Brisa suave 2, el viento vuelve a soplar.
Brisa suave 2, el viento vuelve a soplar.
Por: Gracibel
Brisa suave 2.

Me desperté a la madrugada, eran como 2 y 30.

Escuché un barullo en la casa, me fije que manu no estaba en la cama, volví a escuchar otro barullo, está vez más fuerte me levanté rápidamente y salí corriendo de la habitación, bajé las escaleras.

Él sudor corría por mi rostro, mis manos templaban.

Mi intuición me decía, que algo malo iba a pasar.

Pude ver que Manuel, estaba en medio de una pelea con dos tipos extraños, su figura era de gran tamaño, me asusté y quise volver hasta la habitación, pero alguien me sostuvo del brazo, voltee a mirar pero no pude ver su rostro tenía un pasamontañas negro, no me pude escapar de él, ya me tenía agarrada por mi cuello, él hombre comenzó a gritar—¡ Mira, Manuel ya tengo, a tu esposa!

—Si no la quieres ver muerta, es mejor que te entregues.

Al verme, con un arma apuntado en mi cabeza, él se rindió.

Cuando miré su rostro se veía asustado, en ese momento supe que algo estaba mal.

Esos tipos con trajes negros, me obligaron a entrar en nuestra habitación, uno de ellos sostenía con fuerza a Manuel , el hombre me golpeo con la culata de su revólver, justo en mi cabeza pude sentir que mi sangre chorreaba.

Me sentí mareada y tumbé al piso, vi que manu se soltó del agarré y corrió junto a mí para sostenerme.

Su desesperación era tan evidente, que se notaba en su rostro, mí vista estaba borrosa pero alcance a ver cuando me alzó en sus brazos, en ese momento uno de ellos lo disparo en cabeza, él estaba de espaldas a los dos hombres, sentí su sangre gotear en mi rostro, gota por gota.

Mi rostro se llenó de su sangre, nos caímos en el piso él ya no podía sostenerme, de pronto me levanté asustada, estaba un poco mareada, tenía mucho dolor sostuve mi cabeza.

Escuché otro disparo, está vez la bala acertó en su espalda, me distancié y me acurruque en la pared, después de eso manu ya estaba tendido en el piso.

¡Sentí una inmensa, desesperación¡

El otro sujeto, me apuntó con su arma cerré mis ojos en un momento, después solo escuché un disparo y con eso sentí que mi hombro se rompía, un dolor inmenso impregnada mi cuerpo, de pronto otro disparo más, ese dío justo en mi brazo.

Ya no siento nada, solo caí en la cama boca abajo.

Mi sangre cubrió toda la almohada, mis ojos ya no se pueden abrir

¿Creo que estoy, muerta? ¡Si, lo estoy!

Quiero seguir así.

Estamos caminando tomados de la mano en la orilla de una playa, era un hermoso día soleado, solté su mano y voy corriendo al mar.

¡Estoy feliz!

Sentir esa brisa fresca que emanaba del mar, me envuelve.

¡Por fin, estoy en paz!

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