– Toma asiento y ponte cómoda, tenemos al menos hora y media para estar aquí – el hombre se desprendió los botones del traje y se sentó en una silla no muy alejada de donde estuvo trabajando ella
– Estuve ausente cuando filmaron el contrato y jamás pensé que tu serías el mismo Holt que compró esto
– Yo jamás imagine que estabas trabajando aquí, tu sueño era ir a Nueva York, además tenías mucho potencial cómo para terminar siendo una simple secretaria de – él consideró que ella no necesitaba saber la verdad todavía
– Las cosas cambian Alexander, las personas cambian al igual que sus prioridades – le molesta la mención del pasada y se le nota en la cara
– Pero algo no cambió aparentemente – se recuesta hacia atrás en la silla – Siempre quisiste un marido y una casa llena de hijos – maldijo a Lennox en su mente
– Preferiría hablar de temas laborales
– Antes no querías hablar de otra cosa –Alexander volví a maldecir, no pensaba evadir el tema como ella lo estaba haciendo, para nadie era un secreto su relación con el Vicepresidente de la empresa
– Pero no lo hacía con el jefe de mi jefe, dime la tarea que quieres que haga en este tiempo y luego puedes irte porque el horario de la oficina ya terminó y no tienes que quedarte
– Creí que conocías mi adicción al trabajo Sam – se levantó y fue hacía la puerta – Enseguida vuelvo con unos archivos que necesito organices
Fuera de la sala Alexander apretaba los puños para contenerse y no hacer lo que tanto deseaba hacer mientras que detrás de la puerta Samantha trataba de tranquilizar a su acelerado corazón que latía de forma frenética desde que vio a su ex novio frente a ella
El magnate regreso a los pocos minutos con dos computadoras portátiles
– Aquí están todos los informes que no fueron entregados a tiempo, ya sea porque una secretaria llegó tarde a trabajar – le dijo mientras prende una de las maquinas y la deja frente a ella sobre la mensa – Ó por la ineptitud del jefe de área, de todas formas debes hacer una presentación resumiendo fortalezas y debilidades de cada sector y enviármela antes de que termine ésta hora y media
– Pero... – lo interrumpe tratando de decir alguna excusa
–... Ó nos quedamos aquí hasta que tengas todo pronto – Alexander sonrió sin importarle la interrupción
– Como dije, ya puedes retirarte, la presentación estará lista antes de que termine el tiempo estimado pero no hay necesidad de quedarse a supervisar
– Nadie me informo que aquí las secretarias daban las órdenes – Samantha se ruborizo y bajó la cabeza con vergüenza – Tengo que leer unos contratos que tiene la empresa actualmente y voy a utilizar tus conocimientos en caso de que me surja alguna duda
– Ese trabajo y el que me obligas a hacer como castigo, es de Victoria, tu nueva secretaria – era imposible controlar su boca, los nervios por tenerlo ahí estaban anulando todos sus filtros
– Ya lo sé cariño, pero ella no está aquí y tú si, además es una inepta – bufó molesto – Se puso tan nerviosa que se equivoco en casi todas las órdenes que le di, es irritante trabajar así, no entiendo como Campbell la soportaba
Asintió con la cabeza y giró la silla lo más que pudo para evitar verlo. Entendía a Victoria, Alexander era un hombre que con su sola presencia imponía mucho, tenía esa aura de poder que sumado a su atractivo y elegante porte eran una combinación peligrosa para cualquier mujer.
Diez minutos pasaron hasta que el hombre no pudo evitar preguntar
– ¿Cuántos años tiene tu hijo?
Samantha se sorprendió de la pregunta y detuvo el movimiento de sus dedos sobre la computadora, cuando estaban juntos solía evitar el tema como si de un virus letal se tratase.
Al instante recordó una vez cuando estaban pasando por la playa y vio a una niña de ojos y pelo tan negros como la noche, tendría alrededor de tres años y vestía un traje de baño de dos piezas color turquesa. Estaba concentrada construyendo lo que imagino era un castillo de arena, entonces lo llamó para que viera a la pequeña pero cuando lo hizo su reacción fue tan fría que la dejó descolocada, no estaba haciéndole una insinuación, simplemente le mostraba la tierna escena.
– Dentro de unos meses cumple cinco años – una sonrisa melancólica abarcó mi cara al mencionar el cumpleaños del pequeño
– Al parecer no perdiste tiempo después de abandonarme – no pudo evitar que las palabras salieran con acidez
– Creo que debemos concentrarnos en el trabajo y evitar los temas personales – se puso a la defensiva rápidamente
– No lo digo para reprocharte, fue una apreciación – tenía que controlarse o las cosas se saldrían de control antes de lo debido, maldijo nuevamente
– Aunque quisieras no tienes nada para reprochar Alexander, tú sabes por qué me fui – apretó los labios en una fina línea tratando de mantener la boca sellada, no quería insultar a su jefe en voz alta
– Te fuiste para tener eso que tan desesperadamente deseabas, nunca fue suficiente mi amor – ya no disimulaba ver la pantalla de la computadora sino que la miró fijamente, el dolor todavía lo acompañaba a pesar de los años
– Me fui porque no notabas que estaba allí – tenía la vista fija en los documentos con los que había trabajado durante el día, era el punto más lejos de Alexander, si lo veía a los ojos derramaría las lágrimas que estaban acumuladas en sus ojos
– No tardaste en encontrar a Lennox y según mis cuentas, te embarazó a los pocos meses de abandonarme – se notaba la amargura en su voz
– No fui yo quien salió en las portadas de todas las revistas del país abrazado de otra mujer a la semana de mi marcha
La morena recordó aquellos días, era su segundo aniversario y obviamente Alexander lo olvidó, como todo lo referente a ella. Era una relación en dónde ella siempre recibía migajas de cariño después de andar mendigando por ellas, estaba cansada de todo ello y a pesar del profundo amor que le tenía, después de quedar plantada en la cena de aniversario decidió que era momento de ponerse como prioridad, debía quererse primero y es por eso que decidió irse del apartamento en el que convivían.
Una semana después estaba sufriendo, analizando y replanteándose si la decisión que había tomado era la correcta, quizás había exagerado debido a su sentimentalismo y todavía había una esperanza para ellos. Pero al salir del hotel donde se estaba hospedando, encontró un puesto de revistas en la calle y por casualidad vio una foto de su ex en compañía de una modelo, la prensa aseguraba que eran amantes.
Aquello terminó de romper de débil corazón.
– ¿Si viste la foto? Igualmente no te afecto mucho y sí lo hizo fue para lanzarte aún más rápido a los brazos de Lennox
Alexander recordaba esa foto, Eva era una modelo famosa que solía ser amante de su hermano en aquel entonces y era una conocida simplemente, en esa ocasión su hermano la dejó plantada y ella le pidió que la acompañe para no llegar sola al evento.
Estaba aturdido por la partida de Samanta después de aquella estúpida discusión y Eva fue un gran apoyo durante los meses siguientes, incluso en esos momentos era una gran amiga aunque la prensa continuaba especulando sobre la relación entre ellos
Después que la foto saliera en la prensa había esperado que Samanta llamara para pedirle una explicación y así convencerla de volver ya que había ignorado sus intentos de comunicación y no tenía idea de donde estaba viviendo pero esa llamada nunca llegó
– No tienes ni idea de lo que hablas Alexander – suspiró pesadamente tratando de ordenar su mente – La presentación la tendrás a primera hora de la mañana en tu mail, pero yo me marcho – tecleo algo en la computadora – No pienso entrar en este juego de ir y venir constantemente al pasado, si quieres suspenderme por irme no tengo ningún problema
Él la observo levantarse y tomar sus cosas. No impidió que llegue a la puerta sino que le hizo una advertencia
– Mañana trata de llegar en hora porque tenemos muchos asuntos que resolver
– No pienso hablar contigo del pasado Alexander, ni hoy ni mañana
– Temas laborales – aclaró y también se levanto de la silla – A partir de éste momento quedan prohibidas las muestras de afecto entre los empleados – se acercó a ella – Te conviene besar a tu novio lo suficiente ésta noche porque a partir de mañana no vas a poder hacerlo mientras estén en mi empresa
Ella lo fulmina con la mirada y sale sin decir nada, no es que no tenga nada para decir, sino que debe controlarse porque después de todo, el maldito es el jefe.
Alexander ve a su ex novia abandonar la sala y se vuelve a sentar, creyó que podría mantenerse sereno y tranquilo al volver a enfrentarse a ella pero todo su autocontrol se fue al demonio al ver Lennox acercarse a ella para despedirse ¿Pensaba darle un maldito beso en frente de él? Sobre su cadáver iba a permitir algo así.La actitud de Samantha lo sorprendió, durante el tiempo que estuvieron juntos se mostro práctica y directa, siempre era razonable y no tenía problemas para asumir sus errores y culpas. Hoy sin embargo, se había puesto a la defensiva en el instante en que lo vio, era desconcertante verla huir de un tema y la única explicación que tenía era Lennox, su relación debía haberla cambiado.Le costaba entender como lo había cambiado por un imbécil como Lennox, salió corriendo de su cama a refugiarse en los brazos de otro hombre y eso l
Samantha no supo que responder a eso, no estaba acostumbrada a esa actitud de su ex– No entiendo que gana con todo esto – lo quedó mirando tratando de adivinar lo que pasaba por su mente – ¿Tienes algo contra Harry? ¿Ó es una clase de venganza contra mí por haber herido tu orgullo al dejarte en el pasado?El magnate furioso hombre apretó los puños, nada estaba saliendo según sus planes– No tengo nada en contra de nadie, simplemente estoy haciendo arreglos, tratando de que todos respeten las normal– No me vengas con estupideces, esas normas las inventaste tú con un motivo en particular que todavía no logro descifrar– ¿Realmente no lo entiendes? – ¿Tan difícil era para ella ver la verdad? – Igualmente no importa, tienes que obedecer así que limpia tu escritorio porque al volver de mi reunió
Era su primer día como secretaria del gran Alexander Holt, llevaba media hora sentada en ese escritorio, disfrutando de la paz antes de la llegada del jefe. No sabría cuánto tiempo tenía pensado quedarse en esa empresa antes de irse a comprar otra pero el tiempo que permanezca allí iba a tener que soportarlo.Para nadie es agradable volver a ver a un ex que tanto daño nos hizo, mucho menos tener que trabajar con él pero debía ser fuerte y no dejarlo ver su incomodidad ante su presencia.Y hablando del magnate, Alexander estaba saliendo del ascensor en ese momento y al verla ocupando el puesto frente a su oficina sonríe.– Buenos días señorita JonesDesde su silla, viéndolo parado frente al escritorio con su habitual traje a medida y u típica cara de dueño del mundo, resultaba muy intimidante– Buen día señor Holt,
Alexander estaba nervioso y molesto, había pronunciado el nombre de su ex frente a su hermana de forma intencional para despertar su curiosidad y terminar justo en ese momento. Necesitaba reunirlas para poder obtener algo de información sobre Samantha, su hermana totalmente emocionada por volver a verla después de tantos años, no lograría controlar su lengua y le haría muchas preguntas de las cuales él esperaba ansiosamente las respuestas.Pero el descubrimiento de que ambas mujeres nunca perdieron el contacto lo dejo momentáneamente desconcertado pero una furia lo lleno milésimas de segundo más tarde.Su propia hermana, a la que tanto protegió, a la que le dió todo lo que quiso incluso esa estúpida empresa que manejaba, esa misma muchacha que lo vio perdido luego de ser abandonado por su ex, resulta que siempre tuvo conocimiento de su vida y jamás le dijo nada.
El fin de semana llegó sin más sobresaltos, Samantha prometió a su hijo ir al zoológico y de coordinó con Ava para que ella los encuentre allí.Harry no estaba muy de acuerdo en perderse el paseo pero entendió que se trataba de un reencuentros físico entre las amigas y prefirió no interferir entre las mujeres.Tanto Deian como Ava disfrutaron de su reencuentro, a pesar de la corta edad del infante podía recordar a la tía Ava con mucha claridad, era alegre, hablaba muy alto y siempre le enviaba dinero para que pudiera comprarse los juguetes que ni su madre ni su tío le regalaban.–¿Por qué no me dijiste que estabas en el país? ¿Cuándo llegaron?– La verdad es que aquella vez que llamaste estabamos de vacaciones los tres y fue un gran mal entendido–¿Todos estos años estuviste aquí?&ndas
Los chicos que acudían a la guardería acababan de terminar de desayunar, estaban todos sentados en el centro del salón sobre una alfombra bastante mullida, listos para escuchar una de las historias por la señorita Elisa, quién cuidaba de ellos durante el día.– Buen día niños – la mujer morocha que dirigía la guardería se acercó a ellos y luego de escuchar la respuesta de los infantes prosiguió – Señorita Carson, el señor Holt vino a hacer una visita a nuestro salón– Mucho gusto señor Holt– No tiene modales – murmuró un pequeño pensando que pasaría desapercibido– ¡Silencio! – no podía creer que ese mocoso la dejara mal parada frente al presidente– Deian, no puedes interrumpir cuando los adultos están hablando, mucho menos f
La rutina se fue instalando poco a poco entre el adulto y el pequeño, Alexander mandaba a su secretaria algún recado que incluía abandonar el puesto frente a su oficina y a su vez ordenaba que llevaran al niño.Deian se entretenía y disfrutaba mucho aquellos momentos, incluso cuando era una visita corta porque podía darle ordenes a alguien por teléfono pidiendo cosas que su amigo Alexander le anotaba en un papel. Él sabía que el hombre había notado su inteligencia, solía mantener el perfil bajo para no dar problemas a su mami pero con su nuevo amigo podía ser él mismo, no tenía que pensar cuál sería la respuesta adecuada porque Alexander siempre escuchaba lo que tenía para decir.Un día sin querer se le escapó frente a su madre que tenía un nuevo amigo y ella pensando que se trataba de otro niño sonrió encantada, no l
Alexander estaba asustado por que el niño hubiera escapado de la guardería de la empresa, debía hablar con las encargadas de su cuidado así como los guardias de ese piso. Jamás hubiera imaginado interrumpir una reunión de trabajo por un niño, mucho menos por uno que no era suyo. Cuando se acercó a la guardería lo que esperaba tener era algún tipo de ventaja acercándose al pequeño pero no esperó tener esa conexión que compartían. Deian era un niño muy inteligente para su edad con el que disfrutaba pasar su tiempo enseñándole cosas de oficina. Era divertido viéndolo dar una orden a un empleado o fruncir su ceño para entender alguna explicación acerca de sus funciones como presidente de la empresa. Ahora el pequeño lo consideraba su amigo y dentro de él algo se había conmovido al pasar tanto tiempo con el pequeño, por eso terminó la reunión de forma apresurada poco propia de él. Si, hacía lo que quería cuando quería pero el trabajo era importante para él y s