Cambiando un Reino
Cambiando un Reino
Por: Mel Polanco
Prologo

Como es lógico y común en algún momento de la vida uno se empieza a cuestionar toda su vida y a veces uno cree que esta no es nada justa para uno mismo, siempre pasa algo por lo que piensas y te preguntas ¿porque te tiene que pasar eso a ti? ¿porque no a otra persona? ese era el pensamiento de un par de príncipes en esos instantes, quienes estaban a unas horas de conocerse en persona por primera vez en su vida, pero al mismo tiempo ya aborrecían esa idea porque el otro llegaba para robarles su anhelada libertad, ya que los padres de ambos habían decidido casarlos por el bien del reino.

Por un lado teníamos a la princesa omega de nombre: Helena Franco, quien en esos momentos se encontraba en el carruaje de su familia de camino al reino vecino para que el conociera a su prometido, mientras miles de pensamientos pasaban por su mente ya que para ella era un nuevo día... otro día más que debía soportar a todos y a todo, odiaba esa vida... pese a que su padre le dio algunas libertades de pequeña: como entrenar, aprender a leer y escribir, también debía cumplir sus deberes como príncipe aunque a veces el deseaba olvidar ese detalle.

Justo en esos momentos, su vista se fijó en las ropas que llevaba puesto: un vestido algo ostentoso de telas finas con algunas joyas para hacerle juego acompañados de un peinado especial con sus respectivos adornos, ya que debía estar preciosa a la vista de su futuro esposo... aunque para ella, ese alfa representaba su nuevo carcelero, quien podría prohibirle y quitarle las pocas libertades que le habia dado su padre y solo usarlo en las noches para tener herederos... en verdad odiaba su vida y maldecía el hecho de nacer como una mujer omega... una mujer omega de la familia real que solo sirve para verse bonita y ser lucida en las fiestas.

Ante esos tristes pensamientos su mirada de nuevo se fijó en la ventana observando como el paisaje del reino cambiaba demostrando que entraban a los terrenos del Reino Prats provocando que dejara escapar un suspiro... dejaba atrás su libertad, lo sabía y odiaba... aunque aún podría a ver una ligera esperanza, si tal vez los Prats rechazaban el acuerdo a último momento creándole su oportunidad de escape, pero si era realista dudaba que esa opción fuera viable ya que según sus padres, el compromiso existía desde su nacimiento además de que con esa unión, los Prats conseguían un apoyo político y militar de su familia, así que ya debía perder toda esperanza sobre esa alternativa.

Con esos pensamientos pesimista dejo escapar nuevamente un suave suspiro y ver el paisaje mientras llegaban a su destino.

Por el otro teníamos al príncipe alfa de nombre: Antonio Prats, quien justamente en esos momentos se arreglaba a regañadientes mientras lanzaba miles de maldiciones al aire, a la vez que en silencio sentía que odiaba a sus padres ya que ahora sentía que le quitaban TODO… era verdad que como alfa, tuvo muchos goces y privilegios acompañados con su título de príncipe heredero al trono; pese a su personalidad algo torpe, era un joven justo, honesto, respetable, con grandes conocimientos en artes marciales y ciencias así como igual estrategias de guerra; un joven que llenaba de orgullo a todos sus maestros y padres… pero nada de eso valía o importaba en esos momentos, ya que sus padres le habían dicho o más bien recordado hace un mes, que dentro de poco se celebraría su matrimonio con la princesa del reino vecino, algo a lo que al principio se negó rotundamente porque él ya estaba enamorado de una hermosa omega de nombre Diana García, una joven que pertenecía a una familia noble del reino… aunque ese título no ayudo mucho al escuchar el rotundo NO de su padre cuando le pidió que lo considerara e igual le exigió que la olvidarla, porque el sí o sí desposaría a Helena Franco como su reina, recordándole que ese era su deber como príncipe heredero y futuro rey de Prats.

Para ambos jóvenes la vida no era nada justa y en esos momentos maldecían ese destino que ahora los unía porque ninguno deseaba eso, más porque todo era por compromiso y palabra de sus padres sin su consentimiento… pero igual eran conscientes de que vivián en un mundo atado a reglas algo estúpidas e injustas donde los omegas no tenían voz y voto, su única función es verse lindos y dar hijos varones fuertes que sirvan para heredar, mientras que un alfa era el hombre fuerte y protector de la familia donde a veces debía casarse por compromiso si era necesario para así poder formar alianzas con otros reinos y tener más fuerza para poder superar algún predicamento que estuviera afectando al reino o para tener aliados contra una guerra futura… aunque talvez… solo tal vez, la situación de compromiso no sea tan mala para ambos príncipes.

Y eso es algo que solo la convivencia les demostrara con el pasar de los días.

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