El año anterior antes de terminar mi Universidad en tiempo récord y como una de las mejores graduadas, en mi discurso de graduación, las únicas palabras que me salieron antes de tener un ataque de pánico y casi vomitar todo mi almuerzo delante de miles de estudiantes vestidos de azul. fueron : Sigan sus sueños a pesar de cualquier obstáculo.
Algo cursi lo sé.Pero ahora estoy clara de que soy una imbécil, porque apenas ha pasado un año de que las pronuncié y ni siquiera me he molestado en hacerle caso, al contrario, estaba pensando como siempre en derrumbar mis ideales de querer ser fuerte y no salir corriendo del lugar mientras tenía una crisis existencial viendo como se cerraba lentamente las puertas del elevador.Salvo por un mínimo detalle que hizo que todo se parara a mi alrededor nuevamente, últimamente para mí se puede decir que la tierra gira a favor de las manecillas del reloj y que cada vez que él se para delante de se detienen y comienzan a girar en contra, unos zapatos que a la legua parecían de diseñador y una mano con un reloj que si no me equivoco estaba valuado en más de 10mil dólares evitaron que cerrara por completo.Él, era él, y esta vez para mi desgracia estaba completamente solo, ni siquiera sus guardaespaldas lo acompañaban, así que al ser las dos únicas personas en la pequeña lata metálica, tenía que intentar estar de pie 27 pisos con él a mi lado cuando ni siquiera mis pies de mantequilla podían quedarse estáticos.-Buenos días señorita Luna- Ni siquiera pude sostenerle la mirada dos segundos después que asomó esa sonrisa lobuna en su rostro.Por Dios, a este paso cada vez que mencione mi puto nombre voy a mojar las bragas. M*****a sea, ahora es cuando me arrepiento no ser la típica chica arrojada que va con todos.-Buenos, buenos, buenos días - Tartamudeo mientras me daba golpes para funcionar en mi cabeza como a un televisor viejo.El equipo cerró sus puertas y emprendió su recorrido hasta el piso igual que el pequeño botón naranja seleccionado con el número 27, las primeras 10 plantas hubo un silencio espeso e incómodo. Hasta que no sé por qué razón lo vi presionar el botón de parada.¡¿QUÉ RAYOS IBA A HACER?!Claro, en el peor de los casos no habría nada que no haya probado antes, pero eso no significa tampoco que quiera repetirlo nada más y nada menos que en el elevador de su empresa.¿Es que, siquiera que hago pensando en repetir?-¿Sucedeee algo? -Logré pronunciar casi como una tonta mientras miraba sus iris volverse cada vez más oscuros y mostrar una expresión confusa como si de repente se hubiera acordado de algo.Apreté mis manos en puños a mi alrededor y me dediqué a mirar sus zapatos que estaban solo a escasos centímetros de los míos.A pesar del reducido espacio que ya había entre nosotros lo sentí acercar su torso que portaba un elegante traje negro que no ocultaba lo bien formado que estaba, y yo por inercia retrocedí hasta topar con la puerta trasera.Me armé de valor solo para mirar su rostro y ver que pretendía hacer en esos momentos como acción de supervivencia, pero su única expresión era el atisbo de una sonrisa.¡Se veía tan sexy!-¿Estás segura que tú y yo no nos conocemos de algún lado Luna?Cerré los ojos nuevamente y negué, pero además de mover la cara a los costados el único sonido que pude emitir fue un gemido, por su respiración en mi cuello.-¿Estás segura de ello pequeño sol? -Repitió acercándose peligrosamente a mis labios dejándome en ellos la respiración después de la última palabra, provocándo casi un infarto en mi.Y fue lo último que dijo antes de cobrar la compostura y salir erguido del elevador, que yo ni siquiera había notado cuando llegó a su destino.¡Qué vergüenza!No me había dado cuenta antes, pero solté de un bocado la respiración que estaba aguantando y caminé al área de recursos humanos con la mente nublada. No entendía que acababa de pasar y tampoco tenía cabeza, en especial porque hoy iba a investigar a que parte de finanzas me habían movido o si todo había sido una broma cruel y solo estaba recogiendo mi hoja de renuncia.Quizás mi segunda opción si era cierta porque hice el papel de tonta delante de los hombres más ricos de New York diciéndoles que eran ineficaces sus procedimientos, yo personalmente lo tomaría como una burla.Respiré profundo y me mentelicé un cheque en un sobre blanco con mi nombre y otra con un bolígrafo encima lista para firmar mi despido.-Buenos días - dije casi en un susurro a Adela, la gerente de recursos humanos y encargada de las contrataciones cuando me adentré a su oficina, de la cual ni siquiera recuerdo como llegué.-Buenos días señorita Luna, puede tomar asiento, justo aquí tengo sus papeles. -Dijo tomando un sobre en sus manos que estaba debajo de lo que nuevamente reconocí como mi expediente.-El señor Thompson estaba encantado con sus investigaciones y al personal de la junta le pareció correcto que fuera usted quién comenzara a hacer las correcciones que mencionó.<Así que para ello lo más justo es que tome el papel de Manager de Finanzas, seguro que no es como sus expectativas, porque con el nivel de preparación que demostró le vendría como anillo al dedo el de Gerente Principal de Finanzas, pero estoy segura que si se sigue esforzándose puede lograrlo.¿Mis espectativas? La miré confusa, yo ni siquiera esperaba que me promovieran, más bien pensaba que iba a ser la carta de despido.Tomé el contrato en mano y antes de firmarlo lo leí como es debido, mis funciones no serían nada desconocido para mí, porque justamente esta fue mi carrera universitaria, lo que me dejó con la mandíbula abierta fue la cláusula que hablaba del salario.Yo no estaba muy familiarizada con la compensación de otras empresas y no podía comparar, pero en esta estaba segura que se empezaba por menos de la mitad de lo que me estaban ofreciendo, que de casualidad era casi el triple de lo que ya ganaba.Miré confundida a Adela, pero ella pareció no notar lo que pasaba por mi cabeza en esos momentos porque me tendió la pluma para que firmara.Me dirían estúpida pero dudé, nadie te ofrece esa clase de salario así por así. Pero después de ver que nada estaba mal con el resto de contrato, firmé.Mi nueva oficina era una pasada, era solo para mí y aunque no era muy grande, tenía un gran buró con todo el material necesario y dos sillas para atender visitas, en el fondo una mala madre adornaba las frías paredes grises y a un costado un cuadro con el logo de la compañía le daba elegancia al lugar, yo todavía no me creía que el horóscopo de hoy estaba funcionando tan bien, y una sonrisa se posó en mi rostro toda la tarde hasta que sus palabras volvieron a mi cabeza ¿''Estas segura de ello pequeño sol"?¡Sol!¡Lo sabía!Se había acordado, ¡MIERDA!En esos momentos el teléfono ubicado cuidadosamente en un costado de la gran mesa sonó.La voz de Lenna al otro lado me erizó la piel -Eva, el señor Thompson quiere hablar contigo.Los pies me temblaban, pero no podía demostrarlo, tomé un respiro y con toda la actitud que pude me levanté y fui a su encuentro, Lenna me miró compasiva cuando pasé por su lado, y me quedó claro que Noah no esta muy contento, porque que te citen a la oficina del jefe no es juego y menos si es el señor Thompson, el más guapo, multimillonario y con fama de tirano en todo New York.Pasé mi tarjeta por el aparato como cada vez que cruzo una puerta de este edificio y después de escuchar el bip me adentré en el espacio personal del CEO. Como la vez anterior, estaba sentado en su gran escritorio moderno gris, rodeado de papeles, lápices y una gran variedad de carpetas.¿Qué acaso no sabe que ya nos digitalizamos?Me aclaré la garganta cuando veo que aún no levanta la cabeza, pero parecía estar tan concentrado que ni siquiera notó mi presencia, aunque se que es imposible. Me tomé el atrevimiento y me dirijí a la silla de invitados delante de él y mientras me voy acercando dediqué un tiempo
¿Sería redundante volver a maldecir mi vida? porque a estas alturas, según yo, lo único que me salía bien era que por fin eliminaba todas las deudas que me había dejado sumergida Max gracias a mi nuevo trabajo, habían pasado casi dos semanas desde que me ascendieron, así que mi primera paga me sirvió al menos para no morir en la pobreza extrema. Esta mañana amanecí sintiéndome como la m****a, tuve que correr dos veces al baño porque al parecer la comida que tenía en el refri, más vieja no podía estar, así que hice la nota mental, hoy después de llegar de el trabajo cambiar por completo la despensa. Todo eso si llegaba a tiempo y no me despedían, porque los 30 minutos haciendo arcadas digamos que no me dejaron mucho margen para llegar temprano. Con respecto a mi jefe, las cosas se están tornando un poco extrañas, después de nuestro pequeño altercado en el estacionamiento, su actitud ha cambiado un poco, nos reunimos casi a diario y se puede decir que es menos arrogante que antes. C
La cena estaba siendo aburrida, y a pesar de que la apariencia del lugar iba mucho más allá de los estándares de elegancia de los que yo había visitado antes, las raciones minúsculas de comida en mi plato me hacían desear no volver más, aunque por suerte está vez no pagaría nada, el anfitrión principal era uno de los inversionista, que dicho sea de paso quedó impactado con mi trabajo. Y no es para menos, llevaba trabajando en él varias semanas lo mejor que podía, de hecho mis días solo se debían al trabajo y a mi mascota, a penas tenía tiempo de vivir. En toda la cena el señor Thompson ni siquiera me dedicó una mirada, estaba sombrío, distante y enfocado en lo que los demás hombres hablaban aunque no era nada de otro mundo la verdad, solo cosas banales acerca de negocios y propiedades, en uno que otro momento me incluían para felicitarme por mi trabajo y que les diera mi opinión sobre cosas que prácticamente encontraba innecesarias, aunque supongo eran formalidades para no dejarme ca
Por suerte o por desgracia hoy era fin de semana y tenía que aprovechar a hacer todo lo que no había hecho en toda la semana. Despertarme con toda clase de malestares se estaba volviendo una rutina, una muy cansada y desgastante. Parecía muerta viviente, con un par de ojeras como koala y mi tez pálida por lo débil que me tenían los vómitos matutinos, no me podía permitir un doctor al menos hasta el próximo pago y tampoco consideraba que por un virus estomacal debía de pagar tanto dinero, ya para eso era mejor conseguir los remedios del libro de la abuela que tenía guardado en alguna parte de mi pequeño librero, la única cosa que tenía de ella y no recuerdo siquiera como conseguí. Estos dos días después de la cena fueron una m****a, y eso por no mencionar la parte horrible de ese día que me dejó llorando toda la madrugada hasta sacarme la última gota de líquido salado en mi rostro, Noah Thompson ni siquiera se tomó el detalle de dirigirme la palabra lo que restó de semana, pero no sol
Ver al señor Thompson acostado en mi cama sonaba a un plan para el futuro prometedor, se veía tan tierno, que me pasé toda la noche en el asiento al lado de mi cama observándolo, porque quizás, como el dijo, esa sea la última vez. Cerca de las 9 am me desperté de mi mala noche corriendo al baño que está en la puerta de al lado para evacuar lo poco que había comido ayer. Y es que había cambiado toda mi despensa y aun así no soportaba siquiera mirar ciertas comidas y el resto las evacuaba rápidamente al despertar. Estaba tan enfocada en no morir después de cada arqueada que ni siquiera me percaté cuando alguien más se posó en el marco de la puerta y me sobresaltó intentando apartar mi cabello para que no se mezclara con el vómito. -¡Sal de aquí! ¿Nunca has escuchado la palabra privacidad? -Le reclamé una vez pude hablar. -Al parecer tu tampoco queriéndote acostar conmigo en cada borrachera.Otra arcada me esfumó las palabras de mi boca y Noah apretó el agarre de mi cabello. Cuando
Después de que Noah dejara mi apartamento, un hueco se me hizo en el pecho, realmente no entendía a los hombres, un día son una cosa y a la mañana siguiente otra.Max mi perro estaba tranquilo como siempre mirándome con cara de tristeza como si comprendiera todo lo que había pasado. Pero yo no quiero la lástima de nadie ni siquiera la de mi único amigo perruno. Me fuí a mi habitación para un cambio de ropa rápido y gracias a mi nula vida social prendí N*****x para ver alguna comedia romántica que terminara de derrumbar la poca estabilidad psicológica que me quedaba. Cerca de las 5pm me había quedado dormida en el sofá, justo en la parte donde estaba la ropa de Noah horas atrás, y juraría que su perfume todavía se había quedado impregnado en la antigua tela. A juzgar por la poca luz que entraba por mi ventana, en el exterior debería de estar el sol puesto y casi listo para ir a dormir, y en medio de la casi oscuridad que había en la pequeña sala divisé mi celular que siempre se mante
Hoy era el supuesto gran día del viaje y la secretaria del señor Miller me había llamado temprano en la mañana para confirmar mi asistencia, hablarme sobre mi propósito en la reunión y comunicarme que un taxi me iba a estar esperando para cuando saliera del aereopuerto para llevarme directamente al hotel. El vuelo duró hora y media, pero al ser en primera clase fue extremadamente cómodo, me dió la oportunidad de estirar mis pies y recostarme a descansar un poco, esa mañana las náuseas no me dejaron dormir ni comer nada y los remedios de mi abuela aunque ayudaban en algo a lo largo del día no estaban siendo del todo efectivos.Washington era más bella de lo que esperé y había más calor del que me imaginé que haría también.A mí pesar no tendría tiempo de hacer turismo por la Casa Blanca o el Capitolio, lugares que siempre había querido conocer pero el taxista se tomó el atrevimiento de irme mencionando algunas de las estructuras relevantes que iban apareciendo en el camino a medida qu
Un opaco rayo de luz proveniente del exterior me despertó, por el color supongo que es uno de los más naranjas que aparecen justo en los últimos minutos que vemos al gran astro en el cielo. Miro a mi alrededor y lo primero que noto es a Noah enroscado a mi como una serpiente que no deja escapar a su presa una vez la tiene entre su cuerpo, su despeinado cabello deja caer un par de mechones pegados en su frente, donde justo antes hubo sudor producto de una agetreada tarde. Así, dormido y relajado se veía todavía más guapo, cada una de las manifestaciones de mi jefe me gustaban, sí, no podía negar lo enamorada que estaba de él, más, que después de este día, que sí me acordaba de cada detalle que pasó en esta cama, iba a encabezar cada sueño erótico que se le ocurriera a mi cabeza.Uno de mis dedos se deslizó por el brazo desnudo que me rodeaba, su piel era una mezcla entre bronceada y blanca que dejaba mucho que desear, y sus músculos no hacían más que darle forma a esa bestia provocado