Capítulo 20El viento soplaba fuerte esa mañana, golpeando las ventanas de la casa como si el mismo mar quisiera advertirles que la calma que tanto buscaban era solo un espejismo. Bianca despertó temprano, sus pensamientos revueltos, y una inquietud clavada en el pecho que no la dejaba respirar en paz.El día anterior, la revelación de Alessio la había dejado con el alma partida en dos. Luca, ese nombre que apenas significaba algo en su memoria, ahora se convertía en la sombra que amenazaba todo lo que empezaba a construir con Alessio. Ya no era solo el miedo a la mafia, ni la huida constante. Ahora era personal.Bajó a la cocina, donde Alessio ya la esperaba con una taza de café en la mano, vestido con su eterna camisa negra, impecable y elegante, como si incluso en la guerra necesitara mantener su armadura intacta.—Buenos días, amor. —murmuró él, observando sus pasos desde la puerta. Pero su voz no tenía la misma ligereza de otros días. Había una preocupación que no lograba disimul
capitulo 1La ciudad de Nápoles respiraba con la misma intensidad de siempre, como un organismo vivo que nunca descansaba, ni siquiera en la calidez de la tarde. Alessio Moretti se apoyó en la baranda del balcón de su penthouse, mirando la ciudad que lo había visto crecer. La vista del puerto era impresionante, pero sus ojos no se enfocaban en la belleza del lugar. Su mente, siempre alerta, parecía estar en otra parte, repasando las jugadas del día y, quizás, anticipando lo que vendría.Nápoles era su reino, sí. Y en este reino, Alessio era su rey. A lo largo de los años, había forjado su poder con manos de hierro, en la penumbra de un mundo de mafias y sombras. Había conseguido lo que todos temían y pocos lograban: el control absoluto. Sin embargo, el trono era solitario.Dejó el vaso de whisky sobre la mesa, sin beberlo, y observó cómo las olas golpeaban las rocas del puerto, como si el mar mismo tratara de reclamar lo que por derecho le pertenecía. El viento le acariciaba la cara,
capitulo 2El tren se detuvo con un suave crujido en la estación central de Nápoles, y Bianca Rossi sintió una extraña punzada en el pecho. Había regresado al lugar que había intentado olvidar durante más de diez años. Nápoles, con su belleza desgarrada, su caos incesante y su esencia de ciudad vieja, estaba igual que siempre. Y, sin embargo, ella no era la misma.Había vivido fuera durante tanto tiempo, intentando borrar los recuerdos, construir una vida limpia, alejada de las sombras del pasado. Londres le había ofrecido la distancia que necesitaba, el anonimato y, lo más importante, la oportunidad de reinventarse. Había dejado atrás a su familia, sus amigos, el viejo barrio… y sobre todo, a él.Pero Nápoles nunca olvida. Y el destino, siempre impredecible, la había traído de vuelta.Bianca arrastró su maleta por el vestíbulo de la estación, mirando las caras familiares, las tiendas abarrotadas, y las viejas estructuras que tanto la habían marcado. El ruido de la ciudad la envolvía,
capitulo 3El sonido del tráfico y las voces distantes se desvanecieron cuando Alessio la vio alejarse rápidamente por la calle. Su figura, aunque ahora más adulta, seguía siendo la misma en su mente: Bianca Rossi, la niña que una vez había sido su todo.Era imposible no reconocerla, incluso después de tanto tiempo. Aunque la Bianca que se alejaba ahora era diferente, había algo en su porte, en su andar, que seguía siendo la misma. Los años habían transformado su cuerpo, su rostro, pero en su mirada… en sus ojos, aún brillaba la misma chispa que había encendido su mundo cuando eran niños. La chispa que él había perdido, que había dejado ir.Alessio apretó los puños involuntariamente. No podía dejarla escapar otra vez. Había pasado demasiado tiempo buscando una razón para salir de la oscuridad que lo había consumido, y ahora, el destino le había ofrecido esa oportunidad.Bianca.La vio alejarse con determinación, como si quisiera evitarlo, como si temiera lo que podía ocurrir si se enc
capitulo 4Bianca caminó a paso firme, pero sus pensamientos seguían atrapados en la conversación con Alessio. Aquel encuentro había dejado una marca profunda en su mente, una grieta en la que los recuerdos se colaban como agua en una vieja pared. ¿Por qué lo había vuelto a ver? Se preguntaba una y otra vez, intentando encontrar una razón lógica. Pero no la había.Alessio no era solo una sombra del pasado. Era el pasado. Y al mirarlo, Bianca no podía evitar sentir que estaba siendo arrastrada nuevamente a su mundo, un mundo del que había huido, un mundo lleno de caos, de promesas rotas y de pasiones que nunca se apagaron.El aire de Nápoles parecía más pesado ahora, como si la ciudad misma hubiera sido testigo de lo que acababa de ocurrir. Cada paso que daba la alejaba de Alessio, pero también la acercaba a algo mucho más peligroso. Lo sabía, lo sentía en sus entrañas. Y sin embargo, no podía evitarlo.Alessio Moretti no solo gobernaba Nápoles, gobernaba sus recuerdos, sus emociones.
capitulo 5El sonido de la puerta abriéndose fue como un latido más en el pecho de Bianca, un golpeteo frenético que la atrapó entre la razón y el deseo. Cuando sus dedos tocaron la manija y giraron, el aire en la habitación se volvió denso, casi irrespirable. Un instante que podía definir todo.Alessio Moretti estaba frente a ella, con esa misma mirada penetrante que había marcado su vida años atrás. Los ojos oscuros, que parecían leer cada pensamiento, cada emoción, cada fragmento de su alma. En su rostro no había sonrisa, solo una expresión firme, casi calculadora. Pero en la profundidad de su mirada, Bianca podía ver algo más. Algo que la desbordaba.—¿Qué quieres, Alessio? —La pregunta salió de su boca como un suspiro, como si estuviera tratando de protegerse de lo inevitable.Alessio no respondió de inmediato. En su lugar, dio un paso hacia ella, cruzando el umbral de la puerta con una autoridad silenciosa. La habitación se llenó con su presencia, pesada y aplastante, como si la
capitulo 6El sol se alzó lentamente sobre Nápoles, tiñendo el horizonte de tonos dorados y rosados, pero Bianca no podía ver la belleza de la mañana. Su mente estaba ocupada, atrapada en el encuentro con Alessio, en las palabras que él había dicho, en la amenaza implícita de que no la dejaría escapar otra vez.Cerró los ojos, respirando profundamente mientras se apoyaba en la ventana de su apartamento. Las calles de Nápoles abajo seguían su curso: el bullicio, el ruido, las voces de la gente. Pero para ella, todo sonaba distante, como si estuviera bajo el agua, aislada en un espacio que no pertenecía a nadie más que a ella y a la tormenta emocional que se desataba dentro de su pecho."Lo pensaré." Esa fue su respuesta. ¿Por qué había dicho eso? ¿Acaso esperaba que Alessio fuera a rendirse? Sabía que no lo haría. Alessio nunca había sido un hombre que dejara que las cosas se le escaparan, y Bianca no era una excepción.Se apartó de la ventana, su mente aún llena de la imagen de él, de
Capítulo 7El reloj marcaba las 8 en punto cuando Bianca llegó al lugar acordado. Era un restaurante elegante, alejado del bullicio del centro de Nápoles, con vistas al mar. El lugar perfecto para que Alessio y ella pudieran hablar en privado, sin la multitud de la ciudad interponiéndose en su camino. Pero Bianca no sentía la paz que normalmente traía la quietud del mar. En lugar de calma, lo único que le llegaba era la presión del momento, como si todo en su vida estuviera a punto de colapsar en una sola decisión.Al abrir la puerta del restaurante, el ambiente cálido y acogedor la envolvió, pero sus ojos no pudieron evitar buscarlo inmediatamente. Y ahí estaba. Alessio Moretti, sentado en una mesa en el centro, como un rey esperando a que su súbdita se acercara a rendirse.Cuando sus ojos se encontraron, algo dentro de ella se quebró. La intensidad de su mirada, esa mezcla de poder, deseo y una emoción que Bianca no podía definir, la golpeó como un tsunami. Aunque se había preparado