Capítulo 7 El plan de Maddie

El elegante y suntuoso salón de baile estaba lleno de risas y festejos. La música flotaba en el aire, cortesía de la orquesta de un músico que comenzaba a hacerse un nombre en los círculos de la alta sociedad, Glenn Miller (*). Su sonido fresco y moderno añadía un toque de sofisticación a la ya opulenta celebración, mientras los invitados se dejaban llevar por las melodías de moda.

La hermosa Madelaine, se hallaba sentada en su mesa, sin emitir palabra y viendo toda aquella escena sonriendo con cinismo.

_ ¡Todos felices celebrando mi ruinoso y estúpido matrimonio! _ espetó por lo bajo sin dejar de sonreír.

Miró hacia todos lados hasta que encontró a su flamante esposo quien, sin duda, estaba disfrutando de la atención que todos le daban. Ahora que estaba emparentado con los Aston ya nadie hablaría cuestionaría su ascendencia. Él elevó sus ojos, mirándola, soltándole una sonrisa fría y sarcástica y ella hizo lo mismo.

_ ¡Cínico maldito! _ musitó Maddie _ Tú no tienes idea de con quien te has metido, me las vas a pagar Blake... Oh si, eso te lo puedo asegurar.

Todos decían que Blake era el Diablo, pero pocos conocían el verdadero carácter de Madelaine. Podrían esperar que una socialité como ella, fuera educada para casarse y desarrollar el rol de esposa a la perfección y que ahí todo terminaba para una mujer de su estatus. .

Muchas veces había odiado a su hermano por tener oportunidades que ella por ser mujer, no tenía. Hablaba cuatro idiomas a la perfección, tocaba el piano, cantaba y también tomaba clases de pintura, pero su verdadero anhelo ese que secretamente ansiaba era estudiar leyes, algo que su madre siempre había reprobado. Pero ahora, siendo una mujer casada con un hombre que según ella no le iba a prestar la menor atención se le abría una gran oportunidad. Odiaba a Blake, lo despreciaba por todo e incluso lo hizo más aun al momento en el que él la compró como un objeto. Pero analizando toda la situación, tenía varias cosas a favor: dinero, tiempo libre, inteligencia y si era astuta podría conseguir un aliado para lograr su objetivo; nada más y nada menos que a Patrick Stanton.

Patrick además de ser un hombre de sociedad, era un excelente y reconocido abogado en Nueva York, si alguien podía asesorarla, ese era él. Así que no pensaba perder tiempo en esa absurda fiesta sino era para su propio beneficio. Cuando se aseguró de que su esposo estaba lo suficientemente entretenido, muy sagazmente se fue acercando al otro hombre quien permanecía abstraído sentado en un rincón mirando como los demás se divertían. Maddie fijó sus ojos en él y pensó porque no estaba con el sequito de obsecuentes que seguían a Blake, se suponía que él era su mejor amigo, entonces ¿Qué hacía allí?

_ ¿Qué sucede señor Stanton? _ dijo con voz dulce y suave la joven _ ¿le parece aburrida la fiesta?

El hombre parpadeó desviando su mirada hacia Madelaine. No pudo más que admirar la extraordinaria belleza de esa jovencita, quien por alguna razón le estaba hablando, siendo que jamás lo había hecho.

_ ¡Señora Townsend! _ dijo con un hilo de voz, tragando saliva. Se levantó inmediatamente de la silla quedando frente a ella.

_ Por favor, llámeme, Maddie. Ni por asomo me siento una “Señora” _ dijo despectivamente _ siendo usted el mejor amigo de mi esposo debe saber a la perfección como es que estoy llevando ese espantoso apellido.

Patrick se quedó en silencio agachando la cabeza, él conocía la situación a la perfección y hubiera querido decirle a Madelaine que lo que en un principio le había parecido divertido, hoy le parecía una canallada de parte de su amigo.

Con el paso de los meses, muchas cosas habían cambiado en su vida. Su padre había fallecido súbitamente y se tuvo que hacer cargo de todo. Parte de su familia había quedado en la ruina entre ellos, su prima Rose; quien no dudó en hacerse amante de Blake para seguir viviendo en la opulencia como siempre. Esas situaciones lo habían orillado a replantearse su relación de amistad con el otro, quien parecía disfrutar de las desgracias de los demás.

Los vivaces ojos verdes de Maddie se encendieron como adivinando las emociones que estaban dominando a Patrick, si Blake podía manipular a la gente con su dinero, ella también lo podía hacer, pero desde otro lado.

_ Descuide señor Stanton. No se aflija, nada le estoy recriminando a usted, tampoco me importa que su prima sea amante de Blake _ le dijo sonriendo _ Eso nada tiene que ver con usted...Dígame, ya que mi esposo parece no desear bailar conmigo, ¿lo haría usted? ¡Adoro bailar! Aunque sea esta canción... la amo...

El tono poderosamente encantador de Madelaine lo estremeció. Ella no parecía ser la jovencita superficial y coqueta que él solía ver en los salones. Parecía más tranquila o quizás como nunca había hablado con ella, solo se guiaba por los comentarios de los demás o los que le hacía Blake, quien siempre se quejaba de las actitudes desdeñosas e infantiles de la joven.

_ Si su esposo no pone objeción, con gusto bailaré con usted _ le dijo Patrick sonriendo con amabilidad.

“Ay, hombres... son tan previsibles” pensó divertida

_ Señor Stanton, Patrick... puedo llamarlo Patrick ¿verdad? _ la osadía de Maddie estaba desorientando al hombre.

_ Eh, si... claro que sí _ respondió dubitativo.

_ Mi esposo no puede decirme nada... a traído a su amante a nuestra boda, ¿cree que le importará si bailo con usted? Él es el menos indicado para decirme algo, baila conmigo ¿o no? _ Las palabras de Madelaine eran atrevidas, casi impúdicas, revelando verdades que una dama de su estatus debería ocultar. Pero ella se deleitaba en la incomodidad que causaba.

Patrick sabía muy bien que si aceptaba se buscaría un gran problema con Blake, pero sino lo hacía, quedaría como un estúpido frente a esa hermosa chica que no era otra cosa más que otra víctima de la ambición y el resentimiento de su mejor amigo. Su decisión fue determinante.

_ Pues vamos a bailar Maddie, es un honor para bailar con usted _ dijo tomándole la mano y llevándola a la pista bajo la atenta mirada de todos.

Era raro, casi escandaloso, que una mujer casada pidiera bailar a otro hombre que no fuera su esposo. Los murmullos comenzaron a recorrer el salón rápidamente. No pasó mucho tiempo para que llegara a los oídos y luego a los ojos de Blake. En cuanto vio a su amigo y a su esposa juntos, se llenó de celos. Nadie iba a tocarla, Maddie era de él y solo de él.

_ Parece que tu princesa, ya encontró con quien bailar _ dijo la sinvergüenza Rose soltando su veneno _ ¡Ay, mi primo baila maravillosamente!

_ ¡Callate o te vas de aquí! _ le ordenó el apretando los puños con furia

No podía exponerse, no ahí en medio de toda esa gente que por primera vez lo estaba mirando con otros ojos, tenía que pensar con rapidez para alejar a Maddie de Patrick.

_ ¿Qué diablos cree que hace Patrick con mi esposa? _ musitó celoso y posesivo _ sabe muy bien que no me gusta que nadie la mire ¡y mucho menos la toque!

*Glen Miller (1904-1944) compositor y director de orquesta estadounidense. Su orquesta produjo éxitos icónicos como "In the Mood" y "Moonlight Serenade". Su estilo único y popularidad lo convirtieron en un ícono de la música de la época, influyendo en generaciones de músicos.

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