Quedó encantada con el lugar. Era hermoso y acogedor al mismo tiempo, la elección perfecta que el muchacho podría haber hecho. Allí, los comensales disfrutaban de platos como fettuccini con ragú de cerdo, guiso de mariscos con hierbas, gelatina de bourbon de azúcar morena y más. Ellos también optaron por algo igual de delicioso.Mientras esperaban su orden, disfrutaron de una larga conversación. Hablaban acerca de sus días, de la universidad y de lo bien que le estaba yendo a Abdel en su carrera.— No creo que me acostumbraría a un mundo en el que todo es una foto, me gusta sacarme fotos pero no es algo que me apasione...— dijo Valentina.— A mí me encanta mucho, Valentina.— Lo sé, disfrutas mucho tu trabajo y estoy feliz de que así sea. Además, eres perfecto para ello. ¿Todos los árabes son así de lindos como tú?— ¿Así como qué?— preguntó con una sonrisa.— Apuestos, eres muy guapo...— No todos tienen la suerte de ser así.— Perdona, sonó un poco egocéntrico.— Sí, un poco — admit
—Te deseo lo mejor ahora que vas a estudiar en la secundaria, sé que es una de tus metas y también confío en que darás lo mejor de ti en ello.—Gracias abuela, estoy nerviosa y ansiosa a la vez de empezar de nuevo en la secundaria. Más aún en un lugar nuevo.—Todo irá bien, como ha sido hasta ahora. Ya lo verás.—Sí, es lo que más deseo. Regresar a la secundaria es algo que me hace mucha ilusión. No será lo mismo sin Valentina, pero no dejaré que eso me detenga.—Sí, mi niña. Sé que vas a lograrlo.—Abuela, ¿has sabido algo de mi padre? —cambió de tema.Según lo que sabía, ya debía de estar en libertad ese hombre, pero aún no sabía nada de él. Ni siquiera que haya tomado la iniciativa de buscarla. Claro que eso sería raro viniendo de alguien que había sido un violador. No tenía sentido que fuera a buscarla, siendo él solo un violador.—No lo sé, Mabel. Pero Nolan me contó que ya está libre.—Quiero verlo, solo pido no más de cinco minutos. Pero me urge hacerlo, abuela, siento esa nece
Mabel se bebió hasta la última gota de té y luego miró a Burhan larga y detenidamente. Él parecía sumido, completamente afectado. No sabía qué hacer o qué decir al respecto, parecía no querer revelar lo que lo estaba lastimando de esa manera. Trataba de comprender qué le sucedía, pero no lograba dar con la respuesta exacta.—Burhan...—Espera...—Está bien, dime cuando estés listo.—Nunca se está listo para hablar de tus demonios, nunca, Mabel —la miró seriamente.—Entiendo... - dijo Mabel con una expresión dudosa.—Te lo voy a contar, porque es algo que debes saber, es parte de mi pasado, pero necesitas conocerlo. No te lo he dicho porque...—¿Por qué no has tenido el valor de hacerlo? – preguntó en voz baja, sonando calmada. – No te juzgaré...—Creo que lo harás, sé que lo harás.—Confía en mí – le pidió Mabel, tomando su mano para infundirle valor.Burhan le contó entonces sobre su relación con una joven de catorce años llamada Alexa, con quien salía a escondidas. La joven quedó em
—¿Por qué no podría estar solo?—Un hombre como tú, ciertamente no debería andar solo. ¿Tienes planes para esta noche? Porque puedo proponerte algo.—No, no los tengo —respondió sin mostrar ningún tipo de interés hacia ella, lo cual era verdad, ya que no tenía intenciones de tener un encuentro romántico con nadie en ese momento.—Podemos ir a un lugar más íntimo —sugirió ella, mordiéndose el labio inferior.—No me atrae la idea, pero gracias por la oferta —contestó y pagó al barman que estaba observando la situación, pero sin intervenir. Él reconocía a la mujer y sabía que podía ser bastante insistente.Se levantó y, aunque mareado, logró salir del lugar. Una vez afuera, se detuvo un momento. Le costaba encontrar su auto con la vista nublada, por lo que tomó su tiempo para ubicarlo. Finalmente lo encontró y se dirigió hacia él, pero una vez dentro del vehículo, se quedó pensativo con las manos en el volante. La última vez que condujo en esas condiciones tuvo un accidente, y no quería
—¿Sigues tomando la píldora?—Sí, ¿a qué viene la pregunta?—No quiero un bebé ahora, por eso te pregunto, y sé que tú tampoco. Necesitas estudiar, vivir la etapa, ¿no estás de acuerdo?—Sí, sé que es lo mejor. Pero si resulto estar embarazada por algún descuido, o que se yo... No importa, Burhan. Asumiré la responsabilidad, un bebé es una bendición de Dios, y no sabes cómo me ilusiona ser madre...—Todo a su tiempo, hasta parece que vas a quedarte embarazada adrede —comentó divertido.—Oye, no es eso —le dio un golpecito —. Dime, si un día de estos quedo embarazada, ¿qué pensarás al respecto?—Que es un regalo maravilloso, Mabel. Si sucede, voy a amarlo, y viviré la experiencia contigo. Sé sincera conmigo, ¿te estás tomando la píldora o no?—Ya dije que sí, pero puede pasar, así que solo es una advertencia para ti, futuro padre... —susurró y tomó sus labios besándolo.—¿Es que quieres que te haga de nuevo el amor? —le propuso seductor.—No me enfadaré por ello, pero ya es tarde, much
Final —Un poco, sí... Burhan, por favor.—Está bien, ve a vestirte. ¿Quieres que salgamos esta noche? —preguntó.—Mañana. Quiero descansar bien para poder disfrutar al máximo el día de mañana —respondió ella, y se puso de pie.—De acuerdo.Así que ambos decidieron echarse una siesta, todo parecía estar funcionando entre ellos, encajando a la perfección en el momento adecuado. Cuatro años más tarde...Finalmente, llegó el día de la boda, el momento tan esperado después de tantos altibajos.Lilian le dio un beso en la frente y le deseó lo mejor, dominada por un torrente emocional que corría por su interior.—Gracias, abue...—No puedo creer que esto esté sucediendo, no te imaginas lo feliz que me siento por ti.Mabel se miró en el espejo, recordando los preparativos. Entre tantos vestidos rectos y sin apenas volumen, encontró aquellos que dejaban el protagonismo a ligeras aplicaciones de encaje que recordaban la moda ibicenca. Otros apostaban por tejidos ligeros y vaporosos como la mu
La joven se encontraba muy nerviosa, no se imaginaba que iba a sentirse de esa manera en esa situación, pero la verdad es que no podía calmar los latidos desesperados de su corazón y por lo tanto, el incremento de los nervios ya era colosal. Sentía las palmas sudorosas y un temblor que atravesaba su fisonomía con potencia. Jamás se había sentido tan nerviosa, pero ahora experimentaba una fase completamente diferente y la razón era más que obvia. Viéndose en un aprieto económico, la muchacha de nombre Sarah había tenido que tomar una desesperada decisión: vender su virginidad a un hombre importante. Había recordado tantas historias de pequeña que su madre le contaba sobre cómo ser una chica ejemplar, honesta y buena. Ahora, estando en el despacho de aquel magnate, cada una de las palabras que su mamá le mencionó se habían ido por un caño. Pero ella ya no se encontraba junto a Sarah, desafortunadamente había perdido la vida en un accidente de tránsito años atrás, dejándola desorienta
Se había quedado absorta en el pasado y en aquella larga conversación que tuvo en aquel restaurante con él.—Disculpa.—La verdad es que no dispongo de mucho tiempo, en realidad tengo muchas cosas por hacer, así que vayamos al grano, por favor —dijo, se dirigió a su silla giratoria y se dejó caer sobre ella.—Claro, sabes que no tengo ninguna objeción con respecto al contrato que voy a firmar, de hecho creo que ya hemos discutido todos los puntos en aquella ocasión. ¿No es así? —quiso asegurarse.—No está mal que leas los papeles, Sarah.—Está bien.Tenía toda la razón, debía leer cualquier cosa antes de poner su nombre en un papel, y así luego no surgirían inconvenientes, era algo que Hasan buscaba ahorrarse.—Mi abogado está al corriente de todo esto, es importante que sepas lo valioso que significa para mí que accedas.—De acuerdo, sé que tienes cosas por hacer, pero yo también tengo preguntas que no tienen respuesta —lanzó antes de dirigirse a él y soltarlo todo.—Bien, puedes pre