Bello lector, si llegaste hasta aquí, te agradezco infinitamente. Te pido de favor que dejes un mensajito si te gusto. y te invito a leer mas de mi contenido, eres el impulso para seguir escribiendo. Mil gracias!!!
PREFACIO —¡¿Qué significa esto Ricardo?! —lo increpó Veronica, su esposa, en cuanto la respiración se lo permitía, las palabras salían entrecortadas por los sollozos, estaba muy dolida y tenía bastante razón. —¿De qué hablas? —él trataba de hacerle creer que ignoraba de lo que hablaba, pero ella tenía pruebas y las tenía en sus manos. —¡¿Cómo de qué hablo?! Por favor ¿crees que no me he dado cuenta de tu actitud? — Le cuestiono con lágrimas en los ojos —. Hace mucho que lo vengo sospechando, ¿crees que no sé qué estás con alguien más?, además acabo de ver los maldit0s mensajes ¡así que no lo niegues! La furia se desbordaba en ella, al igual que sus lágrimas. A Ricardo se le encogió el corazón al verla así, nunca midió las consecuencias de sus actos y ahora este era el resultado. Enamorarse no estaba en sus planes, pensar que tenía todo bajo control, fue un grandísimo error y ahora comenzaba a pagarlo. 1 DIEZ SEMANAS El sueño de la mayoría de los jóvenes es convertirse en un prof
Los meses del embarazo pasaron rápido, ambos siguieron en la escuela con apoyo de sus padres, pero la relación entre los chicos no había estado del todo bien.Ricardo insistía en que vivieran juntos, ahorrarse lo del alquiler de las casas donde vivían, él quería estar disfrutando cada etapa del embarazo de su chica, incluso si debía despertarse a media noche para ir a buscar algún antojo para ella.La negativa de la chica era contundente, no la haría cambiar de opinión, así que desistió de la idea, por lo menos en ese momento.Para finales del embarazo, la chica tuvo que dejar la escuela, era demasiado pesado y mucho estrés al que estaba sometida y no quería que eso le afectara a su bebe, así que decidieron que era lo mejor, tal vez después lo retomaría.El día del parto llegó, está de más decir que los nervios carcomían a Ricardo en todo su ser, estaba feliz, pero ver cómo es que estaba sufriendo su mujer, le partía el corazón.Después de varias horas en labor de parto, uno de los mé
Ahora hablemos un poco de Valeria. Ella es la típica ama de casa, la que está en su hogar atendiendo a los hijos y al marido, la que su rutina es la misma a diario en el trabajo más estresante y menos valorado de todo el mundo.Había conocido a su esposo en el tiempo en que ella estaba en la preparatoria, él ya estaba por concluir la carrera de administración de empresas.Al concluir la preparatoria comenzó un semi-escolarizado en pedagogía, quería ser maestra, pero luego de un tiempo Manuel le propuso matrimonio y ella decidió dejar de estudiar y dedicarse a la casa, ya que él le dijo que después él mismo le ayudaría a continuar estudiando.Sin embargo, para sentirse útil, trabajaba y llevaba la casa, eso era realmente agotador, pero a ella le gustaba, cosa que a su marido no.Hace algunos años trabajaba y se desarrollaba en el ámbito laboral en una empresa de lácteos, estaba creciendo, escalón por escalón, estaba casi donde quería, pero como la vida no es un cuento de hadas y en el
—¿Así vas a ir? —fueron las palabras de Manuel hacia su esposa.La mujer esperaba esa noche con ansias, por fin iría a ver a uno de sus artistas favoritos a un concierto en vivo.Había estado ahorrando lo más que podía para juntar para las entradas, desde que su esposo había regresado a trabajar. Antes no podía hacerlo porque todo su dinero se iba en gastos de la casa, realmente no le importaba porque era para su familia, pero no le quedaba ni para un chicle.Él nunca la llevaría con su propio dinero, fue por eso que hizo el ahorro, por lo menos así, no tenía el pretexto que no tenía dinero para lujos.Valeria se echó un vistazo a su atuendo, no veía que era lo que estaba mal, era verano, hacía calor y el concierto sería en un lugar cerrado, así que una blusa de tirantes anchos, unos jeans y botas bajas, no le parecieron nada mal para la ocasión.Además de que se veía realmente hermosa, no necesitaba de mucho para resaltar sus facciones y su cuerpo. Justo eso era lo que le molestaba a
—Buen día —Saludó Valeria a su amiga, mientras entraba a la oficina.—Hola amiga — respondió contenta —sabes, ya tenemos fecha para los talleres que se cancelaron justo cuando te integraste a la empresa. —¿Mmmm? —le contestó sin prestarle absolutamente nada de atención.Estaba sumergida en el trabajo, si bien no era el trabajo que ella en verdad quería, tenía que poner todo el empeño en eso, dar lo mejor de sí.No fue hasta que sintió un chispazo de agua en la cara que reaccionó, miró a su amiga divertida por la broma que le jugó, traía un vaso con agua en una mano y la evidente humedad en la otra, con la que la había salpicado.—¡Oye! ¡Loca! —le decía entre risas —¡¿Qué te pasa?! —le reclamó, mientras limpiaba el agua.—Pues no me haces el mínimo caso —se defendió.—Es porque yo, si, estoy trabajando —le decía mientras iba a donde estaba la jarra del agua y se servía en un vaso.Tomó el contenido de este y cuando ya casi estaba por terminarlo, le lanzó el resto a su amiga, dejando e
Justo cuando estaban saliendo, Alejandro, el amigo de Ricardo, saludó a una vieja amiga de otros talleres.La curiosidad de Ricardo lo estaba asfixiando y no pudo evitar preguntarle a la Maritza.—¿Quién es ella? —dijo, mientras apuntaba discretamente con el dedo en dirección a Valeria, que se encontraba con otros compañeros.—Se llama Valeria, es nueva ¿Por? —la forma en que se lo preguntó, le decía que sospechaba cuál era la respuesta a esa pregunta.—Nada solo que no la había visto antes y es muy guapa —una verdad a medias, obviamente le había parecido atractiva, pero no lo admitiría delante de nadie la verdadera atracción que sentía hacia ella.—Así es, es el primer taller al que asiste y si es guapa… y casada, al igual que tú —sus palabras le sentaron como golpe en el estómago, de cualquier manera, tenía razón, no debía andar mirando mujeres si él tenía la de él en casa.—¿A qué viene eso? Yo solo preguntaba para saber quién era —mintió descaradamente y con cero convicción..Mari
—¿Quieres otro trago? —escucharlo hablar, le aflojaba las piernas a Valeria. La voz ronca y sensual, le parecía los más bellos del mundo. —S… si… claro —sólo pudo tartamudear eso porque la ponía demasiado nerviosa. A Ricardo le pareció graciosa la manera en que le respondió, pero escucharla, eso era música para sus oídos. Prácticamente todo le parecía perfecto en esa mujer, por lo menos lo poco que sabía de ella. Le preparó el trago, y comenzaron a platicar prácticamente sobre el taller, ya no había mucha gente, tal vez como seis personas, la mayoría ya se había retirado a sus habitaciones. —¿Qué es esa botella? —le preguntó curiosa. —Mezcal —le contestó él. —¿Me preparas uno de ese por favor? —la obedeció, aunque dudaba que sería sano que siguiera bebiendo y más si estaba bebiendo de todas las botellas que se encontraban en la mesita de la habitación. —Por supuesto —no tardó mucho en hacerlo, pensando en que sería el último que le ofrecía y pensando en persuadirla para que no
Entonces sin más que decir solo se besaron un rato más.—Esto no está bien… Esto no está bien… Esto no está bien… —Valeria repetía constantemente entre jadeos y besos.Pero no dejaba de tocarlo, de sentirlo, de extasiarse con el sabor de sus labios.Valeria metió las manos por debajo de la camiseta, acarició cada centímetro de piel mientras que estaban por explotar sus entrañas.Levantó el pedazo de tela hasta el pecho y comenzó a dejar un reguero de besos por toda el área, bajó por el abdomen hasta llegar a la orilla del pantalón, lo desabrochó, acarició sobre su ropa interior aquella erecci0n por unos momentos. Ella estaba bastante sorprendida, no era de las que tomaban ninguna iniciativa en ese aspecto, porque su marido lo consideraba vulgar.—No tienes que hacerlo —Ricardo le dijo, él pensó que ella lo hacía por compensar el hecho que ella no podía satisfacerlo de otro modo.—Quiero hacerlo —le contestó simple y continuó con su faena. Ricardo solo hizo la cabeza hacia atrás y susp