54| En el interior.

Analía se quedó paralizada en su lugar. Salem, con un fuerte movimiento de las piernas, cayó prácticamente erguido y de pie. Luego se peinó el largo cabello que se había despeinado y le caía en el rostro.

— Bien, sí, ya voy — , dijo, y Farid volvió a darles una curiosa mirada antes de cerrar la puerta. Salem se apoyó en la pared con la mano libre, se apretó las sienes y luego la mejilla. — Eso me dolió — .

— Lo siento, pero tú me dijiste que lo hiciera — .

— Sé lo que te dije. Eres más fuerte. El contrato de vida o muerte te da parte de mi fuerza vital, pero ese golpe no es el de una humana con un contrato de vida o muerte, es el de una loba. Y solamente puede suceder algo así si estás embarazada. Como te dije, nuestros genes están diseñados para eso. Ahora tengo que ir a atender al idiota de Henry. Descansa, aunque no lo necesitas — .

— Quiero ir contigo — , dijo Analía, y Salem asintió.

— Te espero en la sala del trono — .

Analía encontró curioso que sus propios pensamientos com
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