Maxine.
Salgo del restaurante y miro alrededor, me siento como una estúpida porque todos me ven como tal, parezco una niña perdida buscando algo, el problema es que yo no estoy perdida y lo que estoy buscando es a alguien a quien en realidad no quiero encontrar.
Saco mi celular del bolso y marco a su número, Trevor contesta al segundo tono.
-¿Dónde demonios estas?
Él suelta una carcajada – parece que alguien no está de buenas pulgas esta noche – me dice al otro lado del teléfono.
-Te equivocas, yo estaba pasando un muy bien rato – enfatizo – hasta que me obligaron a buscarte.
-¿A buscarme para qué?
-Para que vuelvas a la mesa y podamos terminar de cenar como si fuéramos personas normales, ¿Enserio no podías esperar un poco más para desaparecer?
Trevor se queda en silencio por algunos segundos y entonces habla – estoy en la parte trasera del restaurante, cerca de la fuente pornográfica – dice y me cuelga.
Suelto un gruñido, guardo mi celular y me dirijo hacia donde me dijo que esta, tengo que atravesar prácticamente todo el contorno del restaurante, mis zapatos no son cómodos y estoy un poco cansada, pero claro, esas son cosas que a Trevor no le interesan en lo mínimo y tal parece que a mi madre tampoco, porque me ha obligado a buscarlo sin saber ni siquiera donde está el idiota ese.
Cuando me acerco a la fuente que tiene un ángel de cemento como adorno, veo la silueta alta, fuerte y musculosa de Trevor, que esta enfundada en un traje super elegante de color negro, en realidad se ve jodidamente bien, si solo en chándal y luce guapo, en traje de color negro, es algo de otro mundo, si tan solo no fuera tan estúpido, entonces…. Entonces nada, porque el punto de todo esto es que lo detesto.
-Esa cosa te va a matar – le digo, acercándome a donde él, que tiene un cigarrillo entre los labios - ¿Has visto alguna vez como son los pulmones de un fumador? Negros y asquerosos – me respondo yo misma.
-Si, si los he visto.
-¿Entonces porque sigues haciéndolo?
-Porque no me importa – levanta los hombros – no me interesa como deje mis pulmones, esto me calma, Prior, y solo eso que hace valga la pena.
-¿Te calma? Yo nunca te he visto en calma.
-Ahora estoy en calma – me dice, mirándome de reojo.
-A largo plazo terminara matándote de todas formas.
-Digamos que me gusta vivir el ahora, Maxine, es algo que tu jamás entenderías.
Yo suelto una risa seca.
-¿Por qué crees eso?
-Porque eres una controladora, tienes siempre todo tan planeado, tan meticulosamente controlado… eres aburrida.
Yo frunzo el ceño, ahora a parte de monja también soy aburrida. Bueno saberlo.
-¡Yo no soy aburrida! – me defiendo.
-Dime cuando fue la última vez que hiciste algo que no tenías planeado.
Yo busco un momento en mi cabeza, de alguna forma necesito demostrarle que no es cierto lo que esta diciendo y ni siquiera se porque, Trevor no es mi amigo, no tengo que demostrarle nada porque en realidad no debería importarme lo que él piense de mí. El problema es que si me importa, y por desgracia en este momento, tiene razón, mi cabeza no es capaz de encontrar algo que yo haya hecho que no haya planeado con por lo menos doce horas de antelación.
-Creo que ahí tienes tu respuesta – él suelta una risa burlona y yo frunzo los labios.
-El hecho de que no ande fumando, o drogándome, o yendo a fiestas cada fin de semana, no quiere decir que sea alguien aburrida.
-Yo nunca hable de fiestas, ni de fumar – suelta con un gesto – hable de cualquier cosa, de la vida, de hacer lo que se te antoja en el momento en que el que quieres hacerlo.
Me quedo en silencio, observando las estrellas que titilan sobre el cielo de Arizona. Quiza Trevor tenga razón, quizá me gusta planearlo todo, pero no creo que eso tenga nada de malo, soy organizada, eso es todo, y hasta el momento me ha dado muy buenos resultados, es decir, he conseguido todo lo que me he propuesto a lo largo de mis cortos dieciocho años.
-¿Entonces eso fue lo que paso allá adentro? ¿Saliste del restaurante porque se te dio la gana y ya? ¿Por qué quisiste ser espontaneo? – pregunto, con el entrecejo fruncido.
-Algo parecido, queria tomar el aire y aquí estoy.
-No creo que esto pueda ser denominado como tomar aire.
-Llámalo como quieras.
Yo miro hacia Trevor que también está viendo hacia el horizonte. De lado su perfil se ve hermoso, su nariz respingada sobre sus labios rosados, y la línea de su mandíbula muy marcada en su rostro, y su cabello despeinado, lo hacen ver como un ser mitológico y casi me gustaría alargar la mano para tocarlo.
-Pensé en invitarte a venir conmigo un rato aquí afuera, pero sabia que dirías que no – dijo luego de un rato en silencio y un par de caladas profundas a su cigarrillo.
-¿Enserio, Trevor? Pensabas invitarme a venir contigo en frente de tus padres y tu hermano – le pregunto, con un gesto de incredulidad.
-Claramente no te lo iba a pedir enfrente de todos, iba a enviarte un mensaje de texto.
-Ese es otro tema del que debemos hablar, ¿Cómo demonios conseguiste mi número de teléfono?
-Siempre lo he tenido.
-¿Entonces porque nunca me habías escrito?
-Porque me aburres – susurra sin pensar en como me hacen sentir sus palabras.
-¿Y qué cambió ahora?
Él no responde, solamente me ve con el rabillo del ojo y con una sonrisa de medio lado que hace que se me ponga los pelos de punta. Trevor es la persona mas bipolar que yo he conocido en mi vida, es el chico que en un momento te habla con rabia y te dice cosas hirientes y al siguiente instante, te sonríe y te mira como si hubiera descubierto oro en ti, es desesperante, es impredecible, y eso me molesta, me molestan sus cambios de humor, sus acciones contradictorias y básicamente todo él.
-Responde – le pido, sintiendo la boca momentáneamente seca.
-Cállate, Prior – suspira – tu solo mira el horizonte.
Lo miro con el ceño fruncido, pero lo imito de inmediato y miro al horizonte, es hermoso, tanto o mas que él, la luna llena esta puesta en el cielo, armando un paisaje con las nubes y las estrellas que están titilando, por un momento, un extraño sentimiento me embarga, y siento un escalofrió que hace que se me erice el vello.
Yo me paso la mano por lo hombros desnudos, y Trevor me mira con atención.
-¿Tienes frio? – me pregunta.
-No – le miento.
Veo como rueda sus ojos negros y niega con la cabeza, y entonces, antes de que yo pueda decir algo o si quiera procesar lo que está sucediendo, Trevor se acerca a mí, se posiciona tras de mi espalda y pone su blazer negro sobre mis hombros.
La tela negra me arropa los brazos y de inmediato siento el olor de Trevor, a tabaco y a perfume, como siempre, aunque en este momento no me resulta tan desagradable la combinación.
Las cosas que él hace son tan extrañas y yo quisiera encontrarle una explicación.
Pasan un par de segundos en que nos mantenemos allí, simplemente viendo hacia el norte, hasta que decido romper el silencio, porque me parece estúpido estar afuera junto a él, cuando adentro nos esta esperando un postre delicioso y café caliente.
-Ya Trevor, enserio, ¿Qué estamos haciendo aquí? – le pregunto.
-Ya te dije que estoy tomando el aire.
-¿Por qué te molesta tanto estar con tu familia y con nosotros? ¿Se trata de mí?, ¿Te molesta que mi madre y yo hayamos venido?
Él me mira como si no pudiera creer lo que estoy diciendo.
-No se trata de ti, Maxine, me tiene sin cuidado que tu y tu madre hayan venido.
-¿Entonces? ¿Por qué te empeñas tanto en pasarla mal? – le pregunto.
Trevor me mira fijamente a los ojos y yo hago lo mismo, juro que quisiera poder entenderlo, pero entre mas miro en sus ojos, más vacíos los siento, como si estuvieran llenos de nada, como si estuviera reprimiendo lo que fuera que estuviera pasando en su interior y no lo comprendo, no somos amigos, eso es cierto, pero yo jamás me burlaría de él, por ejemplo, si es que eso es lo que le da tanto temor.
-¿Qué es lo que sucede?
-Nada – responde, pero yo puedo ver con claridad su mandíbula apretada, delatándolo.
-No te creo.
-Deja de intentar psicoanalizarme, Prior, tu y yo no somos amigos, no quieras jugar a la psiquiatra – suelta, y yo lo siento como una puñalada en el estómago.
-Solo estoy tratando de ayudar.
-Pues no lo hagas.
-Es que estas molesto, y quiero saber porque – insto.
-¿Cómo sabes que estoy cabreado?
-Por la forma en la que aprietas la mandíbula, prácticamente puedo oír tus dientes sonándolos unos contra los otros y sé que haces eso cuando estas molesto, te he observado
De repente, él suelta una risa socarrona y chasquea la lengua – ¿Entonces me has estado observando?
-No… bueno, si – titubeo nerviosa – no de una forma acosadora, o extraña, solo te he visto.
-¡Aja! – dice, con una sonrisa de oreja a oreja.
El ambiente a nuestro alrededor se relaja y siento que lo he conseguido, ya no se ve tenso, y yo también me siento mas relajada.
- ¿Entonces vas a volver a la mesa por el postre? – pregunto, aprovechando el ánimo.
-No.
-¿Por qué no?
Yo frunzo los ojos y espero su respuesta, pero antes de que él diga algo más, el valet parking se acerca hacia nosotros con la motocicleta de Trevor.
El empleado del restaurante se baja de ella, y le entrega las llaves a Trevor.
-¿Enserio vas a irte ahora? ¿Asi como asi?
-Si.
Trevor se sube en la moto que parece un monstruo, se acomoda en ella y enseguida me mira.
-Dijiste que no eras aburrida y que no eras una controladora de todo, entonces demuéstralo – él extiende su mano hacia mi – demuéstrame que no eres como creo que eres y ven conmigo – me pide.
¡Si! ¡Si! Y ¡Si! Ve con él, Maxine, deja que te lleve a donde quiera – me grita mi subconsciente.
-Hay una mesa con tus padres, tu hermano, y mi madre, y nos están esperando, no voy a irme contigo – respondo, aunque quiero hacer justamente lo contrario.
Él frunce los labios, y suspira.
-Lo sabía – me dice mientras yo lo observo con atención.
¿Qué es lo que estoy viendo en su rostro? ¿Decepción? – me pregunto a mi misma.
-Trevor, no puedes irte – le recuerdo.
Pero él no me presta atención, por el contrario mueve la mano y acelera, y yo me quedo allí, como una estúpida, viendo cómo se aleja mientras tengo su aroma encima de mí, lo único que me queda de Trevor es su chaqueta.
Maxine.Me hizo perder mi tiempo, el maldito me hizo perder mi tiempo y además me dejo como a una estúpida allí en la parte trasera del restaurante, yo aprieto los puños con fuerza, quisiera golpear algo justo en este momento, pero no voy a dejarme de Trevor, no voy a dejar que arruine una cena que hasta el momento iba bastante bien.Camino de regreso al restaurante, hasta que me doy cuenta de que aún tengo puesto su blazer, en cuanto lo recuerdo siento rabia, asi que me quito la prenda y la dejo tirada allí, no me importa si se ensucia, si alguien se la roba, o si le pasa cualquier cosa, Trevor tiene mucha ropa y se que no le hará falta este simple blazer que yo tampoco quiero tener conmigo, es irónico, pero el blazer es el recordatorio de lo que me ha dicho, como si la prenda se estuviera burlando también de mí.Entro en el restaurarte y camino hasta la mesa donde todos sigu
Maxine.-¡Deja de mirarme de esa forma! – le pido, viéndolo con el ceño fruncido.-¿De cuál forma?-Asi, como un pervertido – yo hago una mueca con el rostro e intento cubrirme tanto como me sea posible.-Yo no te estoy mirando de ninguna forma – él levanta los hombros con indiferencia – además, no es como si no te hubiera visto antes – dice Trevor y siento que mis mejillas se sonrojan, recuerdo que él tuvo una vista perfecta de mi pecho y de mi pezón y eso hace que me ruborice.-De todas formas, contrólate, ¿Es que no sabes cómo tratar a una mujer? – Trevor suelta una risa torcida y se acerca hasta donde yo estoy en la entrada de la cocina.-¡Oh, muñeca, por supuesto que se cómo tratar a una mujer! – susurra despacio mientras yo observo su rostro entre las sombras que le da un aspe
Trevor. Es de mañana y hace un jodido calor que me obliga a quitarme la camiseta e ir por una cerveza en la nevera, eso es lo que hago, automáticamente voy a la cocina, destapo la botella de vidrio verde y entonces espió por la ventana a Nick y Maxine que están subiendo cajas en el auto de Nick.Me quedo en silencio y los escucho hablar, están tan embelesados el uno con el otro que aun si me pongo en medio de ellos no estarían en la capacidad mental de verme realmente. Maxine y Nick me dan asco, esa relación de pajaritos que tienen me asquea, ¿Es que acaso yo soy el único que se da cuenta de lo falsa que es?Son falsos el uno con el otro, me recuerdan mucho a los malos actores de una mala comedia romántica, esos que parecen que tuvieran que fingir para estar juntos, como si lo hicieran por obligación y no realmente por amor. Aunque después de todo, ¿
Maxine. -¿Eso es todo? – me pregunta Trevor, que ha estado serio la mayor parte del día, ignorando nuestro pequeño incidente de la mañana.-Creo que por hoy si es todo, estoy demasiado cansada – me tiro en mi cama y él me mira desde una distancia prudente, casi que no alcanzo a reconocer a este Trevor que se mantiene a raya – ¿Te pasa algo? – pongo mis codos en el colchón y me levanto ligeramente para poder verlo.-No, yo también estoy cansado, me voy a dormir – suelta y me da la espalda de inmediato.¿Qué demonios? Pienso, no entiendo sus cambios de humor, no entiendo como es capaz de convertirse en una persona completamente diferente en cuestión de segundos, eso me frustra y me irrita, sobre todo, porque sé que no tengo el derecho de reclamarle por absolutamente nada.Yo suelto un bufido, me pongo en pie y voy a mi b
Trevor. Maxine me esta provocando, no sé si lo hace sin intención porque es muy estúpida, o si de verdad lo está haciendo a voluntad, no sé si se trata de mi imaginación, pero no puedo dejar de verla desnuda sobre la cama, y tengo que alejar esa imagen de mi cabeza, no solo porque es la novia de mi hermano, que es lo que menos me importa en realidad, si no porque somos vecinos, nuestras familias son amigas, y nunca me ha gustado todo ese rollo de mezclar placer con cercanía.-¿Compraste un nuevo colchón? – le pregunto y ella me mira confundida.-¿Se suponía que tenía que hacerlo?Yo suelto un bufido, me llevo un par de dedos al puente de la nariz – ¿Tu acaso crees que vas a para un hotel cinco estrellas? – le pregunto de manera retorica.-No…-Tienes que llevar un colchón, nos estamos mudando, Prior, ut
Maxine. -¿Tu es que eres imbécil, idiota, retrasado o que es lo que pasa contigo? – le grito, bajándome del auto que esta ligeramente ladeado.Trevor se queda dentro del auto y parece que estuviera procesando todo lo que le he dicho, se ve lento y tonto, más tonto de lo que ya es por costumbre.-¡Joder Trevor, bájate del maldito auto! – vuelvo a gritar.Miro a mi alrededor y me paso las manos por los brazos, estamos en una carretera interestatal, alrededor de nosotros no hay nada mas que bosque y yo estoy prácticamente sola porque en este momento no puedo considerar a Trevor como una persona, en este momento él es solo un ser vivió al que yo quisiera matar con mis manos por ser tan bruto.-¡Trevor! – sigo gritando, pero él permanece dentro del auto.Maldita sea el momento en el que decidí que él tenia que conducir, deb
Maxine. Yo nunca he estado en un motel, es que nunca lo he imaginado ni siquiera, pero de haberlo hecho estoy segura de que habría sido un lugar mucho mejor que este en el que estamos entrando Trevor y yo. Todo se ve sucio, las paredes, el piso, casi parece sacado de una mala película de terror, me da asco todo el sitio y no quiero ni imaginarme como serán las habitaciones.Mientras llegamos a la “Recepción” pienso en dormir en el auto, pero lo descarto de inmediato porque estamos en medio de la nada, y no sé que es peor, si el motel o el estacionamiento desierto.-Hola – saludo al hombre regordete detrás de un escritorio improvisado – necesito dos habitaciones – le pido.Él levanta una ceja y mueve el palillo que tiene entre los dientes – ¿Dos habitaciones? – pregunta con incredulidad.-Si, dos habitaciones, nosotros no venimos en pl
Maxine.Me despierto con los primeros rayos del sol, intento moverme para alagar la mano y tomar mi celular que está en la asquerosa mesita de noche, pero un peso me impide moverme, parpadeo con fuerza hasta que mis ojos se adaptan a la luz y me doy cuenta de que prácticamente tengo el cuerpo de Trevor encima del mío, el hombre tiene su brazo pesado y musculoso acorralándome y no puedo moverme, y ni que decir de su pierna que está puesta sobre las mías.Tal parece que Trevor decidió utilizarme de almohada. Aunque en realidad eso no me molesta todo lo que debería, su cuerpo desprende calor humano y su piel tersa junto a la mía me hace sentir… extraña, supongo que en una buena forma.Me quedo un rato más allí aprisionada bajo el cuerpo de Trevor, hasta que tengo el presentimiento de que eso que está rozando mi culo por debajo de las sabanas no es prec