D A N A
—Gracias por venir. —escuché la voz de Demetrio.
—Lo siento, señor Richardson. Mi sentido pésame. — ¿pésame?—Gracias…—su voz estaba cargada de dolor.—Hijo, deberías de acercarte a tus hijos, siguen sentados en el sillón de la sala, no han hablado. Siguen…—la voz de Lina se cortó por el dolor en sus palabras.—Lo sé, pero no puedo hacer más, no quieren hablar conmigo, ¿Siguen tomados de la mano?—Sí, no se han separado en todo el día, y no quieren comer. Damián solo pide ver a su mami…se me parte el corazón…Dánae lo abraza, y le susurra algo al oído. Si solo tú…—No quierenDanaCinco años despúes— ¡Feliz cumpleaños! —gritamos al unísono. Demetrio está en el centro de la mesa frente a un gran pastel de cumpleaños hecho por Katy.— ¡Mordida! ¡Mordidaaaaaa! —grita emocionado Leonard al lado de Luciana quien tiene a la pequeña Luci de casi cuatro años y le enseña aplaudir.— ¡Leonard! ¿Sabes cuánto tiempo me llevó haciendo el pastel? No vas a estropearlo, no nada de eso. Espeta irritada, Katy. Varios soltaron la risa. Demetrio sopla las velas y todos aplaudimos. Estamos en nuestra nueva casa, a orillas de la playa. Quito las velas del pastel con todo el cuidado de no estropearlo, puedo sentir la mirada de aguijón de Katy. Demetrio sonríe melancólico. Sé por qué. Extraña
DemetrioDespertar con la desgarradora realidad todos los días, sigue agrietando lentamente y con fuerza mi alma y mi corazón. ¿Cómo acostumbrarme a su ausencia? Despertar con esa sensación de vacío. El sueño se repite una y otra vez. Su rostro lleno de lágrimas a causa mía. Sigo sufriendo todas las malditas noches, cuando despierto de esa pesadilla, quedo con ese amargo sabor de miedo y pánico en mi boca. Mi rutina es gris, es oscura como mi alma desde que me abandonó.De nuevo en mi oficina como todos los días, esperando pistas de mi esposa y si es posible...de mi hijo. Si, hasta yo aún no creo que diga esa simple palabra. Hace que suene demasiado extraño, pero es muy posible. ¿Será un niño o niña? ¿Tendrá el color de mis ojos o los de ella? no importa, solo quiero saber que están bien.
DanaLa luz débil de la mañana entra por la gran ventana de mi habitación. Suspiro, no quiero abrir mis ojos. Pero tengo que hacerlo si quiero disfrutar este último viernes con mis pequeños.«Cinco minutos más...» escucho pasos cerca. «Oh, oh»Creo que esos cinco minutos los dejaré para otra ocasión. Siento como mi cama se hunde en completo silencio, unas manos suaves acarician mi cabello y otras mi rostro.— ¡Mamá! ¡Mamá! —dicen entre risas Dánae y Damián.Mis dos hermosos hijos, mis dos traviesos que cuando quieren algo, lo consiguen, eso me recuerda mucho a su padre.Temperamentales. Decididos. Sobre protectores y sobre todo...muy celosos.Lo único que tienen de mí, son mis ojos aceitunados y las largas pestañas. El
DanaTermino de alistarme y me acerco a la sala donde estaba la televisión encendida, y ahí estaban mis gemelos. Hermosos. Ambos con ojos aceitunados, pelo ondulado rubio oscuro, pestañas largas, mejillas rosadas y esas hermosas sonrisas que derriten hasta el más frío corazón por haber en esta tierra.Dánae sueña con ser una doctora veterinaria, le encantan los animales y todo lo que sea curarlos, Damián quiere ser un músico, él y su obsesión con los palillos de madera rebotándolos por toda la casa, imaginando estar dando un concierto delante de millones de fans.Yo, he mantenido a mis hijos con un negocio local de ropa en el enclavado de las famosas colinas de Cotswolds, rodeado por algunos de los más encantadores paisajes de Gloucestershire, la histórica ciudad de lana de Painswick, tiene su fama desde el medievo a
DanaLa voz baja e intimidante llena mis oídos y me hace estremecer. — ¿Demetrio? —la sangre se ha drenado completamente de mi cuerpo y amenaza con dejarme sin fuerzas hasta desvanecerme en el suelo. Mi garganta se seca en segundos e impide tragar saliva.Las palabras no salen.«Nos ha encontrado» La palabra se repite rápido dentro de mi cabeza aturdida, en shock, bloqueada.Pienso en el momento en donde el hombre del restaurante nos observaba. Cierro los ojos y maldigo.¡Eso no ha pasado ni 24 horas! ¿Pero cómo...? ¡Maldito Avión Privado, Dana! ¡Maldito, Avión privado!Se escucha otro toque en la puerta y me hace brincar en mi lugar, me alcanzo a cubrir la boca con mi mano para acallar el jadeo que ha salido por sorpresa. Da otro toque más fuerte al ver que no contesto.&
DanaDemetrio intenta decir algo para que Jefferson se vaya, pero niego con un movimiento de cabeza. Demetrio no sabe que decir y le hago señas de que tome asiento en el sillón individual. Y no dice nada, trata de acomodarse la camisa que trae por fuera de su pantalón y se pasa la mano por la cabeza para arreglar el cabello alborotado.Tomo asiento enfrente de ellos, la mesa de cristal nos separa, intento tomar el comienzo de esto como si no me afectara...« ¡Pero eres pésima actriz, Dana!»— ¿Qué haces en Inglaterra, Demetrio?Comenzamos por lo importante, suena obvia la pregunta, pero puede que sea diferente. Puede que sea para vengarse, o para reclamar la custodia legalmente. ¿No?Balbucea algo nervioso algo que no alcanzo a entender y de repente calla. No tiene las palabras, su frente se arruga y mira sus
Dana— ¿Mami? —entra en la sala tallando sus ojitos, le ofrezco mis brazos para cargarla y lo acepta. Le hago señas a Demetrio de que tome asiento, y hago lo mismo, dejando sentada en mi regazo a Dánae. La mesa de cristal es la única que nos separa. Puedo observar a Demetrio pálido, ansioso... ¿Tiene miedo? entrelaza sus manos y las mueve mucho. Dánae la tengo rodeada por la cintura y está a medio perfil hacia Demetrio.No sé qué decir, si pregunta quien es... ahora yo me sumo a los nervios igual que el hombre frente a nosotras. Somos silencio, y cuando busco a Jefferson...ha desaparecido.Dánae se remueve para acomodarse bien en mi regazo y queda frente a Demetrio. Sé que es curiosa y más cuando comienza a pasear sus pies en el aire. Hay un «extraño» en la sala de su casa.Sus cabellos
DanaEstamos los gemelos y yo disfrutando de una rica comida en uno de nuestros lugares favoritos que se encuentran a media hora de distancia. Es comida italiana.Ellos adoran la pasta, al igual que Demetrio y yo, y ese pensamiento me hace sonreír. El lugar es demasiado familiar, hay grupos de familias reunidas en la hora de comida, dentro y fuera del lugar. En la gran terraza y en la barra amplia. El ambiente es relajado, y siempre te atienden con una sonrisa en el rostro.La ventana da una hermosa vista al gran paisaje de colinas verdes y árboles verdes y frondosos. Me llevo un trozo de pollo a la boca y al terminar, escucho unas llantas frenar frente al local.Y eso llama la atención de todos los que estamos dentro del local. Es un auto blindado que se ha estacionado enfrente, y otras patrullas frenan alrededor. Es como si fuese una redada. (Operación policial por la que se de