OliviaNo imaginé que lo que Connor iba a decirme estaba relacionado con mi secuestro, supuse que sería sobre la adopción de Samuel o sobre nosotros. —¿De verdad? No me digas que fue tu padre. —No, no fue él. Pero descubrió quién lo hizo —respondió serio—.Esta información la obtuve hace unos días, pero necesitaba asegurarme de que fuera cierto antes de hablar contigo. ¿Recuerdas que te conté que Laura es hija de un viejo amigo de papá? —asentí—. Su nombre es Jacob, me citó en el restaurant para decirme algo importante, pero él no asistió sino que envió a Laura. Ese día, me entregó una memoria USB y lo olvidé por completo, Cecilia la encontró en mi ropa cuando iba a lavarla y, cuando conecté la memoria en mi portátil, me pedía un código para acceder. Recordé algo que me dijo Laura, que en ese momento no tuvo sentido, y esa fue la clave para ingresar. Abrí la única carpeta que había y reproduje en video que mi padre había grabado poco antes de morir, señalando a Abraham Wilson como
Olivia Tal como Connor suponía, Thomas estuvo desviando cantidades de dinero hacia distintas cuentas durante años, que terminaron sumando una cuantiosa cifra millonaria, además, autorizó inversiones de las que mi padre no tenía conocimiento, falsificaba su firma y se quedaba con las ganancias sin que nadie se enterara. Pero no actuó solo, estaba confabulado con el administrador de la empresa. Papá contrató a un auditor para que se encargara de corroborar las cuentas de la empresa y, luego de ocho semanas, nos entregó un informe detallado donde se reflejaba una fuga importante de dinero. El sospechoso número uno era Thomas, pero no bastaba con saber que faltaba dinero, también debíamos probar que él era el responsable.Durante semanas, tratamos de encontrar alguna prueba que lo acusara, pero llegamos a un punto muerto, ya no sabíamos dónde más revisar. Solo quedaba una opción: revisar la portátil de Thomas en busca de alguna conexión. Él se la llevaba a todos lados, nunca salía sin e
OliviaAbrí los ojos sobresaltada siendo totalmente consciente de que había sido secuestrada. Me encontraba acostada en una cama, atada de manos en lo que parecía el sótano de una casa. No tenía idea de quien lo había hecho ni porqué, pero, quien fuera, planeó todo muy bien. No pudo ser casualidad que el vehículo de Mike se averiara, sabían que me bajaría del auto y esa sería su oportunidad de atraparme.No estaba segura de cuánto tiempo llevaba confinada en ese hoyo oscuro y húmedo, pero supuse que no podían haber pasado más de algunas horas. Grité por ayuda, aunque sospechaba que sería en vano, no me habían amordazado, lo que significaba que sabían que si gritaba, nadie me escucharía. Pasó un rato antes de que alguien viniera. Escuché una puerta abriéndose y pasos de una persona bajando las escaleras. Mi corazón comenzó a palpitar de prisa, estaba aterrorizada, quien estuviera viniendo, podía hacerme lo que quisiera. Pronto, la figura de un hombre se fue acercando a mí y mis ojos
Connor Mike me escribió que estaba esperando a que Olivia bajara, trataba de llamarla por su nuevo nombre, pero para mí seguía siendo mi Olivia. Ella me había pedido que llevara a Samuel para el baby shower, quería compartir este día con él, y yo también hubiera querido estar a su lado, pero su padre me despreciaba y no era bienvenido en su casa. No podía culparlo, a pesar de que papá no tuvo nada que ver con la desaparición de su hija, mantuvo una guerra con él durante años por la enemistad que Abraham Wilson creó entre los dos, incluso, influyó tanto en mí que planeé esa tontería de la venganza solo porque pensaba que así honraría su memoria. Que idiota era, estaba tan vacío por dentro que no sabía ni lo que hacía. —Ya estás listo, campeón. Tu mamá te va a comer a besos cuanto te vea —le dije a Samuel cuando terminé de vestirlo. Olivia había comprado ese atuendo especialmente para ese día, un conjunto estilo marinero blanco y azul. Hace solo un par de semanas, Olivia se había c
Capítulo 59Olivia En un abrir y cerrar de ojos, lo que se había convertido en un día terrible, se transformó en uno de los más importantes de mi vida. Mi nena, mi bebé, estaba por nacer, a quien había estado esperando con emoción y ansias. En cuanto le dije a Connor, me cargó en sus brazos y me llevó a su auto como si no pesara nada. Debió ser la adrenalina del momento porque había ganado bastante peso y el auto estaba lejos de la casa. Durante el camino, no paraba de preguntarme cómo estaba y qué sentía, y yo seguía diciéndole que me sentía bien. Había roto aguas, pero no estaba teniendo contracciones. El pobre estaba tan nervioso que parecía que no me escuchaba. Le pedí su teléfono para llamar a casa, porque el mío se me había caído en la autopista. Tan pronto tuve señal, llamé a mamá y le dije que iba camino al hospital, que la bebé estaba por nacer. Omití la parte del secuestro porque no quería alarmarla y tampoco tenía ganas de hablar sobre el tema, más bien intentaba ol
Olivia Seis meses después Estaba tan emocionada y nerviosa como si fuera la primera vez que me casara con Connor. Es que esta vez sería una boda formal, en presencia de familiares, amigos y conocidos y una gran recepción. Me miré una vez más al espejo y sonreí, mi vestido era un sueño, blanco perlado, con drapeado en el corsé, sin mangas, con un coqueto escote de corazón y falda vaporosa con varias capas en tela de organza. Ya podía imaginar la cara de Connor cuando me viera. Él me amaba como un loco, desde que volvimos, se desvivía en atenciones por mí y no había un día que no me dijera que me amaba. Habían pasado solo dos semanas cuando me pidió que me casara con él de nuevo. Mandó a decorar la piscina con pétalos de rosas, globos y luces y, después de que los niños se durmieron, me llevó de la mano hasta el exterior con los ojos vendados para darme la sorpresa. —Quítate la venda —me dijo cuando estuvimos delante de la piscina. Lo hice y entonces lo vi, con una rodilla apoyada
La noche en el club ha estado muy movida, siempre es así los fines de semana, ya perdí la cuenta de los tragos que he servido y del número de clientes que he atendido en dos horas. Desde que llegué, no he parado ni un momento. Al menos he recibido buenas propinas, a este ritmo, conseguiré el dinero que necesito para rentar un apartamento decente y dejar de dormir en hoteles baratos donde solo hay agua fría y los colchones rechinan. —Olivia, el señor Brooks ha pedido que subas a la sala VIP —anuncia Kate desde el otro lado de la barra. Kate es una de mis compañeras de trabajo y a la única a la que puedo llamar amiga. —¿Por mí? —inquiero frunciendo el ceño. Se trata de uno de los clientes más ricos del club, lo he atendido algunas veces, pero nunca había pedido por mí. Lo recuerdo muy bien, es hombre muy guapo, imposible de olvidar. Es alto, fornido, de ojos azul cielo, cabello avellana y facciones varoniles muy marcadas, debe rondar los cuarenta y tantos años y siempre viene solo.
Son casi las dos de la mañana cuando terminamos de trabajar, me iré a casa de Kate para hablarle sobre la propuesta de Connor, confío lo suficiente en ella para saber que no se lo dirá a nadie.Uso la puerta trasera para salir junto a Kate y Natasha. Cuando llegamos a la calle, veo un auto lujoso detenido frente a la entrada del club, de donde se baja mi acosador personal. ¿Me ha estado esperando hasta ahora? El señor Brooks se acerca a mí y me ofrece llevarme a casa, sin importarle que Nat y Kate estén junto a mí. Las dos saben que estuve con él en la sala VIP más temprano, pero que ahora se ofrezca a llevarme a casa, dará pie a que piensen cualquier cosa.—Gracias, pero no es necesario —le respondo forzando una sonrisa, esto no me gusta nada.—Ven conmigo, Olivia —insiste en tono amable, usando mi nombre y tuteándome como no lo hizo cuando estábamos a solas.—Ve, tonta —me anima Kate dándome un golpecito con el hombro. Le lanzo una mirada asesina y ella me guiña un ojo.¡La quier