—¡¿Qué?! ¡No puedes despedirme!
—Pues, la verdad es que sí puedo, la última vez que revisé, yo era el director ejecutivo de la empresa Allen, así que sí. Empaca tus cosas esta misma noche y vete de mi compañía.Robert toma la mano de Sarah y la arrastra lejos en una rabieta.James coloca la mano en la espalda baja de Stella y la empuja suavemente para indicarle el camino hacia adentro de la casa, hasta que la conduce de regreso al dormitorio.Ella cierra la puerta al entrar y empuja a James al borde de la cama.—Siéntate y quédate quieto. Déjame mirar esto —le dice refiriéndose a su herida.—No es la gran cosa, de verdad.Si se guiara por él y la manera en la camina y habla como si no lo hubiesen herido minutos antes, lo dejara pasar, pero no fue una herida tan simple. Debe estar doliéndole bastante.—¿No es la gran cosa? ¿En serio? Te lo vuelvo a decir ¡Pudo haberte matado!—Todavía no ha nacido una persona que pueda matarme.—Jamie, no es grEl corazón de Stella está muy acelerado, tanto que le cuesta respirar. Está aterrada por el hecho de que Thomas pueda darle malas noticias. Es lo menos que desea después de haber tenido una noche tan agitada.Cuando despertó estaba feliz, se había quitado un gran peso de encima porque sabía que había vengado a su padre. La persona que lo había asesinado estaba detrás de las rejas, pendiente a juicio por lo que había hecho.Estaba rebosante de alegría, pero, una sola mala noticia podía acabar con todo eso tan rápido como un chasquido de dedos.Thomas no le dice lo que está sucediendo por teléfono, así que no le queda más remedio que acceder a reunirse con él al mediodía. Lo que más mala espina le daba era lo misterioso que su abogado se estaba comportando.Sin más remedio que esperar a la hora a la que acordaron, ella regresa a la habitación donde James aún duerme como un bebé.Ella está a punto de salir de puntillas del dormitorio y bajar las escaleras cuando lo
Sin perder tiempo alguno, James tira de Stella y la hala hacia el tocador. Se coloca a su espalda y la para frente al espejo. Su mirada se vuelve oscura y una sonrisa maldita se le dibuja en el rostro.—James ¿por qué estamos parados frente al espejo? —le pregunta con voz ingenua.—Porque quiero que te veas y quiero verlo yo todo, especialmente cuando te haga esto… —mete las manos por debajo del camisón de dormir y engancha sus dedos en sus bragas para luego deslizarlas a todo lo largo de sus piernas.Stella siente que saca su miembro detrás de ella, levanta su camisón y lo choca una y otra vez contra su trasero, lo que hace que su centro se humedezca en gran cantidad.Unos segundos después, lo está frotando contra su clítoris. De pronto, lo introduce en su interior de una sola embestida y sin que ella se lo esperara. Arquea su espalda contra el pecho de él gimiendo de placer al tomarlo por completo.James se retira, haciéndola sentir vacía, pero es solo para volver a sumergirse, esta
—Stella… —la voz de James toma a la chica por sorpresa, parece realmente atormentado.La chica había estado tan concentrada en defender a su esposo, en contarle toda la verdad a Bárbara, ponerla en su lugar y hacer que comprendiera la gravedad de la situación que no había pensado en cómo se debía estar sintiendo James.Había planeado el golpe junto a él y, ni por un momento se puso a pensar en lo que eso significaba para él. Richard no era solo su tío, sino también el hermano de su madre.Si James no le había contado nada a Bárbara era porque, seguramente, no sabía cómo abordar el tema sin herirla.—Tienes que contárselo, Jamie. No puedes dejar que piense que hiciste todo sin una razón de peso.Justo en ese momento, Bárbara se tapa la boca justo cuando jadea, como si quisiera ocultar su sorpresa.—Eso no puede ser cierto —dice ella— James, dime que todo eso no es verdad —las lágrimas comienzan a formarse en sus ojos.—Madre, sé que es difícil de aceptar para ti, precisamente por eso n
El corazón de Stella cae sin control y a toda velocidad hacia el suelo. No puede creer lo que acaba de escuchar.James estaba detrás del prototipo de su padre. No hacía mucho, él mismo le había comentado que estaba trabajando en algo relacionado con inteligencia artificial, justo lo que su padre había hecho.Era demasiada casualidad para ser cierto. James quería el prototipo de su padre por lo bueno que era. James era la competencia, una de las personas de las que su padre le había advertido y ella acababa de darse cuenta.De pronto, todo su mundo se puso de cabeza ¿Desde cuando sabía James sobre la investigación y el proyecto de su padre? ¿Había sido esa la razón por la que decidió mantener el matrimonio con ella?Todo comenzaba a tener sentido, las piezas del rompecabeza tomaban su lugar. James nunca estuvo enamorado de ella, nunca le gustó, solo quería acercarse para hacerse con el proyecto de su padre.Se había acercado a ella, la había apoyado en momentos cl
La quijada de Stella cae directo al suelo cuando escucha esas palabras. En el momento en que confrontó a James, lo que menos pensó que diría era eso.—¿Que tú qué? —le pregunta sin dar crédito— No puede ser ¿Por qué no me lo dijiste desde el inicio? A menos que… a menos que hayas estado detrás del prototipo de mi padre todo este tiempo.Si le había contado eso para distraerla de la conversación principal, estaba muy equivocado, ella no lo iba a permitir, además, eso solo la hacía crearse versiones de los hechos.De repente, un pensamiento surge en la cabeza de Stella y deja una sensación inquietante en medio de su estómago.—James ¿cómo supiste lo del prototipo? —sus ojos se abren de par en par mientras la idea la atemoriza en sus adentros.—No es lo que piensas, Stel. No sé ni por dónde empezar, todo esto es muy complicado, pero te prometo que las cosas no son como las estás pensando. La cosa es…—¿Me amaste alguna vez acaso? —lo interrumpe— ¿O siempre se trató de poner tus codiciosa
El cielo se ha vuelto gris y la nieve ha comenzado a caer, como si las circunstancias climatológicas se hubiesen alineado con la manera en la que Stella se siente, como si fuese un reflejo de su situación.Ella está a punto de abrir la cajuela del auto para dejar sus cosas cuando escucha una voz familiar que la llama desde un costado.—Bueno, bueno, bueno, si miren a quien tenemos aquí, nada más y nada menos que a la señorita Stella.Robert sale de la esquina de la casa, el simple tono de su voz le provoca asco y rechazo a ella.—Robert ¿qué demonios estás haciendo aquí?Con todo lo que había acabado de suceder, lo que menos ella desea es tener que aguantar a otro ex imbécil, pero, al parecer, no le queda más remedio.—Vine a hablar con James, pero parece que vine en un mal momento.—EN efecto, él no está en casa, puedes esperarlo todo lo que quieras, pero sal de mi camino, tengo cosas que hacer.Robert pone una mano en la cajuela del coche, bloqueando el camino mientras dibuja en su
Una vez que se ha alejado lo suficiente como para que Robert ya no esté a la vista, baja la música y se permite llorar desconsoladamente. Las lágrimas caen por sus mejillas como si de una cascada se tratara.A pesar de lo mal que se siente, no quiere que su mejor amiga la vea en esa condición, así que, decide detenerse para calmarse.Se detiene al borde de la carretera y toma varias respiraciones profundas para ayudarse a tranquilizarse un poco.“No necesito a James Allen. Estaba perfectamente bien antes de que él llegara a mi vida. Estaré bien ahora”Esas son las palabras que se dice para sus adentros, pero, en el interior, sabe que solo se está engañando a sí misma porque la verdad es que, antes de James, su vida era un completo desastre.La vida de su padre peligraba, el dinero apenas le alcanzaba porque tenía que mantener su casa junto a los parásitos de su madrastra y medio hermana, no tenía un futuro, una línea trazada que seguir, todo era sencillamente un puto desastre.Las cos
Las palabras de Gaby resuenan en los oídos de Stella. De manera instintiva, ella pone sus manos sobre su vientre mientras piensa si en verdad podría estar embarazada de James.—No te muevas, iré corriendo a la farmacia que está al final de la calle y te traeré una prueba de embarazo ¿De acuerdo? Compraré dos, solo para que estemos seguras.Sin más demoras, su amiga sale corriendo dejándola sola en medio de la cocina.Los ojos de Stella bajan hacia su vientre donde todavía se encuentran sus manos apoyadas. Gaby le había pedido que no se moviera de ahí, lo que no sabía es que, en verdad, Stella no podía hacerlo.De pronto se había quedado congelado en el lugar. Estaba realmente aturdida por la posible noticia. Si hubiese pensado en la posibilidad de quedar embarazada el día anterior, probablemente se hubiese alegrado, hubiese dado brincos de alegría, pero ahora, como estaban las cosas, no podía hacer más que preocuparse.¿Qué iba hacer con un bebé en camino? Acababa de marcharse de la