Maxine.
-¡Deja de mirarme de esa forma! – le pido, viéndolo con el ceño fruncido.
-¿De cuál forma?
-Asi, como un pervertido – yo hago una mueca con el rostro e intento cubrirme tanto como me sea posible.
-Yo no te estoy mirando de ninguna forma – él levanta los hombros con indiferencia – además, no es como si no te hubiera visto antes – dice Trevor y siento que mis mejillas se sonrojan, recuerdo que él tuvo una vista perfecta de mi pecho y de mi pezón y eso hace que me ruborice.
-De todas formas, contrólate, ¿Es que no sabes cómo tratar a una mujer? – Trevor suelta una risa torcida y se acerca hasta donde yo estoy en la entrada de la cocina.
-¡Oh, muñeca, por supuesto que se cómo tratar a una mujer! – susurra despacio mientras yo observo su rostro entre las sombras que le da un aspecto particular, haciendo que me dé escalofríos estar allí con él.
-¡Ugh! – suelto un gruñido y rodeo el cuerpo de Trevor, alejándome ligeramente de él, estar cerca de él me aturde, me parece peligroso, no se de que manera, pero algo me dice que corra en la dirección contraria a él.
Me acerco al refrigerador que sigue impregnando del olor de Trevor y saco el cartón de leche, sirvo un poco en un plato y después le echo cereal por encima, sé que Trevor no se ha ido porque puedo sentir su mirada acribillándome desde donde esta.
-Asi no se sirve el cereal – suelta.
-¿De que estas hablando ahora? – frunzo el ceño.
-Del cereal, se supone que primero echas el cereal y después la leche – intenta corregirme.
-Pues yo lo hago como se me de la gana de hacerlo – suelto, llevándome una cuchara con zucaritas a la boca.
Intentando ignorar a Trevor que se ha quedado recostado contra la alacena de la cocina bebiendo un vaso de quien sabe que, me siento sobre la encimera, dándole ligeramente la espalda para que deje de ver mis piernas, o mi pecho, o cualquier parte de mi anatomía.
-¿Acabas de llegar? – le pregunto.
-Si, ¿por qué? ¿Estabas preocupada por mí? – suelta de manera socarrona.
-¡Por supuesto que no! – digo mas alto de lo que debería, teniendo en cuanta que son las dos de la madrugada – solo me parece incomodo quedarnos aquí en silencio, sobre todo cuando no dejas de mirarme como un acosador.
-Está bien.
-¿Dónde estabas?
-¡Detente ahí, muñeca! ¿intentas tener una conversación o solamente quieres interrogarme? – me dice.
-No te estoy interrogando, no lo tomes personal, solamente estoy haciendo una pregunta cualquiera.
-No es solo por lo que dices, es por la manera en que lo dices – él hace un gesto y lleva el vaso a sus labios haciendo que los músculos de su brazo se tensen haciéndolos más visibles.
-¿Y cómo se supone que lo estoy diciendo, Trevor? – ruedo los ojos, el hombre es como una pequeño niño delicado, para él todo es un insulto, aunque en realidad en este momento tengo todos los motivos del mundo para tratarlo mal, después de todo, me dejó tirada en la parte trasera del restaurante, sin importarle si volvía completamente humillada a la mesa con sus padres.
-Con rabia, transpiras desdén y rencor por mí.
-¿Tú crees?
-Si – asiente, levantando las cejas.
-¿Sera porque me dejaste botada? ¡O no, espera! ¿De pronto porque te fuiste de la mesa antes de que la cena terminara? ¿O quiza porque tu única misión en la vida durante mis dieciocho años ha sido joderme la vida? – suelto, empezando a cabrearme, no entiendo como es capaz de actuar como si nada hubiera sucedido, como si la vida fuera un chiste para él.
-La maldita cena ya se había terminado, Maxine – veo como la vena en su frente se inflama y sé que está cabreado, tanto o mas que yo.
-¡por supuesto que no se había terminado! Tuvimos que pedir tu postre para llevar porque tu te fuiste sin siquiera despedirte – quisiera golpearlo, realmente desearía poder darle un golpe con mi puño en la nariz para que deje de ser tan cabezota, pero no tengo ni la fuerza ni la valentía para hacerlo.
-Eres una jodia sobreactuada – me dice con una mueca y yo ruedo los ojos, me estoy hartando de que todo el mundo me diga como soy, porque la verdad es que Trevor no me conoce y no tiene el derecho de decir nada a cerca de mi persona.
-¡Es enserio! Hubieras visto como me miro el valet parking cuando me dejaste ahí y te fuiste en tu moto creyéndote el tipo mas malo del barrio.
Trevor se queda en silencio y no se porque siento que eso es algo realmente malo, asi que me giro ligeramente hacia él, y veo que tiene el ceño fruncido, pero no está serio, su expresión es mas bien divertida.
De repente, el chico chasquea la lengua y camina hacia donde yo estoy, no se que va a hacer, pero me quedó a la expectativa y entonces dejo mi plato de cereal sobre la encimera a un lado mío.
-¿Por qué tienes esa expresión en el rostro? – le pregunto.
Trevor no contesta, pero la sonrisa en su rostro se ensancha aun más.
Trevor termina de acortar la distancia entre los dos y entonces rueda mis rodillas a un lado, haciendo que mis piernas se abran, yo miro a mis piernas que se han movido en contra de mi voluntad y veo sus manos, que aun se mantienen sobre mi piel desnuda, estamos demasiado cerca, y él se acaba de abrir paso para ponerse de pie justo en medio de mí.
-Déjame hacerte una pregunta – me dice, y yo trago saliva mientras intento procesar el hecho de que mis piernas están a cada lado de su cuerpo.
Me siento caliente y no puedo dejar de ver sus manos que no dejan de tocarme, sus ojos que no dejan de mirarme fijamente el rostro, y su torso desnudo que esta muy cerca al mío, pero sobre todo, no puedo dejar de ver la sonrisa que tiene, casi como si supiera que lo que esta haciendo causa sensaciones extrañas dentro de mi cuerpo.
-¿Estas molesta porque me fui antes de la cena o porque no fuiste capaz de convencerme? – susurra, pero yo siento que he perdido la habilidad de hablar – dime, Maxine, ¿Debía quedarme por ti? ¿Querías que me quedara nada más porque me lo estabas pidiendo tu? – me pregunta, muy despacio y muy bajito.
-No, no por mi – respondo al fin, aun sin recuperar mi compostura – debías quedarte por tus padres y por tu hermano, por todos nosotros.
-Algo me dice que me estas mintiendo, algo me dice que lo que está herido es tu ego y tu orgullo.
-Es que fuiste grosero.
-Siempre lo soy – dice, haciendo un gesto.
-Pero… – dejo la frase inconclusa porque no se que decir, pero de repente, recuerdo lo que Nick me dijo en el restaurante, eso de que él iba a irse para encontrarse con una chica, y no sé qué es lo que me pasa, pero algo me obliga a soltar la siguiente pregunta – ¿Dónde estabas?
-Por ahí – responde, burlándose.
-¿Estabas con una chica?
-Puede ser – sus respuestas son vagas y sé que no quiere decirme la verdad.
-¿Y que estaban haciendo? – sé que él no tiene porque responder eso, pero quiero que lo haga.
-Eso no es algo que debería importarte, ¿o sí?
-No me importa, solo siento curiosidad – parpadeo despacio.
Trevor tuerce ligeramente el rostro y yo hago lo mismo que él de manera involuntaria, casi me siento como una marioneta que esta siendo manipulada por él.
-¿Qué estabas haciendo con mi hermano allá arriba? – me cuestiona.
-No voy a responder esa pregunta.
-Entonces yo tampoco voy a responder a la tuya – Trevor se aleja rápidamente de mi como si nada, como si nada hubiera sucedido y todo hubiera sido producto de mi imaginación, y entonces me siento mas tonta que cuando me dejo en el restaurante, más estúpida de lo que me sentí al volver a la mesa, me siento como una idiota por completo de la cabeza a los pies.
Maxine Prior, eres la persona mas idiota del mundo – me digo a mi misma, mientras veo que Trevor vuelve al refrigerador.
-¿Dónde está mi postre? – me pregunta.
Yo frunzo el ceño porque mi cerebro no acaba de comprender en qué momento la conversación ha cambiado tanto de rumbo.
-¿Que?
-Mi postre, dijiste que habían tenido que pedirlo para llevar, asumo que me lo trajeron, quiero saber donde esta.
Lo miro con atención, no pudiendo creer su cinismo.
-Nos lo comimos Nick y yo de camino aquí – contesto.
Trevor niega con la cabeza y sale de la cocina, dejándome sola nuevamente, tiene que dejar de hacer eso, tiene que dejar de irse asi como asi, la próxima vez que estemos juntos, seré yo quien lo deje solo – me prometo a mí misma.
Me bajo de la encimera y tengo que sostenerme de ella porque siento que mis piernas me fallan, aun se encuentran conmocionadas por el cuerpo de Trevor que estuvo minutos antes en medio de ellas, tocándolas con sus manos ásperas.
Me termino el cereal rápidamente y vuelvo a la habitación de Nick, una vez allí me acomodo en la cama y me arropo con las sabanas a su lado, suelto un suspiro y miro al techo, hasta que siento que mi celular vibra en el mueble al lado de la cama.
Alargo la mano y lo desbloqueo, es nuevamente un mensaje de Trevor.
- “Espero con ansias el día de mañana. Dulces sueños, muñeca”
Ruedo los ojos, elimino el mensaje y pienso en mañana, ¿Por qué Trevor estaría ansioso por el día de mañana?
Trevor. Es de mañana y hace un jodido calor que me obliga a quitarme la camiseta e ir por una cerveza en la nevera, eso es lo que hago, automáticamente voy a la cocina, destapo la botella de vidrio verde y entonces espió por la ventana a Nick y Maxine que están subiendo cajas en el auto de Nick.Me quedo en silencio y los escucho hablar, están tan embelesados el uno con el otro que aun si me pongo en medio de ellos no estarían en la capacidad mental de verme realmente. Maxine y Nick me dan asco, esa relación de pajaritos que tienen me asquea, ¿Es que acaso yo soy el único que se da cuenta de lo falsa que es?Son falsos el uno con el otro, me recuerdan mucho a los malos actores de una mala comedia romántica, esos que parecen que tuvieran que fingir para estar juntos, como si lo hicieran por obligación y no realmente por amor. Aunque después de todo, ¿
Maxine. -¿Eso es todo? – me pregunta Trevor, que ha estado serio la mayor parte del día, ignorando nuestro pequeño incidente de la mañana.-Creo que por hoy si es todo, estoy demasiado cansada – me tiro en mi cama y él me mira desde una distancia prudente, casi que no alcanzo a reconocer a este Trevor que se mantiene a raya – ¿Te pasa algo? – pongo mis codos en el colchón y me levanto ligeramente para poder verlo.-No, yo también estoy cansado, me voy a dormir – suelta y me da la espalda de inmediato.¿Qué demonios? Pienso, no entiendo sus cambios de humor, no entiendo como es capaz de convertirse en una persona completamente diferente en cuestión de segundos, eso me frustra y me irrita, sobre todo, porque sé que no tengo el derecho de reclamarle por absolutamente nada.Yo suelto un bufido, me pongo en pie y voy a mi b
Trevor. Maxine me esta provocando, no sé si lo hace sin intención porque es muy estúpida, o si de verdad lo está haciendo a voluntad, no sé si se trata de mi imaginación, pero no puedo dejar de verla desnuda sobre la cama, y tengo que alejar esa imagen de mi cabeza, no solo porque es la novia de mi hermano, que es lo que menos me importa en realidad, si no porque somos vecinos, nuestras familias son amigas, y nunca me ha gustado todo ese rollo de mezclar placer con cercanía.-¿Compraste un nuevo colchón? – le pregunto y ella me mira confundida.-¿Se suponía que tenía que hacerlo?Yo suelto un bufido, me llevo un par de dedos al puente de la nariz – ¿Tu acaso crees que vas a para un hotel cinco estrellas? – le pregunto de manera retorica.-No…-Tienes que llevar un colchón, nos estamos mudando, Prior, ut
Maxine. -¿Tu es que eres imbécil, idiota, retrasado o que es lo que pasa contigo? – le grito, bajándome del auto que esta ligeramente ladeado.Trevor se queda dentro del auto y parece que estuviera procesando todo lo que le he dicho, se ve lento y tonto, más tonto de lo que ya es por costumbre.-¡Joder Trevor, bájate del maldito auto! – vuelvo a gritar.Miro a mi alrededor y me paso las manos por los brazos, estamos en una carretera interestatal, alrededor de nosotros no hay nada mas que bosque y yo estoy prácticamente sola porque en este momento no puedo considerar a Trevor como una persona, en este momento él es solo un ser vivió al que yo quisiera matar con mis manos por ser tan bruto.-¡Trevor! – sigo gritando, pero él permanece dentro del auto.Maldita sea el momento en el que decidí que él tenia que conducir, deb
Maxine. Yo nunca he estado en un motel, es que nunca lo he imaginado ni siquiera, pero de haberlo hecho estoy segura de que habría sido un lugar mucho mejor que este en el que estamos entrando Trevor y yo. Todo se ve sucio, las paredes, el piso, casi parece sacado de una mala película de terror, me da asco todo el sitio y no quiero ni imaginarme como serán las habitaciones.Mientras llegamos a la “Recepción” pienso en dormir en el auto, pero lo descarto de inmediato porque estamos en medio de la nada, y no sé que es peor, si el motel o el estacionamiento desierto.-Hola – saludo al hombre regordete detrás de un escritorio improvisado – necesito dos habitaciones – le pido.Él levanta una ceja y mueve el palillo que tiene entre los dientes – ¿Dos habitaciones? – pregunta con incredulidad.-Si, dos habitaciones, nosotros no venimos en pl
Maxine.Me despierto con los primeros rayos del sol, intento moverme para alagar la mano y tomar mi celular que está en la asquerosa mesita de noche, pero un peso me impide moverme, parpadeo con fuerza hasta que mis ojos se adaptan a la luz y me doy cuenta de que prácticamente tengo el cuerpo de Trevor encima del mío, el hombre tiene su brazo pesado y musculoso acorralándome y no puedo moverme, y ni que decir de su pierna que está puesta sobre las mías.Tal parece que Trevor decidió utilizarme de almohada. Aunque en realidad eso no me molesta todo lo que debería, su cuerpo desprende calor humano y su piel tersa junto a la mía me hace sentir… extraña, supongo que en una buena forma.Me quedo un rato más allí aprisionada bajo el cuerpo de Trevor, hasta que tengo el presentimiento de que eso que está rozando mi culo por debajo de las sabanas no es prec
Maxine. Termino de organizar mi habitación y suelto un bufido pesado, ¡Por fin terminé! El lugar tiene medianamente orden, la ropa esta colgada en su sitio y mi cama ya está perfectamente hecha, si no hubiera sido porque Trevor se fue hace casi siete horas para Dios sabe dónde, probablemente ya habríamos terminado con el departamento, pero no, aun hay cajas tiradas por todos lados en cada una de las habitaciones, los únicos sitios en donde se puede transitar con normalidad es mi habitación y la pequeña sala del departamento.Me tiro en la cama cansada del largo día y agarro mi celular, hay una notificación en la esquina superior, la abro y me encuentro con un mensaje de Nick.-“¿Que tal va tu día?, preciosa” – el mensaje es de hace dos minutos y Nick está en línea asi que le respondo de una vez.
Maxine. -No vuelvas a tomarte mi leche de almendras, está mañana he tenido que comerme mi cereal seco – le digo a Trevor, que está saliendo de su habitación perfectamente acicalado.-¿Quien? – me pregunta, cogiendo las llaves de su motocicleta.-¿Quién qué?-¿Quién te pregunto?Yo ruedo los ojos, no puedo creer lo infantil que es.-¿Cuántos años tienes? ¿Cinco? – pregunto de mala gana mientras él abre la puerta.Trevor no me responde y por el contrario sale dando un portazo de nuestro departamento, y ¡Si damas y caballeros! Ese ha sido el único tipo de contacto que hemos tenido Trevor y yo en la semana que llevamos aquí, después de la fiesta no hemos hablado de absolutamente nada, a menos que sea para fastidiarnos o reñirnos, y en realidad yo no alcanzo a adivina