—¿Por qué no podría estar solo?—Un hombre como tú, ciertamente no debería andar solo. ¿Tienes planes para esta noche? Porque puedo proponerte algo.—No, no los tengo —respondió sin mostrar ningún tipo de interés hacia ella, lo cual era verdad, ya que no tenía intenciones de tener un encuentro romántico con nadie en ese momento.—Podemos ir a un lugar más íntimo —sugirió ella, mordiéndose el labio inferior.—No me atrae la idea, pero gracias por la oferta —contestó y pagó al barman que estaba observando la situación, pero sin intervenir. Él reconocía a la mujer y sabía que podía ser bastante insistente.Se levantó y, aunque mareado, logró salir del lugar. Una vez afuera, se detuvo un momento. Le costaba encontrar su auto con la vista nublada, por lo que tomó su tiempo para ubicarlo. Finalmente lo encontró y se dirigió hacia él, pero una vez dentro del vehículo, se quedó pensativo con las manos en el volante. La última vez que condujo en esas condiciones tuvo un accidente, y no quería
—¿Sigues tomando la píldora?—Sí, ¿a qué viene la pregunta?—No quiero un bebé ahora, por eso te pregunto, y sé que tú tampoco. Necesitas estudiar, vivir la etapa, ¿no estás de acuerdo?—Sí, sé que es lo mejor. Pero si resulto estar embarazada por algún descuido, o que se yo... No importa, Burhan. Asumiré la responsabilidad, un bebé es una bendición de Dios, y no sabes cómo me ilusiona ser madre...—Todo a su tiempo, hasta parece que vas a quedarte embarazada adrede —comentó divertido.—Oye, no es eso —le dio un golpecito —. Dime, si un día de estos quedo embarazada, ¿qué pensarás al respecto?—Que es un regalo maravilloso, Mabel. Si sucede, voy a amarlo, y viviré la experiencia contigo. Sé sincera conmigo, ¿te estás tomando la píldora o no?—Ya dije que sí, pero puede pasar, así que solo es una advertencia para ti, futuro padre... —susurró y tomó sus labios besándolo.—¿Es que quieres que te haga de nuevo el amor? —le propuso seductor.—No me enfadaré por ello, pero ya es tarde, much
Final —Un poco, sí... Burhan, por favor.—Está bien, ve a vestirte. ¿Quieres que salgamos esta noche? —preguntó.—Mañana. Quiero descansar bien para poder disfrutar al máximo el día de mañana —respondió ella, y se puso de pie.—De acuerdo.Así que ambos decidieron echarse una siesta, todo parecía estar funcionando entre ellos, encajando a la perfección en el momento adecuado. Cuatro años más tarde...Finalmente, llegó el día de la boda, el momento tan esperado después de tantos altibajos.Lilian le dio un beso en la frente y le deseó lo mejor, dominada por un torrente emocional que corría por su interior.—Gracias, abue...—No puedo creer que esto esté sucediendo, no te imaginas lo feliz que me siento por ti.Mabel se miró en el espejo, recordando los preparativos. Entre tantos vestidos rectos y sin apenas volumen, encontró aquellos que dejaban el protagonismo a ligeras aplicaciones de encaje que recordaban la moda ibicenca. Otros apostaban por tejidos ligeros y vaporosos como la mu
La joven se encontraba muy nerviosa, no se imaginaba que iba a sentirse de esa manera en esa situación, pero la verdad es que no podía calmar los latidos desesperados de su corazón y por lo tanto, el incremento de los nervios ya era colosal. Sentía las palmas sudorosas y un temblor que atravesaba su fisonomía con potencia. Jamás se había sentido tan nerviosa, pero ahora experimentaba una fase completamente diferente y la razón era más que obvia. Viéndose en un aprieto económico, la muchacha de nombre Sarah había tenido que tomar una desesperada decisión: vender su virginidad a un hombre importante. Había recordado tantas historias de pequeña que su madre le contaba sobre cómo ser una chica ejemplar, honesta y buena. Ahora, estando en el despacho de aquel magnate, cada una de las palabras que su mamá le mencionó se habían ido por un caño. Pero ella ya no se encontraba junto a Sarah, desafortunadamente había perdido la vida en un accidente de tránsito años atrás, dejándola desorienta
Se había quedado absorta en el pasado y en aquella larga conversación que tuvo en aquel restaurante con él.—Disculpa.—La verdad es que no dispongo de mucho tiempo, en realidad tengo muchas cosas por hacer, así que vayamos al grano, por favor —dijo, se dirigió a su silla giratoria y se dejó caer sobre ella.—Claro, sabes que no tengo ninguna objeción con respecto al contrato que voy a firmar, de hecho creo que ya hemos discutido todos los puntos en aquella ocasión. ¿No es así? —quiso asegurarse.—No está mal que leas los papeles, Sarah.—Está bien.Tenía toda la razón, debía leer cualquier cosa antes de poner su nombre en un papel, y así luego no surgirían inconvenientes, era algo que Hasan buscaba ahorrarse.—Mi abogado está al corriente de todo esto, es importante que sepas lo valioso que significa para mí que accedas.—De acuerdo, sé que tienes cosas por hacer, pero yo también tengo preguntas que no tienen respuesta —lanzó antes de dirigirse a él y soltarlo todo.—Bien, puedes pre
Empezó a caminar hacia la salida de aquella propiedad. El tiempo parecía empeorar y parecía que iba a empezar a llover en cualquier momento, pero mientras eso no sucedía, se apresuró a coger un autobús que la llevara a casa. No estaba dispuesta a resfriarse, ya que odiaba estar enferma en cama. Aunque probablemente era algo obvio, a nadie le gustaba ponerse mal y quedarse postrado en una cama. Solo que en su situación era diferente, ya que no podía permitírselo, ya que ahora tenía muchos gastos.Realmente necesitaba el dinero con urgencia. Solo así podría aliviar su carga.Por suerte, nada de eso sucedería, así que pudo subir al autobús sin problemas y el cielo aún no había decidido qué hacer. Se sentó junto a la ventana del transporte mientras miraba el exterior, el paso de los transeúntes y el ambiente general de la ciudad a esa hora. Era una normalidad a la que estaba acostumbrada, pero en ese momento de meditación y reflexión se volvía un acto distinto a lo habitual.Todavía recor
—No me digas eso, es mi vida y por lo tanto, mis decisiones. Lo que yo decida no debe importarte y si te comenté sobre lo que voy a hacer, no era para pedirte consejo o para que te metas en mis asuntos y opines si está bien o no. Con razón estás sola, eres aburrida —replicó la persona en un tono desafiante.—¿Sabes qué? No pienso seguir perdiendo el tiempo con una persona tan infantil. Porque eso es lo que eres, te comportas como una niña inmadura —le respondió la muchacha, enojada, antes de irse a su habitación.—¡Al menos yo estoy dispuesta a salir adelante, en cambio tú crees que por tener un título universitario, tu suerte va a cambiar de la noche a la mañana! —exclamó, agitada, sin cesar la discusión.No recibió una respuesta de su parte, lo cual era lo que buscaba. Así que se resignó y volvió a tumbare sobre su cama, liberando el aire sonoramente. Masculló entre dientes el nombre de su compañera....Era una amplia oficina con tonalidades oscuras que definían un ambiente de trab
Candace llegó a su departamento y lo primero que hizo fue servirse una copa de vino hasta el tope. Se sentía fatal y además de la tristeza mezclada en sus facciones que se reflejaban sobre aquel contenido carmesí, había molestia, demasiada ira al recordar el comportamiento de su jefe. ¿Cómo demonios es que había caído ante él? Se suponía que él estaba ebrio, y aún así pudo haber hecho algo para detener aquel descontrol que surgió de pronto tras beber demasiado.Y no había sido capaz de detenerse siquiera un segundo.Se bebió todo el vino de un solo golpe y volvió a rellenarse la copa, sentada sobre aquel taburete, mirándose en la soledad nuevamente dentro de aquel departamento pequeño.Odiaba estar sola, que no tuviera ninguna suerte en el amor. Detestaba fijarse siempre en todas esas personas que jamás iban a corresponderle. ¿Así de estúpida era? En verdad odiaba a Hasan. Odiaba fingir ser esa chica tímida, cuando solo quería tirarse a sus brazos y besarlo sin parar. ¿Por qué no se