C50-VASHEL.Odette enredó sus dedos en el cabello de Zayden y sucumbió al hábil asalto que él emprendió contra sus sentidos.El firme agarre en su nuca. La presión experta de sus labios. La forma en que el cuerpo se amoldaba al suyo, todo músculo duro y calor masculino.Su boca se movió sobre la de ella, caliente, exigente.El placer empañó sus sentidos cuando el rico y atrevido sabor de él invadió su boca. Sus muros se desvanecieron al instante, y su cuerpo se curvó instintivamente hacia el de él, buscando más contacto, más calor, más.Había besado a Ragnar por años, pero ninguno como Zayden.Nadie la había besado así.Como un conquistador empeñado en derribar sus defensas.Como un hombre sediento atrapado en el desierto, y ella, su única esperanza de salvación.Un suave jadeo escapó de sus labios cuando el enganchó sus piernas alrededor de su cintura y la levantó sin romper el beso. Sus cuerpos encajaban con una precisión casi brutal, como si fueran piezas de un mismo todo.Y mientr
C51- TODOS SABRÁN QUE ERES MÍA.Los primeros rayos del sol se filtraban a través de las cortinas, cálidos, suaves… hasta que golpearon de lleno el rostro de Odette. Frunció la nariz, molesta, y parpadeó. Algo no encajaba. Una pesada mano descansaba en su cintura, grande, cálida, posesiva. Abrió los ojos de golpe.No estaba en su habitación.Estaba en la de Zayden.Su corazón dio un pequeño brinco y una chispa de emoción, ¿placer? ¿nervios? ¿o una combinación letal de ambos? la recorrió.Giró el rostro, con el aliento atrapado en los pulmones… y ahí estaba él.Él dormía a su lado, desnudo bajo las sábanas, con una expresión tan relajada y viril que parecía una fantasía hecha carne. Su mandíbula marcada, la sombra oscura de su barba, ese mechón rebelde cayendo sobre la frente…Maldita sea, ¿por qué tenía que verse tan guapo incluso dormido?Una sonrisa se le escapó, involuntaria, y su mano —traicionera— se levantó con la intención de tocarlo, de acariciar la línea de su mandíbula, de pe
C52-LO QUE HUBIERAS QUERIDO PARA MI.La luz cálida del atardecer teñía los jardines de la manada con un brillo dorado, y Odette caminaba con paso firme, aunque su mente estuviera en mil cosas a la vez. Vestía una blusa ligera y, pese al calor, aún llevaba la bufanda ceñida al cuello. No podía darse el lujo de que nadie viera las marcas que Zayden le había dejado.Fue entonces cuando Nina apareció entre los arbustos con una sonrisa entusiasta.—Odette —dijo con una voz suave—. ¿Podrías acompañarme un momento? Hay algo que quiero mostrarte.Odette parpadeó, desconcertada, pero asintió. Nina era dulce, no parecía el tipo de persona que ocultara intenciones. La siguió por un sendero estrecho, hasta llegar a la fuente central del jardín. El sonido del agua corriendo llenaba el ambiente con una paz extraña… y allí, de pie junto a la fuente, estaba Leonard.Se detuvo.Leonard la miraba con una sonrisa tranquila y sus ojos grises cargados de una admiración profunda, como si verla fuera un reg
C1- NACIÓ MUERTO.—¡Ya viene, Luna, ya viene! —dijo la sanadora—. El cachorro ya pronto estará en tus brazos. ¡Puja, puja con todas tus fuerzas!Odette obedeció. Su cuerpo, tembloroso y empapado en sudor, jadeaba mientras otra ola de dolor la atravesaba. Apretó los dientes, sus manos se aferraron con fuerza a las sábanas empapadas y dejó que su cuerpo se desgarrara desde dentro. De repente, llegó el alivio. Y con él, un vacío abrumador.—Ya está —anunció la sanadora. Pero su tono no era de triunfo, sino de tristeza.Odette levantó la mirada, con los labios temblorosos.—No escucho llanto. No escucho nada. ¿Cómo está? —preguntó, apenas sosteniendo sus palabras—. ¿Por qué no llora? ¡¿Por qué no lo escucho?!La sanadora no respondió al instante. Miró al pequeño cuerpo inerte en sus brazos y luego a ella. Sus ojos lo dijeron todo antes de que hablara.—Fue un niño, Luna... pero... nació muerto.Odette parpadeó, como si no pudiera procesar las palabras.—No... —susurró, su voz quebrándose—
C2- VÍNCULO ROTO.A la mañana siguiente, Odette se levantó de la cama con movimientos lentos; su cuerpo aún estaba débil y adolorido. Kilye, su doncella, la miraba con preocupación.—Mi señora... es muy pronto para levantarse. Está muy débil —dijo la joven loba.Pero Odette negó, ignorando el ardor que aún sentía en su vientre.—No, Kilye. Tengo que verlo. Necesito solucionar esto con Ragnar.La chica suspiró, resignada. Sabía que no había forma de detenerla. Todo el mundo conocía el amor que Odette le tenía a Ragnar, un amor que había nacido desde que eran cachorros. Su unión había sido bendecida por la Diosa cuando sus lobos despertaron, y ese día había sido el más feliz de su vida.Pero esa felicidad se había desmoronado con el tiempo, con cada embarazo fallido, con cada pérdida. Y ahora, su relación pendía de un hilo, pero Odette no estaba dispuesta a dejar que se rompiera.Estaba segura de que lo que Ragnar había dicho la noche anterior era producto del dolor y la ira.Tenía que
C3 - ELLA ME OBLIGÓ.1 MES DESPUÉS…Durante los días siguientes, el vínculo de Odette con Ragnar comenzó a desintegrarse. La atracción que alguna vez sintió por él se desvanecía poco a poco, y con ella, su fuerza. Pero tanto ella como Lía estaban en peligro. La falta de energía la debilitaba cada vez más.Afortunadamente, Kylie, su criada personal, no permitía que se derrumbara por completo. Todos los días le llevaba jugos y comida exótica, y cuando Odette se negaba a comer, la obligaba, como en ese momento.—Mi señora… tiene que comer. Está muy débil —insistió la joven, colocando un plato frente a ella.Odette suspiró y tomó el cubierto con lentitud. Kylie sonrió, satisfecha.—No puede darle el gusto de verla destruida. Esa Briella no es nada comparada con usted, mi señora.Odette entendió a qué se refería.Porque, aunque ya no era la compañera de Ragnar, seguía siendo la hija de Alistair Silvermoon, uno de los antiguos alfas de los siete reinos.—Gracias, Kylie —dijo, tomando la man
C4-RECUPERARLO TODO.«¿Bebé?»El pecho de Odette se contrajo. —¿Cómo pudiste, Odette? —gruñó Ragnar, su mano rodeando su garganta, su agarre era despiadado —. ¡¿Cómo te atreves a intentar matar a mi hijo?! ¡¿Tan resentida estás que serías capaz de hacer algo tan bajo?!Ella agarró su muñeca, luchando por respirar.—¡Ragnar! —exclamó con dificultad—. ¡Suéltame!Pero, en lugar de soltarla, la arrojó al suelo, ella cayó sobre sus manos y rodillas. Y cuando levantó la vista, se encontró con la mirada fría y acusadora de su excompañero.—Mantente lejos de ella —la amenazó—. Es mi última advertencia. Briella está embarazada de mi heredero. Y si tengo que sacarte del medio para que él viva, ten la seguridad de que lo haré, Odette. ¡No me pongas a prueba!La ira y el dolor perforaron su pecho, pero no dijo nada. Solo lo observó girarse hacia Briella y levantarla en sus brazos, como si fuera su tesoro más preciado, mientras la llevaba de regreso al castillo.Horas más tarde, se abrazaba a sí
C5-ALFA ZAYDEN.Zayden entró al gran salón imponente de un verdadero alfa. Su cabello negro caía desordenado y sus ojos de un azul profundo se movieron con astucia sobre la multitud. Alto, musculoso y con la energía dominante de un lobo nato, su sola presencia silenció la habitación.Odette lo miró y sintió una atracción inmediata, un magnetismo innegable. No era solo su apariencia, era su poder, la seguridad con la que se movía. Por otra parte, Briella también lo observaba con interés. Sus labios se entreabrieron sutilmente, como si ya imaginara lo que sería estar bajo el dominio de un alfa como él.Zayden avanzó, y todos se acercaron, ansiosos por saludarlo. Las palabras de bienvenida y las reverencias eran inevitables, sin embargo, de la nada su mirada se cruzó con la de Odette. Ella respiró hondo, armándose de valor, y comenzó a caminar hacia él con seguridad. Y cuando llegó, le entregó una copa con una sonrisa seductora.—Bienvenido, Alfa Zayden —dijo, con un toque de coquetería