Blake observaba a Maddie desde la distancia, con una sonrisa fría en los labios, pero su interior era un caos de emociones. El verla bailar con Patrick, alguien a quien él había considerado un aliado leal, desató en él una tormenta de celos, pero eso no era todo.
Mientras apretaba los puños, sintió un nudo en el estómago, una sensación que no estaba acostumbrado a enfrentar: inseguridad. ¿Y si Maddie, con toda su inteligencia y encanto, lograba escapar de su control? Esa posibilidad lo enfurecía más que la simple idea de otro hombre tocándola. Blake siempre había estado seguro de su poder, de su capacidad para manipular a quienes lo rodeaban, pero ahora, viendo la chispa de desafío en los ojos de su esposa, una chispa que nunca había previsto, comenzó a cuestionar si realmente tenía el control que tanto presumía. Un destello de arrepentimiento cruzó por su mente, pero lo apartó rápidamente. No podía permitirse mostrar debilidad, no aquí, no ahora. Sin embargo, la idea de que su propio comportamiento (su crueldad, su necesidad de control) podría estar empujando a Maddie cada vez más lejos, lo inquietaba profundamente. Blake tragó saliva, intentando ahogar ese sentimiento incómodo. No, no podía permitirse pensar en eso. En lugar de confrontar sus propios temores, se concentró en la ira que hervía en su pecho. Maddie era suya, y de nadie más. Pero, a medida que su mirada seguía los movimientos etéreos de ella en la pista de baile, una pregunta le martillaba la cabeza: ¿Qué haría si alguna vez la perdiera? _ No, eso nunca va a suceder... aquí y ahora me aseguraré de que jamás ocurra _ masculló disponiéndose a ir hacia donde estaban los otros dos. Pero una astuta e inteligente Edith, ya estaba lista para hacer control de daños. _ Paul ve por tu hermana ahora mismo _ le dijo a su hijo mayor mientras ella salía al encuentro de su yerno, quien detuvo su apresurada marcha al verla. _ Señora Aston _ dijo Blake, tratando de calmarse al ver que la señora le sonreía amablemente. _ Oh querido, ahora ya puedes llamarme madre _ Edith si que sabía manipular a las personas _ te estaba buscando para darte un recado de mi querido tío, el conde de Lancaster _ dijo con un tono encantador _ le he hablado tanto de ti, que espera conocerte algún día. Blake se quedó perplejo por unos instantes. _ Disculpe, ¿Qué conde? _ a él lo único que le importaba era ir a recuperar a su esposa, ni siquiera pensaba en lo que su suegra le decía. _ Pero Blake, ¿No recuerdas que te dije que mi tío es un conde? Bueno, me envió una carta disculpándose por no poder asistir a la boda, pero que espera poder verlos pronto. Mientras Edith hacía su intervención magistral, Paul recuperaba a su hermana. _ Lo siento señor Stanton, debo hablar con mi hermana. Patrick soltó a la chica inmediatamente. Ella frunció el ceño. _ ¿Pero que haces Paul? _ protestó mientras su hermano la agarraba del brazo. _ Qué haces tú sería la pregunta, ¿Acaso te volviste loca? _ le reprendió el muchacho _ Eres una mujer casada Maddie, no puedes ir bailando con cuanto hombre se te ocurra, comportate a la altura de tu situación. _ Y qué situación sería esa ¿eh? Respondeme _ susurró ella enfadada _ Ese hombre me obliga a casarme con él, ni siquiera me mira y trae a su zorra de turno a nuestra boda, no me importa lo que piense nadie... Ya me vendieron a ese engendro, ¿Recuerdas? Paul se llenó de culpa. Amaba a su hermana y era más que consciente que todo lo que decía su hermana era verdad. No podía creer el descaro y mal gusto de su cuñado al traer a su amante a la boda. ¿Por qué hacía todo aquello? ¿Acaso no pensaba que efectuando ese tipo de cosas, humillaba a su hermana? _ Maddie, lo siento... escucha, no me importa él ... no quiero que tú te perjudiques, ni que ese hombre te haga daño alguno, sabes mejor que nadie lo que dicen de él... si ese maldito llega a golpearte o hacerte algo tendré que matarlo, realmente no sé porque nuestra madre te obligó a casarte con él. _ Lo sabes bien Paul. Y dentro tuyo, sabes que no teníamos muchas opciones, era eso o convertirme en amante _ esbozó una sonrisa sardónica _ al menos seré la señora Townsend, no como la pobre tonta de Rose _ bromeó _ o las otras... _ Maddie ... merecías otra cosa... _ la miró con compasión _ Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, ¿no? _ Si y te tomaré la palabra, porque en cuanto pueda y me libere de lo que me espera, quiero estudiar leyes y lo sabes. Oh, y no puedes decirme que no. _ Maddie... Blake se acercó a ellos sonriendo de manera tan encantadora y alegre que parecía que nunca había sucedido nada. _ Oh, mira Paul parece que mi amado esposo se acordó que existo _ dijo la joven burlándose _ ¿señor Townsend ya se aburrió de jugar con su amante? Paul abrió bien sus ojos y miró de inmediato a Blake, quien parecía no expresar emoción alguna, como si no hubiese escuchado a su mujer. Con una calma que parecía fuera de lugar, posó su mano sobre la cintura de la joven y la acercó a él. _ Maddie, querida _ susurró Blake, lo suficientemente bajo como para que solo ella lo oyera _ Juguemos al marido y la esposa por un rato más. Hay mucha gente observándonos. La frialdad en su voz hizo que un escalofrío recorriera la columna de Maddie, pero ella mantuvo la compostura. Sabía que había despertado una bestia, y ahora tendría que lidiar con las consecuencias. _ Por supuesto, mi amor _ respondió ella en un tono igualmente dulce, aunque sus ojos destellaban con el mismo desafío de antes. Mientras los tres se dirigían de vuelta a la fiesta, Paul se quedó un paso atrás, sintiendo el peso de la tensión entre su hermana y su cuñado. Sabía que había algo oscuro en Blake, algo que no terminaba de entender, pero que sin duda significaba problemas para Maddie. Cuando llegaron al salón, Edith estaba de pie en la entrada, con una sonrisa satisfecha en su rostro. Había logrado evitar el escándalo, al menos por ahora. Pero mientras observaba a su hija y yerno entrar juntos, no pudo evitar preguntarse cuánto tiempo más podrían mantener esa fachada. La música continuaba, y los invitados seguían disfrutando de la velada, ajenos a la tormenta que se gestaba justo ante sus ojos. Blake, sosteniendo a Maddie por la cintura, la guio hacia el centro de la pista de baile. La miró directamente a los ojos y, con una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos, le susurró: _ No juegues con fuego, Maddie. Sabes que siempre gano, no me provoques. Maddie mantuvo su sonrisa forzada, pero su corazón latía con fuerza. Había comenzado esta batalla, y ahora no había marcha atrás. Estaba decidida a darle a Blake una cucharada de su propia medicina, pero sabía que el camino sería peligroso. Estaba atrapada, pero no derrotada. Todavía no. _ ¿Provocarte? _ le dijo acercándose a su boca y acariciándole suavemente el ancho pecho _ oh querido, no entiendo porque piensas así de mí, amándote como te amo. Se miraron por un instante a los ojos, Maddie se sintió traspasada por esa intensa mirada, era indescifrable para ella, y lo siguiente que recibió fue un beso en la boca que la dejó sin aliento. _ Si sigues así, puedes quemarte _ le susurró sonriéndole con malicia una vez que dejó de besarla.Conforme la fiesta iba a llegando a su culminación, los nervios de Madelaine se hicieron más evidentes. Tenía la certeza de que esa misma noche Blake la forzaría a tener relaciones con él. De solo pensarlo, se le revolvía el estómago, le daba asco imaginárselo acostándose con alguien tan desagradable como Rose Stanton y luego que tratara de tocarla a ella. De manera inconsciente, comenzó a sentir náuseas. _ Alice, por favor acompañame al tocador, no me siento bien _ le rogó a su amiga y cuñada. La otra se alarmó al verla tan pálida y desmejorada. _ Has bebido demasiado, eso sucede. ¿Por qué lo has hecho? _ la reprendió su amiga _ Tú nunca bebes. Es tu noche de bodas, deberías estar bien. Ella esbozó una leve sonrisa. _ Justamente es por eso por lo que bebí, para no recordarlo _ miró hacia atrás para asegurarse que su esposo la viera _ llevame, Alice. Necesito ver a Lidia antes de irme... _ ¿A Lidia? ¿Tu nana? _ la miró perpleja _ ¿Dónde está Lidia? _ Esperándome en el
Madelaine apenas podía concentrarse en los detalles del ascensor que subía lentamente al piso más alto del Plaza Hotel. Al llegar a la suite, Blake la guio con firmeza hasta la entrada, donde un mayordomo les abrió la puerta y luego se retiró en silencio. La habitación, iluminada por la suave luz de las lámparas de cristal, revelaba un lujo abrumador que solo intensificaba la sensación de encarcelamiento en Madelaine. La suite era un tributo al esplendor de la Belle Époque, con paredes recubiertas en damasco dorado y cortinas de terciopelo color burdeos que caían en cascadas a lo largo de las altas ventanas. En el centro de la suite, la cama con dosel parecía un trono, con sábanas de satén blanco y almohadas bordadas con hilo dorado. Las sutiles fragancias de las flores frescas, dispuestas en jarrones de porcelana sobre las mesas de noche, apenas lograban calmar el nudo en el estómago de Madelaine, todo ese lujo le recordaba el gran precio que estaba pagando al casarse con Blake; su
Poco a poco, los invitados a la boda se fueron yendo al retirarse los novios a su respectiva habitación. Rose Stanton permanecía sentada en su mesa, bebiendo, mirando hacía un punto fijo, como si estuviese perdida en tiempo y espacio. Su primo Patrick se quedó mirándola por un instante, apretó los labios sintiendo compasión por ella. Más de una vez le había dicho que se alejara de Blake, que él no la amaba, ni nunca la amaría, pero ella no quiso escucharlo. _ Ay prima _ dijo poniéndose delante de ella _ ¿Cuándo será el maldito día en el que me escuches? Me he cansado de decírtelo, deja a Blake... deja de hacerte daño. ¿Por qué insististe en venir hoy? ¿Qué esperabas ver? ¿Pensabas que él se iba a arrepentir y no se iba a casar con Madelaine? Dios Rosie, él se obsesionó con ella apenas la vio, estabas ahí esa noche ¡lo viste! Y aun así seguiste persiguiéndolo. Ella trató de mirarlo, pero apenas podía hacerlo. Sus lagrimas corrían sin control por sus mejillas. _ Tú... tú no lo ent
Mientras tanto, la pareja de recién casados estaba en la habitación tratando de disfrutar su noche de bodas, al menos Blake, quien no podía esperar en poseer a su hermosa y sensual esposa, ¡la deseaba tanto! ya ni siquiera recordaba que se había casado para someterla y darle una lección de humildad. Madelaine sonreía mientras bebía la copa de champaña, debía asegurarse de que su esposo tomara por completo la bebida. Una vez que el hombre lo hizo, él dejó la copa y se fue sobre ella besándola con pasión. _ Ya basta _ le dijo mientras se sacaba la ropa que aún tenía puesta _ Ahora si serás completamente mía. En un minuto solo se quedó con su ropa interior, Maddie lo miró de arriba abajo, tuvo que admirar con asombro el esbelto y fornido cuerpo de su esposo, era un hombre tan hermoso, tan deseable y sin embargo se negaba a estar con él. Simplemente no dejaría que ese animal hiciera con ella lo que quisiera, aún cuando internamente su cuerpo reaccionaba a las caricias y besos de
Maddie tenía que montar un escenario creíble, pensó bien las cosas antes de actuar impulsivamente. Si le decía o le hacía creer que habían hecho algo, estaba más que segura que por la forma en que Blake le había hablado, no dudaría un instante en cumplir lo que le había dicho. Hubo un tiempo que no se tomaba en serio a ese hombre, pero algo de todo lo que le había dicho (y de la forma en que lo había hecho) la intimidó. _ Si supiera lo que hice, es capaz de ir contra mi padre... No puedo creer la tontería que acabo de hacer _ suspiró tocándose la sien _ piensa Maddie... ¡piensa! _ miró a su alrededor _ ¡sí, eso haré! _ lo miró él estaba totalmente inerte, se acercó para asegurarse que respiraba _ Lo único que me falta es enviudar en mi noche de bodas ...aunque _ se llevó el dedo a la barbilla _ no estaría tan mal, sería su legítima heredera y me sacaría a este lastre de encima, lo que se dice; mataría dos pájaros de un tiro _ sonrió como una niña haciendo travesuras _ Dios, estoy p
Madelaine lo miró con preocupación mientras se desperezaba. Frunció el ceño y parpadeó un instante. Apretó sus puños como una manera de decantar toda la ansiedad que aquella situación le estaba provocando, mentir y disimular no eran su punto fuerte, pero parecía que desde ahora eso sería algo que le ayudaría a sobrellevar su espantosa vida junto a ese impresentable hombre. _ Oh Blake, ¡al fin despertaste! _ lo miró a los ojos con pesar _ me asusté tanto anoche, creí que tendría que llamar al médico, pero después supuse que haber bebido demasiado te había jugado una mala pasada _ sonrió con inocencia _ Parecía que estabas muy bien al principio, pero luego de repente dijiste que te sentías mal y te desmayaste... o te quedaste dormido, no lo sé...¿de verdad no lo recuerdas? Ya sabes, estábamos a punto de... bueno, ya no importa ahora, tú me entiendes ¿no? Lo importante es que despertaste y que te sientas mejor. Ella se asombró de su dote actoral, para su sorpresa descubrió que tení
Continuar el gran teatro a Maddie comenzó a pesarle. Era evidente que Blake estaba furioso y frustrado por no encontrarle explicación a lo que le había sucedido. Mientras escuchaba detrás de la puerta del baño, vociferar maldiciones a su esposo, su cuerpo se estremecía de una manera frenética. Y fue allí donde recordó las palabras de su cuñada; había cometido la peor de las estupideces solo por su capricho de no querer entregarse a ese hombre. _ Fui una inconsciente, si de todas maneras eso tarde o temprano tendrá que suceder _ dijo temerosa _ solo que... ¿Por qué tiene que ser todo como él quiere? _ dijo apretando sus puños _ ¡él no es mi dueño, ni yo soy un objeto! Respiró hondo y salió mostrando su aire insolente y soberbio. Tenía que ser fuerte y mostrarle a su esposo de que ella no le tenía miedo y que tampoco había hecho nada. Pero al salir, se encontró con que él no estaba en la habitación. _ ¿Y ahora donde se fue? _ se preguntó mirando hacia todos lados. Se encogió de
Blake había salido del hotel furioso y totalmente frustrado. No sabía porque, pero en ese momento estaba odiando a su esposa. No se creía ni un poco la versión de ella. _ ¿Esa mocosa cree que puede engañarme? _ dijo apretando los puños mientras se subía a su elegante Rolls-Royce _ Ah, pero como descubra que me hizo algo, juro que me las pagará. He cometido un gran error en hacer concesiones con ella... necesito saber que fue lo que sucedió y no voy a detenerme hasta averiguarlo. ¡M@ldita sea! No recuerdo absolutamente nada _ se golpeó levemente la sien. _ ¿Adónde lo llevó señor Townsend? _ preguntó el chófer. _ ¡Llevame al club! _ le gritó con fastidio. El hombre asintió sin decir nada más, era evidente que su jefe estaba furioso. Se suponía que ese día él tenía que llevar a la pareja a la mansión Townsend, en cambio Blake, le estaba ordenando ir club. “¿Será que ya hubo malentendidos entre ellos?” pensó divertido el chófer “La señora debe tener un gran carácter, desde que s