–¡Ezry! –exclamo Armand cuando vio a su hermano entrar a la casa.Pero el moreno ni siquiera lo vio, sino que lo paso de largo con el ceño fruncido, los otros cinco hermanos se miraron confundidos.–Ezra –llamo Carl al verlo atravesar la sala sin prestar atención a nadie –¿A dónde vas?–¿Estás enojado, Ezry? –pregunto Armand por detrás.Entonces se detuvo, apretó los puños antes de darse la media vuelta y encarar a todos.–Me iré a vivir solo –declaro de repente –estoy harto de vivir aquí con Ustedes.–¿Pero qué te pasa, tarado? –cuestiono Anthony –¿Estás así porque las cosas no te salieron como…?El puño de Ezra voló hacia el rostro de su hermano que al recibir el impacto cayó de bruces al suelo, los demás cayeron en cuenta de lo que pasaba cuando el moreno los miro con rabia.–¡No quiero que se vuelvan a meter en mi vida! –espetó con fuerza.Se dio la media vuelta dejando a todos confundidos.–Armand… ¿Qué demonios está pasando? –demando a saber Carl.–Creo que ha perdido a Madison
No fue hasta que ambos pelinegros salieron que Madison pudo ver fijamente a la cara a Jude que aun desde su lugar no dejaba de verla. –Hay algo que debes de saber … –dijo al fin Madison. –Te escucho. –Antes de que se leyera el testamento –Jude entrecerró sus ojos –yo… –Se lo de la carta –le dijo interrumpiéndola, Madison se petrifico –la encontré debajo del florero del salón favorito de tu padre, no es necesario que me expliques nada porque entiendo todo, yo mismo te dije una vez que sabía a lo que me arriesgaba contigo –Madison agacho la cabeza –me costó admitirlo pero sé que lo amas –avanzo hasta ella y la sujeto por los hombros, la pelinegra alzo la cabeza cuando este la sujeto por la barbilla –yo también te amo, por eso mismo, estoy dispuesto hacerme a un lado para que seas feliz con él… –No podemos –se apresuró a decir ella –aún tenemos el problema del testamento de mi padre y no me perdonaría hacerte perder a ti ya tu familia todo lo que han construido, eso sería egoísta de
–¿Por qué haces todo esto? –se atrevió a preguntarle –yo no tengo la culpa de nada… ¡Déjame ir!–¡Oh! Ahora no te vez, ni te escuchas, tan valiente –Naomi se recargo en la silla oxidada y saco de su chamarra una navaja que obtuvo toda la atención de Madison.–¡Déjame ir! ¡Por favor, Naomi! Te lo suplico… juro no decir nada a nadie –otro nueva contracción se produjo haciendo caer su cabeza, por ningún motivo quería que Naomi se diera cuenta, tenía miedo, mucho miedo –Te daré lo que quieras… pídeme lo que quieras… pero por favor… ¡Déjame ir! –la carcajada de Naomi hizo eco en todo el lugar, Madison salto del susto.–Es demasiado tarde, muy tarde putita… –la mujer blanca observaba la navaja, dándole vueltas al filo y entonces se fijó en la embarazada –me quitaste a Ezra, te robaste mi libertad y lo peor es que el muy idiota le sigue siendo fiel a tu recuerdo… aun después de saberte casada, aun después de todo…–Yo… yo… lo deje, no estoy con él… Naomi por favor.–¡CALLATÉ! –grito al levan
penas entro al hospital empezó a preguntar por Madison sin embargo la gran mancha roja en su espalda provoco que un grupo de enfermeras se le acercara.–No tengo tiempo para eso –musitó al ser jalado hacia los adentros del edificio –¡Escuche!–Lo que sea que busque puede esperar a que curemos su herida –respondió la enfermera por delante –está perdiendo mucha sangre y si no se atiende puede provocarle una infección. Además no puede entrar a ver a ningún paciente interno porque contaminaría el área, nadie en este hospital le dará el permiso que necesita sino viene adecuadamente.–¿Qué quiere decir con eso?–Que va a necesitar una camisa limpia.Aceptó sin reprochar porque si era lo que necesitaba para verla, lo haría. Se dejó quitar la camisa y tomo asiento en la camilla.–Voy a tocar alrededor de la herida, necesito que me diga si le duele –el moreno asintió.–¿Duele aquí? –él negó –¿Y aquí?–¡KYYYAAAA! –grito de repente –¡TENGA MÁS CUIDADO!–Shhhhh… que sea guapo no le permite ser gr
Ezra tomo aire antes de comenzar a platicar todo. Creando expresiones de sorpresa en Armand y Carla pero no mucha en sus hermanos quienes seriamente escuchaban.–¿Qué acaso no conoces algo llamado condones? –pregunto irónicamente Anthony.–No empieces con tus mamadas –amenazo el moreno.–¡Ya! –silencio Armand –mejor ver a verlo. Anda, tú hijo te espera.Cuando la enfermera le termino de colocar la bata azul y le coloco en brazos al niño su corazón se detuvo.–Cárguelo firme –dijo la muchacha antes de salir –no tenga miedo.Y por segunda ocasión sintió un amor desmedido hacia otro ser, era tan pequeño y frágil que le daba miedo incluso sostenerlo; le sonrió cuando el niño entre abrió sus ojos mostrándole un azul celeste, el pequeño también había heredado el azul de su madre y eso le gustaba. Se convenció de que por nada del mundo los perdería, no ahora, ni nunca.Después de su primer encuentro con su hijo, casi tuvo que obligar a Adrien a que le permitirá a entrar a ver Madison quien a
Se alquila departamento en el quinto piso del edificio del bulevar, vista al mar, dos recamaras, un baño, sala comedor y cocina; SOLO PAREJASEl cerrojo se destrabo abriendo la puerta de par en par, mostrando la amplia sala con un gigantesco ventanal que ocupada en su totalidad el espacio de la sala comedor, justo a un lado de la entrada de la casa estaba la cocina y un largo pasillo, al frente de la puerta mostraba dos puertas abiertas, esas sin duda eran las dos recamaras.– El lugar es bastante amplio – dijo la mujer que con un ligero abultado vientre, entró primero, seguida de una muchacha y un chico que cargaba unas cajas hasta el tope – Al fondo podrán ver las recamaras, una de ellas con vista al mar y la otra tiene solo una ventana con vista al edificio vecino – la mujer no era muy mayor, apenas unos veinticinco, castaña y ojos a juego, se movió hasta
–Sugiero que tú te encargues de la despensa –los ojos ambarinos vieron a su amiga con una ceja arqueada, ella le sonrió de lado –tú comes más. Yo sobreviviría con té y galletas durante todo un año.–Hecho –acepto escribiendo a la vez –entonces tú ocúpate del gas –está vez la mirada fue contraria, pero Asher sin verla se rio aún atento a su teléfono –tardas casi dos horas en el baño, Madi.–¡Eso no es verdad! –se quejó.–Claro que sí, te he tomado el tiempo.–Bien… me ocuparé del gas, pero pagarás la luz –Asher rodo los ojos mientras su amiga se burlaba –eres el que más ocupa la televisión por tus videojuegos.–Trató; pagarás el agua &
–Tengo un maldito horario del infierno –le dijo Asher al dejar caer su mochila en la entrada, quitarse los zapatos y caminar hasta el sillón para dejarse caer boca abajo –mis maestros la mayoría son hombres y todos son unos cabrones.–No exageres –Madison escribía en su libreta sin prestarle mucha atención.–¿Y tú?–¿Yo que?–¿Hiciste algún amigo o amiga? –la pregunta de su amigo la hizo dejar su lápiz a un lado, acomodarse las gafas y tomar las pocas de sus cosas de la mesa.–Te compre la cortina de tu habitación –le dijo antes de marcharse –la deje en tu cama.–Si… gracias –se levantó y entonces al verla se frotó las manos en la cara –Madison… esa era nueva –s