La ceremonia de sepultura fue conmovedora, un tributo lleno de amor y lágrimas. Todos los presentes tenían solo palabras dulces y recuerdos cálidos sobre Muriel, reflejo de su espíritu extraordinario.—Mikha, tengo las grabaciones del hospital —susurró Vlad a mi oído, su voz apenas un murmullo. Asentí lentamente, sintiendo una tormenta oscura formarse en mi interior. No solo iba a matar a quienes hicieron esto; los iba a destrozar por completo.—Vamos, aquí ya no queda nada por hacer — le dije a Vlad.Mi madre y la madre de Muriel se acercaron a mí.—Mikhail, quería sugerir que me dieras a la niña. Estará en buenas manos conmigo, ella estará mejor conmigo —propuso la mamá de Muriel, con una súplica en la voz.Le sonreí débilmente, tratando de mantener la calma. Yo no iba a entregarle a mi hija. Ella era lo único que me quedaba de Muriel.—Gracias por ofrecer su ayuda, pero yo puedo cuidarla. Soy su padre, jamás estará mejor cuidada que conmigo —respondí con firmeza.De la nada, ella me
Salí al recibidor, la mujer estaba allí, ataviada en un traje color negro, distraída, viendo cualquier cosa. Tenía el cabello castaño, la piel blanca, ella… de alguna manera se parecía a Muriel.— ¿Usted es Pía Amato?—Le pregunté. ella me miró, sonrió y caminó hacia mí.— Sí, mucho gusto, señor Novikov — me dijo.Ella se tropezó y terminó de cara al suelo, yo me apresuré a ayudarla a levantarse, la chica me miró con una enorme sonrisa.—Lo siento —me dijo ella sonriendo.yo levanté una ceja, esta mujer era un desastre, ¿cómo pudieron enviarla? ¿Y si se caía con mi hija en brazos?—Este es mi currículum — me dijo.Ella me lo entregó y yo le di un vistazo, era bastante bueno, la verdad, tenía muy buenas referencias, pero yo tenía que hacer mi propia investigación, no podía simplemente entregarle a mi hija a cualquiera.Levante la vista del currículum y la mire con más atención. en la comisura de su boca, se podía notar un golpe, que obviamente estaba tapado con una capa gruesa de maqui
En horas de la noche, fui a ver cómo estaba Alma. Al entrar, me topé con la grata imagen de Pia cantándole una canción de cuna. Era tan bonito pensar que Muriel pudo ser la que arrullara a nuestra pequeña.— ¿Se ha portado bien?—Le pregunté, acercándome.ella me sonrió y asintió con la cabeza. — Sí, Alma es una muy buena niña, es tan hermosa — me dijo.Yo me acerqué y me senté a su lado. Miré a mi pequeña en sus brazos y sonreí.— Se parece mucho a su madre, estoy tan seguro de que ella será igual a su madre, solo espero que no saque su mal genio —dije con algo de melancolía.Acaricié la mejilla regordeta de Alma y sonreí un poco, ella y mi madre eran las que me tenían con los pies sobre la tierra. Sin ellas, me hubiera vuelto loco.— ¿Puedo preguntar qué pasó con su esposa? - Me preguntó ella un poco tímida.— Murió el día que nació Alma, fue un duro golpe para mí, y para todos los que conocían a mi esposa — le respondí.Pía se quedó mirándome a los ojos.— Lo siento, yo... también
Llegué a casa con la cólera hasta el tope, nunca en mi vida había conocido a una mujer tan nefasta; por mujeres como ellas, los hombres referían quedarse solos y hacerse pajas. Y lo peor es que ella me golpeó, esa hija de puta se atrevió a golpearme.—¡Hija de puta!— Grite con rabia.Vlad se acercó a mí y me miró.— ¿Estás enloqueciendo? Si es así, déjame darte un golpe en la cabeza para que vuelvas en sí — me dijo. Yo lo miré mal de inmediato.— Quiero ahorcar a alguien — le dije.Vlad puso su mano sobre mi frente y yo la quité de un manotazo.—Estás loco, Mikha — me dijo.— No, es solo que tengo rabia — le contesté.Él asintió lentamente.— Salvatore, llamo hace media hora, pasado mañana te va a presentar a un tal Greco, supuestamente te va a ayudar en la cuestión de los negocios aquí — me dijo.Yo asentí. con todo lo que había pasado se me había olvidado por completo todo eso.—Mañana lo llamaré para que me explique mejor de qué va todo — le dije.Subí las escaleras y me detuve en
Después de más o menos una hora, volvimos a casa, yo llevé a Alma a su habitación, ya que estaba dormida.—No debiste decir eso — me regañó mi madre detrás de mí.— No debiste hacer ese tipo de comentario — le respondí.Me di la vuelta y la miré.— Amo a Muriel, aún no estoy listo para una relación. Y no sé si lo estaré en algún momento — le contesté.Ella se acercó a mí y me abrazó con fuerza.—Lo siento, es solo que odio verte vagar por la casa como un alma en pena. Me duele verte así — me dijo.Yo la separé y le sonreí.— Soy un hombre guapo, rico, encantador, buscar pareja no será un problema, así que por favor no hagas de celestina, yo puedo conquistar a una mujer solo — le dije.Mi madre asintió con la cabeza. Pía entró a la habitación y nos sonrió a ambos.— Señor Mikhail, quería pedirle permiso para ir a buscar algunas cosas a mi casa, regresaré en horas de la tarde — me dijo.Yo asentí y le di el permiso. Mi madre se podía hacer cargo de alma hasta entonces. Salí de la habita
Caminé con ella fuera de las oficinas de Salvatore, supuestamente íbamos a trabajar en casa, pero la verdad no me apetecía llevarla a casa, ella desprendía mala energía. pero necesitaba de ella por el momento, pero apenas se convierta en un estorbo, la voy a mandar a matar.Vlad estaba fuera del coche esperándonos, Nerea estaba caminando a mi lado, se veía como una mujer muy altanera, ella era todo lo que estaba mal en una mujer.—Deja de mirarme el culo, yo no suelo tener relaciones con quienes trabajo — me dijo.Yo me detuve en seco y la detuve.— Tú no eres mi tipo, soy más de mujeres frágiles e inocentes — le dije. Ella me dio una de esas risitas burlonas.— ¿Tú? — me pegunto incrédula.Yo no respondí nada y seguí caminando.— ¿Cuáles son tus falencias?— Me preguntó de qué nada.Yo arrugué el entrecejo, ella se detuvo, se quitó los lentes y me miró.— ¿Sabes lo que eso significa, no?— me preguntó.No le respondí nada y me acerqué a Vladislav, él miró a la mujer y sonrió, su rostr
Entré a la habitación de mi pequeña, mi madre estaba allí con ella en brazos. Me acerqué y miré a mi hija dormida plácidamente entre sus brazos.— ¿Cuándo voy a dejar de extrañar a Muriel? — Le pregunté a mi madre.— Nunca. Es algo con lo que tendrás que vivir — me dijo ella mirándome a los ojos.Yo asentí con la cabeza. Eso lo sabía muy bien; Muriel siempre estaría presente.— Pía me comentó sobre la mujer de esta mañana. Qué mujer tan vulgar. ¿De dónde la sacaste? No la quiero en casa — me dijo.Y yo tampoco la quería aquí. Esa mujer era un dolor de cabeza.— No te preocupes, ella no volverá — le aseguré.Le quité a Alma de los brazos a mi madre, y en cuanto la tuve en los míos, ella abrió sus hermosos ojos.— Espero, pequeña mía, que por tu bien termines de monja — le dije.Mi mamá me dio un golpe en la espalda y yo empecé a reír.— No le digas ese tipo de cosas. Ella será una linda señorita y se casará con un buen hombre, alguien sensato, calmado y muy rico. Nada parecido a ti — m
Cuando entramos a la casa, mi madre miró a Pia y se acercó. Yo quería protegerla; ella me recordaba tanto a mi madre, y lo impotente que me sentía cada vez que mi padre la golpeaba.— ¿Qué le pasó? — Me preguntó mi madre, mientras miraba la mejilla magullada de Pia. Ella no contestó nada y solo me miró.— Su prometido llegó y la golpeó — le contesté. Mamá me miró, sabía lo que estaba pensando. Pia aún estaba llorando y mi madre empezó a consolarla. ¡Qué mierda! Pero al menos ella llegó a un lugar donde iba a ser protegida.— Tienes que hacer algo, Mikha. Ese tipo la va a terminar matando — me dijo mamá. Y sí, yo iba a joder a ese tipo.— No te preocupes, mamá, yo me encargaré — le contesté.Pia me miró y empezó a negar con la cabeza. Era tan estúpido que ella quisiera seguir aferrándose a ese tipo. El amor en ocasiones era una jodida mala broma.— Él no puede seguir golpeándote. Tú no puedes permitir más agresiones de su parte. Deja de aguantar todo eso — le dije con algo de rabia. Am