Los chicos que acudían a la guardería acababan de terminar de desayunar, estaban todos sentados en el centro del salón sobre una alfombra bastante mullida, listos para escuchar una de las historias por la señorita Elisa, quién cuidaba de ellos durante el día.
– Buen día niños – la mujer morocha que dirigía la guardería se acercó a ellos y luego de escuchar la respuesta de los infantes prosiguió – Señorita Carson, el señor Holt vino a hacer una visita a nuestro salón
– Mucho gusto señor Holt
– No tiene modales – murmuró un pequeño pensando que pasaría desapercibido
– ¡Silencio! – no podía creer que ese mocoso la dejara mal parada frente al presidente
– Deian, no puedes interrumpir cuando los adultos están hablando, mucho menos f
La rutina se fue instalando poco a poco entre el adulto y el pequeño, Alexander mandaba a su secretaria algún recado que incluía abandonar el puesto frente a su oficina y a su vez ordenaba que llevaran al niño.Deian se entretenía y disfrutaba mucho aquellos momentos, incluso cuando era una visita corta porque podía darle ordenes a alguien por teléfono pidiendo cosas que su amigo Alexander le anotaba en un papel. Él sabía que el hombre había notado su inteligencia, solía mantener el perfil bajo para no dar problemas a su mami pero con su nuevo amigo podía ser él mismo, no tenía que pensar cuál sería la respuesta adecuada porque Alexander siempre escuchaba lo que tenía para decir.Un día sin querer se le escapó frente a su madre que tenía un nuevo amigo y ella pensando que se trataba de otro niño sonrió encantada, no l
Alexander estaba asustado por que el niño hubiera escapado de la guardería de la empresa, debía hablar con las encargadas de su cuidado así como los guardias de ese piso. Jamás hubiera imaginado interrumpir una reunión de trabajo por un niño, mucho menos por uno que no era suyo. Cuando se acercó a la guardería lo que esperaba tener era algún tipo de ventaja acercándose al pequeño pero no esperó tener esa conexión que compartían. Deian era un niño muy inteligente para su edad con el que disfrutaba pasar su tiempo enseñándole cosas de oficina. Era divertido viéndolo dar una orden a un empleado o fruncir su ceño para entender alguna explicación acerca de sus funciones como presidente de la empresa. Ahora el pequeño lo consideraba su amigo y dentro de él algo se había conmovido al pasar tanto tiempo con el pequeño, por eso terminó la reunión de forma apresurada poco propia de él. Si, hacía lo que quería cuando quería pero el trabajo era importante para él y s
Samantha estaba molesta con su jefe, todavía no lograba acostumbrarse a tener que trabajar bajo la orden directa de su ex y ahora tenía que soportar cumplir tareas fuera de horario la llenaba de enojo. Cada día llegaba a la oficina contando las horas para poder salir de allí y hacer como si Alexander no hubiera vuelto a su vida. Pero ese día era diferente, ese día tenía una salida con Ava, ese día iba a poder distraerse y tratar de dejar atrás tanto estrés. Su antigua cañada había insistido tanto que pese a estar reticente hasta el día de ayer había aceptado y ahora se alegraba. – ¿Cómo ha estado tu día cariño? – preguntó a su hijo luego de levantarlo de la guardería – ¡Súper! – ¿Te divertiste? – Mucho mami, ha sido increíble – Me alegro cariño, ¿dormiste siesta? – No Madre e hijo se fueron a su casa hablando sobre el día del pequeño que en ningún momento mencionó sus aventuras, mucho menos reveló su amistad con el jefe
Harry estaba igual de ebrio que sus amigas pero pudo darse cuenta que se las estaban llevando contra su voluntad, aunque trato de llegar hasta ellas, solo pudo observar la espalda un hombre rubio llevandose a Ava.Confuso con la situación trato de llegar hasta el piso donde estaban sus cosas para recorgerlas y dirigirse a una estación de policía pero los guardias de seguridad del local no lo dejaron salir ni utilizar su teléfono.Harry fue guiado a un reservado de la zona vip donde se le sugirió pasar la noche– Sus amigas están bien, relájese– Las estaban secuestrando– El hombre que las saco del lugar es el hermano de la señorita Holt, no les hará daño– ¿Cómo puedo creer – incluso antes de terminar de preguntar le llegó un mensaje de voz de Sam《Estamos bien, el hermano de Ava es un imbécil, pero qu&eacut
El lunes había llegado y debía enfrentarse a su ex, llevaba cinco minutos parada frente al edificio donde trabajaba junto a Deian que permanecía en silencio. El pequeño había notado el humor de su madre el día anterior y sabía como actuar en esos casos.– Tú puedes Samantha, ningún hombre logrará derribarte, ya no más – susurró para darse ánimos y evitar que el niño escuche.Pero Deian estaba en alerta, sabía que su prestaba la suficiente atención podría entender el motivo del disgusto de su madre.Dejo al niño en la guardería y tomando valor se encaminó hacia su puesto de trabajo, saludó a Harry y Victoria en el camino y suspiro con fuerza antes de ir a prepararle el café a su jefe.Con su amigo habian tenido una larga charla donde lo ponía al día de lo sucedido, al menos lo qu
Alexander estaba a punto de comenzar a caminar por las paredes, era viernes y su secretaria no había abandonado esa fría cordialidad con la que lo trataba del hace cinco días, necesitaba hacer algo rápido y efectivo.Había intentado disculparte en los días anteriores una cantidad enorme de veces pero ella siempre lo callaba o simplemente ignoraba sus palabras. Podía darse cuenta lo mucho que había cambiado su ex y no creía gustarle la nueva Samantha, al menos no esa mujer eficiente y silenciosa que ponía una distancia enorme entre ellos.Deian le había contado que su mami estuvo feliz con su sorpresa pero que le hizo muchas preguntas respecto a su amigo, el pequeño se mantuvo firme y no reveló su identidad pese a la gran insistencia de su madre.El magnate no quería que se supiera la verdad todavía, no cuando ella no le hablaba más de lo estrictamente
El radiente sol se ocultó tras unas nubes grises como si quisiera acompañar el humor de Alexander, pronosticaban lluvia a partir del mediodía.Estaba molesto por la incompetencia de su investigador, Samantha había mencionado en la cena de la noche anterior que su pequeño estaba a cargo de la niñera y eso era raro. A no ser que justo Lennox tuviera un compromiso en el mismo momento, no tenía sentido que lo deje a cargo de un extraño en lugar de quedarse con su padre.Ahora eran mayores sus dudas respecto a la identidad del padre del niño que afirmaba que Lennox era su tio.¿Qué tan difícil podía ser conseguir una partida de nacimiento? Con todo el dinero que poseía no debería ser más que un simple trámite.Además estaba ansioso por el inexistente avance con su ex, el tiempo avanzaba pero él lo único que tenía er
No era raro e incómodo, era peor.Su hijo que no quería levantarse de la cama para almorzar a pesar de sentirse mejor, prácticamente corrió hacia la cocina cuando supo que su jefe estaba en la casa, el mismo jefe que resultaba ser su ex.Verlos abrazarse de una forma tan natural y afectuosa era más de lo que podía soportar.– ¿Ya te sientes mejor amigo? – lo dejó sentado en una silla – Tu madre me dijo que estabas algo enfermo– Ya no soy un bebe y puedo recuperarme rápido – dijo orgulloso– Ya lo veo, entonces es momento de empezar a comer – se acercó a ella y le corrió la silla para que se siente– Tengo que ir por la niñera– Yo iré, así puedo pasar al baño a lavar mis manosLuego de darle las indicaciones a su jefe centró su atención en el ni