Las manos de Stella tiemblan mientras sostiene su teléfono y piensa en qué debe hacer.Está dolida y molesta con James, pero las palabras de su mejor amiga no salen de su cabeza. es cierto que no le ha permitido explicarse y, aunque las cosas no pintan nada bien para él, necesita saber la verdad con certeza.Su padre siempre le había dicho que había dos versiones de una misma historia y, al menos le debía James permitirle que cuente su versión.Si es un mentiroso compulsivo, ya lo descubrirá, la verdad siempre sale a flote, pero necesita escucharlo.Con su mano todavía temblorosa, le da al botón de reproducir del mensaje de voz de James.“—Cariño, por favor contesta. Te fuiste sin decir una sola palabra, sin dejarme explicarme. Me estoy volviendo loco, Stel. Por favor… Vamos a hablar sobre esto en persona. Siento lo que hice, debí habértelo dicho, pero nunca lo hice con la intención de herirte. Yo nunca te lastimaría. Hay mucho que se ha malinterpretado, así que, por favor, te lo rueg
Decirle esas palabras a su medio hermana se siente increíblemente bien para Stella. Nunca antes había tenido la fuerza para poner en su lugar ni a ella, ni a su madre.La mayoría de las veces, se había contenido por su padre, todo lo que ella deseaba era verlo feliz y sabía que una discusión familiar tendría el efecto negativo.Se estuvo conteniendo mucho tiempo por proteger a la persona a la que más amaba en la vida, pero ahora esa persona ya no estaba, así que no era necesario continuar permitiendo que la pisoteen.Stella estaba más determinada que nunca. Sabía lo que quería, recuperaría su casa, eso se lo había prometido. Un paso a la vez. —¡De ninguna manera! —brama Sarah— No voy a permitir que te mudes aquí otra vez —hace una pausa y la mira por un momento, luego se ríe— Veo lo que está pasando. Con razón Robert me dijo que te había visto anoche mudándote de la casa de James. Se cansó de ti, te echó y ahora no tienes a dónde ir ¿cierto?Una vez más, su medio hermana se estaba bu
Una hora después, Stella está sentada en la sala de Gaby con James frente a ella. Cruza los brazos bajo su pecho mientras se niega a mirarlo. El silencio es ensordecedor y, por primera vez entre ambos, incómodo.John y Gaby se miran, hasta que, finalmente, Gaby rompe el silencio.—Bueno, evidentemente, esto es incómodo.—Oye, Gab, hay un bar muy agradable cerca de aquí ¿quieres ir a tomar unos tragos? —le pregunta John abriendo mucho los ojos para que ella entienda que es con el objetivo de dejar a la pareja a solas.—¿Sabes, John? Es una idea excelente.—¡Gaby! —la voz de Stella sale más alta de lo que esperaba, mostrando su nerviosismo— Seguro que ya James está al irse —mira a su amiga desesperada, rogándole que no la deje a solas.—No iré a ningún lado a menos que no hables conmigo, Stel. Lo siento pero no pienso irme de aquí hasta que no resolvamos nuestros problemas.—Ese es el lío, James, yo no quiero hablar contigo, solo vine porque Gaby me lo pidió. Solo el hecho de estar aquí
—Imaginé que preguntarías eso primero —le dice James sonriendo sintiéndose orgulloso de lo inteligente y hábil que es su esposa.—Creo que es lo más lógico, sin mencionar ¿Cómo mierda conoces a Thomas Sand? ¿Lo amenazaste para que te consiguiera la información?—¡¿Qué?! ¿Por quién me estás tomando? No soy un maldito, Stella, pensé que al menos estabas segura de eso.—Lo siento, pero ya no estoy segura de nada.James suelta un suspiro cargado de estrés y frustración, pero, unos segundos después, comienza a hablar.—La cosa es que conozco a Thomas desde hace mucho tiempo, incluso desde antes de mi accidente de auto.—¿Cómo es eso posible?—Stella, yo trabajé en el prototipo con tu padre.La chica se queda boquiabierta y con los ojos abiertos de par en par, como si de platos se trataran. No podía dar crédito a lo que acababa de escuchar.De todas las posibles situaciones que se había imaginado en su cabeza, esa nunca existió, ni siquiera se planteó esa posibilidad.—¿Qué hablas? ¿Por qué
Stella duda por un momento. Una parte de ella, una buena parte de ella quiere creerle, su alma le pide a gritos que le crea, a pesar de que otra todavía se muestra un poco renuente.Había pensado tantas cosas malas en su cabeza sobre James y toda la situación que nunca se había detenido a pensar en que tal vez todo se tratara de un malentendido.Al final, su amiga había tenido la razón, James debía explicarse porque, su historia fue totalmente creíble. Los puntos encajaban, y, por más que lo había intentado, no había encontrado fallas.Lo único que le quedaba era comprobar que todo fuera cierto y, para ello, él le estaba pidiendo que fuera con él. por un momento pensó que le negaría las pruebas, pero él solo asintió.—Stella, dime algo, me estás matando con tanto silencio —la voz de él la saca de sus pensamientos.—Está bien, vamos, demuéstrame que todo lo que dices es cierto.Veinte minutos después, ambos están en el edificio de la empresa Allen. Stella nunca había estado ahí, pero e
El viaje de regreso es silencioso, pero el aire entre Stella y James ha cambiado, ella se siente mucho más cómoda y confiada ahora.Veinte minutos después, ambos están frente a la casa de Gaby. Él se acerca y le da un dulce beso en la frente, por alguna razón que desconoce, ella se lo permite y se deja derretir en la calidez de él.—Espero saber de ti pronto, no sé cuánto tiempo pueda soportar esto —la voz de él es dolorosa, como si estuviera haciendo un esfuerzo sobrehumano.Ella asiente una vez.—Buenas noches, James.Ambos se despiden, pero, por alguna razón, ninguno de los dos hace ni un solo movimiento, solo se quedan mirándose.ÉL le toma la mano con fuerza, ella se la aprieta de vuelta. Él estira su mano para colocarle un mechón de pelo detrás de la oreja, ella se muerde el labio. Él pasa su lengua por su labio inferior, ella sencillamente baja la guardia.—¡A la mierda! —dice y se lanza hacia él rodeando sus hombros con sus manos y pega sus labios a los suyos.Pasa tímidamente
Stella abre la puerta de la casa y, para su tranquilidad, ni Gaby, ni John han llegado por lo que tienen el lugar para ellos solos.Los besos no paran en ningún momento. Entran a la casa y James cierra la puerta principal con su pierna sin dejar de indagar la boca de su chica ni por un solo segundo.Después de pensar que la había perdido no tenía pensado dejar escapar ese momento. Estaba dispuesto a disfrutar hasta donde ella le permitiera.A trompicones comienzan a caminar devorándose el uno al otro. Ambos tienen la sensación de que no se tocaban desde hacía una eternidad.Ella comienza a mover sus manos para desabotonarle la camisa y se la quita, dejándola caer en el suelo.Cuando él le quita la blusa por encima de la cabeza, ella se detiene rompiendo el beso y da un paso atrás. De pronto, entra en pánico.—Espera, necesito ir al baño.James le estudia el rostro en busca de lo que sea que la haya detenido y le dice:—Stella, no tienes que...—No, solo dame unos minutos.Cierra la pu
JamesSus ojos se salen de sus órbitas con incredulidad . —¿Quieres afeitarme las piernas?— ella pregunta.Coloco mis manos sobre sus amplias caderas, levantando su pelvis hacia mí. —Pongámonos resbaladizos, cariño.Piensa por un segundo antes de decir: —Nunca antes nadie me había afeitado las piernas.—¡Guau! Entonces deben ser peludos. Menos mal que tengo más de una navaja.Ella se burla y me golpea el pecho. —Tú sabes lo que quiero decir.Beso su nariz, quiero besar cada parte de su cuerpo, pero sé que vino a este baño porque entró en pánico y lo menos que deseo es que vuelva a asustarse. Tengo claro que seré tan delicado y paciente como nunca antes he sido. —Entonces estoy feliz de ser el primero. Ahora desnúdate. O te pongo sobre mi hombro y te muestro lo mucho que no me importan tus piernas peludas.—¡Qué mandón!—No tienes idea, cariño. Espera hasta que te ponga sobre mis rodillas.Ella aprieta los labios y su cuerpo se burla. No tengo idea de dónde reside su exper