Tras confesarle la verdad a Erik, Antonio se miraba un poco más relajado al notar que su suegro acepto guardar el secreto y le prometió cumplir su ultima petición, por lo cual regreso con ellos al reino Prats para vivir con ellos una emporada; donde nadie lo cuestiono, porque asumieron que lo hacía para alejarse un poco de los recuerdos, ya que todo en el castillo tenía la marca de Aurora.Helena estaba feliz de tener a su padre cerca e igual buscaba distraerlo y ocuparlo para que no se la pasara extrañando todo el tiempo a su madre, otras veces era acaparado por la pequeña Sara, quien le pedía jugar con ella y los mininos o le llamaba para que él le ayudara con sus tareas.Por su parte Antonio buscaba vivir al máximo sus últimos días, buscando mimos de su esposa y divirtiéndose con su hija menor y dándole consejos a su hijo; aunque se podía notar que con el pasar de los días sus energías se iban desvaneciendo poco a poco; algo que noto Helena, por lo cual buscaba cuidarlo y hasta le
Sin que nadie pudiera notarlo, Antonio miraba esa escena sintiendo una gran tristeza embargarle, donde busco acercarse a su amada para tratar de secar sus lágrimas, pero no podía.“Perdóname mi amor, estoy haciendo que sufras mucho, pero sabes le agradezco a la vida por dejarme conocerte y así aprender lo que era la felicidad” – dijo alzándose para andar hasta donde estaban sus demás hijos y ver al pequeño bebe – “bienvenido a la familia pequeño James, cuida mucho a tus papas y abuelitos” – hablo notando que el pequeño le sonreía.Antonio sonrió ante esa tierna imagen y en eso vio que aparecía una puerta cerca de él, la cual se abría y proyectaba una luz algo cegadora, por lo cual el castaño se giro a ver a su familia.“Adiós…” – susurro antes de girarse para cruzar esa puerta, para pasar a una vida.Ignorando la partida del alma de su amado, Helena seguía sujetando con fuerza el cuerpo inerte de su Antonio.El medico corrió enseguida para revisar los signos vitales del mayor, pero su
Helena se dejó bañar por Mercedes, quien se notaba un poco triste al ver a su reina con esa actitud, ya que parecía una muñeca descuidada que ya no pensaba ni en cuidarse a sí misma.Con cuidado, la sacó de la tina y la seco.- ¿Qué vestido le gustaría usar hoy majestad?- No se.- Le parece bien este hermoso vestido color azul con blanco – indico ella sacándolo del armario – ya ve que el rey lo mando a hacer especialmente para usted, porque así resaltan más sus ojos.- Casi todos mis vestidos, el los mando a hacer con sus respectivas joyas – opino ella triste.Mercedes solo dejo escapar un suspiro, antes de empezar a ayudar a su ama y con cuidado colocarle el vestido y sus zapatos a juego.- A ver venga, vamos a arreglarla para que lusca hermosa para ver a su nieto.La pelinegra solo hizo una mueca y se dejó sentar frente a su tocador, mientras sentía como empezaban a cepillar y secar su cabello, en silencio.- Ma… majestad – empezo a hablar Mercedes – sabe, su padre tiene razón – op
Los días, semanas y meses comenzaron a transcurrir de forma normal, como siempre, ya que el tiempo no se detiene por nada ni nadie, una lección un poco dolorosa para Helena, quien debió seguir viviendo a pesar de la ausencia de su amado Antonio.Prometió no volver a llorar por su amado, en vez de eso, busco escribir y narrar todas y cada una de las vivencias y aventuras que vivió mirando crecer a sus hijos y nietos, buscando crear nuevos y valiosos recuerdos, los cuales compartiría con su alfa cuando se reencontraran en otra vida.Aunque hubo un momento en donde la fortaleza de ella nuevamente flaqueo y fue cuando tuvo que despedirse de su padre, quien murió de vejez. Todos estuvieron pendientes de ella, incluyendo los mininos, pero tras un día de soledad, busco regresar a ser la misma de siempre para apoyar a sus nietos, ya que ellos lloraron por ella.Era verdad que ella se caracterizaba por ser alguien muy fuerte, pero hasta el más fuerte puede tener momentos donde de debilidad, tr
Como es lógico y común en algún momento de la vida uno se empieza a cuestionar toda su vida y a veces uno cree que esta no es nada justa para uno mismo, siempre pasa algo por lo que piensas y te preguntas ¿porque te tiene que pasar eso a ti? ¿porque no a otra persona? ese era el pensamiento de un par de príncipes en esos instantes, quienes estaban a unas horas de conocerse en persona por primera vez en su vida, pero al mismo tiempo ya aborrecían esa idea porque el otro llegaba para robarles su anhelada libertad, ya que los padres de ambos habían decidido casarlos por el bien del reino.Por un lado teníamos a la princesa omega de nombre: Helena Franco, quien en esos momentos se encontraba en el carruaje de su familia de camino al reino vecino para que el conociera a su prometido, mientras miles de pensamientos pasaban por su mente ya que para ella era un nuevo día... otro día más que debía soportar a todos y a todo, odiaba esa vida... pese a que su padre le dio algunas libertades de pe
Tras una hora de viaje, la carrosa se detuvo dejándole saber a Helena que ya había llegado.Se dejo ayudar por su padre para bajar del carruaje ya que con ese gran vestido a veces le era difícil moverse, al alzar su mirada pudo apreciar el gran esplendor y trabajo arquitectónico empleado en la construcción y decoración del palacio Prats; al pasear su vista por sus alrededores noto que el lugar igual poseía bellos jardines pensando que si tenía algo de suerte y si obtenía el permiso de su esposo, podría buscar un buen lugar con sombra para sentarse a disfrutar la tranquilidad en compañía de un libro; aunque si era realista, tal vez solo podría apreciar el jardín a través de una ventana ya que lo más seguro es que se quedaría confinada en su habitación.Se podía notar que ella no deseaba andar ya que sus pasos eran tan lentos que podrías argumentar que tenía pies de plomo, aunque realmente solo quería buscar una manera de retrasar lo inevitable... algo casi imposible ya que al fijarse m
En la comida se escuchaban las pláticas de todos los preparativos que ya habían hecho para el gran día y al finalizar la comida, la princesa Helena fue llevada por su madre y la reina Prats a una habitación para que escogiera su vestido de bodas y así comenzar con los preparativos prenupciales para el día siguiente.Por su parte Antonio fue regañado por su padre ya que él si noto los gestos que este presento ante su prometida, lo cual se podría considerar una falta de respeto... el castaño acepto ese regaño y pidió perdón hacia su padre y rey, para luego retirarse e ir con su amada Diana; a quien siempre veía en una habitación especial que se encontraba escondida dentro del propio castillo, donde siempre que se veían hacían el amor.- Diana...te quiero pedirte algo – hablo el castaño mientras se recostaban en la cama y sentía como ella se acomodaba sobre su pecho, a la vez que le daba un beso en los labios.- Dime Anton... - hablo ella sonriéndole de forma coqueta.- Quiero que seas m
Los rayos del sol empezaban a colarse por las cortinas, donde el primero en despertarse fue el castaño o esa impresión daba ya que cierta princesa no pudo dormir muy bien. Ella sintió como su ahora esposo se levantaba, escucho como abría la puerta del armario para cambiarse y luego salir de la habitación sin dirigirle palabra alguna.Al verse sola solo se incorporó dejando escapar un suspiro notando que en ese lugar estaría sola y con ello empezaba a extrañar su casa, ya que al menos ahí sus padres le hacían compañía a ratos.Tras cambiarse de ropa ella se fue a sentar junto a la ventana para ver el paisaje; ya que en esos momentos desconocía por completo ese lugar y no le apetecía andar por los pasillos y explorar, porque no sabía cómo reaccionaría su esposo, por lo que solo se limitó a observar el cielo y envidiar a las nubes que pasaban por la ventana.Tras unos minutos alguien toco la puerta donde ella no contesto y solo vio como una chica ingresaba a la habitación mientras hacia