Capítulo 30.

Owen se rindió y se echó hacia atrás para volver a su sitio.

—Pero aun así hablaré porque estoy aburrido —dijo colocando su codo en el apoya brazos de la puerta—. Tú ves si me respondes o no.

No lo haré.

— ¿Cómo está tu perro? —preguntó, curioso. Luego se llevó una mano a los labios y miró ligeramente hacia arriba—. ¿Cómo se llamaba?

Es un ladrón. Es un ladrón. Es un ladrón.

—No te voy a morder —dijo tras mi silencio.

—Ya te dije que no me relaciono con criminales.

—No lo estás haciendo —respondió con simpleza. En eso se giró y vio a sus amigos—. ¿Somos criminales?

—Nah —escuché a Holden—. Sólo hacemos lo que queremos.

—Incumpliendo las leyes —destaqué.

—El gobierno les roba a los ciudadanos —habló Danielle—. Los grandes magnates del mundo del negocio estafan, manipulan y compran a quien sea porque pueden —me miró por el retrovisor y se encogió de hombros sin desviar la mirada—. ¿Cuál es la dife

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