Dicen que el amor verdadero se encuentra en cualquier parte… sin embargo Fiorella no lo pensaba así. Rechazada y odiada por su única hermana Fiorella Greco es expulsada de su propia casa por la única persona que se hacía llamar familia. Después del reciente fallecimiento de su madre, la hija mayor se hizo como dueña de la residencia dejando a la deriva a la hija mejor de la difunta. Desahuciada y con el alma destrozada, Fiorella conoce a Aurelio Ferretti en un momento importante de su vida; este CEO exitoso posee una cualidad que muchos no tienen, unos sentimientos tan nobles que la confundían. Después de darse cuenta de que hasta la propia familia traiciona, comenzó a pensar que no podía volver a confiar en otra persona. Pero Aurelio se empeñaba en hacerle ver que él no pretendía lastimarla, y menos después de darse cuenta de ella espera un bebé. Aquel hecho estremeció grandemente al CEO quien al verla después de tanto tiempo con aquel vientre abultado lo cautivo por completo. No lo negaba, Fiorella lo cautivo tal y cual como era. Y desde entonces trataba de mantenerse a su lado aunque ella siempre lo rechazara, su miedo a ser lastimada nuevamente, pero este castaño encantador estaba dispuesto a todo por ella y por el bebé que venía en camino. ¿Puede triunfar el amor bajo estas condiciones?
Leer más—Aurelio, ¿crees que esto sea muy necesario? —Por supuesto que lo es, es la única manera de que podamos llevar el control de todo —ella observa a su esposo atentamente. —¿Poniéndole un rastreador a Bella? —pegunta con tono sarcástico. —Tiene 18 años, ¿Qué esperas que haga? —No deberíamos abrumarla tanto, ya tiene mucho con entrar en la universidad. —A eso es a lo que le temo. La castaña observa como su esposo hace un artilugio espectacular para colocar un rastreador que Fabián consiguió para Bella. —Aureliano asistirá a la misma universidad, él puede cuidarla, es su hermano. —Pero con esto, sabremos si ella se escapa con sus amigas sabrá dios a donde —la castaña pone los ojos en blanco. —Eres muy protector. —¡Es mi hija! ¿Quién más lo va a hacer?, bueno ya está listo… —deja su bolso donde estaba—. Dudo mucho que se dé cuenta de esto. Su esposa lo duda ya que Bella era una chica bastante astuta… ya tenía 18 años al igual que su hermano Aureliano, ambos habían comenzado la uni
Al pasar los meses, Fiorella trajo al mundo a una hermosa niña que llevaba por nombre Bella. Aurelio pensó que ese nombre le quedaba muy bien a su pequeña bebé. Una que al mirar por primera vez no sintió ningún tipo de aborrecimiento por ser la hija de un desgraciado.Fue todo lo contrario, al ver a esa niña tan pequeña e indefensa se enterneció por completo. Y supo que el verdadero padre de ese bebé era él y nadie más. Era suya y seria él quien la protegería de todo.Estaba completamente enamorado de su hija, era lo más bello que había visto en su vida… después de que Fiorella fue dada de alta, los tres regresaron a casa y fue él quien se encargó de todo.—Has aprendido muy rápido, yo siento que no sé cómo atender a mi hija.—Debes descansar cariño, yo me puedo encargar de todo mientras tú te recuperas.—¿Y la empresa?—Fabián se ha estado haciendo cargo, de vez en cuando trabajo en mi despacho. No te preocupes por eso.Le responde a su esposa mientras mese a su hija en sus brazos.—
Algunos días después, Aurelio baja de su coche para encaminarse a una cafetería de la ciudad. Con pasos firmes el CEO ingresa en aquel lugar mirando hacia todos lados justo para reconocer a alguien a quien le estaba siguiendo los pasos desde hace varios días.Se aproxima hacia donde se encontraba sentado el imbécil de Enzo, en ese momento coqueteaba con una joven camarera que se le notaba por encima la inocencia. Aquello enfureció aún más al castaño.Estaba como si nada hubiera hecho, andaba por la vida destruyendo a las personas y no le importaba absolutamente nada…Cuando Aurelio llego a su mesa, la camarera lo observa fijamente.—¿Qué le puedo servir?—Ve atender a otra mesa—responde el CEO sin siquiera ver a la joven.—¿Quién diablos te crees para tratar a mi novia de esa manera? —Enzo se pone en pie mostrándose intimidante —. Vienes aquí con tu traje fino y le hablas de esa manera a mi novia, ¿quieres que te parta la cara?—Veo que tienes una larga lista de novias a las que suele
—Si has venido a llorar aquí, lárgate de una vez. Ya tengo suficientes problemas como para tener que verte llorar como idiota.La castaña observa al hombre a espaldas de su hermana y siente que todo aquello parecía como si fuese una pesadilla.—Enzo, ¿Por qué me has hecho esto?—Lo que me faltaba, la estúpida hermana menos viene a reclamarme.El hombre hace a un lado a Laura de manera bruta consiguiendo que ella golpeara su espalda contra la puerta.—Veo que lo que decía la idiota de tu hermana era cierto, te embarazaste de mí y conservaste al mocoso bastardo —Fiorella sujeta su vientre —. Es increíble el nivel de idiotez de ustedes las hermanas. ¿Por qué se empeñan en traer al mundo a mocosos?—¿Cómo pudiste hacerme esto Laura? Sabías que Enzo era mi novio, sabes que él es el padre de mi bebé, y aun así te has metido con él en la cama.—Fiorella, ¿Por qué siempre tienes que actuar como idiota? —responde su hermana.A ella le costaba creer que ese miserable se hubiera metido con su he
El doctor guarda silencio un momento mientras observa minuciosamente el monitor, frunce el ceño y luego sonríe.—¡Es una niña!Aurelio ensancha la mirada mientras que observa aquel monitor del cual no entendía absolutamente nada.—¿Esta seguro? —se cerciora.—Por supuesto, es una niña.Fiorella observa un brillo especial en la mirada de su esposo que la complace mucho, él quería que su bebé naciera bien, pero ahora que sabía que era una niña su felicidad rebosaba.—¿Has oído? ¡Es una niña!—Ya he escuchado —responde sonriente la castaña.Aurelio se inclina hacia ella plantando un beso en sus labios que llena de felicidad el corazón de Fiorella.—Bueno disfruten de un bebé sano, felicidades —añade el médico después de la revisión.De regreso a casa Aurelio conversaba con Fiorella sobre cómo deberían modificar el cuarto para la niña, ella notaba que él estaba muy entusiasmado con la llegada de su bebé. Pero algo había dejado pasado por alto, y era que aún no elegían el nombre para el be
El rubio se impacta por las palabras de Aurelio, sin embargo no ejerce ningún tipo expresión ante lo que había dicho.—¿De qué demonios me estás hablando?—Sabes bien de lo que te hablo, somos personas adultas que conocemos cada uno de nuestros errores.—Yo no he cometido ningún error.—Incendiaste mi galpón, Mattias, ¿quieres saber cuántos años de cárcel te espera? ¿Conoces al menos la cifra que tu familia quedará debiéndome por los daños causados a mi propiedad?Mattias palidece en el acto.— El seguro no cubre todo, Mattias —Aurelio se inclina hacia atrás mientras le sostiene la mirada —. Tengo que cubrir la mayor parte de los daños, así que, te imaginas como quedará tu familia cuando les toque pagar por todo.—No sé de qué demonios estás hablando.—¿No? —el castaño toma la carpeta de su escritorio y empieza a hojear —. Veamos, creo que mi mano derecha ha hecho una excelente recopilación de información. Y queda muy acentuado que tú has sido el causante del daño a mi propiedad.El c
—¡¿Más hijos?! ¿Tú quieres tener hijos conmigo? —Aurelio fijo sus ojos en ella de manera sutil.—Por supuesto que quiero tener hijos contigo, ¿Qué clase de pregunta es esa? —sonríe un poco.—Pero…—Estamos casados, claro que deseo que tengamos más niños. No entiendo porque eso te sorprende, tú eres importante para mí, y realmente me gustaría formar una familia contigo.Ella niega levemente.—¿Por qué? —Aurelio guarda silencio entre tanto la observa.—Te amo, Fiorella. No sé en qué momento ocurrió, pero es lo que siento hacia ti.No era un confesión cualquiera, aquella era la verdadera de las confesiones. Tanto así que le costaba creer lo que había oído, Fiorella pestañea a la vez que los latidos de su corazón se hacían más fieros que antes.—Lamento mucho si te he asustado o incomodado con esto, de verdad es que no era mi intensión hacerse sentir insegura o presionada.—No, no —ella toma sus mejillas —. No me siento así —Fiorella muerde levemente sus labios al mirar esos ojos tan cau
Laura mira con una sonrisa burlona a su hermana, aquel hombre la estaba protegiendo, eso era más que evidente. Pero que significaba que Fiorella tuviera un defensor, ¿con que clase de personas estaba involucrada la idiota de su hermana?La castaña mayor vuelve la vista hacia su hermana pequeña, se cruza de brazos y espera por una respuesta.—Quiero que me regreses esos anillos, Laura —la castaña mira los anillos en su mano y es cuando se percata de que no eran joyas comunes.—No me digas que te has casado —pregunta con una sonrisa graciosa —. Esto no me lo puedo creer, ¿te has casado?—Eso no es problema tuyo, Laura. Así que entrégame los anillos.Laura ve al enorme sujeto da un paso hacia ella obligándola a ceder a la petición de su hermana, sin embargo, no estaba dispuesta a obedecer al pie de la letra. Así que sin más, Laura lanza el par de anillos lejos de donde ellas estaban.—Noooooo… —Fiorella grita al mirar en la dirección donde sus anillos fueron aventados —. ¿Porque has hech
Aurelio disfrutaba aquel orgasmo de su esposa, sería el primero de muchos que les quedaban por delante… al saciarse de ella el castaño se pone llamando la atención de la castaña. Aurelio la sujeta por la cintura para sentarla sobre la mesa.—¡¿Qué haces?! —pregunta con sorpresa en la mirada.—No quieres esperar hasta llegar a la habitación, no creo tener la paciencia suficiente para quitarte este vestido —le dice al mismo tiempo que sube la falda del vestido y abre un poco más su muslos.—¡Aurelio! —exclama asombrada.El castaño afloja su pantalón y en segundos su miembro ya estaba coronando el centro femenino de Fiorella, un ronco gemido sale de su garganta lo que provoca que el libido del CEO se acelereAurelio se aferra a las caderas de su esposa entre tanto la hace suya por todas las de la ley, Fiorella lo recibe gustosa dejándose llevar por el mágico momento que estaban compartiendo.Cierra los ojos en cuanto siente que estaba por correrse, busca besar los labios de su esposa y e