59
Mikhail cerró la puerta lo mejor que pudo, ambos echamos un ojo al interior. Aunque aún se sentía frío, no era tan intenso como el que hacía allá afuera.

—¿Tienes tu celular? —le pregunté.

Él empezó a palpar sus bolsillos y sonrió. Al menos algo bueno nos estaba pasando. Lo sacó y después me miró.

—Está muerto, te recuerdo que tú lo lanzaste al suelo —me dijo.

Yo se lo quité de la mano y traté de encenderlo. Respiré profundo y lancé el celular lejos.

—Me vas a tener que comprar uno nuevo, no puedes ir destruyendo mis cosas solo porque tienes rabia. ¿Qué clase de persona eres? —me preguntó.

Me tiré en el suelo, no quería gastar mis últimos minutos con él, iba a morir, pero prefería hacerlo por el frío, no por algún coraje.

—Estamos igual. Ni siquiera sabes dónde estamos, la nieve cada vez es más espesa, nunca había sentido tanto frío en mi vida —le confesé.

Mikhail empezó a partir algunos muebles que estaban en el lugar, los apiló a un lado, después se sacó la camisa, sacó su encendedor
Aragones

¿quieren maratón?

| 30
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo