En tanto Blanca estaba desayunando en su casa Andrés Monterreal no paraba de pensar en ella, así que decidió acercarse a Don Cheto para preguntarle por ella.
— Dime algo primo ¿Quién es esa chica tan linda que vino a comprar queso acá?
— Ja ja ja ja ¡Caramba Andrés! ¿ya te enamoraste? ja ja ja. Ella es Blanca, la hija de Don Juan, y es muy trabajadora, a diferencia de otras chicas de su edad.
— La verdad es que sí me gustó mucho primo Cheto, y la quiero volver a ver.
— Que no te escuche tu madre, ya que tu sabes muy bien que ella solo quiere que te cases con una chica rica, y Blanca no reune esos requisitos así que, es mejor que no le causes ese disgusto tan grande a Tamara.
— Cheto solo pregunté por la chica y tu ya estás pensando en matrimonio, creo que vas muy de prisa primo.
—Sí quizas un poco, pero solo te estoy advirtiendo, porque estoy viejo y te llevo demasidos años de experiencia jajaja. Mejor deja a Blanca tranquila, ella poco sale, no creo que la vuelvas a ver.
Mientras ellos conversan muy a gusto en el negocio de los quesos, su hermana Paola está escondida tras unas cajas escuchando toda la conversación y por supuesto tampoco está de acuerdo en que Andrés haya puesto su mirada en Blanca, pues la considera una chica común, desaliñada e insípida.
— Esto no puede estar pasando, ni creas que tú te vas a enrredar con esa chica hermanito, ¡a mí tú no me vas a hacer pasar semejante verguenza! ¿qué van a decir mis amistades si tú te enrredas con una chica así? No, no, no, eso no lo voy a permitir.— Susurró Paola hirviendo de la molestia., mientras achicaba su mirada y respiraba profundo.
Más tarde mientras almorzaban...
Un camión enorme pasó anunciando que en pocos días habrá un concurso de belleza y que la chica más linda ganaría. Este concurso se debía al aniversario de la respostería más antigua del pueblo.
Al escuchar esto, Andrés supuso que Blanca estaría ahí y por supuesto no dudaría en asistir al evento.
Como Blanca vivía un poco retirada del lugar, el anuncio del camión no se escuchaba, pero su padre que era un caminante incanzable en el centro del pueblo, se enteró de este y le comentó al llegar a casa.
Blanca no era la chica típica de concursos de belleza, así que no le dió importancia a esto.
— Deberías participar mija, quizás nos ganamos unos cuantos dulces gratis jajaja.
— ¡Ay papá por favor! ¿cómo se le ocurre? jajaja Nisiquiera un buen vestido tengo para lucirlo allá y además a mí no me gustan esas tonterías, eso se lo dejo a nuestras vecinas Paty y Josefa, que caminan como si estuvieran modelando por todo el pueblo jajaja.
— Bueno está bien mija, como tú digas.
La madre de Blanca al escuchar esto, entró a su habitación, se agachó a buscar debajo de su cama y haciendo mucha fuerza sacó un baúl empolvado donde guardaba sus trastes viejos, y entre ellos había un vestido muy lindo de color purpura, lleno de muchas lentejuelas, que lo hacía muy vistoso a la vista de cualquiera, y por supuesto se lo llevó a Blanca.
— Aquí tienes hija, puedes concursar con este vestido. Mira lo lindo que es, seguro ganarás si te lo pones.— Dijo Doña Tilita muy ilusionada y entuciasmada.
Blsncs abrió los ojos muy sorprendida, y no sabía que contestarle, pues era primera vez que su madre le ofrecía alguno de sus vestidos, desde que tenía memoria, esos atuendos eran intocables.
— Pero madre ¿qué dices? ¿esa no es tu tan apreciado vestido?
— Sí, pero quiero que lo uses, ya es momento de que se desempolven, ya estás en edad de lucirlo, y si es en un concurso mucho mejor Blanca.— Lo dijo Tilita con una enorme sonrisa.
—No, no, no de ninguna manera iré a ese concurso, a mí no me gusta eso, prefiero mis traste sucios ordeñando mis vacas y listo, y perdón si lastimo tus sentimientos.— Blanca se puso de pie y se retiró al patio con sus perros.
Su madre, estaba un poco triste pues pensó que Blanca al verlo se animaría, pero sin ánimos de guardar el vestido en ese baúl tan pesado se dirigió a la habitación de blanca y lo extendió sobre su cama.
Al entrar en su habitación y mirar el vestido Blanca lo tomó y aprovechó que sus padres habían salido para probarselo frente al enorme espejo de la sala.
Ella estaba totalmente sorprendida de lo hermoso que lucía el vestido en su curvilíneo cuerpo, no podía creer que era ella quien se reflejaba ahí, así que a modo de broma empezó a modelar por toda la casa, tomó un abanico y lo agitaba por todo su rostro como una dama de antaño, hasta que escuchó unas carcajadas muy fuertes en su ventana, y estas eran de sus vecinas, Paty y Josefa, quienes no habían dudado de grabarla haciendo semejante payasada.
— Jajajaja, ¿estás practicando para el concurso Blanca?— Expresó Josefa a todo pulmón, mientras que Paty se tiró a reir en el piso.
—¿Qué hacen ustedes aquí? Esto es propiedad privada no pueden pasar así a las tierras que no le pertenecen— Dijo Blanca sin ocultar su enorme enojo.
—Relajate Blanquita solo vinimos a tomar clase de modelaje contigo, pues queremos ganar el concurso.
Tomando un vaso lleno de agua se los arrojó a ambas y las corrió furiosa de su hogar.
—No quiero que regresen a este lugar, son unas abusadoras.— gritó
Empapadas de agua ambas chicas dejaron de reir y miraron con mucha seriedad a Blanca
—Descuida, no volveremos a venir, no será necesario, pues te hemos grabado co nuestro celular.— Expresó Paty.
—Borra inmediatamente ese video o te meterás en problemas conmigo— Blanca frunció el ceño mirándolas fijamente.
Pero las chicas en vez de seguir discutiendo corrienron a toda velocidad lejos de Blanca y por más que esta la persiguió no las pudo alcanzar, así que volvió a su casa a llorar encerrada en su habitación, pues pensó que sería la burla de todo el pueblo.
Empeñado en volver a ver a Bianca, Andrés Monterreal caminaba por las calles del pueblo a ver si se la topaba por ahí, pero a los únicos que encontró fue a los borrachos del pueblo molestándo a una pequeña anciana vendía tortas de plátano en una plaza.Sin pensarlo dos veces Andrés Monterreal intervino y corrió a los desagradables tipos y también aprovechó el momento para conversar un poco ella con respecto al concurso de belleza que darían pronto.— ¿Señora usted cree que a ese concurso asistirán todas las chicas del pueblo?— Habló con mucha curiosidad y viendo fijamente a la anciana.—La verdad, no lo creo mijo, ¿por qué ustede busca a alguien específicamente? Yo lo podría ayudar, con estos años que tengo, conozco a todo el pueblo— Reía picaramente.Para conservar la discreción Andrés solo sonrió, le compró una torta y luego retomo el tema, mientras la comía lentamente.— Quiero ver a todas las chicas desfilar, eso es todo ¿a qué hombre no le gusta esto?— Ahorita con la economía ta
No había salido totalmente el sol cuando el hombre que había ganado la apuesta fue a tocar la puerta de la humilde casa de Blanca acompañado por otros más, y aunque su padre intentó convencerlo de que podía pagarle de otra forma, los hombres se negaron y de forma grosera tomaron los mecates que ataban a las vacas y comenzaron a jalarlas causando gran alboroto.Con este escándalo todos despertaron y la madre de Blanca al ver lo que ocurría tomó su escoba y fue tras ellos, dándoles con el palo fuertemente por sus espaldas, pero esto solo hizo que ellos se marcharan rapidamente con los animales.Frustrada al no poder detenerlos ella regresó a su habitación y no paraba de llorar. Blanca con pasos lentos se acercó a ella y la abrazó, pero ella solo quería estar sola.— Márchate a tu habitación Blanca, necesito pensar qué haremos a partir de ahora.— Madre, no me gusta verte así, te prometo que te ayudaré a recuperar las vacas.— Ya es tarde, no hay nada que hacer.Con mucha rabia, la madr
Con el pasar de los días, Blanca se preocupaba más pues su padre no volvía a la casa y ella al igual que su madre solo comían frijoles que cosechaban de su siembra todos los días al amanecer.— Madre, ¿no crees que estás siendo muy dura con mi padre?— No, para nada Blanca, él se merece eso y más, por poner en primer lugar una estúpida apuesta antes que su familia.— Anoche estuve pensando mucho, y la verdad creo que la única solución que hay es que intente ganar el concurso de mañana. la verdad no sé como lo haré, pero es mejor que lo intente, pues con ese dinero podremos abastecernos de alimentos por largo tiempo.— Esa es una excelente noticia Blanca, yo te ayudaré para que luzcas lo más linda posible, arreglaré tu cabello, tus uñas, te maquillaré, estoy segura que ganarás ese concurso ¡Que emoción!—Su madre corrió a casa a lavar el vestido viejo y a buscar todo lo necesario para Blanca, en tanto ella se quedó sola cosechando, pero inmediatamente escuchó que la llamaban con pequeñ
Al estar pagando los panes en la tienda, llegaron Josefa y Paty y Blanca podía notar, como Josefa se burlaba de ella y volteaba la mirada para intentar disimular, pero como no era la primera vez que lo hacía Blanca solo suiguó su camino de regreso a casa.— ¿Qué te sucede Josefa? ¿Por qué te ríes así de Blanca?— Paty sospechaba que algo había ocurrido, pero Josefa se quedó callada, dejándola con la duda.Estando ya en su casa, Blanca colocó los panes sobre la mesa e inmediatamente pudo notar la presencia de la pepita, que le parecía había visto en algún lugar.— Mamá, ¿de dónde sacó esta pepita?— La tomé cerca del vestido Blanca, imaginé que pertenecía a algún accesorio tuyo.— No, para nada, sé que la he visto en alguna parte, pero la verdad no recuerdo bien en donde.Sentada reposando por todo el sol que había recibido, y bebiendo un vaso con agua fría, recordó que Paty llevaba puesto un arete con una pepita igual, y contándole esto a su mamá inmediatamente dedujeron que ella había
Caminando por la calle con el vestido en mano, Josefa no sabía si darselo directamente, pues ella tenía claro que Blanca estaba muy molesta con ella y no es para menos, pues se la pasa molestándola; y después de tanto patear la calle, decidió llevarle el vestido a Paty, para que creyese que ella quería remediar las cosas.Josefa tocaba fuertemente la casa de Paty, pero ella no la quería ni ver, pues no se le había pasado la molestia por el reclamo que le hizo la madre de Blanca; así que Josefa optó por arrojárselo por la ventana.— Ahí tienes Paty, eso es para que se lo lleves a Blanca, eso es lo que usará en el concurso. — Gritó.Paty confundida se paró de su cama y corrió a tomar el vestido, y sin ganas de ver a Josefa cara a cara solo hizo lo que ella le pidió, pensando luego en que Josefa estaba arrepentida de haberle destrozado el otro.Desanimada porque ya tan solo faltaba una hora para el concurso Blanca conversaba con su mamá, mientras recogían algunos frijoles de la siembra,
Blanca estaba tan confundida y apenada con lo que había ocurrido en el concurso que solo corrió hasta llegar al manantial con los tacones en mano.Triste empezó a llorar en la orilla del lugar, y se sentó lamentándose, pues no sabía por qué le pasaban estas cosas.Andres, caminando por todo el pueblo preguntaba a todos si la habían visto, pero nadie le daba respuesta, así que decidió buscar en cada rincón hasta que llegó al manantial, pues era el unico sitio que no había revisado y viéndola llena de tristeza se acercó con pasos lentos y se sentó junto a ella.— ¿Qué hace usted aquí? ¿Acaso también viene a reclamarme por el vestido?— Agachó su mirada.Lleno de mucha verguenza por la actitud de su hermana Paola, solo tomó la mano de Blanca y la beso con mucha ternura, antes de hablarle con una voz muy dulce.— No me importa ese tonto vestido, yo vine por tí.Blanca al escuchar esto se sonrojó, pues ningún chico le había hablado de esta manera, y no dudó en ponerse de pié para marcharse,
El padre de Blanca, ha empezado a trabajar en el negocio de Don Cheto, y mientras está batiendo el cemento para retocar las paredes, puede observar como sale la pretenciosa Paola a botar una comida que no le gustó a la calle.— ¿Y esta niña que se cree? Tanta gente necesitando comida y ella tirándola, ha de sobrarle de todo.— Susurró.Minutos después, puede observar como la chica del servicio sale de ese lugar arrastrándo su maleta, y Andrés tras ella rogándole que no se vaya, pues ni Paola ni su madre (Tamara) sabían cocinar.— Vanessa no te vayas, termina de pasar estos días aquí con nosotros, ¿Quién nos lavará y cocinará? Eres muy importante para mí.— Puso la mano sobre su hombro.— Me disculpas Andrés, pero ya tu hermana me tiene cansada, se la pasa humillándome siempre, aquí, en la ciudad, donde sea, no me respeta.. así que, yo prefiero regresar a mi ciudad.— Respondió ella muy decidida.— Está bien Vanessa, al regresar a casa te daré tu liquidación, y gracias por todo.— Decía un
Entrando al gallinero, Blanca puede notar como todo estaba patas arriba, había demasiadas plumas por todos lados, parecía que alguien se había metido ahí e inmediatamente se puso a contar las gallinas.— 1, 2, 3, 4, 5 ¡Pero que bonito! Esto era lo único que faltaba, se han robado dos gallinas y justo las que más ponían huevos.— Meneaba la cabeza de un lado al otro sin poder creer lo que había pasado.Frustrada al notar esto, Blanca tomó un par de huevos que estaban bajo algunas pajas y los colocó en un rincón quejándose mientras recogía todo ese reguero.— La gente en este pueblo cada día está peor, ya no respeta las cosas agenas, la privacidad, ni nada, esto está terrible, afirmaba con voz molesta, en tanto limpiaba con la escoba en una mano y la pala en otra.Doña Tilita, al ver que no volvía pronto con los huevos, fue al gallinero a ver que pasaba.— Yo sabía que esto iba a comenzar a suceder, al no estar tu padre en casa, los ladronzuelos se iban a querer aprovechar Blanca, que no