Hoy era el supuesto gran día del viaje y la secretaria del señor Miller me había llamado temprano en la mañana para confirmar mi asistencia, hablarme sobre mi propósito en la reunión y comunicarme que un taxi me iba a estar esperando para cuando saliera del aereopuerto para llevarme directamente al hotel. El vuelo duró hora y media, pero al ser en primera clase fue extremadamente cómodo, me dió la oportunidad de estirar mis pies y recostarme a descansar un poco, esa mañana las náuseas no me dejaron dormir ni comer nada y los remedios de mi abuela aunque ayudaban en algo a lo largo del día no estaban siendo del todo efectivos.Washington era más bella de lo que esperé y había más calor del que me imaginé que haría también.A mí pesar no tendría tiempo de hacer turismo por la Casa Blanca o el Capitolio, lugares que siempre había querido conocer pero el taxista se tomó el atrevimiento de irme mencionando algunas de las estructuras relevantes que iban apareciendo en el camino a medida qu
Un opaco rayo de luz proveniente del exterior me despertó, por el color supongo que es uno de los más naranjas que aparecen justo en los últimos minutos que vemos al gran astro en el cielo. Miro a mi alrededor y lo primero que noto es a Noah enroscado a mi como una serpiente que no deja escapar a su presa una vez la tiene entre su cuerpo, su despeinado cabello deja caer un par de mechones pegados en su frente, donde justo antes hubo sudor producto de una agetreada tarde. Así, dormido y relajado se veía todavía más guapo, cada una de las manifestaciones de mi jefe me gustaban, sí, no podía negar lo enamorada que estaba de él, más, que después de este día, que sí me acordaba de cada detalle que pasó en esta cama, iba a encabezar cada sueño erótico que se le ocurriera a mi cabeza.Uno de mis dedos se deslizó por el brazo desnudo que me rodeaba, su piel era una mezcla entre bronceada y blanca que dejaba mucho que desear, y sus músculos no hacían más que darle forma a esa bestia provocado
Noah y yo nos habíamos montado en un Range Rover negro que al parecer había rentado y nos dirigíamos a la parte central de la cuidad. Por mi cabeza pasaba constantemente la palabra cita, aunque él ni siquiera la hubiera mencionado, pero es que vamos joder, era obvio. Una emoción, de esas que te hacen gritar me inundó, y tuve que aguantar como campeona para no explotar y que se me notara lo feliz que me hacía que iba a tener una cita por primera vez. El auto se estacionó en uno de los parqueos públicos del centro de la ciudad y ambos nos bajamos. -Vamos -Noah se acercó a dónde estaba parada esperando sus órdenes y me tomó de la mano. Y sí, tenía razón, ese solo gesto ablandó cada parte de mi, era algo que Max, mi primer y único novio no acostumbraba a hacer, de hecho, ni siquiera se molestaba en mostrar alguna muestra de cariño que no fuese un beso a secas de pico una o dos veces al día ¿Estas son cosas que hacen las parejas de verdad? Supongo que sí, supongo que siempre estuve en
Ya era el maldito día de la conferencia y estaba algo nerviosa. Supuestamente tenía que comentarle acerca de mis métodos a los grandes hombres de negocio de todo el Estado, más de uno estaba obsesionado con eso y ya me habían llegado tres correos de empresas diferentes ofreciéndome puestos, ese tal Miller sí me estaba haciendo propaganda, aunque yo no pensaba cambiarme de trabajo. Me levanté perezosa pero con una sonrisa en los labios mientras me acordaba de anoche...Después de la cita habíamos terminado haciendo otras clase de cosas en el carro rentado en el parqueo. Por suerte nadie se percató de eso, hubiera muerto de la vergüenza y hubiera sido un escándalo tremendo. Definitivamente la parte de ''salir'' no la estábamos llevando del todo como una pareja normal. No habíamos hablado de nada sobre nuestra siguiente cita, pero que importaba, era más lindo dejarse llevar. El vestido gris reposaba desde anoche en una percha en el pequeño clóset de la habitación, y en una esquina est
La tarea que menos me agrada de viajar es desempacar todas mis maletas, odio cuando cada cosa está tendida esperando a que mis manos, que no tienen nada de magia para hacerlas volar, las acomode en los cajones dobladas.Pero no podía vivir en la mugre todo el tiempo, así que en esos momentos me encontraba organizando. Esa mañana me había despedido de Noah de la única forma que mejor nos entendemos ya que no nos veríamos en aproximadamente una semana porque tendría que viajar al otro lado del mundo, China para ser exactos. Íbamos a estar cerca de 20 horas sin comunicarnos, pero me prometió que cada vez que tuviera un segundo libre me escribiría. ¿Quién iba a decir que un hombre tan imponente y helado por dentro sería tan tierno y cursi?Un arrebato me recorrió de la cabeza a los pies y como niña chiquita di brinquitos en el lado de la cama donde estaba sentada. Nunca antes cuando era novia de Max me había sentido como si volviera a ser una niña. Mi perro me miraba desde la puerta co
M****a, m****a, m****a era en lo único que pensaba, delante de mi el señor Thompson, padre de Noah, me miraba con recelo.Me levanté lo mejor que pude cuidando que el mareo de haber inhalado tanto humo no me tirara a un costado y pasara una vergüenza de las que normalmente me suceden, aunque mis tacones altos no me ayudaban mucho.-Un placer señor Thompson. -Mi voz estaba torpe, pero al menos pude formular algo, supongo que él entiende que todavía estoy aturdida por el incidente que casi colapsa su edificio. El hombre, aún más imponente que su hijo me dedicó una sonrisa de lado, justo como las que me dedicaba Noah en un principio, solo que esta vez todavía más cargada de frialdad. -Al parecer usted descubrió algo grande Eva- Señaló con su mano a todos los que estaban lesionados de alguna manera o sucios, como supongo que estoy yo en parte. -Espero que valga la pena haber destruido parte de mi empresa y mi gente. Miré a mi alrededor y tenía razón, estaba hecho un desastre, las person
Sam, el chofer, estacionó el Roll Royce negro en el frente de la lujosa mansión en la que ya había estado antes, hacía unos minutos atrás había ido a casa, tomé un baño rápido y me vestí con algo más cómodo, aunque mi definición de esa palabra definitivamente contrastaba con aquella majestuosidad. La vista de día dejaba ver más detalles, como el hermoso color blanco y las rosas rojas de los jardines que hacían un contraste lujoso. Un jóven estaba enfrascado con unas tijeras de podar en hacer que un arbusto tuviera una forma redondeada perfecta, si es que eso era posible. Era guapo, lo admito, su cuerpo bañado por el sudor por el sol del medio día brillaba, reluciendo unos músculos bien trabajados y una piel bronceada y sus cabellos rubios miel hasta los hombros le daban un aspecto salvaje. Sam me ayudó a entrar las maletas hasta el recibidor, dónde otro jóven que no había visto antes las tomó y las llevó escaleras arriba. Parada como estatua estaba Petra, ahora, sin los efectos sec
Llevaba la noche entera dando vueltas en la cama, apenas amaneció busqué en los registros de la empresa y el único Rafael Rey que figura es uno de los accionistas minoristas. Su foto me pareció familiar, su apellido era el mismo, y provenía de Orlando en Florida, era mucha coincidencia, así que rebusqué entre las fotos antiguas que habían en Internet de mi familia, a penas pude encontrar un par donde estabamos todos, me dio tanta nostalgia que las lágrimas no me dejaron apreciar casi la instantánea en un principio.Me costó trabajo enfocar miembro por miembro, los abuelos estaban en una esquina abrazados y sonrientes, mamá acariciando la gran barriga de quien iba a ser el primer hijo varón de ambos, papá con un brillo en los ojos maravilloso y debajo de ellos yo, con un par de coletas rubias largas y sedosas, a lado nuestro estaba creo que la tia Julia, que falleció días después de esa foto y en el fondo...El tío Rafael, tenía unos 10 años menos, pero era exactamente el mismo hombre,