Una hora más tarde, Sergio me trae el contrato y me siento a leerlo apenas se va. Estoy ansiosa de saber cuáles son sus condiciones.
Cuando termino de leer el contrato, lo llamo al número que aparece en su tarjeta. Él contesta casi al momento sabiendo que soy yo, tiene mi número guardado, lo obtuvo de la misma manera que supo dónde me hospedaba.
—He leído el contrato y estoy indignada por varias de sus cláusulas, sobretodo, esta que dice que mientras el matrimonio dure no puedo relacionarme de ninguna manera con nadie que no haya sido aprobado por usted —expreso molesta, me parece excesivo. La verdad, creo que esto no es para mí, no soy el tipo de mujer que agacha la cabeza ante nadie.
—¿Volvemos al usted? —cuestiona tenso.
—Pues sí, porque con todo lo que leí, ha quedado claro que lo que usted quiere es convertirse en mi dueño, como en las épocas de la esclavitud —espeto furiosa.
—No recuerdo esa cláusula, debió incluirla mi abogado. Cuando vaya a buscarte para comer, lo revisaremos juntos, ¿te parece? —propone escuchándose ansioso, pero no estoy tan segura de que quiera comer con él después de esto.
—¿Sabe qué? Mejor dejemos esto así, no creo que sea lo que usted busca. Y no se preocupe, no le diré a nadie sobre su propuesta. —Termino la llamada y apago el móvil, sé que él no se va a rendir con facilidad. Guardo mis pertenencias en el bolso y camino hacia la puerta. Tengo que irme ahora, no esperaré que Connor Brooks se aparezca por aquí intentando convencerme de que me quede.
Cinco minutos después, dejo la llave de la habitación en la recepción del hotel y cruzo las puertas de la entrada decidida a irme. Tal vez hice mal en rechazar a Connor, pero no soy el tipo de mujer sumisa y obediente, no resultaría.
Estoy caminando hacia la parada de autobús cuando siento un tirón fuerte que me hace caer de espaldas contra el suelo, provocando que me dé un golpe en la cabeza y pierda la conciencia. Cuando vuelvo a abrir los ojos, me sobresalto y miro a todos lados aterrada, descubriendo que me encuentro en un hospital.
¡Dios! ¿Cómo llegué aquí?, ¿quién me trajo? No puedo pagar por esto, tengo que salir de aquí.
Intento levantarme de la cama, pero me tengo que recostar de vuelta cuando siento una punzada en mi cabeza. Me toco donde me duele y noto que llevo un parche adhesivo que ocupa más de la mitad de la parte posterior de mi cabeza, lo que indica que me han tomado puntos de sutura.
Pienso en presionar el botón para llamar al puesto de enfermería cuando la puerta se abre y veo entrar a Connor Brooks a la habitación luciendo como un desastre adorable. Lleva la camisa remangada hasta los codos, el primer botón desabotonado y el cabello desordenado.
Así que ha sido él quien me ha traído.
—Olivia, gracias a Dios —pronuncia aliviado al verme despierta y se acerca a mí tan rápido que parecía que volaba.
—¿Qué… qué me pasó?, ¿cómo es que usted…? —balbuceo con voz débil, no me siento muy bien.
—¡Shhh! No te preocupes por nada, todo estará bien —asegura con voz gentil, acariciándome la mano con suavidad. ¡Es la primera vez que me toca! Y así, adolorida y todo como estoy, no puedo evitar sentir un torrente de electricidad que viaja desde mi mano y se esparce al resto de mi cuerpo de forma descarada.
—Quiero saber —pido mojándome los labios, los siento resecos. Su mano sigue envolviendo la mía y la electricidad continúa corriendo dentro de mí como el torrente de un río. Connor Brooks me gusta, de eso no tengo ninguna duda.
—Un hombre te atacó cuando caminabas por el andén, vi cuando lo hizo porque iba al hotel a hablar contigo, me bajé del auto y llamé al 911. Sergio intentó alcanzar al hombre, pero fue más rápido y huyó con todas tus pertenencias —me explica con una mirada furiosa.
—¡Ay, no! Se ha llevado todo lo que tenía, el dinero que había reunido para mis padres, mis documentos de identidad, mi teléfono… todo. ¿Qué voy a hacer ahora? —digo desesperada. No puedo creer que sucediera esto.
—Como te dije antes, no debes preocuparte por nada. Estoy aquí, Olivia, te ayudaré —asegura mirándome fijo con sus preciosos y cautivadores ojos azules. Y aunque me encantaría ser la princesa rescatada por el atractivo caballero de brillante armadura, entiendo que la vida no es un cuento y que nadie hace nada de gratis, que su ayuda tendrá un costo.
—No, no puedo aceptarlo, no tengo cómo pagar y no quiero quedar en deuda con usted —apunto decidida. Lo que pasó no cambia nada.
—Nunca tomaría ventaja de algo como esto. Solo quiero ayudarte, nada más —replica con expresión contrariada y me suelta la mano pasándosela por el cabello como señal de frustración.
—Lo siento, pero la vida me ha enseñado a no confiar en nadie y para mí usted sigue siendo un extraño, no puedo saber si sus intenciones son buenas o no —me sincero, es lo menos que merece después de haberme traído al hospital y cuidado de mí—. Le agradezco que me trajera aquí, pero…
—Pero nada, Olivia. No seas terca. Puedo ayudarte y quiero hacerlo. No tienes dinero ni documentos ni un lugar donde dormir. Y no voy a dejarte aquí sabiendo todo eso, no me lo perdonaría nunca —expresa tenso y con una mirada culpable.
En eso, una enfermera de mediana edad entra y me pregunta cómo me siento, respondo que me duele la cabeza y ella dice que me pondrá analgésicos para ayudarme a sentir mejor.
—¿Cuántos puntos de sutura me han puesto?
—Diez, fue una fuerte caída la que tuvo, por suerte, no sufrió contusión ni ninguna lesión grave —contesta con amabilidad, me parece una mujer muy dulce.
—¿Entonces puedo irme ya? —me apresuro en preguntar, entre más tiempo esté aquí, más tendré que pagar.
—El médico debe decidirlo, le diré que venga a verla en cuanto pueda.
—Se lo agradezco. —Sonrío, ella me devuelve el gesto y se va luego de decirme que no dude en llamarla si necesito algo.
Capítulo 5Una vez Connor y yo volvemos a estar solos, se acerca para retomar la conversación que estábamos teniendo.—Sé que no me conoces, que no confías en mí, y no te pido que lo hagas, solo que me permitas ayudarte. Te prometo que no me deberás nada, Olivia. Solo… déjame hacer esto por ti —insiste empecinado. ¿Por qué le importa tanto?—¿De qué se trata esto, señor Brooks?, ¿qué deuda intenta pagar conmigo? —cuestiono sospechando de que hay mucho más detrás de sus “buenas intenciones”. Decido hablarle de esa manera para mantener la distancia, cometí un error cuando lo comencé a tutear, le di pie a pensar que se había ganado mi confianza.—De nada, no hay un trasfondo, solo mi deseo de apoyar a alguien que lo necesita —responde con el ceño fruncido.—¿Soy un caso de caridad para usted? —le pregunto alzando las cejas con una sonrisa irónica.—No dije eso —sisea negando con la cabeza.—¿Por qué insiste tanto entonces?, ¿por qué le importa?—Porque me siento responsable, yo te llevé
Capítulo 6Luego de un largo recorrido a través de la ciudad, llegamos a una enorme mansión que parece sacada de una película. Connor se abaja primero y mantiene la puerta abierta para mí. Salgo del auto mirando su casa con asombro e incredulidad. —Ven, entremos —me invita poniendo su mano en mi espalda baja como si fuera algo natural entre nosotros. Esta es la segunda vez que me toca, y no voy a engañarme diciendo que no me gusta, porque es todo lo contrario.Nerviosa, camino hacia la puerta de la mansión seguida por él. Alguien abre antes de que lleguemos; una mujer de mediana edad, piel morena y un cabello cenizo con presencia de canas, me da la bienvenida con una sonrisa amplia y me invita a pasar. Miro a Connor y él asiente dos veces con gesto estoico. Cruzo la puerta y avanzo solo algunos pasos, los suficientes para que él pueda entrar, y miro todo con estupor. Nunca estuve en una casa tan inmensa como esta, mucho menos en una donde cada mueble y adorno debe costar todo mi sal
Estoy tentada a usar el teléfono que me envió, pero no quiere deberle otra cosa. Sin embargo, necesito llamar a Kate para preguntarle si puede recibirme en mi casa y para contarle lo que ha pasado, debe estar preocupada. Le envío un mensaje a mi amiga diciéndole que me llame en cuanto pueda, porque a esta hora está trabajando y no nos permiten usar el móvil, y le escribo a mamá diciéndole que perdí mi teléfono y por eso no me había comunicado. Mamá me responde casi al momento preguntándome porque no le había escrito, que pensaba que algo malo me había pasado. Y sí pasó, pero nunca le cuento nada que pueda preocuparla. Nos escribimos un rato y después nos despedimos. Mientras espero que Kate me llame, me acuesto en la cama pensando en todo lo que ha sucedido desde ayer. Sigo dándole vueltas a la propuesta de Connor porque el dinero es tentador, aunque no es una decisión fácil, estaría atada a él durante un año. Por otro lado, mis padres cuentan conmigo y, con lo que gano en el club,
Cuando llego con Kate, me recibe con un abrazo y me arrastra al sofá para hacerme el respectivo interrogatorio. Quiere saberlo todo en detalle, su curiosidad no tiene límites. Y como sé que no va a dejar de atosigarme hasta que lo haga, le hablo de lo que considero más importante. —Le gustas, Oli, eso es más que obvio —asegura mi amiga luego de darle una versión editada de lo que fueron estos días con Connor. —No, Kate. Nada es obvio cuando se trata de Connor Brooks. Su actitud es cambiante y también es misterioso de una manera que me incómoda. —Pero dime una cosa, Oli. ¿No te atrae ni un poquito? —Me mira dudosa. —Sí, claro que me atrae. Connor es muy guapo, ¿por qué crees que me fui? Me asusta, Kate, me asusta mucho que termine enamorándome de él —me sincero sabiendo que ella lo entenderá, conoce mi pasado y todo lo que sufrí. —Sí, para mí también sería difícil no involucrar mis sentimientos. Pero, Oli, no puedes cerrarte por completo al amor por el miedo de un corazón roto.
Apenas Kate se da cuenta de que la llamada ha terminado, me interroga sobre la conversación que tuve con Connor y se sorprende mucho cuando le cuento que me mudaré con él esta misma noche. Y esto es solo el comienzo, le dije que aceptaría todo y no sé qué planes tiene él para mí. Puede pedirme lo que quiera y a todo debo decirle sí, así no me guste. Pero no me importa si tengo que convertirme en la esclava de Connor si ese dinero le salva la vida a mi padre. Le envío un mensaje a mi madre pidiéndole su número de cuenta bancaria y el monto de la operación y se lo reenvío a Connor en cuanto me responde. Diez minutos después, Connor me avisa que ya lo ha transferido y enseguida le informo a mamá. Un par de horas más tarde, mamá me dice que la cirugía fue programada para primera hora de la mañana, que papá se encuentra estable, aunque está muy nervioso porque nunca lo han operado. Le pido que me mantenga al pendiente de todo y me despido de ella cuando siento que no puedo aguantar más la
Capítulo 10Nerviosa, entro a la habitación donde me espera Connor con expresión seria. ¿Por qué está tan de malas? No me atrevo a preguntarle porque no quiero que se enoje más. Ojalá se le pase pronto el malhumor porque está insoportable.—Encontrarás todo lo que necesites en el vestidor, cámbiate por algo más… adecuado —dice mirándome de arriba abajo con desaprobación—. Es la puerta de la izquierda, tienes diez minutos.—Sí, señor —pronuncio con ironía, Connor Brooks saca lo peor de mí.—Lo dejaré pasar esta vez porque aún no conoces mis reglas, pero no toleraré ese tipo de comportamiento —advierte autoritario, haciéndome enfurecer.¿Qué hará si no cumplo sus reglas? ¿me castigará?¡Lo odio, lo odio, lo odio! Sin decir nada, entro al vestidor y cierro la puerta con seguro para cambiarme por algo que complazca al señor arrogante. No sé que carajos le pasa, actúa como un hombre completamente distinto, uno que cada vez aborrezco más.Comienzo a revisar el closet y veo prendas nuevas q
Fue muy difícil quedarme dormida junto a Connor sabiendo que estaba casi desnudo y siendo muy consciente de lo atractivo que es. Entiéndanme, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve con un hombre y él tiene la sorprendente habilidad de alterarme las hormonas con la misma facilidad que consigue enojarme. Apenas abro los ojos, noto que él no está en la cama. Me rendí tanto que no me di cuenta en qué momento se levantó. El reloj sobre la mesita de noche marca las nueve de la mañana. ¡Es tardísimo! Él dijo que saldríamos temprano, a menos que haya cancelado el viaje. Me levanto de la cama y corro al baño urgida por hacer pis, no me paré en toda la noche y estoy que estallo. —Lo siento, lo siento —grito cubriéndome los ojos cuando veo a Connor saliendo de la ducha desnudo en toda su gloria. ¡Y vaya tamaño! Esa será una imagen que no olvidaré.Abandono el baño, muerta de la vergüenza y Connor sale un minuto después con una toalla colgando en sus caderas y el cuerpo rociado
¡Ah! Tengo tantas ganas de gritar que apenas me puedo contener. Connor Brooks es el hombre más exasperante que he conocido. Tal vez por eso tuvo que pagar para que me casara con él, porque ninguna mujer lo soporta. Alcanzo unas tostadas, huevo y dos trozos de beicon y comienzo a comer para complacer al señor actitud. Él suspira hondo y se sirve jugo en un el vaso. Me ofrece un poco y asiento sin mirarlo, sigo disgustada con él, no merece ni que le hable. Sin decir nada, llena el vaso y se sirve el desayuno. No le presto atención a lo que elige porque me importa muy poco si come o no. Cuando terminamos el desayuno, se pone en pie y anuncia que es hora de irnos. Y como he decidido aplicarle la ley del hielo, me levanto de la silla y lo sigo hacia el exterior de la casa, donde nos espera un auto negro que es conducido por el mismo chofer que nos trajo ayer. Connor me abre la puerta, me deslizo en el asiento hasta quedar en la otra puerta. Connor se sube después manteniéndose en el otro