Se había quedado absorta en el pasado y en aquella larga conversación que tuvo en aquel restaurante con él.
—Disculpa.—La verdad es que no dispongo de mucho tiempo, en realidad tengo muchas cosas por hacer, así que vayamos al grano, por favor —dijo, se dirigió a su silla giratoria y se dejó caer sobre ella.—Claro, sabes que no tengo ninguna objeción con respecto al contrato que voy a firmar, de hecho creo que ya hemos discutido todos los puntos en aquella ocasión. ¿No es así? —quiso asegurarse.—No está mal que leas los papeles, Sarah.—Está bien.Tenía toda la razón, debía leer cualquier cosa antes de poner su nombre en un papel, y así luego no surgirían inconvenientes, era algo que Hasan buscaba ahorrarse.—Mi abogado está al corriente de todo esto, es importante que sepas lo valioso que significa para mí que accedas.—De acuerdo, sé que tienes cosas por hacer, pero yo también tengo preguntas que no tienen respuesta —lanzó antes de dirigirse a él y soltarlo todo.—Bien, puedes preguntar. En el poco tiempo que llevo conociéndote puedo darme cuenta de que eres una chica muy curiosa, pero no pasa nada, adelante —apremió, a lo que ella asintió antes de empezar a hablar.—En primer lugar, ¿por qué has creído que soy una candidata correcta para llevar en mi vientre a tu hijo? ¿Por qué no ir a una agencia especializada en ello para conseguir un hijo? Sé que puede resultar complicado querer ser padre pero no querer tener a una mujer a tu lado, y no me concierne meterme en ese asunto, pero tengo mucha curiosidad al respecto.—¿Has estado con alguien en tu vida?—No —frunció el ceño.Ese tipo de preguntas le parecían incómodas, cosa que sí era el objetivo buscar en la chica, ya lo había logrado. Sí, patéticamente la chica que a sus 22 años o más, nunca había estado sentimentalmente involucrada con alguien y por ende nunca había llegado a saber lo que era tener algo serio.—Eso debería responder a todas tus preguntas, es decir, he visto que eres la chica indicada, la mujer correcta y no tienes compromisos, tampoco hay nada que te impida hacerlo. Además, todo este proceso se llevará a cabo en un centro especializado en la inseminación. Así que no te preocupes, ¿de acuerdo?—Eso no tiene ningún sentido para mí. Es decir, ¿ya no te interesa comprar mi virginidad y por eso has decidido hacer esto mediante un tercero? —expresó bastante confundida por sus palabras ya que no habían quedado en hacer eso.—Porque es el mejor medio para hacer las cosas, en cuanto a tu virginidad, por supuesto que lo haré, la compraré. Es solo que soy un hombre muy meticuloso con mis cosas y esto es algo muy importante, así que quiero que todo salga bien.—Si tú lo dices, no voy a emitir otra palabra sobre ello, ya lo has decidido y estoy de acuerdo.Hasan apoyó las manos sobre el escritorio y entrelazó las manos sin dejar de mirarla un solo segundo, en cambio ella, era casi incapaz de mirarlo por mucho tiempo ya que siempre ganaba en esa batalla invisible de miradas.—Eres hermosa, ¿lo sabías?—A menudo me lo dicen... —susurró sin mirarlo.Sarah volvió a pensar en que aquella sería la solución a su problema económico. Ya no soportaba vivir en aquel apartamento, o mejor dicho, una pocilga, porque no había otra palabra para definir el sitio tan horrible en el que vivía con Maritza. Para eso le alcanzaba estar todo el bendito día metida en el supermercado, ordenando por aquí y por allá y tantas veces siendo la suplente de alguna cajera que no iba a trabajar. Aún con todos los esfuerzos del mundo nunca había obtenido la remuneración adecuada, como pasa en muchos lugares.En fin, aunque estaba dispuesta a convertirse en la madre de su hijo y vender su virginidad, había perdido completamente la dignidad y se sentía tan extraña haciéndolo, sabía que no había mejor manera de salir adelante. Tenía sueños y objetivos por alcanzar, esta era la única manera de lograrlo.—¿Tienes otra pregunta? —averiguó, esperando una respuesta, a lo que la joven negó con la cabeza.Pero seguramente se le iban a presentar mil preguntas más en cuanto pusiera su firma en aquella hoja. Algo que sucedía a menudo.—¿Puedo mirar el contrato? —quiso saber.—Por supuesto, aquí lo tienes, son varias páginas. Léelo con atención y luego me dices si estás de acuerdo con todo lo que has leído.Si él le hubiera dado el bolígrafo allí mismo, ya habría firmado sin detenerse a mirar lo que estaba impreso y todas esas hojas.—A todo esto, ¿cuándo lo haremos? Me refiero a mi... No es que tenga prisa pero mientras ocurra pronto, me sentiré más aliviada.—Lo entiendo. Lo haremos la semana que viene, pondré el día, la hora y el lugar. No te preocupes, ¿vale?Soltó el aire, y volvió a clavar los ojos en las hojas para retomar la lectura tan aburrida pero al menos interesante a medida que avanzaba, ya que encontró puntos en los que no había reflexionado completamente. Y solo por ello dudó muchísimo en poner su nombre así, y atarse de alguna manera a ese hombre.Después de un tiempo se había terminado de leer todo y suspiró profundamente antes de dirigirse a él, para pedir un bolígrafo y acabar de una vez por todas con aquello.En el pase del objeto, sin querer, sus dedos se rozaron y la joven sintió como una descarga eléctrica atravesó sus dedos, sus nudillos... recorriendo cada célula de su cuerpo y volviendo dinamita su interior.Empezó a caminar hacia la salida de aquella propiedad. El tiempo parecía empeorar y parecía que iba a empezar a llover en cualquier momento, pero mientras eso no sucedía, se apresuró a coger un autobús que la llevara a casa. No estaba dispuesta a resfriarse, ya que odiaba estar enferma en cama. Aunque probablemente era algo obvio, a nadie le gustaba ponerse mal y quedarse postrado en una cama. Solo que en su situación era diferente, ya que no podía permitírselo, ya que ahora tenía muchos gastos.Realmente necesitaba el dinero con urgencia. Solo así podría aliviar su carga.Por suerte, nada de eso sucedería, así que pudo subir al autobús sin problemas y el cielo aún no había decidido qué hacer. Se sentó junto a la ventana del transporte mientras miraba el exterior, el paso de los transeúntes y el ambiente general de la ciudad a esa hora. Era una normalidad a la que estaba acostumbrada, pero en ese momento de meditación y reflexión se volvía un acto distinto a lo habitual.Todavía recor
—No me digas eso, es mi vida y por lo tanto, mis decisiones. Lo que yo decida no debe importarte y si te comenté sobre lo que voy a hacer, no era para pedirte consejo o para que te metas en mis asuntos y opines si está bien o no. Con razón estás sola, eres aburrida —replicó la persona en un tono desafiante.—¿Sabes qué? No pienso seguir perdiendo el tiempo con una persona tan infantil. Porque eso es lo que eres, te comportas como una niña inmadura —le respondió la muchacha, enojada, antes de irse a su habitación.—¡Al menos yo estoy dispuesta a salir adelante, en cambio tú crees que por tener un título universitario, tu suerte va a cambiar de la noche a la mañana! —exclamó, agitada, sin cesar la discusión.No recibió una respuesta de su parte, lo cual era lo que buscaba. Así que se resignó y volvió a tumbare sobre su cama, liberando el aire sonoramente. Masculló entre dientes el nombre de su compañera....Era una amplia oficina con tonalidades oscuras que definían un ambiente de trab
Candace llegó a su departamento y lo primero que hizo fue servirse una copa de vino hasta el tope. Se sentía fatal y además de la tristeza mezclada en sus facciones que se reflejaban sobre aquel contenido carmesí, había molestia, demasiada ira al recordar el comportamiento de su jefe. ¿Cómo demonios es que había caído ante él? Se suponía que él estaba ebrio, y aún así pudo haber hecho algo para detener aquel descontrol que surgió de pronto tras beber demasiado.Y no había sido capaz de detenerse siquiera un segundo.Se bebió todo el vino de un solo golpe y volvió a rellenarse la copa, sentada sobre aquel taburete, mirándose en la soledad nuevamente dentro de aquel departamento pequeño.Odiaba estar sola, que no tuviera ninguna suerte en el amor. Detestaba fijarse siempre en todas esas personas que jamás iban a corresponderle. ¿Así de estúpida era? En verdad odiaba a Hasan. Odiaba fingir ser esa chica tímida, cuando solo quería tirarse a sus brazos y besarlo sin parar. ¿Por qué no se
La noche había caído rápidamente y con ello la ansiedad de Sarah por arreglarse y partir a esa fiesta. Solo quería olvidarse de ese día y encontrar diversión, pasarla bien. No sería una aburrida como Maritza.Se observó en el espejo y lucía espectacular en aquel vestido rojo. Había valido la pena gastar sus ahorros en aquel vestido corto, que le quedaba sobre las rodillas, acompañado de unos altos tacones blancos. Sarah había decidido dejar su cabello suelto y usar un maquillaje atractivo y llamativo. Se mordió el labio inferior frente al espejo, dándose el visto bueno. Ya estaba lista para ir a esa fiesta y olvidarse de todo. Además, buscaba sentirse menos ansiosa por el siguiente día.Tenía la boca roja por aquel intenso pintalabios, los ojos con un perfecto delineado y el rímel que le daba volumen a sus largas y rizadas pestañas. Se veía fenomenal y entendió que su belleza era increíble, un atractivo que resultaba ser un imán para los hombres. Ni siquiera alguien como Hasan se podr
—Es que mis expectativas son más altas de lo que te imaginas. A estas alturas, una cara bonita no me va a hipnotizar. Tampoco es para tanto, es corriente y ya.—Oh no, creo que no sabes lo que dices. En fin, entre gustos y colores...—Sí, entre gustos y colores, los míos son mejores —soltó presumida.Mariana rió un poco.—Iré al baño. Espérame aquí, por favor. No me tardo.—No lo hagas.En cuanto Mariana se retiró, al poco tiempo ya se encontraba a su lado aquel chico llamado Harry. Ya Sarah adivinaba sus intenciones. Lo que no sabía el muchacho es que solo iba a perder el tiempo con ella.—Hola, preciosa. Te he mirado desde allá y no he podido evitar venir, ahora compruebo que en efecto no eres una ilusión angelical, eres de verdad. ¿Cómo te llamas? —le inquirió.La joven esbozó una sonrisa y también otra internamente antes de darle una respuesta.Ya comenzaba la seducción de su parte y ella estaba preparada para iniciar con la coquetería, después de todo jugar un poco era divertido.
El día había llegado, se quedó más tiempo de lo acostumbrado en la cama, dándole vueltas a ese asunto. No podía negar que se sentía muy nerviosa al imaginar ese escenario en el que nunca había estado. No tenía ni idea de cómo actuar en una situación así. Pero a ella le gustaban los retos y lo desconocido. Y además, ese “espécimen” le parecía muy interesante.Después de un rato en la cama, se levantó y estiró sus extremidades. Caminó en círculos por su pequeña habitación mientras trataba de despertarse, los rayos del sol entraban por la pequeña ventana. No era amante de tanta claridad, le parecía una tortura para sus ojos y hacía el despertar menos agradable. Luego fue al baño para arreglarse y ducharse, pero lamentablemente ese día habían cortado el agua. Entre reclamos y quejas, no le quedó más opción que regresar a su habitación para vestirse.Eso era lo que quería decir. Esa no era la vida que ella merecía, siempre había algún problema y hasta el agua básica faltaba. ¿Acaso Maritza
Hasan comenzó a dar la reunión pendiente de ese día, quedándose más tiempo con los empresarios allí reunidos en la sala de juntas. Candace había estado tomando notas de los puntos más interesantes que decía su jefe, quedándose suspendida en el tiempo y prendada ahí, en escenas que jamás sucederían. Realmente le afectaba que hubiera sido algo casual. Aquel encuentro íntimo había despertado en ella una atracción más fuerte hacia el magnate, quien lo desconocía.—Bueno, ¿alguien tiene alguna objeción o quisiera complementar la información?Todos parecían estar satisfechos. Así que nadie levantó la mano para intervenir.Dada la situación, se dio por terminada la junta y Hasan pudo regresar a su oficina para tomarse un descanso de 15 minutos, no podía darse el lujo de más tiempo, tomando en cuenta que aún había muchas cosas por hacer. Steven apareció para dejarle más papeles que necesitaban su firma.—¿Sabes si Miriam está libre?—¿Y por qué quieres saber si Miriam está libre?—Sí, es que
«Hasan Al-Saeed, fue reconocido como uno de los hombres más millonarios y guapos por la NY, Styles. Y no es para menos, el empresario de tan solo 33 años de edad es uno de los hombres más cotizados en este momento, más al estar soltero, así es, no tiene ningún compromiso. Estado actual que aumenta el deseo de las féminas solteras por él. Algo que para nadie es un secreto y no podemos culpar a las mujeres por fijarse en un espécimen como él. Hasta a mí, me ha robado suspiros. Sigue sin estar en una relación desde que terminó con su última pareja, Melanie Olivares, desde entonces solo ha sido captado con una y otra mujer diferente pero se sabe que no mantiene nada con ninguna de ellas. Así que Hasan Al-Saeed sigue soltero, chicas, no pierdan la esperanza. Todo puede pasar. En otras noticias... Apagó la televisión. ¿Soltero? Claro, pero eso no sería así para siempre. ...Steven manejó hasta el hogar de la recepcionista, después de conseguir la dirección no dudó en dirigirse al lugar