había hecho fila detrás de él, tuvo que mirarla dos veces y parpadear muchas más al confirmar que se trataba de su vecina, porque había visto lo suficiente para saber que era ella y con eso se refiera al inmenso trasero
Él aura de enfurecido no se le había pasado aún y sus hermanos lo notaron desde que había regresado bateado por esa mocosa, tan enojado estaba que no pudo ni concentrarse en la práctica y ahora llegaba al salón y veía a Asher otra vez sentado en la mesa de su pupitre, el puto colmo del día.–Oye tú, idiota –Asher se giró recibiendo un golpe directamente en su cara, haciéndolo caer de bruces por el impacto –ve a poner tu trasero hediondo en otro lado.–¿¡PERO QUE PUTAS TE PASA!? –bramó Asher poniéndose de pie de inmediato y agarrándose la mejilla golpeada, pero Ezra simplemente lo ignoro y se sentó sin verlo.–A sus lugares –el profesor entraba a prisa tomando asiento en su escritorio, ignorando las caras de los alumnos, hasta que vio a Asher de pie –Se&ntild