Metí a Pia al coche y yo me subí también, no esperé a que ella se pusiera el cinturón, yo arranqué inmediatamente. Esa mujer se había ganado el par de nalgadas, no quería hacerlo, pero ella me había obligado.— ¿Mikha, puedes ir más despacio? —me pidió.Yo miré a Pia y aceleré, en estos momentos no estaba para aguantar su llanto. Ya me tenía cansado, si era sincero.— No te preocupes, llegaremos bastante rápido, solo ponte el cinturón —le pedí.Ella asintió y se puso el cinturón de seguridad, yo prácticamente volé. Nerea me la iba a pagar, ¿cómo se le ocurría ponerse ese vestido? No sé si estaba alucinando, pero podía verle los pezones.Aceleré mucho más. Ahora Vlad también le conocía los pezones. Y si él los vio, todos allí también los verán.— Mikha, por favor, usted va muy rápido —me dijo Pia, suplicante.Yo la voltee a ver y le sonreí un poco, ella se veía muy asustada.— Solo quédate en silencio, por favor —le pedí.Ella abrió ligeramente la boca pero no dijo nada al respecto. Yo
Nerea salió con el bastardo para el jardín. Yo estaba muerto de la rabia, quería sacar mi arma y matar a todos los presentes. Respiré profundo e intenté calmarme. No podía hacer más nada en este momento, pero quería ir tras ellos y matar a ese hijo de puta, y con ella… hablaría. Sé que habrá alguna buena excusa para eso.— Voy al baño —me informó Pia. Yo solo asentí, la verdad es que no me interesaba a qué puto lugar vaya. Yo solo quería ir tras una persona, pero no podía hacerlo. Si iba tras ella, la iba a matar junto a ese bastardo. Dios, ya ni sabía qué era lo que realmente quería hacer en estos momentos.— ¿Quieres que llame a Vladislav? —me preguntó Salvatore. Yo no pude evitar reír. ¿Acaso Vlad era mi niñera? ¿Qué carajos le pasaba?— ¿De dónde los conoce, Nerea? —le pregunté otra vez, pero Salvatore no me dio respuesta alguna. Yo necesitaba aclarar todas mis dudas.— Nerea no es exclusiva de nadie, ella trabaja con cualquiera que le pueda pagar. Tal vez así es como lo conoce —m
A la mañana siguiente, ya estaba haciendo todos los trámites para irme a Rusia. Estar aquí fue una completa pérdida de tiempo. Yo me había perdido en el camino, tenía que volver a ser yo.—¿Dónde está Nerea? —me preguntó Vladislav. Yo lo miré y me crucé de brazos; su tono me estaba cansando.—No lo sé, tal vez está follando con alguien —le respondí de mala gana.Vladislav me agarró del brazo y me miró a los ojos.—Sé que la tienes. Fabien me llamó y me dijo que ella se había ido contigo. Pau me llamó a preguntar por ella. ¿Dónde está? —volvió a preguntarme.Le sonreí a Vladislav y me solté de su agarre.—Está muerta, ella era cómplice de Belov. Tenía que morir —le respondí.La expresión de Vladislav cambió por completo. Era bastante increíble cómo le importaba Nerea.—¿Es una broma, verdad? ¿Tú... la mataste? ¿Estás loco? ¿Cómo carajo asumiste que ella era cómplice? ¡¿Acaso estás demente?! Dios santo, ¿y ahora cómo le digo a Pau eso? ¡Joder, el niño! ¿Pensaste en él? ¿Por qué haces es
La puerta se abrió y entró Mikhail con dos tipos. Yo los miré y les sonreí. Este tipo era demasiado imbécil como para ser un mafioso.—Ellos serán tus primeros clientes. Y sí, van a pagarte. Por eso no te preocupes; en este lugar, si no produces, no sirves. Así que bienvenida a tu nuevo trabajo —me dijo.Me reí, me levanté de la cama y lentamente me quité la chaqueta que tenía. Los dos tipos me miraron embobados. Uno de ellos se acercó a mí y empezó a lamer mi pecho. Era lo más asqueroso que había experimentado en mi vida, pero no iba a perder ante él. Miré al hombre, lo agarré del cabello y lo apreté más a mí. Miré a Mikhail y le sonreí.Cerré los ojos y gemí un poco. No le iba a dar el gusto de verme asqueada; le iba a demostrar todo lo contrario.—Qué delicioso —dije mientras miraba al otro hombre y lo llamaba. Este se acercó a mí, se arrodilló y metió mi otro pezón en su boca.—Debí ser puta en mi anterior vida, porque esto me gusta demasiado —le dije a Mikhail mientras apretaba a
Cuando regresé a casa, fui directo a mi habitación a mirar cuán grave era lo que ella me había hecho. Me miré en el espejo y era un pequeño corte, nada de qué preocuparse.La puerta de mi habitación se abrió. Volteé para ver quién era y era mi madre, que me miraba con el ceño fruncido. Ella se acercó a mí y observó el corte que tenía en el pómulo.— Dijiste que dejarías esta vida. Se supone que Alma crecería en un buen hogar, sin miedo, pero veo que solo fueron palabras vacías.Miré a otro lado, me sentía avergonzado por todo esto, por no ser lo suficientemente bueno.— Ella vivirá bien — le aseguré—. Y tú también — le dije.Mi madre se acercó a mí lentamente.— ¿Y cómo se supone que haremos eso? Desde que esa mujer apareció, volviste a ser el mismo. Se supone que ibas a cambiar, se lo prometiste a Muriel — me dijo ella con los ojos aguados.Tragué saliva. A Muriel le prometí tantas cosas, pero ella no estaba, y yo… era un desastre que trataba de llevar esto lo mejor que podía.— Esa
Pía se acercó mientras yo estaba trabajando en la oficina. Ella se sentó en la silla que estaba frente a mí. Yo dejé a un lado los papeles y la miré.—¿Pasa algo? —le pregunté. Ella me sonrió un poco.—La mujer, ¿usted... la mató? —me preguntó con un poco de curiosidad. Yo asentí y ella se sorprendió un poco.—¿La mató por lo que le dije, verdad? —me preguntó mientras lloraba.—No, matarla era algo que yo tenía que hacer. No pienses mucho en eso, ahora solo olvídalo —le pedí.Ella se sorbió la nariz y asintió.—Ve a cuidar de Alma. Yo tengo que resolver algunas cosas aquí y después tengo que salir —le dije.Pía se levantó de la silla y se fue inmediatamente. Yo volví a mi trabajo. Más tarde visitaría a Nerea. Teníamos que hablar algunas cosas. Solo espero que esta vez no terminemos peleando como siempre.*Cuando llegué al burdel, Vladimir se acercó a mí. Él tenía mala cara, indicador de que Nerea seguramente había hecho alguna estupidez.—Llévate a esa mujer de aquí, no quiero tener
Entramos al lugar. Nerea no se veía asustada, era todo lo contrario: se veía feliz. Esta mujer no era normal, no pertenecía a este planeta.—Siempre quise estar en uno de estos. ¿Aquí hacen orgías, no? —me preguntó.Yo la agarré del brazo y lo apreté fuertemente. Ella me dio un manotazo para que la soltara, pero la apreté aún más.—Novikov, a mí la mercancía no me gusta magullada —dijo una voz.Nerea y yo volteamos al unísono. ¿Qué carajo hacía Becker aquí?Nerea se soltó y caminó hacia Heinrich. Pasó su mano por el pecho y vientre de este, después volteó a verme y sonrió.—Dime por favor que este será el primero. Está tan bueno —me dijo, aún manoseándolo.Yo la jalé del brazo con agresividad y ella me fulminó con la mirada.—¿Eso es un no? —me preguntó mientras se reía. Heinrich miró a Nerea de arriba abajo y ella lo miró a él.—Te pago lo que quieras por ella, tú solo pon el precio —me dijo Becker.Empujé a Nerea hacia sus brazos y este la atrapó.—Te la doy gratis, espero que disfr
Aparqué en la entrada de la casa, me miré en el retrovisor y sonreí. Nerea me había vuelto mierda la cara. Me bajé del coche y caminé a casa con una ligera sonrisa en los labios. ¿Desde cuándo era un jodido masoquista? Seguí caminando hacia la puerta de casa y de la nada Vlad apareció.Vladislav caminó hacia mí y me miró la cara.—No voy a preguntar quién fue, porque esa respuesta es más que obvia, pero sí me encantaría saber el por qué —me preguntó.Yo respiré profundo e intenté irme, pero Vladislav me detuvo.—Cuando conociste a Muriel, me asusté. Pensé que ella iba a sacar lo peor de ti, pero a medida que pasaron los días y los meses, ella hizo lo impensable. Pudo cambiarte para bien. Pero con Nerea pasa completamente lo contrario. Ella es igual o peor que tú. Y si siguen así, van a terminar matándose. ¿Eso es lo que quieres? —me preguntó furioso.Miré a Vladislav y le sonreí un poco, porque él tenía completamente la razón. Nerea no me veía como un asesino peligroso, ella me veía c