C46-CÁSATE RÁPIDO.Noah cerró la puerta de su habitación con un golpe sordo, apoyó la espalda contra la madera y exhaló con fuerza, como si hubiera corrido una batalla que no recordaba haber empezado.El pecho subía y bajaba rápido, como si le faltara aire. Se llevó las manos a la cabeza y las enredó en su cabello, tratando de borrarse una imagen que lo estaba volviendo loco.El beso.El maldito beso.El recuerdo lo asaltó de nuevo, implacable. Los labios de ella rozando los de ese maldito imbécil. La forma en que sus dedos se aferraron a su camisa, como si... como si quisiera más.Las manos de Noah se apretaron hasta que los nudillos se pusieron blancos. Sus ojos se oscurecieron y un gruñido tembló en su garganta.«Ella no es tuya», murmuró su lobo con voz grave, desde el rincón más primitivo de su mente. «No es tu compañera. No es para ti.»—Lo sé —susurró él, apretando la mandíbula con fuerza—. Lo sé.Pero no podía evitarlo.No podía evitar que la rabia lo devorara por dentro cada
C47- DESEO Y VIOLENCIA.Zayden se movía entre los árboles, sus pisadas eran silenciosas, pero su respiración no lograba calmarse. La tensión en sus músculos era como un hilo a punto de romperse. Y cuando por fin la vio, el mundo pareció frenarse por un instante.Odette reía.Reía de verdad, con esa sonrisa que le nacía desde los ojos, frente a Leonard, observándolo con expresión cálida, mientras el otro le decía algo que Zayden no alcanzó a escuchar.Pero no importaba. Lo había conseguido: hacerla sonreír.Sintió que algo se le apretaba por dentro, y no fue rabia. Fue peor. Fue una punzada de pérdida, como si por un segundo Odette estuviera en otro mundo donde él no existía.Leonard dijo algo más y fingió tropezar con una rama caída, soltando una mueca dramática mientras se sacudía la pierna como si un monstruo lo hubiese atacado. Odette soltó una carcajada suave, llevándose una mano a los labios.Y ahí fue cuando Zayden lo sintió.El golpe.La sacudida silenciosa.Como si su corazón
C48-¿CUÁNDO TE HAS GANADO ESE DERECHO?El silencio duró lo que un trueno contenido, hasta que su mano atrapó a Odette por la cintura y la empujó contra la pared. Sus dedos se aferraron a su piel como garfios que no buscaban herir, pero sí reclamar. Su respiración era áspera, animal, y sus ojos brillaban con ese resplandor dorado que solo aparecía cuando su lobo se imponía.—Dime que lo mandaste al carajo. Dime que le dejaste claro que eres mía —gruñó con voz ronca, rota por una furia que quemaba desde el pecho.Pero Odette no era de las que se encogían.Levantó la barbilla y sus labios se curvaron en una sonrisa letal mientras lo miraba directo a los ojos, sin parpadear.—¿Tuya? ¿En qué momento, Zayden? ¿Cuándo pasó eso? —preguntó con un filo venenoso. Él no supo si el fuego en su vientre era rabia o deseo, pero dolía igual—. Leonard, al menos, me recordó cómo se siente una risa… ¿Cuándo fue la última vez que tú lo intentaste?Fue como si lo hubiera golpeado con un puño invisible. Zay
C49 - SOLO TU Y YO.Esa noche, Odette se preparaba para dormir. Se quitó la túnica con movimientos lentos, casi mecánicos, y se deslizó bajo las sábanas. El silencio era denso, y el cansancio le pesaba en los hombros… pero no en los pensamientos. Sus dedos se detuvieron de pronto sobre su vientre. Aún plano. Aún vacío. Lo rozó con la yema de los dedos, como si pudiera leer en su piel lo que pasaba dentro. Nada. Una punzada le cerró la garganta.Zayden, tarde o temprano, preguntaría. Estaba segura. Él lo haría… con esa mirada intensa, como si pudiera arrancar la verdad con solo observarla. Y ella… ¿qué diría?No estoy embarazada.No hay cría.Y en el fondo, la verdad más amarga: no sabía si quería estarlo.No ahora. No con la herida aún abierta de lo que había perdido antes. De lo que jamás había sanado. No soportaría volver a perder.No otra vez. Eso la destrozaría.Un golpe en la puerta la sacó del espiral de pensamientos. —Adelante —dijo, recomponiéndose.La puerta se abrió con
C50-VASHEL.Odette enredó sus dedos en el cabello de Zayden y sucumbió al hábil asalto que él emprendió contra sus sentidos.El firme agarre en su nuca. La presión experta de sus labios. La forma en que el cuerpo se amoldaba al suyo, todo músculo duro y calor masculino.Su boca se movió sobre la de ella, caliente, exigente.El placer empañó sus sentidos cuando el rico y atrevido sabor de él invadió su boca. Sus muros se desvanecieron al instante, y su cuerpo se curvó instintivamente hacia el de él, buscando más contacto, más calor, más.Había besado a Ragnar por años, pero ninguno como Zayden.Nadie la había besado así.Como un conquistador empeñado en derribar sus defensas.Como un hombre sediento atrapado en el desierto, y ella, su única esperanza de salvación.Un suave jadeo escapó de sus labios cuando el enganchó sus piernas alrededor de su cintura y la levantó sin romper el beso. Sus cuerpos encajaban con una precisión casi brutal, como si fueran piezas de un mismo todo.Y mientr
C51- TODOS SABRÁN QUE ERES MÍA.Los primeros rayos del sol se filtraban a través de las cortinas, cálidos, suaves… hasta que golpearon de lleno el rostro de Odette. Frunció la nariz, molesta, y parpadeó. Algo no encajaba. Una pesada mano descansaba en su cintura, grande, cálida, posesiva. Abrió los ojos de golpe.No estaba en su habitación.Estaba en la de Zayden.Su corazón dio un pequeño brinco y una chispa de emoción, ¿placer? ¿nervios? ¿o una combinación letal de ambos? la recorrió.Giró el rostro, con el aliento atrapado en los pulmones… y ahí estaba él.Él dormía a su lado, desnudo bajo las sábanas, con una expresión tan relajada y viril que parecía una fantasía hecha carne. Su mandíbula marcada, la sombra oscura de su barba, ese mechón rebelde cayendo sobre la frente…Maldita sea, ¿por qué tenía que verse tan guapo incluso dormido?Una sonrisa se le escapó, involuntaria, y su mano —traicionera— se levantó con la intención de tocarlo, de acariciar la línea de su mandíbula, de pe
C52-LO QUE HUBIERAS QUERIDO PARA MI.La luz cálida del atardecer teñía los jardines de la manada con un brillo dorado, y Odette caminaba con paso firme, aunque su mente estuviera en mil cosas a la vez. Vestía una blusa ligera y, pese al calor, aún llevaba la bufanda ceñida al cuello. No podía darse el lujo de que nadie viera las marcas que Zayden le había dejado.Fue entonces cuando Nina apareció entre los arbustos con una sonrisa entusiasta.—Odette —dijo con una voz suave—. ¿Podrías acompañarme un momento? Hay algo que quiero mostrarte.Odette parpadeó, desconcertada, pero asintió. Nina era dulce, no parecía el tipo de persona que ocultara intenciones. La siguió por un sendero estrecho, hasta llegar a la fuente central del jardín. El sonido del agua corriendo llenaba el ambiente con una paz extraña… y allí, de pie junto a la fuente, estaba Leonard.Se detuvo.Leonard la miraba con una sonrisa tranquila y sus ojos grises cargados de una admiración profunda, como si verla fuera un reg
C1- NACIÓ MUERTO.—¡Ya viene, Luna, ya viene! —dijo la sanadora—. El cachorro ya pronto estará en tus brazos. ¡Puja, puja con todas tus fuerzas!Odette obedeció. Su cuerpo, tembloroso y empapado en sudor, jadeaba mientras otra ola de dolor la atravesaba. Apretó los dientes, sus manos se aferraron con fuerza a las sábanas empapadas y dejó que su cuerpo se desgarrara desde dentro. De repente, llegó el alivio. Y con él, un vacío abrumador.—Ya está —anunció la sanadora. Pero su tono no era de triunfo, sino de tristeza.Odette levantó la mirada, con los labios temblorosos.—No escucho llanto. No escucho nada. ¿Cómo está? —preguntó, apenas sosteniendo sus palabras—. ¿Por qué no llora? ¡¿Por qué no lo escucho?!La sanadora no respondió al instante. Miró al pequeño cuerpo inerte en sus brazos y luego a ella. Sus ojos lo dijeron todo antes de que hablara.—Fue un niño, Luna... pero... nació muerto.Odette parpadeó, como si no pudiera procesar las palabras.—No... —susurró, su voz quebrándose—