M****a, m****a, m****a era en lo único que pensaba, delante de mi el señor Thompson, padre de Noah, me miraba con recelo.Me levanté lo mejor que pude cuidando que el mareo de haber inhalado tanto humo no me tirara a un costado y pasara una vergüenza de las que normalmente me suceden, aunque mis tacones altos no me ayudaban mucho.-Un placer señor Thompson. -Mi voz estaba torpe, pero al menos pude formular algo, supongo que él entiende que todavía estoy aturdida por el incidente que casi colapsa su edificio. El hombre, aún más imponente que su hijo me dedicó una sonrisa de lado, justo como las que me dedicaba Noah en un principio, solo que esta vez todavía más cargada de frialdad. -Al parecer usted descubrió algo grande Eva- Señaló con su mano a todos los que estaban lesionados de alguna manera o sucios, como supongo que estoy yo en parte. -Espero que valga la pena haber destruido parte de mi empresa y mi gente. Miré a mi alrededor y tenía razón, estaba hecho un desastre, las person
Sam, el chofer, estacionó el Roll Royce negro en el frente de la lujosa mansión en la que ya había estado antes, hacía unos minutos atrás había ido a casa, tomé un baño rápido y me vestí con algo más cómodo, aunque mi definición de esa palabra definitivamente contrastaba con aquella majestuosidad. La vista de día dejaba ver más detalles, como el hermoso color blanco y las rosas rojas de los jardines que hacían un contraste lujoso. Un jóven estaba enfrascado con unas tijeras de podar en hacer que un arbusto tuviera una forma redondeada perfecta, si es que eso era posible. Era guapo, lo admito, su cuerpo bañado por el sudor por el sol del medio día brillaba, reluciendo unos músculos bien trabajados y una piel bronceada y sus cabellos rubios miel hasta los hombros le daban un aspecto salvaje. Sam me ayudó a entrar las maletas hasta el recibidor, dónde otro jóven que no había visto antes las tomó y las llevó escaleras arriba. Parada como estatua estaba Petra, ahora, sin los efectos sec
Llevaba la noche entera dando vueltas en la cama, apenas amaneció busqué en los registros de la empresa y el único Rafael Rey que figura es uno de los accionistas minoristas. Su foto me pareció familiar, su apellido era el mismo, y provenía de Orlando en Florida, era mucha coincidencia, así que rebusqué entre las fotos antiguas que habían en Internet de mi familia, a penas pude encontrar un par donde estabamos todos, me dio tanta nostalgia que las lágrimas no me dejaron apreciar casi la instantánea en un principio.Me costó trabajo enfocar miembro por miembro, los abuelos estaban en una esquina abrazados y sonrientes, mamá acariciando la gran barriga de quien iba a ser el primer hijo varón de ambos, papá con un brillo en los ojos maravilloso y debajo de ellos yo, con un par de coletas rubias largas y sedosas, a lado nuestro estaba creo que la tia Julia, que falleció días después de esa foto y en el fondo...El tío Rafael, tenía unos 10 años menos, pero era exactamente el mismo hombre,
Dicen que cuando las personas están al borde de la muerte, antes de tocarla, una luz blanca las ciega y luego van al cielo. En mi caso, había sentido un disparo, sin dolor absoluto y aun no veía nada delante de mi. Había calma y paz, hasta que el ruido de unas sirenas me aturdió. Abrí los ojos de golpe y ahí estaba, con mis manos creando una especie de pared entre la realidad y yo mientras Sam tiraba el arma al suelo y levantaba las manos. Delante de mí nuestros dos atacantes yacían unos con una bala en la sien y el otro con golpes y sangre por todos lados. Las lágrimas me invadieron y comencé a llorar como loca. Alguien me colocó una manta por la espalda haciéndome dar un brinco y como si fuera mi soporte emocional me apreté contra el cuerpo y dejé que me llevara cargada hasta una de las ambulancias que tenían las puertas abiertas detrás de mi en el callejón. -¿Estás bien? -El paramédicos me sacó de mis ideas. Solo asentí y comenzó a examinarme. A lo lejos Sam le explicaba a la p
Despertarme con la noticia de que Max iba a estar conmigo en aquella casota me levantó muchísimo el ánimo, a tal punto de que me encontraba a esas alturas sentada en el césped perfectamente cortado del patio, tirándole un juguete a mi perro y esperando a que lo recogiera y me lo entregara. Su pelaje dorado brillaba con el poco sol que las nubes en el cielo dejaban salir y se le veía felíz, desde cachorro siempre vivió en el departamento, sin ver apenas la luz del exterior y eran contadas las veces que pude llevarlo a interactuar con la naturaleza. Definitivamente verlo así me estaba haciendo ser felíz también a mi sin siquiera notarlo. La hierba a mi lado se hundió, dejándome saber que alguien más había tomado asiento, despedía un aroma a Margaritas y de lejos se sentía que su aura estaba herida, pero que no quería perder la lucha y hundirse en la miseria. -¿Puedo intentarlo yo? -Su voz estaba cansada, como si hubiera pasado toda la mañana llorando y sus ojos me decían que mis pensa
Mientras más tiempo pasaba en la gran casa de los Thompson más me integraba a la familia, excluyendo al señor Thompson padre de la lista de personas para las que soy grata. Estaba trabajando desde casa, pues se me tenía prohibido vover al edificio hasta que Noah llegara e intentara solucionar todo.Y no sé si fue por la distancia o porque nos extrañamos realmente, pero entre mi jefe y yo estábamos creando un vínculo bastante dependiente. Cada vez que ambos teníamos un segundo libre o teníamos una videollamada o un mensaje, literalmente no nos separábamos de los teléfonos, y a mi me resultaba tierno, me sentía como una de mis amigas de la secundaria revisando el W******p a cada segundo con una sonrisa. Literalmente después de mucho tiempo me sentía feliz aunque con respecto a Bela no, sus moretones habían comenzado a disminuir, pero aun así, estaba muy deprimida desde que se enfrentó a su padre y este le dijo que fuera fuerte, que ese sería el precio a pagar por tener una vida de lujo
Los labios de Noah aprisionaba los míos ferozmente, el deseo era palbable, sus dedos comenzaron a hacer surcos en partes de mi piel sencibles terminando debajo de mi vestido. Lo sentí mover para un costado mis bragas y solté un jadeo cuando bruscamente me penetró con dos dedos. Si que estaba apurado. Los dos dedos se habrían paso por mi interior provocándome placer y con la mano restante comenzó a acariciar mis senos. De un tirón ya estábamos ambos en la cama siguiendo esa danza de deseo. Nos separamos unos segundos para que pudiera levantar mi vestido y dejar libre el 90 % de mi cuerpo. Se quedó por unos instantes observándome con brillo en los ojos para luego volver con más ganas a su antigua labor. Los dedos dentro de mi se movían en círculos ayudándome a dilatar como en veces anteriores -Necesitaba tanto esto. -Gimió contra mi. Hasta que lo ví separarse y casi romper mis bragas en el intento de quitarlas, parecía un animal salvaje en busca de su presa. En cuestiones de segun
El Cadillac se estacionó en un lugar que claramente se podía apreciar los sonidos de las olas del mar y el olor a playa inundaba mis fosas nasales. Noah me prohibió quitarme la venda de los ojos así que agarré su mano fuertemente y le seguí el paso. Un aire violento me golpeó el rostro haciéndome sentir libre y prácticamente expuesta por la sencillez de mi vestido. El reloj la última vez que lo miré marcaban las 8:30, íbamos extremadamente tarde al trabajo y aun así mi "algo" quería revelarme algún secreto entre la arena del mar. Que romántico.-Toda mi vida, con respecto al tema amoroso me sentí así como justamente tienes tus ojos -Comenzó- porque cuando tenía 16 y experimenté el amor por primera vez y para mi desgracia nuestros padres nos separaron y luego juré que no me iba a enamorar nuevamente cuando me enteré la noticia de que había muerto con su familia en un accidente -Esa historia, no, no puede ser- Mi padre hizo su fortuna y cuando tuve edad suficiente comencé a manejar to