Mi vida nunca se había complicado más, tenía que esperar que mi ex vuelva para salvarme, y también quería saber lo que ocurrió esa noche.

¡En momentos creo que Dios no quiere que yo sea feliz! Cada vez que estoy a punto de serlo aparece algo que lo estropea.

Ya eran 3 a. M. de la madrugada y Dan no había regresado todavía, me estaba preocupando por él, desde que hablamos sobre el posible regreso de Manuel, ambos nos estábamos evitando.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por un ruido de motor de un automóvil entrando al garaje.

Me sentí aliviada, pero seguía sin querer verlo, era difícil para mí, ya que no sabía que decir, o como reaccionar.

Me acosté rápido, fingiendo dormir.

Escuché que la puerta de la habitación se habría, Dan entró.

Pero se quedó quieto en medio de la habitación, parecía estar pensando.

Después del silencio.

De pronto, se acercó a la cama en el lado

donde yo estoy acostada.

Sube lentamente y me abraza por atrás.

—Creo que no puedo dejarte.

Dijo besando