Calzones de abuelita

James

Sus ojos se salen de sus órbitas con incredulidad . —¿Quieres afeitarme las piernas?— ella pregunta.

Coloco mis manos sobre sus amplias caderas, levantando su pelvis hacia mí.

—Pongámonos resbaladizos, cariño.

Piensa por un segundo antes de decir:

—Nunca antes nadie me había afeitado las piernas.

—¡Guau! Entonces deben ser peludos. Menos mal que tengo más de una navaja.

Ella se burla y me golpea el pecho.

—Tú sabes lo que quiero decir.

Beso su nariz, quiero besar cada parte de su cuerpo, pero sé que vino a este baño porque entró en pánico y lo menos que deseo es que vuelva a asustarse.

Tengo claro que seré tan delicado y paciente como nunca antes he sido.

—Entonces estoy feliz de ser el primero. Ahora desnúdate. O te pongo sobre mi hombro y te muestro lo mucho que no me importan tus piernas peludas.

—¡Qué mandón!

—No tienes idea, cariño. Espera hasta que te ponga sobre mis rodillas.

Ella aprieta los labios y su cuerpo se burla. No tengo idea de dónde reside su exper
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP