Los ojos de Stella se le clavan en el reloj y el alivia se apodera de ella al menos por unos pocos segundos.—Bárbara, dime que tu reloj inteligente hace llamadas.—Pues sí, pero no puedo llegar a él, las ataduras no me lo permiten ¿Estás tratando de llamar a la policía? ¡Robert dijo que nos mataría si hacíamos eso! —el pánico vuelve a someter a Bárbara.—No, no a la policía, necesito decir algo.—¿Qué puede ser tan urgente? Incluso más urgente que el hecho de que nosotras salgamos vivas de aquí, porque si cualquiera de esos dos te atrapa hablando por teléfono, nos matarán ¿Lo sabes, verdad? No están jugando, no están amenazando. Si tuvieron el valor para secuestrarnos, es porque están dispuestos a cualquier cosa.Stella duda, su padre le dijo, le advirtió bien claro que no confiara en nadie, que no le contara a nadie sobre la IA, pero su situación ahora era muy diferente de la que su padre se había imaginado para ella.Necesita que alguien sepa de la existencia de esa memoria para qu
Hay un dicho que dice que solo se vive dos veces, una cuando naces, y otra cuando miras a la muerte cara a cara.Ahí, justo en ese momento, Stella está mirando a la muerte cara a cara y eso la aterra, sobre todo por James.Él tiene encima ahora la responsabilidad de la vida de una persona, una a la que ama.—Robert, eres un enfermo —Stella le dice sabiendo que sus palabras pueden molestarlo y matarla en cuestiones de segundos, pero eso solo le facilitará la tarea a James— Salir contigo fue el peor error que he cometido en toda mi vida.—Por favor, salir conmigo fue lo mejor que te pasó en la vida.—Me das asco.—Lo siento, Stella querida, pero no tengo tiempo para discutir contigo ahora. James, decide antes de que las mate a las dos.James mira fijamente a Stella. Él niega con la cabeza solo una vez y el dolor en su rostro reflejado.—Vamos, primo, no tengo todo el tiempo del mundo. Elige antes de que lo haga yo por ti.Los ojos de James se llenan de lágrimas y con su boca pronuncia l
James y Stella se quedan mirándose fijamente y luego dirigen sus ojos hacia Thomas quien los está observando con una sonrisa malvada en su rostro.—Al fin ambos están bajo mi poder.Un escalofrío recorre toda la espalda de Stella haciéndola estremecer.—¿Por qué estás haciendo esto, Thomas? No lo comprendo —le pregunta en un intento por ganar algo de tiempo, aunque no parece que nada pueda ayudarla en ese momento.—¿Que por qué estoy haciendo esto? Porque ese prototipo debió haber sido mío desde el inicio. Trabajé como un perro para tu padre, día y noche, pero te iba a dar el prototipo a ti, James Allen —se voltea para mirarlo a la cara— Cuando ese conductor te chocó ebrio, pensé que mi oportunidad iba a llegar, pero, aún así, Aaron se negó a dármelo, así que tuve que tomar el asunto por mis propias manos.Mientras más habla, más se confunde Stella. No está entendiendo nada.—Pero, ¿tú no eres abogado?—Soy abogado, es uno de mis dos profesiones, trabajaba con tu padre de abogado, per
Stella mira hacia abajo, hacia su pecho con terror. Nunca había pensado en cómo moriría, ahora ya lo sabe y no hace más que pensar en ello.—¡Ay Dios mío! Voy a morir. James, tienes que irte. ¡Corre! No te puedes quedar aquí, te amo y verte morir por mí me mataría doble, vete por favor —las palabras de ella salen en grito, ha perdido toda la calma que estaba albergando desde el inicio.—Stella, respira profundamente para mí —a diferencia de ella, su voz si es suave y pausada— Mira, hay tres cables, azul, rojo y verde. Voy a intentar cortar uno.Los ojos de ella se abren más de lo que ya están mientras más pánico cubre todo su cuerpo, ha visto demasiadas películas de acción como para saber que eso es demasiado peligroso.—No, eso es muy arriesgado y una muy mala idea.—¿Qué otra alternativa tenemos? Es eso o aceptar la muerte y no estoy dispuesto a que mueras. Si sale mal, moriremos, si no lo hago, moriremos de todas formas. No tenemos nada que perder.—¡Claro que tenemos algo que perd
Stella cierra los ojos y recuerda algo que dijo Steve Jobs: “Saber que estaré muerto pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las decisiones más importantes en la vida porque casi todo, todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el miedo a la vergüenza o al fracaso… Estas cosas simplemente se desvanecen frente a la muerte, dejando solo lo que es verdaderamente importante.”Justo en ese momento, el altavoz vuelve a retumbar sobre Stella y una risa burlona suena en todo el almacén.—¡Ja! Fracasarás espectacularmente y volarás en pedazos.James se da la vuelta y mira directamente a la cámara. Sus ojos están helados con una tormenta increíble avecinándose dentro de ellos.—No vayas a ningún lado, Thomas y obsérvanos.—Corta el cable verde, ya —le dice ella rápidamente mientras mira el cronómetro de la bomba a punto de llegar a su final.Con manos temblorosas, James corta el cable que ella le ha indicado y, de pronto, ¡El cronómetro se det
El viaje de regreso a casa es tranquilo. Cuándo James y Stella cruzan la puerta y la cierran, ella se interpone en su camino. —Stella, por favor... —comienza a decirle él, pero ella lo interrumpe. —Necesito una explicación para todo lo que sucedió en ese horrible lugar, pero ahora, necesito algo con más urgencia que eso. —Dime qué es, lo que sea, lo haré. —Mejor te lo demuestro. Ella se acerca, se para en puntillas de pies y lo besa desenfrenadamente. (Narra Stella)Para eso estoy aquí. Veo su sonrisa triunfante cuando me suelta, me coge de la mano y me conduce a través de la casa.Su dormitorio es grande. Desde los ventanales se ven los iluminados los jardines que rodean la casa. Las paredes son blancas, y los accesorios, azul claro. La enorme cama es ultramoderna, de madera maciza de color gris, con cuatro postes pero sin dosel. En la pared de la cabecera hay un impresionante paisaje marino.Estoy temblando como una hoja. Ya está. Por fin, después de tanto tiempo, voy a ha
James sigue con su lenta y sensual incursión. Mis pezones sienten sus hábiles dedos y sus labios, que encienden mis terminaciones nerviosas hasta el punto de que todo mi cuerpo gime en una dulce agonía, pero él no se detiene.—Oh… por favor —le suplico.Tiro la cabeza hacia atrás, con la boca abierta, y gimo. Siento las piernas entumecidas. Maldita sea, ¿qué está pasándome?—Déjate ir, nena —murmura.Me aprieta un pezón con los dientes, con el pulgar y el índice tira fuerte del otro, y me dejo caer en sus manos. Mi cuerpo se agita y estalla en mil pedazos. Me besa profundamente, metiéndome la lengua en la boca para absorber mis gritos.¡Dios mío! Ha sido fantástico. Me mira con una sonrisa satisfecha, aunque estoy segura de que no es más que gratitud y admiración por mí.—Eres muy receptiva, siempre lo has sido —me dice.Vuelve a besarme.Mi respiración es todavía irregular mientras me recupero del orgasmo. Desliza una mano hasta mi cintura, mis caderas, y la posa en mis part
Todavía jadeo, intento ralentizar la respiración y los latidos del corazón, y mis pensamientos se sumen en el caos. Abro los ojos. James ha apoyado su frente en la mía. Tiene los ojos cerrados y su respiración es irregular. Parpadea, abre los ojos y me lanza una mirada turbia, aunque dulce. Sigue dentro de mí. Se inclina, me besa suavemente en la frente y, muy despacio, empieza a salir de mi cuerpo.—Oooh.Es una sensación extraña, que me hace estremecer.—¿Te he hecho daño? —me pregunta James mientras se tumba a mi lado apoyándose en un codo.Me pasa un mechón de pelo por detrás de la oreja. Y no puedo evitar esbozar una amplia sonrisa.—¿Estás de verdad preguntándome si me has hecho daño?—No me vengas con ironías —me dice con una sonrisa burlona—. En serio, ¿estás bien?Sus ojos son intensos, perspicaces, incluso exigentes.Me tiendo a su lado sintiendo los miembros desmadejados, con los huesos como de goma, pero estoy relajada, muy relajada. Le sonrío. No puedo dejar de