Los pies me temblaban, pero no podía demostrarlo, tomé un respiro y con toda la actitud que pude me levanté y fui a su encuentro, Lenna me miró compasiva cuando pasé por su lado, y me quedó claro que Noah no esta muy contento, porque que te citen a la oficina del jefe no es juego y menos si es el señor Thompson, el más guapo, multimillonario y con fama de tirano en todo New York.
Pasé mi tarjeta por el aparato como cada vez que cruzo una puerta de este edificio y después de escuchar el bip me adentré en el espacio personal del CEO.Como la vez anterior, estaba sentado en su gran escritorio moderno gris, rodeado de papeles, lápices y una gran variedad de carpetas.¿Qué acaso no sabe que ya nos digitalizamos?Me aclaré la garganta cuando veo que aún no levanta la cabeza, pero parecía estar tan concentrado que ni siquiera notó mi presencia, aunque se que es imposible.Me tomé el atrevimiento y me dirijí a la silla de invitados delante de él y mientras me voy acercando dediqué un tiempo para detallarlo.En su rostro se ve lo que parece ser la sombra de la barba y la espalda está tensa, aunque muy a pesar de eso hace el esfuerzo por parecer relajado, su semblante se sigue viendo de su edad a pesar de las formalidades de su atuendo y sus ojos azules están clavados en la páginas como si aquello fuese de vida o muerte y aunque me da curiosidad por saber cómo se vería vestido de cualquier otra forma, estaba extremadamente guapo en ese traje negro y con esa corbata azul marino en combinación con sus ojos -Buenos días señor Tompson.No recibo una respuesta a cambio, pero me hace un gesto para tomar asiento y no sé si los segundos que estuve sentada se convirtieron en días por la presión o porque en realidad no quería estar ahí, cuando su mirada chocó con la mía.-Creo que tú y yo tenemos algo de que hablar. - Su voz estaba tensa y ronca y si mal no recuerdo es la primera vez que me tutea.De más está decir que sudé frío en esos momentos, porque por las miradas que intercambiamos se que ambos estamos pensando en lo mismo y realmente nos incomodaba, aunque por mi parte era más que una simple falta de comodidad, estaba aterrada.-Quiero que me digas que pasó en la fiesta.-Zanjó, apenas me dió tiempo a pensar en nada y por al menos 20 segundos después en mi cabeza solo se reproducía una gran pantalla blanca.Y aunque su pregunta fue directa y sin rodeos según yo pudo haber quedado abierta a miles de suposiciones y quise preguntarle ¿qué fiesta? y hacerme la tonta, pero por su mirada supe que él no estaba jugando. -No lo sé señor, no estuve toda la noche persiguiéndole los pasos. -Le respondí a la defensiva.Intenté sonar segura a pesar de que mi respuesta no fue lo más formal que he dicho antes.-Quizás toda la noche no, pero sabes perfectamente que pasó al final, después de que fuimos a la dichosa habitación. - Se había acercado a mi, y apoyaba los codos a la mesa mientras me miraba con malicia y se apretaba las manos delante.Yo apenas podía sentir los nudillos por la presión, mis pies nerviosos se movían en el suelo alfombrado a una velocidad que ni siquiera creí que es posible y un frío de miedo se apoderó de mi cuerpo.Él ya lo sabía.-Yo... - Tartamudié por unos segundos, pero no pude terminar porque ni siquiera pensaba que respuesta le iba a decir.-Vamos Eva, miles de mujeres en tu situación ya estuvieran pidiendo algo a cambio de sus servicios y su silencio, soy todo oídos. -El tono no varió, pero la intención cambió a una especie de negociación, el problema es que yo a penas podía procesar lo que me decía, y peor aun, que sentía que mi cabeza rechazaba cada palabra que iba saliendo de su boca.¿Servicios? ¿Silencio? ¿Qué se creía que yo era? ¿Una prostituta? Una ilusa es lo que en realidad soy, solo yo para imaginarme a ese Dios griego del hielo queriendo algo más.. conmigo, como en una estúpida novela cliché.Una lágrima bajó por mis mejillas, me sentía humillada y derrotada.-¿Qué?- Realmente no se me ocurría que preguntar, ni siquiera como insultar, era como si mi cerebro aun no procesara que fuera del todo cierto su pregunta, como si de un momento a otro la cámara escondida saliera y todos se rieran de este mal momento y eso parecía irritarlo más.-¿Cuánto quieres? sé directa. Ambos tenemos mucho trabajo que hacer. -Terminó molesto.M****a, estaba a punto de salir corriendo de allí, pero mi orgullo no me dejó hacerlo sin el derecho de defenderse o herir, así que olvidé la parte racional que me decía que todo lo que estaba formulando en las entrañas de mi cerebro para defenderme estaba mal decírselo a uno de los hombres más poderosos de New York y me paré haciendo que la silla rodante se moviera al menos un metro a mi espalda.-Al parecer estaba tan borracho que no recuerda que realmente no pasó nada entre usted y yo -lo señalé primeramente a él y luego a mi con mi dedo- quédese con su dinero sucio porque no me interesa-Dije saliendo del hueco donde antes estaba la silla y dando un golpe en la mesa, sobre exaltándolo- y por el bien de la reputación de ambos mejor no sepan que tuve que cuidarle su trasero en una habitación de motel barato.Mi tono era cortante, pero formal, enjuagué mis lágrimas y salí de un portazo dejándole palabras en su boca.Bien que me pase, por soñadora.El resto de la tarde no pude avanzar nada en el trabajo prácticamente y de más está decir que maldije mil veces mi suerte, después de todo el horóscopo barato de internet nunca, repito nunca, me ha servido para una m****a.Cuando se acercó las 3:30 salí con los ojos hinchados y estoy segura que más de una persona de las que ví en los pasillos pensó que eran porque no era suficiente para este trabajo, pero la verdad, eso era lo más fácil que tenía en estos momentos, porque claro, un amor no correspondido no es una enfermedad, pero enamorarse de alguien que ni siquiera ha notado antes tu presencia, tan rápido, era definitivamente un pecado.Me monté en el elevador todavía roja y presioné lentamente el botón del primer piso. Las puertas comenzaron a cerrarse y suspiré aliviada por la privacidad del equipo y me permití soltar algunas lágrimas nuevamente, aunque no duró, a penas dos pisos más abajo las puertas se abrieron.Lo ví entrar, estaba solo y se le veía molesto, sus ojos se encontraron con los míos y como si intercambiaramos expresiones faciales fui yo quién optó por arrugar la frente y él ablandar su expresión.Si no me hubiera acabado de romper el corazón como todo un idiota hubiera creído que sus cambios de humor eran por mi culpa por la forma en que me miraba. Le dí la espalda mirando a la fría pared gris metálica y sentí como comenzó a descender el elevador.Un leve cosquilleo en mi hombro y un toque que me transmitió electricidad me hicieron darme la vuelta.Y vi en su mano, tendida en mi dirección un pañuelo blanco, con lo que parecía una costura finamente bordada de sus iniciales.Lo miré a él y luego a la delicada pieza que más bien parecía una obra museable. Por un momento la escena me conmovió y si no hubiera sido el causante de las lágrimas, quizás hasta hubiera pensado en tomar la prenda y mancharla con mis fluidos.Se quedó con la mano extendida hasta que abrió el elevador y salí lo más rápido que pude sin mirar atrás.Maldito idiota.Corrí, lo que mis botas con tacón y el aire levantándome la falda me dejaron y terminé en el parqueo del edificio.¡Ja!, como si tuviera carro.En uno de los muros que dejan ver al exterior, y frente a lo que parecen ser carros extremadamente caros me recosté a tomar un poco de aire.Rebusqué en mi bolso por el pequeño aparato electrónico que me había regalado uno de los chicos del forum que fui hace un mes y por primera vez decidí darle una calada.Según ellos esto era y cito : ''el top'' de los equipos de quitar el estrés. Aunque no se si se me quitó o me dió mas cuando comencé a toser como loca por la sensación de picor en la garganta.M****a.Molesta e impotente lo lancé, sin darme cuenta que iba directamente a la persona que más odiaba y me gustaba en esos momentos.Se agachó y recogió el equipo intacto a pesar de la caída y comenzó a observarlo. -Dicen que estas cosas matan, pero nunca creí que pudieran casi provocar una muerte tan rápido. -Hizo el intento de una broma, pero yo como antes lo seguí mirando molesta.¿Cómo podía hablar tan calmado después de todo? Aunque a juzgar por la corbata en su otra mano y su camisa con botones desabrochados, no lo estaba.No quise dirigirle la palabra. Él era mi jefe en la empresa, y aunque estuviéramos literalmente dentro todavía, mi horario laboral había terminado.-Mira... Luna, ¿correcto? -No esperó mi respuesta después que lo miré cuando empezó a hablar -No acostumbro a hacer esto, pero no sabía que te ibas a molestar así, lo que te ofrecí, es mi forma de cerrar lo que pasó esa noche, porque no soy estúpido, a pesar de que estaba borracho, se exactamente cuando tengo sexo con alguien y lo besos que me dejaste por todo el cuerpo son la prueba.Tiene razón, yo soy una estúpida.-Entonces, puedes aceptar mi dinero, o simplemente cerrar la boca y no comentarle a nadie, no creo que después de tu ascenso te vaya bien con esa clase de chismes en la empresa, que ya de por sí me ha costado trabajo callar a un par de los que estaban en la fiesta.-¿Me estás amenazando? -Lo enfrenté mirándolo directamente a los ojos con una posición retadora.-Tómalo como quieras preciosa -Dijo acercándose peligrosamente dejándome acorralada contra la pared- ¿Sabes? no recuerdo lo que hicimos al final, pero si perfectamente los besos y no estuvieron mal...Me dió una última mirada y es obvio que me vió casi temblando, supongo que me veía patética. Caminó tres pasos atrás, me guiñó un ojo y se montó en el Cadillac negro parqueado frente a mi y desapareció en una de las esquinas del edificio¿Sería redundante volver a maldecir mi vida? porque a estas alturas, según yo, lo único que me salía bien era que por fin eliminaba todas las deudas que me había dejado sumergida Max gracias a mi nuevo trabajo, habían pasado casi dos semanas desde que me ascendieron, así que mi primera paga me sirvió al menos para no morir en la pobreza extrema. Esta mañana amanecí sintiéndome como la m****a, tuve que correr dos veces al baño porque al parecer la comida que tenía en el refri, más vieja no podía estar, así que hice la nota mental, hoy después de llegar de el trabajo cambiar por completo la despensa. Todo eso si llegaba a tiempo y no me despedían, porque los 30 minutos haciendo arcadas digamos que no me dejaron mucho margen para llegar temprano. Con respecto a mi jefe, las cosas se están tornando un poco extrañas, después de nuestro pequeño altercado en el estacionamiento, su actitud ha cambiado un poco, nos reunimos casi a diario y se puede decir que es menos arrogante que antes. C
La cena estaba siendo aburrida, y a pesar de que la apariencia del lugar iba mucho más allá de los estándares de elegancia de los que yo había visitado antes, las raciones minúsculas de comida en mi plato me hacían desear no volver más, aunque por suerte está vez no pagaría nada, el anfitrión principal era uno de los inversionista, que dicho sea de paso quedó impactado con mi trabajo. Y no es para menos, llevaba trabajando en él varias semanas lo mejor que podía, de hecho mis días solo se debían al trabajo y a mi mascota, a penas tenía tiempo de vivir. En toda la cena el señor Thompson ni siquiera me dedicó una mirada, estaba sombrío, distante y enfocado en lo que los demás hombres hablaban aunque no era nada de otro mundo la verdad, solo cosas banales acerca de negocios y propiedades, en uno que otro momento me incluían para felicitarme por mi trabajo y que les diera mi opinión sobre cosas que prácticamente encontraba innecesarias, aunque supongo eran formalidades para no dejarme ca
Por suerte o por desgracia hoy era fin de semana y tenía que aprovechar a hacer todo lo que no había hecho en toda la semana. Despertarme con toda clase de malestares se estaba volviendo una rutina, una muy cansada y desgastante. Parecía muerta viviente, con un par de ojeras como koala y mi tez pálida por lo débil que me tenían los vómitos matutinos, no me podía permitir un doctor al menos hasta el próximo pago y tampoco consideraba que por un virus estomacal debía de pagar tanto dinero, ya para eso era mejor conseguir los remedios del libro de la abuela que tenía guardado en alguna parte de mi pequeño librero, la única cosa que tenía de ella y no recuerdo siquiera como conseguí. Estos dos días después de la cena fueron una m****a, y eso por no mencionar la parte horrible de ese día que me dejó llorando toda la madrugada hasta sacarme la última gota de líquido salado en mi rostro, Noah Thompson ni siquiera se tomó el detalle de dirigirme la palabra lo que restó de semana, pero no sol
Ver al señor Thompson acostado en mi cama sonaba a un plan para el futuro prometedor, se veía tan tierno, que me pasé toda la noche en el asiento al lado de mi cama observándolo, porque quizás, como el dijo, esa sea la última vez. Cerca de las 9 am me desperté de mi mala noche corriendo al baño que está en la puerta de al lado para evacuar lo poco que había comido ayer. Y es que había cambiado toda mi despensa y aun así no soportaba siquiera mirar ciertas comidas y el resto las evacuaba rápidamente al despertar. Estaba tan enfocada en no morir después de cada arqueada que ni siquiera me percaté cuando alguien más se posó en el marco de la puerta y me sobresaltó intentando apartar mi cabello para que no se mezclara con el vómito. -¡Sal de aquí! ¿Nunca has escuchado la palabra privacidad? -Le reclamé una vez pude hablar. -Al parecer tu tampoco queriéndote acostar conmigo en cada borrachera.Otra arcada me esfumó las palabras de mi boca y Noah apretó el agarre de mi cabello. Cuando
Después de que Noah dejara mi apartamento, un hueco se me hizo en el pecho, realmente no entendía a los hombres, un día son una cosa y a la mañana siguiente otra.Max mi perro estaba tranquilo como siempre mirándome con cara de tristeza como si comprendiera todo lo que había pasado. Pero yo no quiero la lástima de nadie ni siquiera la de mi único amigo perruno. Me fuí a mi habitación para un cambio de ropa rápido y gracias a mi nula vida social prendí N*****x para ver alguna comedia romántica que terminara de derrumbar la poca estabilidad psicológica que me quedaba. Cerca de las 5pm me había quedado dormida en el sofá, justo en la parte donde estaba la ropa de Noah horas atrás, y juraría que su perfume todavía se había quedado impregnado en la antigua tela. A juzgar por la poca luz que entraba por mi ventana, en el exterior debería de estar el sol puesto y casi listo para ir a dormir, y en medio de la casi oscuridad que había en la pequeña sala divisé mi celular que siempre se mante
Hoy era el supuesto gran día del viaje y la secretaria del señor Miller me había llamado temprano en la mañana para confirmar mi asistencia, hablarme sobre mi propósito en la reunión y comunicarme que un taxi me iba a estar esperando para cuando saliera del aereopuerto para llevarme directamente al hotel. El vuelo duró hora y media, pero al ser en primera clase fue extremadamente cómodo, me dió la oportunidad de estirar mis pies y recostarme a descansar un poco, esa mañana las náuseas no me dejaron dormir ni comer nada y los remedios de mi abuela aunque ayudaban en algo a lo largo del día no estaban siendo del todo efectivos.Washington era más bella de lo que esperé y había más calor del que me imaginé que haría también.A mí pesar no tendría tiempo de hacer turismo por la Casa Blanca o el Capitolio, lugares que siempre había querido conocer pero el taxista se tomó el atrevimiento de irme mencionando algunas de las estructuras relevantes que iban apareciendo en el camino a medida qu
Un opaco rayo de luz proveniente del exterior me despertó, por el color supongo que es uno de los más naranjas que aparecen justo en los últimos minutos que vemos al gran astro en el cielo. Miro a mi alrededor y lo primero que noto es a Noah enroscado a mi como una serpiente que no deja escapar a su presa una vez la tiene entre su cuerpo, su despeinado cabello deja caer un par de mechones pegados en su frente, donde justo antes hubo sudor producto de una agetreada tarde. Así, dormido y relajado se veía todavía más guapo, cada una de las manifestaciones de mi jefe me gustaban, sí, no podía negar lo enamorada que estaba de él, más, que después de este día, que sí me acordaba de cada detalle que pasó en esta cama, iba a encabezar cada sueño erótico que se le ocurriera a mi cabeza.Uno de mis dedos se deslizó por el brazo desnudo que me rodeaba, su piel era una mezcla entre bronceada y blanca que dejaba mucho que desear, y sus músculos no hacían más que darle forma a esa bestia provocado
Noah y yo nos habíamos montado en un Range Rover negro que al parecer había rentado y nos dirigíamos a la parte central de la cuidad. Por mi cabeza pasaba constantemente la palabra cita, aunque él ni siquiera la hubiera mencionado, pero es que vamos joder, era obvio. Una emoción, de esas que te hacen gritar me inundó, y tuve que aguantar como campeona para no explotar y que se me notara lo feliz que me hacía que iba a tener una cita por primera vez. El auto se estacionó en uno de los parqueos públicos del centro de la ciudad y ambos nos bajamos. -Vamos -Noah se acercó a dónde estaba parada esperando sus órdenes y me tomó de la mano. Y sí, tenía razón, ese solo gesto ablandó cada parte de mi, era algo que Max, mi primer y único novio no acostumbraba a hacer, de hecho, ni siquiera se molestaba en mostrar alguna muestra de cariño que no fuese un beso a secas de pico una o dos veces al día ¿Estas son cosas que hacen las parejas de verdad? Supongo que sí, supongo que siempre estuve en