Siempre he escuchado que las personas que se aman, están atadas por el mítico hilo rojo, y de cualquier forma que se separen, no importan las circunstancias, terminan juntándose. Noah se tomaba esa situación muy en serio, aunque yo no estaba muy segura si él me quería, todavía, pero de que no dejaría que le pasara nada a mi bebé si estaba totalmente clara y si él representaba una amenaza no se acercaría sí o sí. Intenté cerrar la reja delantera rápido, pero no me dejó, forcejeamos un poco y la comida terminó en el suelo y él logró entrar no importara lo que hiciera. -¿Qué haces aquí?- Producto al esfuerzo y mi embarazo de casi 7 meses me había agitado y me encontraba jadeando mientras sostenía la barriga, siendo juzgada por sus ojos azules. -Sabes bien que necesitamos hablar. Rodé los ojos- Ya hablamos lo que teníamos que hablar, puedes volver donde viniste, porque en primera no me tenías que haber encontrado nunca. -¿Piensas alejarme de mi hijo? -Dio dos pasos molestos y se ace
Había tardado más de 1 hora conversando con Noah, necesitaba saber todo al respecto de mi madre y lo que había pasado, así no haría preguntas incómodas y nos evitaríamos malos ratos, parecía un poco perturbado por la situación y lo entiendo, yo también lo estaba, era frustrante, larga y complicada. Con respecto al beso, le había dejado bien claro que no quería tener nada que ver con él, porque siempre que me acercaba terminaba dañada y para mi, esa etapa había terminado. Necesitaba sanar mentalmente y si para ello tendría que alejarme de la persona que amo, lo iba a hacer, me iba a escoger a mi por delante de todo. Tenía un camino muy largo que recorrer. Noah se había ido, prometiendo que volvería, aunque gracias a Dios, mes y medio después no lo había hecho y tampoco había tenido señales de su padre, estaba a dos días de mi entrevista para adoptar a mi sobrino, y esta vez no iba relativamente sola, mi abogado se estaba encargando de los trámites y lo más probable era que lo obtuvi
Había jalado a mi madre entre el montón de personas y me encontraba bebiendo ponche de frutas para calmar mis nervios, no quería armar un escándalo, y además no me sentía cómoda viendo el rostro de David así de demacrado, según me había dicho semanas atrás las quimioterapias estaban dando resultado, pero aun así necesitaba el transplante de células madres, y por lo tanto yo no me podía ir de su lado, no hasta que naciera el bebé.Debajo de sus palabras podía sentir que me estaba extorsionando y eso hacía que me incomodara más, juré que nadie más me iba a retener en contra de mi voluntad a su antojo, sufrí muchos años con Max y no lo volvería a hacer. Mi madre traía la mirada perdida entre los lujos a mi lado, no sabía mucho de lo que estaba pasando y yo tampoco me permitía contarle mis problemas, ya los suyos habían sido suficientes, estaba distraída, más que de costumbre producto al daño que le hizo la medicación tantos años, pero yo si estaba al tanto de todo a mi alrededor, hasta
Todo a mi alrededor daba vueltas, y un dolor punzante venía de mi vientre haciendo que lo primero en lo que pensara luego de despertar fuera en mi bebé. No podía ser, el tenía que seguir conmigo_me reproché entre lágrimas_ Y apenas sentí sus movimientos en el estómago me tranquilicé. Pero fue solo por segundos porque las punzadas comenzaron a recorrer mi vientre y según lo que había leído, debían de ser las contracciones de parto, cada vez se podían sentir más y más rapido, pero yo estaba atada por mis manos y por más que intentaba liberarme, no lo iba a conseguir. La frustración comenzaba a apoderarse de mí, hasta que sentí pasos cerca y comencé a gritar por ayuda, según el dolor me dejaba. -¡Qué maravilla!, así que eso es una mujer dando a luz. -Solo de escuchar esa voz me alivié. -David, por favor ayúdame, ya va a nacer. -Lo sé cariño Shh Shh- Sus manos delicadas acariciaron suavemente con sus nudillos mi frente empapada en sudor -Hace unas horas te dimos algo para acelerar el
David estaba delante de mí y a pesar de que el esfuerzo hacía que mis ojos se cansaran y intentaran cerrarse poco a poco, luché por no hacerlo. Quizás fue el miedo de ver como acercaba el filo del cuchillo al pequeño bulto ensangrentado en sus manos que lloraba tan bajito, como si fuera un muñeco al que le quedaba poca batería. O quizás por el miedo de que sabía que ni siquiera me iba a dar la oportunidad de ver a mi pequeña estrella. ¿Porqué alguien sería tan cruel de querer arrebatarle la vida a un ser tan tierno e indefenso? A un ser que en la inconsciencia de su madre, su nacimiento le iba a traer la esperanza de vida a alguien más. -¿Sabes? Tiene los mismos ojos que Noah, lástima que ni siquiera lo va a conocer. -Con el filo del cuchillo apartó la delgada sábana con la que habían envuelto su delicada silueta. -Por favor no lo lastimes- Supliqué con el hilo de voz que la resequedad de mi garganta me dejó. El mundo en mis pies volvió a sacudirse cuando hizo caso omiso a mi petic
Las cosas habían pasado demasiado rápido, el señor Thompson ni siquiera me había dejado entrar al lugar y ya había soltado la bomba. A pesar de que ya han pasado más de 2 horas de aquello todavía recuerdo claramente cuando dijo- Se que ya empezaste tus papeles de divorcio Noah, pero lamento informarte que el juez ya dictó que darán lugar dentro de 9 meses, porque quieren que el bebé que espera Thania nazca dentro del matrimonio. Mi mirada estaba enfocada en Noah, quien estaba igual de confundido que yo. -Felicidades hijo, vas a tener un heredero de verdad, no uno bastardo. Y luego de ahi se liberó el caos. Noah nunca había tenido el impulso de golpear a su padre, y esta vez su chofer tuvo que intervenir para que realmente no pasara, aunque todos sabemos que la última palabra siempre la iba a tener el señor Thompson y terminó dando la orden de que yo no era bienvenida en la casa donde ''su único nieto'' va a nacer, así que en cuanto me recuperara me tenía que ir. Y no es que no me f
Christopher no estaba por toda la casa, a Noah y a mi no nos quedó más remedio que llamar a la policía en medio de la desesperación, pero para nuestra sorpresa Thania entró por la puerta principal con la silla de mi bebé en sus manos justo antes del primer tono. Todos en la sala nos quedamos asombrados incluído el señor Thompson que a causa del jaleo se encontraba en la sala viendo que sucedía. El impulso pudo más que yo y me avalancé sobre Thania y lo más delicado que mi rabia me ordenó, le arrebaté a mi bebé. -¿Qué hiciste?Una risa débil salió de su garganta dándole un aire triste- ¿Te refieres a que iba a hacer?Mi mirada solo la enfocó escudriñando cada detalle de sus palabras. -Iba a desaparecer a tu bebé Eva, justo como tu desapareciste mis esperanzas de formar una familia con Noah. -¿Qué tramas Thania? -Noah se había puesto a mi espalda y me ayudó con el peso del asiento de bebé en mis manos. -La verdad nada Noah, estoy cansada, yo misma me asombre de lo que estaba inten
7AM y recién comenzaba a amanecer en las abarrotadas calles de New York ''MALDITO HORARIO DE VERANO'' grité en mi cabeza cuando el calor del sol me empezó a pegar en la cara de golpe, aunque esa no era una de las mortificaciones más grandes que tenía en esos momentos ni el motivo de mi molestia, estaba cabreada hasta la última molécula porque debía de estar sentada hace más de media hora en mi nueva oficina de mi maldito nuevo trabajo. Y no es que sea una aficionada de llegar puntual en todo momento, pero ser secretaria de uno de los CEOs más importantes de toda la ciudad no me permitía ser flexible con el horario y no quiero estar de patitas en la calle en mi segunda semana, sería un récord que prefiero no romper, más cuando es la primera vez que trabajo en algo parecido a lo que me preparé toda mi vida para ejercer, pero bueno, hoy es viernes 13 y soy una jodida gata negra caminando por las calles de Europa en pleno siglo XIV, soy un imán para que las cosas malas me pasen y resulta