Capítulo 38.

—Sus padres dicen haberla encontrado colgada del ventilador alrededor de las once de la mañana —le informó Hicks a Terry. El criminólogo lucía cansado, le hacían falta unas vacaciones.

— ¿Hora de muerte? —el jefe se dirigió directamente a Brad, el forense.

—Su hígado no está totalmente caliente pero tampoco está frío, su cuerpo está rígido al igual que su cuello, sus brazos —se detuvo como si hiciese cálculos en su cabeza—. Lleva entre seis y nueve horas muerta.

— ¿Por qué se quitaría la vida? —inquirió Hicks mirando a la fallecida.

—Ven, hablemos con los padres —me dijo Burns tras un empujón muy leve con su codo.

Sin decir nada, salimos de la habitación, bajamos las escaleras y caminamos hasta la cocina. Allí estaban los padres de la chic

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