Capítulo 59Olivia En un abrir y cerrar de ojos, lo que se había convertido en un día terrible, se transformó en uno de los más importantes de mi vida. Mi nena, mi bebé, estaba por nacer, a quien había estado esperando con emoción y ansias. En cuanto le dije a Connor, me cargó en sus brazos y me llevó a su auto como si no pesara nada. Debió ser la adrenalina del momento porque había ganado bastante peso y el auto estaba lejos de la casa. Durante el camino, no paraba de preguntarme cómo estaba y qué sentía, y yo seguía diciéndole que me sentía bien. Había roto aguas, pero no estaba teniendo contracciones. El pobre estaba tan nervioso que parecía que no me escuchaba. Le pedí su teléfono para llamar a casa, porque el mío se me había caído en la autopista. Tan pronto tuve señal, llamé a mamá y le dije que iba camino al hospital, que la bebé estaba por nacer. Omití la parte del secuestro porque no quería alarmarla y tampoco tenía ganas de hablar sobre el tema, más bien intentaba ol
Olivia Seis meses después Estaba tan emocionada y nerviosa como si fuera la primera vez que me casara con Connor. Es que esta vez sería una boda formal, en presencia de familiares, amigos y conocidos y una gran recepción. Me miré una vez más al espejo y sonreí, mi vestido era un sueño, blanco perlado, con drapeado en el corsé, sin mangas, con un coqueto escote de corazón y falda vaporosa con varias capas en tela de organza. Ya podía imaginar la cara de Connor cuando me viera. Él me amaba como un loco, desde que volvimos, se desvivía en atenciones por mí y no había un día que no me dijera que me amaba. Habían pasado solo dos semanas cuando me pidió que me casara con él de nuevo. Mandó a decorar la piscina con pétalos de rosas, globos y luces y, después de que los niños se durmieron, me llevó de la mano hasta el exterior con los ojos vendados para darme la sorpresa. —Quítate la venda —me dijo cuando estuvimos delante de la piscina. Lo hice y entonces lo vi, con una rodilla apoyada
La noche en el club ha estado muy movida, siempre es así los fines de semana, ya perdí la cuenta de los tragos que he servido y del número de clientes que he atendido en dos horas. Desde que llegué, no he parado ni un momento. Al menos he recibido buenas propinas, a este ritmo, conseguiré el dinero que necesito para rentar un apartamento decente y dejar de dormir en hoteles baratos donde solo hay agua fría y los colchones rechinan. —Olivia, el señor Brooks ha pedido que subas a la sala VIP —anuncia Kate desde el otro lado de la barra. Kate es una de mis compañeras de trabajo y a la única a la que puedo llamar amiga. —¿Por mí? —inquiero frunciendo el ceño. Se trata de uno de los clientes más ricos del club, lo he atendido algunas veces, pero nunca había pedido por mí. Lo recuerdo muy bien, es hombre muy guapo, imposible de olvidar. Es alto, fornido, de ojos azul cielo, cabello avellana y facciones varoniles muy marcadas, debe rondar los cuarenta y tantos años y siempre viene solo.
Son casi las dos de la mañana cuando terminamos de trabajar, me iré a casa de Kate para hablarle sobre la propuesta de Connor, confío lo suficiente en ella para saber que no se lo dirá a nadie.Uso la puerta trasera para salir junto a Kate y Natasha. Cuando llegamos a la calle, veo un auto lujoso detenido frente a la entrada del club, de donde se baja mi acosador personal. ¿Me ha estado esperando hasta ahora? El señor Brooks se acerca a mí y me ofrece llevarme a casa, sin importarle que Nat y Kate estén junto a mí. Las dos saben que estuve con él en la sala VIP más temprano, pero que ahora se ofrezca a llevarme a casa, dará pie a que piensen cualquier cosa.—Gracias, pero no es necesario —le respondo forzando una sonrisa, esto no me gusta nada.—Ven conmigo, Olivia —insiste en tono amable, usando mi nombre y tuteándome como no lo hizo cuando estábamos a solas.—Ve, tonta —me anima Kate dándome un golpecito con el hombro. Le lanzo una mirada asesina y ella me guiña un ojo.¡La quier
Su teléfono móvil timbra con una llamada y él contesta endureciendo sus gestos. Escucha lo que le dicen y responde con monosílabos. No alcanzo a oír si se trata de un hombre o de una mujer, pero, sea quien sea, ha cambiado su estado de ánimo. La llamada dura menos de un minuto y, después de eso, no vuelve a hablarme. Llegamos al hotel, ingresando por el estacionamiento subterráneo, y el chófer se encarga de sacar mis cosas de la maletera del auto, solo es una pequeña valija con algo de ropa, una toalla y un par de zapatos. Llevo un bolso más pequeño conmigo a todos lados con mi maquillaje, mis productos de aseo personal y el poco dinero que tengo.—Debo irme, surgió algo urgente y no podré acompañarte hasta la habitación —me informa con una disculpa en su mirada—. Tu habitación está en el piso diez, esta es la llave. —La saca del bolsillo delantero de su pantalón y la pone en mi mano—. Pide lo que quieras sin límites, todo va por mi cuenta. Y, por favor, piensa en mi propuesta.—Lo ha
Capítulo 4Una hora más tarde, Sergio me trae el contrato y me siento a leerlo apenas se va. Estoy ansiosa de saber cuáles son sus condiciones.Cuando termino de leer el contrato, lo llamo al número que aparece en su tarjeta. Él contesta casi al momento sabiendo que soy yo, tiene mi número guardado, lo obtuvo de la misma manera que supo dónde me hospedaba.—He leído el contrato y estoy indignada por varias de sus cláusulas, sobretodo, esta que dice que mientras el matrimonio dure no puedo relacionarme de ninguna manera con nadie que no haya sido aprobado por usted —expreso molesta, me parece excesivo. La verdad, creo que esto no es para mí, no soy el tipo de mujer que agacha la cabeza ante nadie.—¿Volvemos al usted? —cuestiona tenso.—Pues sí, porque con todo lo que leí, ha quedado claro que lo que usted quiere es convertirse en mi dueño, como en las épocas de la esclavitud —espeto furiosa. —No recuerdo esa cláusula, debió incluirla mi abogado. Cuando vaya a buscarte para comer, lo
Capítulo 5Una vez Connor y yo volvemos a estar solos, se acerca para retomar la conversación que estábamos teniendo.—Sé que no me conoces, que no confías en mí, y no te pido que lo hagas, solo que me permitas ayudarte. Te prometo que no me deberás nada, Olivia. Solo… déjame hacer esto por ti —insiste empecinado. ¿Por qué le importa tanto?—¿De qué se trata esto, señor Brooks?, ¿qué deuda intenta pagar conmigo? —cuestiono sospechando de que hay mucho más detrás de sus “buenas intenciones”. Decido hablarle de esa manera para mantener la distancia, cometí un error cuando lo comencé a tutear, le di pie a pensar que se había ganado mi confianza.—De nada, no hay un trasfondo, solo mi deseo de apoyar a alguien que lo necesita —responde con el ceño fruncido.—¿Soy un caso de caridad para usted? —le pregunto alzando las cejas con una sonrisa irónica.—No dije eso —sisea negando con la cabeza.—¿Por qué insiste tanto entonces?, ¿por qué le importa?—Porque me siento responsable, yo te llevé
Capítulo 6Luego de un largo recorrido a través de la ciudad, llegamos a una enorme mansión que parece sacada de una película. Connor se abaja primero y mantiene la puerta abierta para mí. Salgo del auto mirando su casa con asombro e incredulidad. —Ven, entremos —me invita poniendo su mano en mi espalda baja como si fuera algo natural entre nosotros. Esta es la segunda vez que me toca, y no voy a engañarme diciendo que no me gusta, porque es todo lo contrario.Nerviosa, camino hacia la puerta de la mansión seguida por él. Alguien abre antes de que lleguemos; una mujer de mediana edad, piel morena y un cabello cenizo con presencia de canas, me da la bienvenida con una sonrisa amplia y me invita a pasar. Miro a Connor y él asiente dos veces con gesto estoico. Cruzo la puerta y avanzo solo algunos pasos, los suficientes para que él pueda entrar, y miro todo con estupor. Nunca estuve en una casa tan inmensa como esta, mucho menos en una donde cada mueble y adorno debe costar todo mi sal