Mientras Daniel por fin se enfrentaba a Cristian, después de derrotar a varios de sus secuaces, el ambiente se cargó de tensión. Cristian, con una sonrisa arrogante, observó a Daniel con desdén.—Pensé que no llegarías tan lejos —dijo Cristian, su voz fría y calculadora—. Pero aquí estás, el héroe en busca de su dama. ¿Realmente crees que puedes detenerme?Daniel se acercó lentamente, el sudor en su frente y las cicatrices de batalla visibles. Sus ojos verdes esmeraldas se fijaron en Cristian con determinación.—No soy un héroe y tampoco estoy aquí para hacerte justicia —replicó Daniel—. Estoy aquí para poner fin a ti.Cristian soltó una risa sardónica y desenfundó un cuchillo con un brillo amenazador.—Entonces, demuéstramelo. Si realmente eres lo que dices ser, tendrás que vencerme primero.Daniel y Cristian se enfrentaron en una batalla feroz. Cristian lanzó el primer golpe, un rápido puñetazo dirigido al rostro de Daniel, quien apenas pudo esquivarlo. Con agilidad, Daniel respondi
Entonces Daniel se acercó por detrás a Luz y la abrazó con suavidad. Ella sintió el calor que emanaba del cuerpo de Daniel y poco a poco se fue tranquilizando. Con una voz suave, Daniel pronunció:—Cariño, suéltalo. Déjame a mí. Sino lo haces te perderé. —Dan. ¿Eres tú? —respondió Luz, con lágrimas comenzando a caer por su rostro.Mientras tanto, Cristian se revolcaba de dolor en el suelo, como si algo o alguien lo estuviera aplastando. Gotas de sangre salían de su boca, y su cuerpo se convulsionaba.Daniel, al notar la situación, se apresuró aún más:—Bebé, mírame. Soy yo. Aquí estoy junto a ti.Luz volteó lentamente y cruzó la mirada con la de Daniel, sus ojos brillantes color de esmeralda la envolvieron por completo, transmitiendole seguridad y calor.—Dan, ¿eres tú? —Su voz ahora sonaba diferente, llena de incredulidad y alivio.Acarició el rostro de Daniel, mientras él poco a poco la hacía soltar su puño cerrado.—Bebé, déjame a mí. Yo me haré cargo de él. Tú solo abrázame. Te e
Afuera, se encontraron con los muchachos, que ya habían acabado con todos los enemigos. Ibrahím se les acercó rápidamente y abrazó a Luz.—¿Estás bien? —preguntó, con preocupación en su voz.—Sí, estoy bien, Ibrahím —respondió Luz, tratando de mantener la calma.Ibrahím miró a su alrededor, buscando a alguien más—. Daniel, ¿y dónde está Manuel?Daniel bajó la mirada, y su silencio fue suficiente para que Ibrahím entendiera. Los ojos de Ibrahím se llenaron de tristeza mientras asimilaba la noticia. Luz, con la voz quebrada, agregó:—Manuel se quedó atrás. No pudo salvarse. Murió.Sus ojos se llenaron de lágrimas.Ibrahím cerró los ojos por un momento, sintiendo la pérdida de su amigo. Luego, con una determinación, dijo:—Manuel murió como uno de nosotros. No podemos dejar que su sacrificio sea en vano.— Tenemos que salir de aquí antes de que exploten los explosivos.Los muchachos asintieron, comprendiendo la urgencia de la situación. —Por Manuel. Pronunció Piero.–Por Manuel. Respond
Con el paso de los años, el pequeño Manuel creció rodeado del cariño de sus padres y de los tíos de la élite. El amor y el apoyo de su familia crearon un entorno lleno de calidez y seguridad para él.Dos años después, la familia se agrandó con la llegada de una nueva miembro: una pequeña niña. Al nacer, sorprendió a todos al heredar los ojos de su padre, una característica que nunca antes había ocurrido en la familia.—Es increíble, nunca antes había sucedido esto —mencionó Jonathan,observando con asombro los brillantes ojos de la bebé.—Creí que sólo Manuel había heredado esa característica —añadió Daniel, con una sonrisa de orgullo—. Pero ver que nuestra hija también los tiene es un regalo especial.Luz, con su bebé en brazos, miró a Daniel con ternura.—¿Qué nombre le daremos? —preguntó, acariciando la cabecita de la niña.Daniel pensó por un momento y luego sonrió.—¿Qué te parece el nombre de Clara? Es un nombre que simboliza claridad y luz, algo que siempre hemos querido para n
En la mansión, la primavera había llegado, y los niños jugaban felices en el patio trasero, un enorme campo abierto lleno de flores silvestres. La pequeña Clara, sujetando la mano de Jonathan, seguía los pasos de su hermano mayor Manu, corriendo entre las flores y riendo con alegría.Susan y Abraham estaban ocupados arreglando el mantel para el picnic, mientras Brandi y Simón se relajaban bajo un frondoso árbol de pomelos, disfrutando de la tranquilidad del jardín.Mientras tanto, en un rincón apartado del patio, Luz, Daniel e Ibrahím tenían un momento de despedida. La conversación estaba cargada de emociones.—Entonces, ¿te irás? —preguntó Luz, con un tono melancólico.—Sí, volveré a retomar mi camino —respondió Ibrahím, con determinación.—Eres un necio. ¿Por qué no te quedas con nosotros aquí? ¿Acaso no eres feliz con nosotros? —insistió Luz, su preocupación evidente.—Por el contrario, soy muy feliz aquí —admitió Ibrahím—. Pero no puedo quedarme. Ya cumplí mi misión. Tengo que ret
Me desperté a la madrugada, eran como 2 y 30.Escuché un barullo en la casa, me fije que manu no estaba en la cama, volví a escuchar otro barullo, está vez más fuerte me levanté rápidamente y salí corriendo de la habitación, bajé las escaleras.Él sudor corría por mi rostro, mis manos templaban.Mi intuición me decía, que algo malo iba a pasar.Pude ver que Manuel, estaba en medio de una pelea con dos tipos extraños, su figura era de gran tamaño, me asusté y quise volver hasta la habitación, pero alguien me sostuvo del brazo, voltee a mirar pero no pude ver su rostro tenía un pasamontañas negro, no me pude escapar de él, ya me tenía agarrada por mi cuello, él hombre comenzó a gritar—¡ Mira, Manuel ya tengo, a tu esposa!—Si no la quieres ver muerta, es mejor que te entregues.Al verme, con un arma apuntado en mi cabeza, él se rindió. Cuando miré su rostro se veía asustado, en ese momento supe que algo estaba mal.Esos tipos con trajes negros, me obligaron a entrar en nuest
Dos meses después…En la cama de un hospital, Luz se encontraba en un estado de profundo sueño.En el sueño, ella caminaba en la orilla de una playa tomada de manos con un hombre.En su rostro se veía una tierna sonrisa, sus ojos verdes esmeraldas invitaban a mirarlo de cerca, tenía un rostro sereno que irradiaba tranquilidad, no podía ser Manuel.¿ Pero quien es él? ¿ Por qué sigo viéndolo cada día?Realmente se sentía profundamente enamorada de él, en el fondo de su corazón ella sentía que algo estaba mal,Ese silencio proveniente de él, era tan extraño, a la vez sombrío como si no fuera real.cada vez, que lo intentaba alcanzar él, se apartaba más y más hasta desaparecer.No podía entender, lo que estaba pasando en ese momento, ¿ por qué él desaparece?De pronto la escena cambia ahora ella se encuentra en una casa, era la misma en donde se mudó con manu,Comenzó a caminar por la casa, pronto se detuvo en la habitación de ambos.La forma de su rostro cambio bruscamente, t
En la habitación de la sala de internación, muchos doctores entraron apresurados, la conmoción se apoderó de ellos.Uno de ellos gritaba, para que se haga la reanimación. Su tono desesperado,—¡Maldición! ¡La estamos, perdiendo!Una enfermera se encarga de observar la reacción de Luz,—Doctor, no parece que esté funcionando,Un silencio se apoderó de la sala.Sin embargo, en el sueño Luz, buscaba desesperado alcanzar a Manuel, Oye su voz, por última vez,—¡ Has, que todo valga la pena! ¡ Vive por mí! ¡Búscalo, él te está esperando!Unos ojos verdes, llenaron su mente…—¡ Daniel!..Un nombre extraño Pero, a la vez muy familiar.Ese brillo intenso, traspasa todo el cuerpo de Manuel, y cubría por completo a Luz. En ese día, un milagro sucedió en esa habitación.Después, de un momento ella reacciona, a los desesperados intento de los doctores,Sus padres que estaban afuera, pudieron ver todo lo que pasaba en la sala.Se sintieron aliviado, después de ver que ella volv